Mi mujer no lo sabía, pero había reservado en un local de masajes para adultos. Así que después de llegar al hotel, hacer un poco de turismo, y picar algo, volvimos al hotel para ducharnos y salir a cenar. En la habitación, ella me abordó, besándome y tocándome el paquete, pero yo la rechacé:
-No cariño, reservate para luego, que tengo una sorpresa especial.
-No hagas locuras -dijo mirándome con sorpresa- no quiero trios ni cosas raras… te quiero a ti.
-Y yo a ti mi vida. No, no haremos nada fuera de lo común, te lo prometo. Además, nada que tu no quieras hacer, lo sabes.
-Pero dime lo que es, porfa…
-No vida, deja que sea una sorpresa porfa. Tu vistete guapa y salgamos a cenar.
Y así lo hicimos, se puso preciosa, con unos zapatos altos pollera ajustada sobre las rodillas marcando su precioso culo, y una blusa de botones, dejándose dos desabrochados, resaltando un pecho que decía !cómeme!…
Llegamos al restaurante y cenamos, y bebiendo cervezita Después de cenar, al salir me volvió a agarrar de la cintura, y me besó….
-Me tienes supercachonda… quiero cogerte…
-Pensaba ir a tomar algo, pero si quieres vamos a tu «sorpresa» directamente.
-Dime que es amor, va…
Se la veía tan dulce, nerviosa y cachonda
-Mira, tenemos turno en treinta minutos, es justo aquí al lado, si quieres tomamos una copa y luego vamos a tu «sorpresa».
-Que será, un masaje no? Amor yo no quiero masajes yo te quiero a ti…
-Cariño sea lo que sea, vamos a tomar una copa, y déjate llevar porfa. No haremos nada que tu no quieras, pero deja que pruebe cosas «nuevas», sabes que hay cosas que me rondan por la cabeza y no te pido que hagas nada que no quieras, solo que te dejes llevar
-Me tienes intrigada…me dice ella
Nos paramos en un bar a tomar Estuve alagándola todo el rato, diciendole lo guapa que estaba, intentando distraerla… pero de vez en cuando la notaba nerviosa, temiendo, supongo, que le propusiera de verdad un trio o algo parecido…
Tras media hora, salimos y fuimos para el lugar. Yo no había estado allí, pero me había informado bien
-Relájate mi vida – la besé con ternura- sabes que lo único que quiero es verte disfrutar, tu gozo es mi gozo. Dejate llevar, y si en algún momento estás incómoda me lo dices y nos vamos.
Me apretó fuerte la mano, dándome a entender que adelante, que a ver que pasaba. Llamé al timbre y abrió una mujer, debía de ser Ana, algo mayor que mi esposa y vestida muy elegante.
-Hola debes ser Juan y su señora… -dijo adelántandose a darnos dos besos- pasad, pasad.
Entramos y fuimos por un pasillo hasta una sala con mesitas, estábamos solos…
-Bueno Juan, -dijo Ana- ¿seguro que sólo para ella? lo pueden dar en pareja y es muy placentero.
-No Ana, solo para ella gracias.
Tenemos tres chicos y cuatro chicas disponibles, y te van a dar un masaje, en eso quedé con tu marido. Hay varios tipos de masaje, pero tu marido ya dijo que masaje darte, asi que solo hace falta saber si prefieres chico o chica…
Mi mujer me miró, le noté nerviosismo en la mirada, a la vez que parecía que el licor empezaba a hacer efecto, pués me sonrió….
-Un chico -dije yo- si a ella le parece bien.
-Bueeeno,- dijo ella, y nos reímos.
Sabía que preferiría un chico.
Ana se fue, y mi mujer, dando otro sorbo al licor,. Yo le acariciaba la pierna, por debajo de la mesa, por debajo de falda… estaba excitada, nerviosa y excitada, lo sabía. Entró un muchacho de unos 25, vestido con vaquero y camisa negra. Era moreno, pelo corto, muy guapo, y se le veía con buen cuerpo. No era muy alto, estaria sobre los 1.75.
-Hola, me llamo Iván -dijo hacercándose a darle dos besos a mi mujer-
Se fue por donde había venido, y mi mujer, que no había dicho nada, me dijo:
…mmmm…. -sonriendome-
Bueno, pensé, por lo menos ya no está tan tensa. Después de unos minutos, y apurar la copa, entró otro muchacho, este era bastante más alto que Iván, algo mayor (estaría sobre los 30), llevaba media barba y fisicamente se le notaba delgado pero musculoso, fibrado. Vestía un vaquero y una camiseta sport, blanca.
