Siguiendo con las historias que había contado en los relatos anteriores, hoy les cuento de 3 chicas que conocí gracias a Badoo, hace unos años atrás.
La Nati. Maestra jardinera, mamá soltera. Se notaba en los chat que quería arrancar, pero no se animaba al principio. desde que se había separado, no había estado con nadie. Yo no la presioné, ni nada, tuve que remar bastante. Pero valió la pena.
Una noche, la mina estaba en una pijamada en el jardín donde trabajaba. Nos mandabamos mensajes y yo a propósito trataba de calentarla mal. Ella se enganchaba y respondía haciéndome calentar más a mi. Cuestión que me dice que pase a cierta hora, que los pibes ya estaban durmiendo y tenía un ratito.
Estacioné el auto en la puerta, y ella sale. Charlamos un rato y empezamos a los besos. Re calientes los dos. Yo le empiezo a meter mano por debajo del delantal (si, encima estaba con el delantal de seño puff) y le amasaba las tetas.
- No hagas eso... - me dice
- Por? no te gusta?
- Si... pero me dan muchas ganas de coger.- Mi pija estalló
Le comí la boca y le agarré las tetas más fuerte. Ella no se quedó atrás y me manoteó la pija. Me acomodé y me bajó el pantalón. "No, no... aca no. anda a la vuelta", me dijo para no estar en la puerta de su trabajo. Estacioné de nuevo y fue derecho a chuparmela.
Desesperada por mi pija estaba. Se la tragaba hasta donde podía, cuando tocaba el fondo de la garganta la sacaba y empezaba a toser. Pero no se rendía. Volvía otra vez. Cuando estuve a punto de acabar, la acosté en el asiendo y besandole las tetas empecé a pajearla yo. Estaba re mojada. Una concha grande, jugosa.
Estaba tan caliente que acabó casi al toque. Yo seguía con la punta de mi pija llena de leche por acabar. "Cogeme... cogeme" me decía entre suspiros. Me acomodé, y ella se subió arriba mio. No puedo decir que me la cogí, porque la realidad es que ELLA me cogió a mi.
Saltaba re loca arriba de mi verga. Me tenía agarrado del cuello para darse más envión y caer con más fuerza. Le levanté la remera y por primera vez pude ver las tetas. Una locura. Se las comí con ganas, mientras ella seguía desquiciada saltando en mi verga.
No aguanté mucho más. Acabé, ella se acomodó en el asiento y se agachó a limpiarmela, hasta que me la empezó a parar de nuevo. "Tengo que volver, llevame de nuevo!" me dijo apurada por la hora. Se había pasado de su horario de recreo.
Después de esa noche, nos juntamos varias veces a coger. Una loba en celo era. No me alcanzaba un turno de telo para calmarla. Una noche, ella iba a una obra de teatro con las amigas. Yo tenía que hacer tiempo, iba a buscar a mi prima a la salida del boliche, asi que estaba al pedo.
Le escribí, y me dijo que si quería que vaya un rato, ellas estaban esperando a que empezara la obra. Nos fuimos en el auto a una placita y me hizo un pete espectacular. Después por supuesto, devolví el favor. QUería que nos encontráramos a coger después, pero ya tenía otros planes.
Maga. Esta era una turra en serio. Y no tenía el más mínimo problema en aceptarlo. La pendeja me contó que se fue de la casa a vivir en una pensión directamente porque tenía ganas de coger sin que le rompieran las bolas los padres. Y asi fue que la conocí, en Badoo buscando verga.
También la tuve que remar bastante (por más zorra que sea, la historia de mi vida... la tengo que remar). Pero fue una locura. La primera vez que garchamos, en el auto, me destruyó en poco tiempo. Fuimos a tomar algo, después a dar una vuelta. Beso va, beso viene los dos re calientes, le digo de ir a un telo pero no arrancaba.
