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FanFiction Dragon Ball: Hijos Pervertidos. Parte 2

Parte 2 – Alentando malas costumbres

Les traigo un nuevo fanfiction de Dragon Ball. Lo que acontece en este episodio sucede varios años después de lo visto en Super y la película de Broly (2018) Todos los personajes son mayores de edad.

A pesar de que dije que sería en dos partes, quizás sean 3. Escucho sugerencias, si les gusta, hago una 3era parte, sino sigo con otra historia 😉 Trunks cenará con Bulma esperando el reto de su vida tras ser descubierto por ella, no obstante, tras escucharlo no cree que la fotografía haya sido tomada por pedido de Goten y está dispuesta a llegar al fondo de la cuestión.

Protagonistas: Bulma



FanFiction Dragon Ball: Hijos Pervertidos. Parte 2

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El día continuó bastante tranquilo a pesar del incidente en la habitación. Trunks estaba con hielo en la cabeza mirando la televisión cuando Bulma lo llamó a cenar, ceñuda. El muchacho había explicado todo en su desesperación... La pelea con Goten, la apuesta, el somnífero, la fotografía, sintiéndose muy avergonzado, muy extrañado por lo que había intentado hacer. Ahora que había pasado no entendía por qué quiso llegar tan lejos.

A pesar de todo, la cena que iban a tener no se canceló y Trunks se apersonó en el comedor, donde el cheff dejo dos carritos de comida y descubrió los manjares que comerían. Bulma hizo una seña y el cheff se marchó dejándolos solos. Su hijo esperaba el reto de una puta vez, la tensión iba in crecendo y no soportaba más el silencio de su madre.

A pesar de haber sido desnudada mientras dormía por un hijo pervertido, estaba vestida para el infarto, más provocativa que nunca. Un vestido rojo brillante pegado al cuerpo con un escote en V profundo que llegaba al ombligo, que rebelaba la mitad de la cara interna de sus tetas, muy juntas, dibujando ambas el apetecible 8 acostado. De sus orejas colgaban adornos invaluables y sus muñecas lucían sendos accesorios, no había escatimado en ornamentos ni maquillaje. No entendía porque se lucía tan sexual luego del incidente, quizás quería probarlo y por ellos se desafío a nunca perder el contacto visual.

- ¡Lo siento! ¡No debí aceptar ese pedido, fui un inmaduro!- Se confesó sin obtener una respuesta, su madre comía langosta mojando la pulpa del crustáceo en diversas salsas, chupando la carne de las patas muy ruidosa.

- Come, Trunks. Luego hablaremos.- Sugirió tranquila pero severa. A pesar de ser un saiyajin tenía el estómago cerrado, aunque poco a poco se relajo y comió tonkatsu con arroz (milanesas japonesas) y tempura (mariscos y verdura frita) presentada como una flor para servirse con la mano. Cuando comenzaba a disfrutar de los manjares, Bulma habló.

- Entonces Goten te pidió una foto.- Preguntó sería, pareciendo desinteresada.- Ese Goten… aunque entiendo que es la edad. Empiezan a volverse locos por unos pechos.

- Sí, el que pierde hace cosas así.- Explicó sincero, notando que su madre o bien se contenía o estaba interesada.- Pero yo también tuve la culpa, no debí aceptar eso ni tampoco perder. No volverá a ocurrir.

Bulma parecía relajarse cada vez más, sirviéndose vinos extremadamente caros en cada silencio.

- Por eso una vez te escondiste tras una cortina en la habitación de Milk. Fue idea tuya.- Dilucido muy acertada.

- ¿Cómo lo sabes? ¿Nos descubrió aquella vez?- Preguntó. Bulma asintió terminando otra copa.

- Me lo dijo hace tiempo, me alertó que ande con cuidado ya que empezaban a hacer ese tipo de travesuras. Ah, y sobre el somnífero, soy inmune a esas cosas. La Tierra estuvo en peligro tantas veces… ni una botella me surte efecto ya.

- Que vergüenza.- Dijo abrumado.