-Este -dijo mi esposa agarrándome la mano-
-Jajajajaja -me reí.
. Le dió dos besos a mi mujer, y marchó me excitó ver como mi mujer se fijaba en ese hombre. O una mezcla de todo. En fin, habíamos venido a experimentar, no?
Mi mujer debió notar algo, porque me dijo
-Amor, estás seguro de esto?
-A mi me pone caliente la idea, que quieres que te diga…
Nos llevó a una habitación con luz tenue, y música relajante. Había velas a aromáticas, y la decoración eran una cama, una camilla de masajes, un una butaca. Había tambíen una ducha y un biombo.
-Usted puede desnudarse o quedarse en ropa interior, y tumbarse en la camilla. Y usted Juan puede ocupar la butaca. En breve vendrá David.
Y se fue. Mi mujer me miró, pero no con la inseguridad de hace un rato, sino con una mirada de excitación, de deseo, de lujuria, que me encantó. Empezó a quitarse la ropa, mirándome, mientras me decía: -asi que te pone cachondo ver como masajean a tu mujercita no?… A ver si al final hacemos un trio…jajaja. Se quedó en tanguita y sostén… -Estás preciosa amor – le dije, y me acerqué a besarla con pasión – Te cogeria aqui mismo. Mientras la besaba, le desabroché el sostén, y apoyé una mano en su concha por encima de la tanga. Lo noté húmedo.
-Uyyy -dije- como vas a disfrutar.
La llevé hacia la camilla, y la ayudé a acostarse boca abajo. Estaba preciosa, solo con una tanguita, con ese culito que me lo hubiese cogido ahí mismo. Le puse la toalla por encima, la besé otra vez -Cierra los ojos y dejate llevar- Le dije. Así lo hizo, y yo me senté en la butaca, dispuesto a ver el espectáculo.
Entró David, sin decir nada. Ahora no llevaba más que unos shorts puestos. Le adiviné un buen paquete, pero lo que más me llamó la atención fue que estaba fisicamente echo un toro. No le veia grasa por ningun lado. David empezó su trabajo, tenía un bote de aceite y iba mojándose las manos de vez en cuando. Pude ver como empezaba por la espalda de mi mujer, un buen rato, arriba y abajo, relajándola. Desde mi posición no podia ver su cara, desconocía si seguía con los ojos cerrados o no. David se pasó a las piernas, y se tiró otro buen rato, los gemelos, los pies…. Llevaba como veinte minutos de masaje, cuando ya empezó a subir por los muslos. Cada vez, veía como sus manos se acercaban al culito de mi esposa. Notaba como mi pija empezaba a reaccionar. Pensaba sentiría celos, pero de momento me estaba excitando. De repente, David quitó la toalla. Ahí estaba mi mujer con el culito en tanga, las manos de ese hombre recorriendolo, masajeándo desde los gemelos hasta sus nalgas, frotando a conciencia, espalda, culo, muslos… no dejaba un rincón sin masajear bien. Escuché como mi esposa dio un suspiro. No había duda, estaba excitada. Vi que David le estaba rozando, en algun que otro movimiento, el clitoris por encima de la tanga
-Quitamos esto para que no se manche? -Dijo el muchacho tirando de los lados de la tanguita
-Mmmmjjjmmm -fue cuanto dijo mi mujer, levantando un poco el culito.
Pude ver como mi mujer, ya sin tanga, abría un poco más que antes las piernas, dejando ver esa hermsosa concha , depilada, y mojada a su masajista. Tambíen pude adivinar como a David le empezaba a crecer la pija debajo del short. Siguió con su masaje, frotando los muslos, el culito, dejando esta vez que resbalara aceite desde la espalda hacia su culito, mientras sus manos no tocaban directamente… solo rozaban. Yo ya me habia desnudado, sin ningún pudor, pues David ni me miraba, y empeze a pajearme.
-Nos damos la vuelta? -Le dijo David a mi mujer-
Ella se giró, y al girarse me buscó con la mirada…
-
Se volvió para tumbarse, pero antes pude ver como sus ojos se dirigian a su masajista, al quien aún no había mirado. Más que a su cara, los ojos de mi mujer pasaron de su cuerpo desnudo, al bulto que se adivinaba en su pija Mordiéndose el labio, me miró de reojo… y ese gesto me puso cachondísimo. Se echó hacia atrás y una vez más no vi si cerraba o no los ojos. David se colocó en un lado y empezó de nuevo a masajear las piernas. Arriba y abajo. Al llegar a los muslos, observé como de nuevo sus manos rozaban, de vez en cuando, los labios vaginales de mi esposa, que cada vez suspiraba con mas fuerza.
