Acompañados en la oscuridad del placer
Vi en su mirada la sorpresa y el leve temor cuando yo revele mi sorpresa, la cinta de raso negra que había traído a nuestro encuentro. Su mirada fue hacia la cinta que apretaba en mi mano y volvió a mis ojos
-Confía - le dije y al ver que no había reacción negativa en su cuerpo comencé a atar su muñecas; una bien junta con la otra. Su piel estaba poniéndose más calienta, mucho más caliente que lo que estaba hace unos minutos cuando comenzamos a besarnos y quitarnos la ropa,cuando nuestro primer encuentro comenzó a suceder. Sus ojos no se apartaban delas amarras que le estaba dedicando a sus brazos, su respiración comenzó a incrementarse en velocidad, sutilmente pero yo notaba el cambio, estaba muy atento a ella y solo a ella y su imponente cuerpo desnudo. Estaba seguro que ella no había imaginado, cuando le quite la ropa, la cubrí con besos y la apreté con mis manos, que algo de todo esto iba a suceder a continuación.
Al terminar con el nudo, mantuve mis manos sobre las de ella, no quería ir rápido,quería quitarle todo el temo. Aun así fue claro que todos sus sentidos se agudizaron cuando saque la segunda cinta, más ancha y más oscura aun.
-Yo.. nunca…-llego a decir en un susurro agudo apenas audible
-Confía- repetí con el mismo tono. Mis manos alrededor de su cabeza la despojaron de la visión en un segundo. Su rostro se veía hermoso y armónico con la cinta entre los ojos y su boca apenas abierta por toda la sorpresa que estaba viviendo.
La acompañe hasta la cama y la acosté en ella con cuidado, la sostuve de las manos atadas y usando su firme cola como un agarre. Cuando estuvo acostada boca arriba y vi como sus pechos se inflaban en cada respiración tome sus manos y las levante, estire sus brazos y la ate en el cabezal de la cama. Tenía a una hembra de buen cuerpo, de firmes caderas y voluminoso pecho estirada sobre una cama desecha, con los brazos estirados cada uno al costado de su cabeza y vueltos a juntar en sus muñecas. Su larga cabellera negra desprolija y desparramada por todos los costados completaban una pintura armónica que yo logre confeccionar.
Me acerque a ella, comencé despacio, deslizando mis manos por sus firmes piernas.Un gemido salió de sus labios, la sorprendió pero sé que le gusto. Subí tocándola con las palmas abiertas, quería que supiera en todo momento donde me encontraba, que tan lejos o cerca de ella estaba en cada momento, y que se hiciera una imagen mental clara de mi posición corporal.
Llegue a su cintura y deleite mi tacto con la tela de su lencería, la única prenda que conservaba. La toque mucho, la masajee, hice del calor que desprendía su vagina algo mío. Despacio la fui desprendiendo de esa tela, ella acompaño,ayudo, con pequeños movimientos. No se lo pedí, o al menos no con palabras, sabía lo que tenía que hacer. Deje esa delicada prenda a la altura de sus rodillas,donde se encontraba mi cabeza en ese momento, sentir su fuerte aroma a mujer,ella es muy mujer, es toda mi mujer. Esa esencia era lo último que necesitaba para la excitación final. Bese el punto exacto donde se unen sus piernas, donde el calor era más intenso, donde sabía que a ella le gustaba. Tuve que sostener fuerte sus piernas para contener sus espasmos. Mi lengua y mi boca hacías que esos espasmos crecieran y mis manos y fuerza lo mantenían a raya. No necesite ver para saber que sus pechos eran cada vez más grandes luego de cada respiración.
Le quite la lencería para que pudiera abrir sus piernas. Le había quitado sus manos y su visión, algo debía darle y quería estar dentro de ella pronto. Subí más arriba. Mi boca se entretuvo con cada uno de sus pechos. Todos ellos, pezones,piel, espacio entre sus tetas, todo el frente de ella era mío. Como el resto de su cuerpo. La cinta negra, en manos y ojos, me dio su propiedad, podía hacer con ella todo lo que quisiera mientras se encontrara en la oscuridad.
Decidí acompañarla en las tinieblas, la empecé a degustar con los ojos cerrados,no para igualarme a ella, sino porque así me lo pedía mi cuerpo. Subí una mano y encontré su rostro, y luego de unas caricias rápidas introduje mi dedo gordo en su boca. Ella supo exactamente que quería y que tenía que hacer. Mis órdenes sobraban, no eran necesarias con ella, ella sabía lo que pensaba y quería, sin mirarme sabía todo eso por lo que la vista también era algo que sobraba en la mayoría de los encuentros. Luego de tanto tiempo nos acostumbramos a darnos placer sin vernos.
