Casi una experiencia religiosa...

Esta historia es totalmente real y me está pasando ahora. Como no puedo andar contandolo por ahi decidí hacerlo con ustedes y que me cuenten lo que les parece.
Llegó a mi gabinete por amigos en común. Queria masajes tántricos, algo que la relaje bien porque tenia problemas y lo necesitaba.
Hasta ahi nada raro. Nada distinto a lo que muchas mujeres viven a diario y necesitan, alguien que las escuche, que les de un buen masaje relajante, mucho placer sexual de manera manual y oral y porque no, la buena cogida que les esta faltando en sus hogares.
Hablamos por whatsapp para ponernos de acuerdo y ahi me di cuenta de algo que no me cerraba, la mina era pastora evangelica, eso decían las publicaciones de su estado.
Y aca vamos a abrir un parentesis para aclarar un par de cosas.
No juzgo ni tengo problemas de que una mina asi ande buscando sexo. No soy nadie para decir que eso esté mal.... y menos yo que soy el menos indicado para prejuzgar a nadie. Cada cual con sus creencias, con su moral y con su fe. Pero me parecia raro que una mujer que es pastora, casada, con su marido pastor, se arriesgue a andar buscando sexo por ahi, aunque sea por masajes....
Dio muchas vueltas para venir... no se animaba. Canceló dos o tres veces. Se ve que le remordia la conciencia, llegué a pensar que nunca vendría, pero un dia vino.
No vivia muy cerca de mi gabinete y eso jugaba a favor de ella. Yo opté en todo ese tiempo de idas y vueltas en ser comprensivo, en escucharla, en que sienta que podía confiar en mi. Muchas veces es eso lo que una mujer asi necesita.
Llegó ese dia y charlamos un rato. Le dije que no era necesario que hiciesemos los tantricos si no se sentia segura pero me dijo que si. Una vez que se habia animado a venir, iba a ir por todo.
Le indiqué que se quite toda la ropa y dejé una sabanita por ahi por si queria taparse. Eso hizo.
Comencé como siempre por un buen masaje relajante en su espalda. Quería que todos sus temores se aflojen como sus musculos. Mis manos iban logrando el comietido. Sus nervios se fueron con sus tensiones y al poco tiempo la tenía entregada a mis manos. La sabana cayó dejando su generoso culo a merced de mis manos.
Que contarles de lo que fue ocurriendo en el masaje... mis caricias fueron encendiendo su piel y en pocos minutos estaba a full deseando que fuera por todo.
Igual la fui llevando lento, el deseo es el mas fuerte afrodisiaco y yo la hice desear, acaricie cada centímetro de su cola, me acerque a su sexo pero no lo tocaba... ella estaba entregadisima y yo iba retrasando todo, torturandola de deseo.
Ya boca arriba jugue con sus pechos.... sus pezones estaban durísimos y yo los acaricié, los apreté suavemente... mi mano bajo por su panza y siguio bajando pero desvié hacia sus piernas. Su respiración profunda se convertía en jadeos y cuando al fin llegué a su ya muy mojada concha y deslice mis dedos por sus labios hasta encontrarme con su clítoris, explotó en el primero de sus orgasmos.
La dejé reponerse y continué jugando entre sus labios. Una mano en su concha y la otra en sus pechos.
Mi pija explotaba de dura dentro de mi pantalón hasta que ella la encontró y dejandolo caer al piso comenzó a pajearme lentamente.
No tardó mi boca en ir hasta sus tetas y comenzar a chupar y morder esos pezones que ya deseaba desde que los empecé a acariciar, mientras mis dedos no dejaban de masajear su clitoris. Tuvo otro orgasmo, no tan fuerte como el primero, ella seguía pajeandome y yo fui bajando con mis labios dispuesto a perderme entre sus piernas. Me detuve en su ombligo que lamí con ganas hasta que me ubique entre sus piernas y comencé a lamer su concha, a tomar sus jugos, a sentir como se retorcía de placer y no pare hasta su tercer orgasmo que bebí con mucha pasión.
Mientras se reponía subí con mi boca y nos dimos un dulce y caliente beso entremezclando nuestras lenguas. Detalle no menor dado que despues me confesó que en ese momento se le voló la cabeza y se volvió adicta a mis besos.... a veces un pequeño detalle es mas importante que todo el buen sexo que puedas tener. Y ese detalle sería importante en el futuro.