David cambió de sitio, y se puso en un lado de la camilla. Me miró, y hizo ademan de quitarse el boxer. Me estaba pidiendo permiso. Asentí, pues adivine que mi mujer debía de tener los ojos cerrados. Se lo quitó y saltó una pija un poco más grande y gruesa que la mía, pero no mucho más. David empezó a masajear entonces los hombros de mi esposa. Yo estaba en los pies, y no quería perder detalle, así que me levanté. Desnudo, con la pija en la mano, dura como una piedra, me puse de pie a unos metros de distancia en un lado de la camilla. Efectivamente, mi mujer tenía los ojos desnudos. David iba con cuidado, y su pija no llegaba a entrar en contacto con el cuerpo de mi mujer. Entonces pasó a los pechos…
Ver un hombre desnudo , masajeandole los pechos a mi mujer desnuda, mientras me pajeaba a unos metros… pues si, la cosa era una locura. Mi mujer seguía gimiendo de vez en cuando, debia estar cachondísima, aunque seguía con los ojos cerrados. David bajo por el vientre de ella, y llego a su vagina. Esta vez, vi como su mano se quedaba allí, y empezaba a masturbarla. Vi como mi esposa arqueaba la espalda en la camilla, y se agarraba con fuerza a ella. En ese momento, David acercó su pija dura a la mano de mi mujer. Ella abrió los ojos. Al estar girada hacia el lado que estaba yo, me miró con deseo, con lujuria, con los ojos que le chispeaban. Me acerqué, y le dije al oído: -Goza vida mia, goza como una perra., quiero ver como agarras otra pija con la mano.
Ella, sin dejar de mirarme, agarró la pija de David y empezó a meneársela… mientras David seguia masturbándola, con una mano en su cola y la otra debajo de su concha
Me acerqué más a la camilla, y le puse la pija en la boca a mi mujer. Ella no lo dudó, y me la agarró con fuerza, y empezó a chuparme. Noté como se corría, dejó de chupármela, y con mi pija en su mano derecha,y la de David en su izquierda, tuvo un orgasmo descomunal. David siguió masturbandola un rato más hasta que notó que debía parar. Se apartó, y nos sonrió.
Yo estaba a mil, y empezé a pajearme con más fuerza. Me subí encima de la camilla, y besé con fuerza a mi esposa, que me agarró la pija y consiguió que esparciera toda mi lecha encima de sus tetas, en unaacabada espectacular.
-No cariño, reservate para luego, que tengo una sorpresa especial.
-No hagas locuras -dijo mirándome con sorpresa- no quiero trios ni cosas raras… te quiero a ti.
-Y yo a ti mi vida. No, no haremos nada fuera de lo común, te lo prometo. Además, nada que tu no quieras hacer, lo sabes.
-Pero dime lo que es, porfa…
-No vida, deja que sea una sorpresa porfa. Tu vistete guapa y salgamos a cenar.
Y así lo hicimos, se puso preciosa, con unos zapatos altos pollera ajustada sobre las rodillas marcando su precioso culo, y una blusa de botones, dejándose dos desabrochados, resaltando un pecho que decía !cómeme!…
Llegamos al restaurante y cenamos, y bebiendo cervezita Después de cenar, al salir me volvió a agarrar de la cintura, y me besó….
-Me tienes supercachonda… quiero cogerte…
-Pensaba ir a tomar algo, pero si quieres vamos a tu «sorpresa» directamente.
-Dime que es amor, va…
Se la veía tan dulce, nerviosa y cachonda
-Mira, tenemos turno en treinta minutos, es justo aquí al lado, si quieres tomamos una copa y luego vamos a tu «sorpresa».
-Que será, un masaje no? Amor yo no quiero masajes yo te quiero a ti…
-Cariño sea lo que sea, vamos a tomar una copa, y déjate llevar porfa. No haremos nada que tu no quieras, pero deja que pruebe cosas «nuevas», sabes que hay cosas que me rondan por la cabeza y no te pido que hagas nada que no quieras, solo que te dejes llevar
-Me tienes intrigada…me dice ella
Nos paramos en un bar a tomar Estuve alagándola todo el rato, diciendole lo guapa que estaba, intentando distraerla… pero de vez en cuando la notaba nerviosa, temiendo, supongo, que le propusiera de verdad un trio o algo parecido…
Tras media hora, salimos y fuimos para el lugar. Yo no había estado allí, pero me había informado bien
-Relájate mi vida – la besé con ternura- sabes que lo único que quiero es verte disfrutar, tu gozo es mi gozo. Dejate llevar, y si en algún momento estás incómoda me lo dices y nos vamos.