Seguimos ahi, hasta que no se aguantó más. Solita, me bajó el pantalón y empezó a chuparme la pija. Me la dejó bien lustrada. Se pasó para atrás y mientras se desnudaba me dijo "Vení". De un salto me fui para atrás. La acomodé y le empecé a chupar la concha. Chorreaba de lo caliente que estaba. Le clavaba los dedos mientras con la lengua le perforaba el clítoris.
Después que acabó, me tiró contra la otra punta y se me subió arriba. De la calentura que tenía, no aguanté casi nada. Encima se movía re zarpado. Me tiré encima suyo y mientras la besaba le tocaba la concha. Le clavé los dedos y la hice acabar de nuevo.
Ahora fue ella la que se tiró encima. Me agarró la pija, semi dormida, y la empezó a chupar hasta que me la levantó de nuevo. Se sentó, ahora de espaldas a mi y volvió a cabalgar. "Cogeme, cogeme más fuerte más fuerte" me decía... Igual, era ella la que manejaba los movimientos.
Aguanté un poco más, pero no mucho. Me hizo acabar de nuevo. Se tiró a mi pija y no se rindió hasta que me la dejó dura de nuevo. La agarré, la puse en 4 con la cara apoyada en el vidrio. La agarré de los pelos y por primera vez en la noche la empecé a coger yo a ella. Sus gemidos me incitaban a darle más y más fuerte. "No acabes.. no acabes" me decía. Me pidió que le avisara.
Cuando estuve a punto, me sentó y me la chupó hasta tragarse toda la leche. Me siguió besando y manoseando, yo no lo podía creer pero tenía la pija aun dura. Me la hubiese garchado de nuevo, de no ser que vimos a lo lejos las luces de un patrullero y cortamos.
La vez siguiente, si fuimos a un telo y nos pegamos una garchada espectacular. Ahi empecé a querer romperle el orto, pero no quería. A pesar que se lo chupé, le metí dedos... pero no quería pija. Un par de veces que le escribí para coger, me contestaba al otro día diciéndome que estaba con algún amigo garchando. No tenía problemas la mina. Lejos de joderme, me re calentaba. Cuando nos encontrábamos le pedía que me contara como se la cogían.
La última vez que la vi, la mina me llamó porque estaba re caliente. Quería coger. Y yo no iba a desaprovechar esa oportunidad. Cerré la puerta de la habitación y ya de entrada me la cogí de parada. La tiré a la cama, hicimos un 69 que me hizo acabar, en su boca. Ella siguió chupandomela sin asco hasta que la hice acabar yo.
Se sentó arriba mio y me cabalgó la verga, mientras yo empezaba a jugar con el dedo en su culo. Se movía cada vez con más fuerza. Antes de acabar, se tiró sobre mi y me dijo al oído "si me chupás bien el orto, hoy te lo doy... estoy re pero re caliente".
La saqué de arriba y la puse en 4. Abrí sus nalgas y le empecé a chupar el ano, poniendo la lengua dura y clavandosela. Con los dedos empecé a abrirlo. Con la lengua lo rozaba. En serio que estaba re caliente ella. Le temblaban las piernas de solo pasar mi lengua cerca.
Llegué a meterle 3 dedos, y casi 4 cuando me pidió pija. Apunté mi verga embardunada de lubricante y despacito empecé a abrirselo. "Despacito que está nuevitooo" me decía con voz de nena viciosa. COnfieso que me vi tentado de enterrarsela hasta el fondo pero seguí despacio. COn paciencia... entró toda. Ella agarrada de las sábanas, mordiendo la almohada. Yo despacio la penetraba y la sacaba. Hasta que se acostumbró y largó un grito de placer terrible, pidiendo que me moviera más fuerte.
Estaba re apretada. "Dale dale dale" gritaba. "Rompeme el orto dale dale". Saqué la pija a punto de explotar. Le tiré todo en la espalda. "Noooo yo quería tomar la lechitaa" me dijo enojada. "Ahora quiero leche", encaprichada, me tiró en la cama y siguió ordeñandome la pija, hasta que la puso dura de nuevo y me hizo acabar con un pete.
