llegó el viernes, mientras me arreglaba para el desayuno con mis amigas, no dejaba de pensar en lo rico que sería volver a coger con mi suegro. Deseaba cancelar el desayuno e irme con mi suegro, pero tenía que ser paciente.
La ropa que llevaba ese día era el tipo de ropa que me gusta, la ropa que hace pensar a quien me ve que soy una puta caliente con unas enormes ganas de verga. Tanga y brassier, un pantalón negro demasiado ajustado, mi culo lo reventaría en cualquier momento, una blusa blanca, dos tallas menores a la mía por lo cual mis tetas en cualquier momento la reventarían también, tacones de aguja, realmente me veía bien.
El desayuno fue de lo más normal, aunque mis amigas me preguntaron qué porque estaba tan distraída, yo les quería decir que era porque unas horas más tarde tendría entre mis piernas la enorme verga de mi suegro, pero como varias de ellas no sabían lo puta que soy, simplemente les dije que era porque no había dormido bien.
Sonó mi celular, era mi suegro, me levanté a contestar, salí del lugar donde desayunamos. Había mucha gente afuera, era una zona transcurrida, así que no pude excitar a mi suegro como tanto me gusta, solo al saludarlo le dije hola mi amor, él me dijo que su desayuno iba para largo, yo le dije que tenía muchas ganas de hacer lo que habíamos platicado, que ya tenía lista la ropa que me había pedido, él me dijo que yo era la mujer que más le gustaba, y que no me iba a hacer una grosería así que me dijo que en una hora pasaba a mi casa por mí, le dije que sí, yo estaba feliz, parecía como si fuera la primera vez que saliera con un hombre que me gustará muchísimo y pensará en si él me daría un beso. Me despedí de mis amigas, me fui a mi casa, donde simplemente tomé el bolso que llevaba la ropa para usar con mi suegro y la ropa para los dos días que estaríamos en la casa de los familiares de mi marido
Mi suegro llegó tocó a la puerta, lo hice pasar y le di un largo beso, mi lengua quería entrar por completo a su boca, él bajo sus manos a mis nalgas y me besó delicioso. Cuando nos separamos, le dije que nos fuéramos, él tomó el bolso me hizo pasar primero y me dio una fuerte nalgada.
Los dos nos reímos, salimos de la casa, subimos a su auto. En el camino hablamos primero de la fiesta, después de nosotros, hablábamos de que el sexo entre nosotros se había vuelto tan imprescindible que era más importante que comer. Después de un rato llegamos a la zona donde viven los familiares de mi marido, entramos a un telo muy conocido.
Llegamos al cuarto, nos dimos un beso, y le dije que me iría a cambiar, fui al baño y me puse una tanga negra, una pollera bien corta tipo colegial
Al salir mi suegro ya se había desnudado, le dije.
Maestro Eduardo está seguro de que si estoy con usted me va a poner 10.
Me acerqué a él, le comencé a besar el pecho, fui bajando a su estómago y después le bese la verga, se la levanté y le bese los testículos, después pasé mi lengua por su verga, lo hice varias veces, después chupé sus testículos, el gemía tomé su verga de la base y le pasé la lengua por la cabeza, el comenzó a gemir más fuerte, me gusta mucho escuchar a mis machos gemir o mejor aún gritar, eso me demuestra que se usar mi boca, que soy una buena puta.
Me metí toda la verga en la boca, me costaba mucho trabajo, pero cada que se la mamo a mi suegro me gusta por lo menos una vez metérmela toda, aún que siento que me ahogo no puedo evitar tener esa verga en la boca, quisiera que pudiera estar siempre dentro de mí. Después me la saque y me la metí, la llené de mi saliva, el ya gritaba, yo cada vez lo hacía más rápido y mi lengua iba por todos lados, menos mal que mi suegro tiene mucho aguante, porque muchos otros hombre ya se hubieran venido con una mamada así.