Me apretó fuerte la mano, dándome a entender que adelante, que a ver que pasaba. Llamé al timbre y abrió una mujer, debía de ser Ana, algo mayor que mi esposa y vestida muy elegante.
-Hola debes ser Juan y su señora… -dijo adelántandose a darnos dos besos- pasad, pasad.
Entramos y fuimos por un pasillo hasta una sala con mesitas, estábamos solos…
-Bueno Juan, -dijo Ana- ¿seguro que sólo para ella? lo pueden dar en pareja y es muy placentero.
-No Ana, solo para ella gracias.
Tenemos tres chicos y cuatro chicas disponibles, y te van a dar un masaje, en eso quedé con tu marido. Hay varios tipos de masaje, pero tu marido ya dijo que masaje darte, asi que solo hace falta saber si prefieres chico o chica…
Mi mujer me miró, le noté nerviosismo en la mirada, a la vez que parecía que el licor empezaba a hacer efecto, pués me sonrió….
-Un chico -dije yo- si a ella le parece bien.
-Bueeeno,- dijo ella, y nos reímos.
Sabía que preferiría un chico.
Ana se fue, y mi mujer, dando otro sorbo al licor,. Yo le acariciaba la pierna, por debajo de la mesa, por debajo de falda… estaba excitada, nerviosa y excitada, lo sabía. Entró un muchacho de unos 25, vestido con vaquero y camisa negra. Era moreno, pelo corto, muy guapo, y se le veía con buen cuerpo. No era muy alto, estaria sobre los 1.75.
-Hola, me llamo Iván -dijo hacercándose a darle dos besos a mi mujer-
Se fue por donde había venido, y mi mujer, que no había dicho nada, me dijo:
…mmmm…. -sonriendome-
Bueno, pensé, por lo menos ya no está tan tensa. Después de unos minutos, y apurar la copa, entró otro muchacho, este era bastante más alto que Iván, algo mayor (estaría sobre los 30), llevaba media barba y fisicamente se le notaba delgado pero musculoso, fibrado. Vestía un vaquero y una camiseta sport, blanca.
-Este -dijo mi esposa agarrándome la mano-
-Jajajajaja -me reí.
. Le dió dos besos a mi mujer, y marchó me excitó ver como mi mujer se fijaba en ese hombre. O una mezcla de todo. En fin, habíamos venido a experimentar, no?
Mi mujer debió notar algo, porque me dijo
-Amor, estás seguro de esto?
-A mi me pone caliente la idea, que quieres que te diga…
Nos llevó a una habitación con luz tenue, y música relajante. Había velas a aromáticas, y la decoración eran una cama, una camilla de masajes, un una butaca. Había tambíen una ducha y un biombo.
-Usted puede desnudarse o quedarse en ropa interior, y tumbarse en la camilla. Y usted Juan puede ocupar la butaca. En breve vendrá David.
Y se fue. Mi mujer me miró, pero no con la inseguridad de hace un rato, sino con una mirada de excitación, de deseo, de lujuria, que me encantó. Empezó a quitarse la ropa, mirándome, mientras me decía: -asi que te pone cachondo ver como masajean a tu mujercita no?… A ver si al final hacemos un trio…jajaja. Se quedó en tanguita y sostén… -Estás preciosa amor – le dije, y me acerqué a besarla con pasión – Te cogeria aqui mismo. Mientras la besaba, le desabroché el sostén, y apoyé una mano en su concha por encima de la tanga. Lo noté húmedo.
-Uyyy -dije- como vas a disfrutar.
La llevé hacia la camilla, y la ayudé a acostarse boca abajo. Estaba preciosa, solo con una tanguita, con ese culito que me lo hubiese cogido ahí mismo. Le puse la toalla por encima, la besé otra vez -Cierra los ojos y dejate llevar- Le dije. Así lo hizo, y yo me senté en la butaca, dispuesto a ver el espectáculo.