Después de un tiempo, empezó a boludearme bastante y la dejé de ver. Pero el recuerdo de las garchadas que me pegaba no me lo olvido más.
La Nati. Maestra jardinera, mamá soltera. Se notaba en los chat que quería arrancar, pero no se animaba al principio. desde que se había separado, no había estado con nadie. Yo no la presioné, ni nada, tuve que remar bastante. Pero valió la pena.
Una noche, la mina estaba en una pijamada en el jardín donde trabajaba. Nos mandabamos mensajes y yo a propósito trataba de calentarla mal. Ella se enganchaba y respondía haciéndome calentar más a mi. Cuestión que me dice que pase a cierta hora, que los pibes ya estaban durmiendo y tenía un ratito.
Estacioné el auto en la puerta, y ella sale. Charlamos un rato y empezamos a los besos. Re calientes los dos. Yo le empiezo a meter mano por debajo del delantal (si, encima estaba con el delantal de seño puff) y le amasaba las tetas.
- No hagas eso... - me dice
- Por? no te gusta?
- Si... pero me dan muchas ganas de coger.- Mi pija estalló
Le comí la boca y le agarré las tetas más fuerte. Ella no se quedó atrás y me manoteó la pija. Me acomodé y me bajó el pantalón. "No, no... aca no. anda a la vuelta", me dijo para no estar en la puerta de su trabajo. Estacioné de nuevo y fue derecho a chuparmela.
Desesperada por mi pija estaba. Se la tragaba hasta donde podía, cuando tocaba el fondo de la garganta la sacaba y empezaba a toser. Pero no se rendía. Volvía otra vez. Cuando estuve a punto de acabar, la acosté en el asiendo y besandole las tetas empecé a pajearla yo. Estaba re mojada. Una concha grande, jugosa.
Estaba tan caliente que acabó casi al toque. Yo seguía con la punta de mi pija llena de leche por acabar. "Cogeme... cogeme" me decía entre suspiros. Me acomodé, y ella se subió arriba mio. No puedo decir que me la cogí, porque la realidad es que ELLA me cogió a mi.
Saltaba re loca arriba de mi verga. Me tenía agarrado del cuello para darse más envión y caer con más fuerza. Le levanté la remera y por primera vez pude ver las tetas. Una locura. Se las comí con ganas, mientras ella seguía desquiciada saltando en mi verga.
No aguanté mucho más. Acabé, ella se acomodó en el asiento y se agachó a limpiarmela, hasta que me la empezó a parar de nuevo. "Tengo que volver, llevame de nuevo!" me dijo apurada por la hora. Se había pasado de su horario de recreo.
Después de esa noche, nos juntamos varias veces a coger. Una loba en celo era. No me alcanzaba un turno de telo para calmarla. Una noche, ella iba a una obra de teatro con las amigas. Yo tenía que hacer tiempo, iba a buscar a mi prima a la salida del boliche, asi que estaba al pedo.
Le escribí, y me dijo que si quería que vaya un rato, ellas estaban esperando a que empezara la obra. Nos fuimos en el auto a una placita y me hizo un pete espectacular. Después por supuesto, devolví el favor. QUería que nos encontráramos a coger después, pero ya tenía otros planes.
Maga. Esta era una turra en serio. Y no tenía el más mínimo problema en aceptarlo. La pendeja me contó que se fue de la casa a vivir en una pensión directamente porque tenía ganas de coger sin que le rompieran las bolas los padres. Y asi fue que la conocí, en Badoo buscando verga.
También la tuve que remar bastante (por más zorra que sea, la historia de mi vida... la tengo que remar). Pero fue una locura. La primera vez que garchamos, en el auto, me destruyó en poco tiempo. Fuimos a tomar algo, después a dar una vuelta. Beso va, beso viene los dos re calientes, le digo de ir a un telo pero no arrancaba.
Seguimos ahi, hasta que no se aguantó más. Solita, me bajó el pantalón y empezó a chuparme la pija. Me la dejó bien lustrada. Se pasó para atrás y mientras se desnudaba me dijo "Vení". De un salto me fui para atrás. La acomodé y le empecé a chupar la concha. Chorreaba de lo caliente que estaba. Le clavaba los dedos mientras con la lengua le perforaba el clítoris.