Su cuerpo estaba representado en un pezón en mi boca y todo mi cuerpo estaba en el dedo que ella chupaba. Detalles, pequeñas partes, pero sin el sentido de la vista lograban que sea EL todo para ella.
Luego de complacerla con más masajes a su rostro con mis otros 4 dedos y mi palma, me aleje de ella. Me incorpore sobre la cama. Vi la imagen de su cuerpo desnudo. Boca y piernas abiertas, oscuridad en su mirada y pechos iluminados. Su cabeza estaba girada hacia mí, me buscaba, me necesitaba.Lo sabía. Su cuerpo era imperfecto, bellamente único. Comenzó a mover su cintura de buen porte hacia donde creía que estaba, todo su cuerpo se agitaba en mi búsqueda, en su desesperado anhelo de sentir mi presencia en la oscuridad.
No pude apartar la mirada de su rostro, aprisionado entre los brazos firmemente estirados. La tranquilice al volver a tocarla, una leve sonrisa me indico que le gusto saber que seguía ahí, junto a ella. Amague con volver a introducir mi dedo en su boca y al ver su boca abierta mis caderas se acercaron rápidamente y fue mi pene el que aprovecho su cavidad. Ella necesitaba saber dónde estaba y yo necesitaba su placer oral. Recibió mi sexo en su boca como agua en el desierto, todas las facciones de su rostro se marcaron al comenzar con el sexo oral. Yo comencé a apartar las caderas, ella se acercó para no perder mi miembro, se estiro todo lo que pudo. En cuanto vi que se no podía acercar más,que su cuerpo, rostro, cuello y sobre todo brazas estaban estirados, que la cinta apretaba sus muñecas aprisionadas… deje de alejarme.
Me quede con esa imagen, sus brazos estirados todo lo que la cama y las ataduras le permitían y su mirada perdida mientras succionaba mi pene, la imagen reposaba en mi cabeza al cerrar mis ojos. La acompañe a ella en la oscuridad. Ella sabía dónde estaba yo, y yo sabía lo que ella hacía. Nos sentíamos.
Sujete su rostro con mi mano, toque su bello cachete con mi palma. Estaba dulcemente caliente. Ella sabía cuánto me gustaban sus cachetes, sin verme sabía que mi cara era de completa felicidad al poder tocarla ahí mientras disfrutaba sexualmente de su boca.
Le regale su libertad. Afloje las ataduras y ella no perdió tiempo, uso sus recuperadas manos para aferrarse a mí. Mi cola se volvió su punto de apoyo, la agarro fuerte y lo que quedaba de mi pene se perdió. Yo me apropie de su nuca con ambas manos. Ella es muy buena en esto.
La separe de mí. Su húmeda boca fue una imagen de deseo perverso. Como si supusiera lo que iba a hacer a continuación detuvo mi mano cuando se acercaba a quitarle la venda de los ojos.
-No-casi grito. Aparto mi mano con suavidad y ciega de pasión como estaba en ese momento logro acostarme en la cama de un empujón y guiándose solo con las manos sobre mi pecho logro sentarse sobre mí, sin necesidad de tocar mi pene se lo introdujo en su húmedo y caliente tesoro. Me monto con ritmo violento en la total oscuridad. Yo la tome de las muñecas, me excito sentir las marcas que aún tenía en ellas. Sentía esas marcas en su piel y sé que ella sentía mis dedos sintiéndolas.
Casi nunca nos vemos, pero la pasión en fuerte, dura, sexual, pasional y erótica.Hay palabras pero solo las esenciales. Pero siempre sentimos nuestros cuerpos,los sentimos cuando nos penetramos, los sentimos en el tacto, los sentimos en los besos. Y también los sentimos, más que nada, en nuestras cabezas fantasiosas,esas cabezas que anhelan dejar de fantasear con el tacto y poder estar juntos cuando nos sacamos las vendas y las ataduras.
En el clímax la oscuridad son unió de nuevo, acabe dentro de ella con ojos cerrados y apretados y ella lo completo con un ahogado grito de descarga pasional. Mis manos fueron más rápidas esta vez y la despoje de la última cinta en su cuerpo. Pero seguimos juntos en la oscuridad, ella estaba con los ojos cerrados detrás de la venda, esa noche no abandono la oscuridad que nos impedía vernos, la pasión estaba muy encima de lo visual. Y aun en los besos que siguieron al orgasmo ella seguía sin verme, la oscuridad se volvió mi mejor aliado y para ella era un espacio para sentir placer conmigo.