Entró David, sin decir nada. Ahora no llevaba más que unos shorts puestos. Le adiviné un buen paquete, pero lo que más me llamó la atención fue que estaba fisicamente echo un toro. No le veia grasa por ningun lado. David empezó su trabajo, tenía un bote de aceite y iba mojándose las manos de vez en cuando. Pude ver como empezaba por la espalda de mi mujer, un buen rato, arriba y abajo, relajándola. Desde mi posición no podia ver su cara, desconocía si seguía con los ojos cerrados o no. David se pasó a las piernas, y se tiró otro buen rato, los gemelos, los pies…. Llevaba como veinte minutos de masaje, cuando ya empezó a subir por los muslos. Cada vez, veía como sus manos se acercaban al culito de mi esposa. Notaba como mi pija empezaba a reaccionar. Pensaba sentiría celos, pero de momento me estaba excitando. De repente, David quitó la toalla. Ahí estaba mi mujer con el culito en tanga, las manos de ese hombre recorriendolo, masajeándo desde los gemelos hasta sus nalgas, frotando a conciencia, espalda, culo, muslos… no dejaba un rincón sin masajear bien. Escuché como mi esposa dio un suspiro. No había duda, estaba excitada. Vi que David le estaba rozando, en algun que otro movimiento, el clitoris por encima de la tanga
-Quitamos esto para que no se manche? -Dijo el muchacho tirando de los lados de la tanguita
-Mmmmjjjmmm -fue cuanto dijo mi mujer, levantando un poco el culito.
Pude ver como mi mujer, ya sin tanga, abría un poco más que antes las piernas, dejando ver esa hermsosa concha , depilada, y mojada a su masajista. Tambíen pude adivinar como a David le empezaba a crecer la pija debajo del short. Siguió con su masaje, frotando los muslos, el culito, dejando esta vez que resbalara aceite desde la espalda hacia su culito, mientras sus manos no tocaban directamente… solo rozaban. Yo ya me habia desnudado, sin ningún pudor, pues David ni me miraba, y empeze a pajearme.
-Nos damos la vuelta? -Le dijo David a mi mujer-
Ella se giró, y al girarse me buscó con la mirada…
-
Se volvió para tumbarse, pero antes pude ver como sus ojos se dirigian a su masajista, al quien aún no había mirado. Más que a su cara, los ojos de mi mujer pasaron de su cuerpo desnudo, al bulto que se adivinaba en su pija Mordiéndose el labio, me miró de reojo… y ese gesto me puso cachondísimo. Se echó hacia atrás y una vez más no vi si cerraba o no los ojos. David se colocó en un lado y empezó de nuevo a masajear las piernas. Arriba y abajo. Al llegar a los muslos, observé como de nuevo sus manos rozaban, de vez en cuando, los labios vaginales de mi esposa, que cada vez suspiraba con mas fuerza.
David cambió de sitio, y se puso en un lado de la camilla. Me miró, y hizo ademan de quitarse el boxer. Me estaba pidiendo permiso. Asentí, pues adivine que mi mujer debía de tener los ojos cerrados. Se lo quitó y saltó una pija un poco más grande y gruesa que la mía, pero no mucho más. David empezó a masajear entonces los hombros de mi esposa. Yo estaba en los pies, y no quería perder detalle, así que me levanté. Desnudo, con la pija en la mano, dura como una piedra, me puse de pie a unos metros de distancia en un lado de la camilla. Efectivamente, mi mujer tenía los ojos desnudos. David iba con cuidado, y su pija no llegaba a entrar en contacto con el cuerpo de mi mujer. Entonces pasó a los pechos…
Ver un hombre desnudo , masajeandole los pechos a mi mujer desnuda, mientras me pajeaba a unos metros… pues si, la cosa era una locura. Mi mujer seguía gimiendo de vez en cuando, debia estar cachondísima, aunque seguía con los ojos cerrados. David bajo por el vientre de ella, y llego a su vagina. Esta vez, vi como su mano se quedaba allí, y empezaba a masturbarla. Vi como mi esposa arqueaba la espalda en la camilla, y se agarraba con fuerza a ella. En ese momento, David acercó su pija dura a la mano de mi mujer. Ella abrió los ojos. Al estar girada hacia el lado que estaba yo, me miró con deseo, con lujuria, con los ojos que le chispeaban. Me acerqué, y le dije al oído: -Goza vida mia, goza como una perra., quiero ver como agarras otra pija con la mano.
Ella, sin dejar de mirarme, agarró la pija de David y empezó a meneársela… mientras David seguia masturbándola, con una mano en su cola y la otra debajo de su concha
Me acerqué más a la camilla, y le puse la pija en la boca a mi mujer. Ella no lo dudó, y me la agarró con fuerza, y empezó a chuparme. Noté como se corría, dejó de chupármela, y con mi pija en su mano derecha,y la de David en su izquierda, tuvo un orgasmo descomunal. David siguió masturbandola un rato más hasta que notó que debía parar. Se apartó, y nos sonrió.
Yo estaba a mil, y empezé a pajearme con más fuerza. Me subí encima de la camilla, y besé con fuerza a mi esposa, que me agarró la pija y consiguió que esparciera toda mi lecha encima de sus tetas, en unaacabada espectacular.
6 comentarios - lleve a mi esposa a darse un masaje caliente