Me la saqué, me paré y me quite la blusa, lo hice sentarse en la cama, mis tetas se las pase por la cara, el me las chupó, después hice que me quitara la falda, mi suegro estaba muy excitado con todo esto, después me quite la tanga, se la pasé por la cara, el sacó la lengua y la chupó, me decía que mi tanga estaba llena de mis jugos y que eso le gustaba mucho, yo estaba muy caliente al verlo tan excitado chupando mi tanga.
Me tiro sobre él, me hizo sentarme sobre su verga, de un solo golpe me la metí toda.
Yo saltaba él me tomaba de la cintura, los dos gemíamos. Así estuvimos un rato, después cambiamos de posición, me acosté y abrí de piernas, el me la apuntó y me la metió toda, lo hacía muy rápido, sentía como mi concha se abría cada vez más, mi suegro me agarraba de las tetas, era delicioso.
Aaaahhhh me vengo, como me llenas con tu hermosa verga.
Mis jugos salían empapándole más la verga, yo sentía que me desmayaba de tanto placer. Él me dio una cachetada.
Eres una puta.
Sí papi una puta.
Yo era feliz cuando estaba en una cama con mi suegro.
–Como me gusta ser tu puta.
–Mi hijo se casó la más puta de las mujeres.
Me levantó y me hizo ponerme de perrito, me la metió por el culo.
Me agarró las nalgas y comenzó a cogerme muy duro, yo gemía, después gritaba, él cada vez me lo hacía más rápido, mi cuerpo lo movía de atrás hacia adelante, mi suegro cada vez gritaba eves puta.
¿te gusta cómo se mueve la puta de tu nuera?
–Sí, sigue así.
-Me haces venir, síííííííííííííííííííííííí.
Me hizo llegar a un orgasmo delicioso, yo deje de moverme, pero él siguió cogiéndome muy fuerte, hasta que su verga se hincho mucho y me lleno de leche la cola
Nos acostamos a descansar, nos dormimos un rato, después de un par de horas nos levantamos, nos bañamos y vestimos y fuimos a la casa de la familia, al llegar mi esposo y mi suegra nos preguntaron que como nos había ido, yo les dije que estar con mi suegro siempre era muy bonito que era un hombre encantador, mi suegro solo me sonrió.
La ropa que llevaba ese día era el tipo de ropa que me gusta, la ropa que hace pensar a quien me ve que soy una puta caliente con unas enormes ganas de verga. Tanga y brassier, un pantalón negro demasiado ajustado, mi culo lo reventaría en cualquier momento, una blusa blanca, dos tallas menores a la mía por lo cual mis tetas en cualquier momento la reventarían también, tacones de aguja, realmente me veía bien.
El desayuno fue de lo más normal, aunque mis amigas me preguntaron qué porque estaba tan distraída, yo les quería decir que era porque unas horas más tarde tendría entre mis piernas la enorme verga de mi suegro, pero como varias de ellas no sabían lo puta que soy, simplemente les dije que era porque no había dormido bien.
Sonó mi celular, era mi suegro, me levanté a contestar, salí del lugar donde desayunamos. Había mucha gente afuera, era una zona transcurrida, así que no pude excitar a mi suegro como tanto me gusta, solo al saludarlo le dije hola mi amor, él me dijo que su desayuno iba para largo, yo le dije que tenía muchas ganas de hacer lo que habíamos platicado, que ya tenía lista la ropa que me había pedido, él me dijo que yo era la mujer que más le gustaba, y que no me iba a hacer una grosería así que me dijo que en una hora pasaba a mi casa por mí, le dije que sí, yo estaba feliz, parecía como si fuera la primera vez que saliera con un hombre que me gustará muchísimo y pensará en si él me daría un beso. Me despedí de mis amigas, me fui a mi casa, donde simplemente tomé el bolso que llevaba la ropa para usar con mi suegro y la ropa para los dos días que estaríamos en la casa de los familiares de mi marido
Mi suegro llegó tocó a la puerta, lo hice pasar y le di un largo beso, mi lengua quería entrar por completo a su boca, él bajo sus manos a mis nalgas y me besó delicioso. Cuando nos separamos, le dije que nos fuéramos, él tomó el bolso me hizo pasar primero y me dio una fuerte nalgada.