(TEXTO DEDICADO A LA BELLA SEÑORITA QUE ME GENERO ESTAHERMOSA FANTASÍA)
Vi en su mirada la sorpresa y el leve temor cuando yo revele mi sorpresa, la cinta de raso negra que había traído a nuestro encuentro. Su mirada fue hacia la cinta que apretaba en mi mano y volvió a mis ojos
-Confía - le dije y al ver que no había reacción negativa en su cuerpo comencé a atar su muñecas; una bien junta con la otra. Su piel estaba poniéndose más calienta, mucho más caliente que lo que estaba hace unos minutos cuando comenzamos a besarnos y quitarnos la ropa,cuando nuestro primer encuentro comenzó a suceder. Sus ojos no se apartaban delas amarras que le estaba dedicando a sus brazos, su respiración comenzó a incrementarse en velocidad, sutilmente pero yo notaba el cambio, estaba muy atento a ella y solo a ella y su imponente cuerpo desnudo. Estaba seguro que ella no había imaginado, cuando le quite la ropa, la cubrí con besos y la apreté con mis manos, que algo de todo esto iba a suceder a continuación.
Al terminar con el nudo, mantuve mis manos sobre las de ella, no quería ir rápido,quería quitarle todo el temo. Aun así fue claro que todos sus sentidos se agudizaron cuando saque la segunda cinta, más ancha y más oscura aun.
-Yo.. nunca…-llego a decir en un susurro agudo apenas audible
-Confía- repetí con el mismo tono. Mis manos alrededor de su cabeza la despojaron de la visión en un segundo. Su rostro se veía hermoso y armónico con la cinta entre los ojos y su boca apenas abierta por toda la sorpresa que estaba viviendo.
La acompañe hasta la cama y la acosté en ella con cuidado, la sostuve de las manos atadas y usando su firme cola como un agarre. Cuando estuvo acostada boca arriba y vi como sus pechos se inflaban en cada respiración tome sus manos y las levante, estire sus brazos y la ate en el cabezal de la cama. Tenía a una hembra de buen cuerpo, de firmes caderas y voluminoso pecho estirada sobre una cama desecha, con los brazos estirados cada uno al costado de su cabeza y vueltos a juntar en sus muñecas. Su larga cabellera negra desprolija y desparramada por todos los costados completaban una pintura armónica que yo logre confeccionar.
Me acerque a ella, comencé despacio, deslizando mis manos por sus firmes piernas.Un gemido salió de sus labios, la sorprendió pero sé que le gusto. Subí tocándola con las palmas abiertas, quería que supiera en todo momento donde me encontraba, que tan lejos o cerca de ella estaba en cada momento, y que se hiciera una imagen mental clara de mi posición corporal.
Llegue a su cintura y deleite mi tacto con la tela de su lencería, la única prenda que conservaba. La toque mucho, la masajee, hice del calor que desprendía su vagina algo mío. Despacio la fui desprendiendo de esa tela, ella acompaño,ayudo, con pequeños movimientos. No se lo pedí, o al menos no con palabras, sabía lo que tenía que hacer. Deje esa delicada prenda a la altura de sus rodillas,donde se encontraba mi cabeza en ese momento, sentir su fuerte aroma a mujer,ella es muy mujer, es toda mi mujer. Esa esencia era lo último que necesitaba para la excitación final. Bese el punto exacto donde se unen sus piernas, donde el calor era más intenso, donde sabía que a ella le gustaba. Tuve que sostener fuerte sus piernas para contener sus espasmos. Mi lengua y mi boca hacías que esos espasmos crecieran y mis manos y fuerza lo mantenían a raya. No necesite ver para saber que sus pechos eran cada vez más grandes luego de cada respiración.
Le quite la lencería para que pudiera abrir sus piernas. Le había quitado sus manos y su visión, algo debía darle y quería estar dentro de ella pronto. Subí más arriba. Mi boca se entretuvo con cada uno de sus pechos. Todos ellos, pezones,piel, espacio entre sus tetas, todo el frente de ella era mío. Como el resto de su cuerpo. La cinta negra, en manos y ojos, me dio su propiedad, podía hacer con ella todo lo que quisiera mientras se encontrara en la oscuridad.
Decidí acompañarla en las tinieblas, la empecé a degustar con los ojos cerrados,no para igualarme a ella, sino porque así me lo pedía mi cuerpo. Subí una mano y encontré su rostro, y luego de unas caricias rápidas introduje mi dedo gordo en su boca. Ella supo exactamente que quería y que tenía que hacer. Mis órdenes sobraban, no eran necesarias con ella, ella sabía lo que pensaba y quería, sin mirarme sabía todo eso por lo que la vista también era algo que sobraba en la mayoría de los encuentros. Luego de tanto tiempo nos acostumbramos a darnos placer sin vernos.