Después que acabó, me tiró contra la otra punta y se me subió arriba. De la calentura que tenía, no aguanté casi nada. Encima se movía re zarpado. Me tiré encima suyo y mientras la besaba le tocaba la concha. Le clavé los dedos y la hice acabar de nuevo.
Ahora fue ella la que se tiró encima. Me agarró la pija, semi dormida, y la empezó a chupar hasta que me la levantó de nuevo. Se sentó, ahora de espaldas a mi y volvió a cabalgar. "Cogeme, cogeme más fuerte más fuerte" me decía... Igual, era ella la que manejaba los movimientos.
Aguanté un poco más, pero no mucho. Me hizo acabar de nuevo. Se tiró a mi pija y no se rindió hasta que me la dejó dura de nuevo. La agarré, la puse en 4 con la cara apoyada en el vidrio. La agarré de los pelos y por primera vez en la noche la empecé a coger yo a ella. Sus gemidos me incitaban a darle más y más fuerte. "No acabes.. no acabes" me decía. Me pidió que le avisara.
Cuando estuve a punto, me sentó y me la chupó hasta tragarse toda la leche. Me siguió besando y manoseando, yo no lo podía creer pero tenía la pija aun dura. Me la hubiese garchado de nuevo, de no ser que vimos a lo lejos las luces de un patrullero y cortamos.
La vez siguiente, si fuimos a un telo y nos pegamos una garchada espectacular. Ahi empecé a querer romperle el orto, pero no quería. A pesar que se lo chupé, le metí dedos... pero no quería pija. Un par de veces que le escribí para coger, me contestaba al otro día diciéndome que estaba con algún amigo garchando. No tenía problemas la mina. Lejos de joderme, me re calentaba. Cuando nos encontrábamos le pedía que me contara como se la cogían.
La última vez que la vi, la mina me llamó porque estaba re caliente. Quería coger. Y yo no iba a desaprovechar esa oportunidad. Cerré la puerta de la habitación y ya de entrada me la cogí de parada. La tiré a la cama, hicimos un 69 que me hizo acabar, en su boca. Ella siguió chupandomela sin asco hasta que la hice acabar yo.
Se sentó arriba mio y me cabalgó la verga, mientras yo empezaba a jugar con el dedo en su culo. Se movía cada vez con más fuerza. Antes de acabar, se tiró sobre mi y me dijo al oído "si me chupás bien el orto, hoy te lo doy... estoy re pero re caliente".
La saqué de arriba y la puse en 4. Abrí sus nalgas y le empecé a chupar el ano, poniendo la lengua dura y clavandosela. Con los dedos empecé a abrirlo. Con la lengua lo rozaba. En serio que estaba re caliente ella. Le temblaban las piernas de solo pasar mi lengua cerca.
Llegué a meterle 3 dedos, y casi 4 cuando me pidió pija. Apunté mi verga embardunada de lubricante y despacito empecé a abrirselo. "Despacito que está nuevitooo" me decía con voz de nena viciosa. COnfieso que me vi tentado de enterrarsela hasta el fondo pero seguí despacio. COn paciencia... entró toda. Ella agarrada de las sábanas, mordiendo la almohada. Yo despacio la penetraba y la sacaba. Hasta que se acostumbró y largó un grito de placer terrible, pidiendo que me moviera más fuerte.
Estaba re apretada. "Dale dale dale" gritaba. "Rompeme el orto dale dale". Saqué la pija a punto de explotar. Le tiré todo en la espalda. "Noooo yo quería tomar la lechitaa" me dijo enojada. "Ahora quiero leche", encaprichada, me tiró en la cama y siguió ordeñandome la pija, hasta que la puso dura de nuevo y me hizo acabar con un pete.
Después de un tiempo, empezó a boludearme bastante y la dejé de ver. Pero el recuerdo de las garchadas que me pegaba no me lo olvido más.
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