Los dos nos reímos, salimos de la casa, subimos a su auto. En el camino hablamos primero de la fiesta, después de nosotros, hablábamos de que el sexo entre nosotros se había vuelto tan imprescindible que era más importante que comer. Después de un rato llegamos a la zona donde viven los familiares de mi marido, entramos a un telo muy conocido.
Llegamos al cuarto, nos dimos un beso, y le dije que me iría a cambiar, fui al baño y me puse una tanga negra, una pollera bien corta tipo colegial
Al salir mi suegro ya se había desnudado, le dije.
Maestro Eduardo está seguro de que si estoy con usted me va a poner 10.
Me acerqué a él, le comencé a besar el pecho, fui bajando a su estómago y después le bese la verga, se la levanté y le bese los testículos, después pasé mi lengua por su verga, lo hice varias veces, después chupé sus testículos, el gemía tomé su verga de la base y le pasé la lengua por la cabeza, el comenzó a gemir más fuerte, me gusta mucho escuchar a mis machos gemir o mejor aún gritar, eso me demuestra que se usar mi boca, que soy una buena puta.
Me metí toda la verga en la boca, me costaba mucho trabajo, pero cada que se la mamo a mi suegro me gusta por lo menos una vez metérmela toda, aún que siento que me ahogo no puedo evitar tener esa verga en la boca, quisiera que pudiera estar siempre dentro de mí. Después me la saque y me la metí, la llené de mi saliva, el ya gritaba, yo cada vez lo hacía más rápido y mi lengua iba por todos lados, menos mal que mi suegro tiene mucho aguante, porque muchos otros hombre ya se hubieran venido con una mamada así.
Me la saqué, me paré y me quite la blusa, lo hice sentarse en la cama, mis tetas se las pase por la cara, el me las chupó, después hice que me quitara la falda, mi suegro estaba muy excitado con todo esto, después me quite la tanga, se la pasé por la cara, el sacó la lengua y la chupó, me decía que mi tanga estaba llena de mis jugos y que eso le gustaba mucho, yo estaba muy caliente al verlo tan excitado chupando mi tanga.
Me tiro sobre él, me hizo sentarme sobre su verga, de un solo golpe me la metí toda.
Yo saltaba él me tomaba de la cintura, los dos gemíamos. Así estuvimos un rato, después cambiamos de posición, me acosté y abrí de piernas, el me la apuntó y me la metió toda, lo hacía muy rápido, sentía como mi concha se abría cada vez más, mi suegro me agarraba de las tetas, era delicioso.
Aaaahhhh me vengo, como me llenas con tu hermosa verga.
Mis jugos salían empapándole más la verga, yo sentía que me desmayaba de tanto placer. Él me dio una cachetada.
Eres una puta.
Sí papi una puta.
Yo era feliz cuando estaba en una cama con mi suegro.
–Como me gusta ser tu puta.
–Mi hijo se casó la más puta de las mujeres.
Me levantó y me hizo ponerme de perrito, me la metió por el culo.
Me agarró las nalgas y comenzó a cogerme muy duro, yo gemía, después gritaba, él cada vez me lo hacía más rápido, mi cuerpo lo movía de atrás hacia adelante, mi suegro cada vez gritaba eves puta.
¿te gusta cómo se mueve la puta de tu nuera?
–Sí, sigue así.
-Me haces venir, síííííííííííííííííííííííí.
Me hizo llegar a un orgasmo delicioso, yo deje de moverme, pero él siguió cogiéndome muy fuerte, hasta que su verga se hincho mucho y me lleno de leche la cola
Nos acostamos a descansar, nos dormimos un rato, después de un par de horas nos levantamos, nos bañamos y vestimos y fuimos a la casa de la familia, al llegar mi esposo y mi suegra nos preguntaron que como nos había ido, yo les dije que estar con mi suegro siempre era muy bonito que era un hombre encantador, mi suegro solo me sonrió.
9 comentarios - cada vez me coge mejor mi suegro