Su cuerpo estaba representado en un pezón en mi boca y todo mi cuerpo estaba en el dedo que ella chupaba. Detalles, pequeñas partes, pero sin el sentido de la vista lograban que sea EL todo para ella.
Luego de complacerla con más masajes a su rostro con mis otros 4 dedos y mi palma, me aleje de ella. Me incorpore sobre la cama. Vi la imagen de su cuerpo desnudo. Boca y piernas abiertas, oscuridad en su mirada y pechos iluminados. Su cabeza estaba girada hacia mí, me buscaba, me necesitaba.Lo sabía. Su cuerpo era imperfecto, bellamente único. Comenzó a mover su cintura de buen porte hacia donde creía que estaba, todo su cuerpo se agitaba en mi búsqueda, en su desesperado anhelo de sentir mi presencia en la oscuridad.
No pude apartar la mirada de su rostro, aprisionado entre los brazos firmemente estirados. La tranquilice al volver a tocarla, una leve sonrisa me indico que le gusto saber que seguía ahí, junto a ella. Amague con volver a introducir mi dedo en su boca y al ver su boca abierta mis caderas se acercaron rápidamente y fue mi pene el que aprovecho su cavidad. Ella necesitaba saber dónde estaba y yo necesitaba su placer oral. Recibió mi sexo en su boca como agua en el desierto, todas las facciones de su rostro se marcaron al comenzar con el sexo oral. Yo comencé a apartar las caderas, ella se acercó para no perder mi miembro, se estiro todo lo que pudo. En cuanto vi que se no podía acercar más,que su cuerpo, rostro, cuello y sobre todo brazas estaban estirados, que la cinta apretaba sus muñecas aprisionadas… deje de alejarme.
Me quede con esa imagen, sus brazos estirados todo lo que la cama y las ataduras le permitían y su mirada perdida mientras succionaba mi pene, la imagen reposaba en mi cabeza al cerrar mis ojos. La acompañe a ella en la oscuridad. Ella sabía dónde estaba yo, y yo sabía lo que ella hacía. Nos sentíamos.
Sujete su rostro con mi mano, toque su bello cachete con mi palma. Estaba dulcemente caliente. Ella sabía cuánto me gustaban sus cachetes, sin verme sabía que mi cara era de completa felicidad al poder tocarla ahí mientras disfrutaba sexualmente de su boca.
Le regale su libertad. Afloje las ataduras y ella no perdió tiempo, uso sus recuperadas manos para aferrarse a mí. Mi cola se volvió su punto de apoyo, la agarro fuerte y lo que quedaba de mi pene se perdió. Yo me apropie de su nuca con ambas manos. Ella es muy buena en esto.
La separe de mí. Su húmeda boca fue una imagen de deseo perverso. Como si supusiera lo que iba a hacer a continuación detuvo mi mano cuando se acercaba a quitarle la venda de los ojos.
-No-casi grito. Aparto mi mano con suavidad y ciega de pasión como estaba en ese momento logro acostarme en la cama de un empujón y guiándose solo con las manos sobre mi pecho logro sentarse sobre mí, sin necesidad de tocar mi pene se lo introdujo en su húmedo y caliente tesoro. Me monto con ritmo violento en la total oscuridad. Yo la tome de las muñecas, me excito sentir las marcas que aún tenía en ellas. Sentía esas marcas en su piel y sé que ella sentía mis dedos sintiéndolas.
Casi nunca nos vemos, pero la pasión en fuerte, dura, sexual, pasional y erótica.Hay palabras pero solo las esenciales. Pero siempre sentimos nuestros cuerpos,los sentimos cuando nos penetramos, los sentimos en el tacto, los sentimos en los besos. Y también los sentimos, más que nada, en nuestras cabezas fantasiosas,esas cabezas que anhelan dejar de fantasear con el tacto y poder estar juntos cuando nos sacamos las vendas y las ataduras.
En el clímax la oscuridad son unió de nuevo, acabe dentro de ella con ojos cerrados y apretados y ella lo completo con un ahogado grito de descarga pasional. Mis manos fueron más rápidas esta vez y la despoje de la última cinta en su cuerpo. Pero seguimos juntos en la oscuridad, ella estaba con los ojos cerrados detrás de la venda, esa noche no abandono la oscuridad que nos impedía vernos, la pasión estaba muy encima de lo visual. Y aun en los besos que siguieron al orgasmo ella seguía sin verme, la oscuridad se volvió mi mejor aliado y para ella era un espacio para sentir placer conmigo.
(TEXTO DEDICADO A LA BELLA SEÑORITA QUE ME GENERO ESTAHERMOSA FANTASÍA)
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