Pero volvamos a la acción. Yo quería seguir volviendola loca y por lo tanto bajé nuevamente a su concha. Y asi, despues de lamerla bien, me centré de nuevo en su clítoris y entonces introduje dos dedos en su empapadisima concha buscando el punto G. Se, por mi práctica, que esta doble estimulación es mortal. Ella se retorcía de placer en la camilla mientras yo seguía hasta que estalló en un orgasmo tremendo. Todos los vecinos se deben haber enterado e incluso en un momento temí que se cayera de la camilla...
Tremendo... tuve que parar para que se reponga.
Mientras me puse un forro y la acomodé al borde de la camilla, boca arriba, levante sus piernas sobre mis hombros y sin mucho esfuerzo se la metí hasta el fondo.
Comencé a darle tranqui, toda la faena me habia calentado mucho y no quería acabar rapido..
Le acaricié el clitoris y estuvimos cogiendo así bastante rato, pero yo ya tenía ganas de acabar y aceleré el ritmo, ella comenzó a gemir y yo a acariciar su clitoris hasta darle el ultimo orgasmo de ese día mientras yo tambien acababa llenando el forro dentro de su concha.
Quedamos abrazados recuperandonos mientras nos besabamos.
Se fue llenandome de elogios. No por el sexo sino por el masaje, por lo bien que se había sentido tratada, por los besos....

Pasaron unos días y me volvió a hablar por wsp.
Me contó que estaba feliz, que se sintió contenida, que en ese momento era lo que necesitaba...
Tuve mi momento de flaqueza y pensé:
- y si pierdo una clienta para ganar una amante?... por qué no?
Asi que le propuse seguir viendonos pero sin masajes de por medio. Aceptó y a eso de unos diez días volvió.
Tomamos unos mates porque quería charlar, contarme porque eran tan dispares sus actitudes. Era pastora porque sentía que era su misión, lo mejor que podía hacer para ayudar a la gente.
No estaba en una posición muy comoda economicamente, no creo que fuera de las que enganchan giles para sacarles plata a través de su iglesia, la noté sincera, realmente creía estar llamada para eso. Pero también tenía pasión por el sexo, pasión que su marido, el pastor, no compartía y eso la hacía sentir vacia por ese lado. Tanto, que eso la trajo hasta mi.
Ella sentía que Dios no la iba a castigar por eso. No se si lo sentía o trataba de convencerse de ello, pero eso la trajo hasta mis brazos y esa tarde se enfrió el agua y quedó un mate cebado sobre la mesa porque yo la besé y no hubo más charla ni mate ni nada. Solo nuestras ropas cayendo al piso y nuestras manos acariciandonos, nuestras bocas sedientas recorriendonos y nuestros sexos calientes estallando de placer...
Sin apuro nos hicimos el amor hasta que cayó la tarde y la pastora se fue. Se fue a su casa, a su marido, a sus creyentes feligreses, siguió con su apostolado al lado de su esposo el pastor.
Al los pocos días me llamó y me dijo que lo que estabamos haciendo era un error....
Le dije que estaba bien, que la comprendía, que aceptaba su decisión. Que me considerara un amigo y que me hablase cuando quisiera.
Por dentro sentí que la había perdido, pero bueno, la disfruté mientras duró.
A las dos semanas me manda un mensaje:
- Extraño tus besos!!!
Me reí .... me di cuenta que esto iba a ser así. Idas y vueltas. Sexo apasionado y arrepentimientos continuos.
El reencuentro fué muy caliente, le di los besos que tanto extrañaba y ella siguió con sus labios hasta mi pija, me la chupó como hacia bastante nadie me la chupaba, lengua, suaves mordiditas, mucha garganta profunda, le avisé que no podía aguantar más la acabada y me rogó por que le diera la leche que tragó toda y volvió a besarme.
La llevé a la cama y llegó el momento de retribuir sus lamidas. Besé y lamí cada rincón de su cuerpo. Su perfume me excitaba tanto que mi pija fue tomando dureza nuevamente. Le lamí y bese tanto el culo que se volvió loca de placer y cuando llegué a su concha me regaló un par de orgasmos prolongados.
Despues me di vuelta y cogimos tranquilos, cambiamos algunas posiciones y terminanos abrazados acabando juntos y besándonos.
Hubo tiempo para otro garche más donde repetimos los placeres que ya les conté.
Se duchó sin mojarse el pelo, para sacar todo rastro de nuestra lujuria, para que el pastor no sospeche de nuestra aventura.
Pudo engañar al pastor, puede engañar a sus feligreses...no creo que pueda engañar a su Dios. En ese caso estaremos condenados. O no, por ahi ella tiene razón y Dios no ve mal nuestra pasión.
Ella es la que sabe porque es la pastora.