En una nueva pausa, la mujer desplegó la bandeja de postres y se sirvió helado con caramelo fundido como si estuviera hablando de espectáculos con sus amigas. Trunks la imitó, aunque muy perturbado y comiendo solo por inercia.

- Pásame tu teléfono.- Ordenó la mujer y él obedeció cabizbajo. Imaginaba la carcajada de Goten al enterarse que fue descubierto y su grito en el cielo al ver que perdería las fotos. Casi parecía verlo pasar de la euforia a la desazón. Goten siempre había cumplido las pruebas por más difíciles que fueran y él fallaba a la primera.

- Está bloqueado, deja que…- Pero Bulma puso una clave numérica indescifrable y estaba desbloqueado, enseñándoselo.- ¿Cómo lo hiciste?

- Yo los invente, bobo. Ahora veamos tus dotes de fotógrafo.- Dijo navegando por el teléfono.- Nada mal.- expresó burlona al verlas poniendo a su hijo rojo como un tomate.- Goten quería una foto de mis pechos, pero sacaste a algo más, no es así…- Enseñando una de las últimas fotos, de su vagina.

- Ya dije que lo siento. No sé que me ocurrió.- Dijo muy avergonzado, aunque satisfecho de que estaba teniendo el reto que se merecía. No era un cobarde, aunque pudo haberse ido volando, se quedó a recibir lo que se merecía: una buena reprimenda, que le gritara, que lo insultara, que lo entendiera… ¿entendiera?

- De haber sabido, hijo.- Expresó limpiándose la boca con una servilleta blanca y devolviéndole el teléfono sin borrar nada.

- ¿¡Qué quieres decir!?- Dijo incrédulo. Bulma se inclinó sobre la mesa para limpiarle la boca con la servilleta de tela, con las bamboleantes tetas colgando peligrosamente casi afuera del vestido.

- Entiendo perfectamente, Trunks. No necesitas ocultármelo más ni culpar a Goten. Tenía mis sospechas pero ahora están confirmadas, pequeño pervertido.

- No entiendo, es verdad que Goten la pidió…- Expresó sin comprender el giro de los acontecimientos.- ¿De qué sospechas hablas?

- Deja de fingir, Trunks. Yo me acuerdo de todo. – Explicó con calma, sonriente, casi disfrutando de todo a pesar de que debía estar furiosa.- En parte sabía que podía pasar, no era normal que tomaras mi pecho tanto tiempo y no tuve que dejarte pero lo hice porque pensé que era propio de los saiyajins y además quería que crecieras fuerte y sano.

- ¿Hasta qué edad amamante?

- Seis. Hablabas y caminabas antes de dejar la teta. Sospechaba que eras un pequeño pervertido y más cuando nació Bra. Siempre supe que eras vos el que robaba la leche que me extraía y dejaba en la heladera, sabandija.- Informó guiñándole un ojo.- ¿Así que te gustan mayores he? ¿O es solo conmigo?

Trunks no supo que decir, se rasco el cabello incómodo y rojo como un tomate en un gesto parecido al de Goku, aunque carente de su inocencia.

- No sé porque lo hacía, quizás celos, nada más. No era de pervertido ni nada. La bebía para que culparan a Bra de glotona o algo así. Fui un niño tonto.

- Claro, claro.- Le restó importancia.- Bueno, entonces no le enviaste las fotos a Goten, me imagino.

- Obvio que no. – Respondió secante.- Entendí la lección, tengo que dejar esas pruebas, debo madurar y no seguirle la corriente a Goten, ni yo pedirle que haga cosas así...

- Aburrido- Susurró misteriosa dejando los platos sucios de la cena y el postre sobre el carrito de mozo. – Porque detesto que me tomen fotografías por sorpresa, sin maquillaje, sin vestidos, sin estar preparada. Si me van a fotografiar debo estar preparada.

- ¿Qué quieres decir?- Dijo Trunks perplejo mientras con una campanilla, llamaba a los mozos para que se llevaran todo rastro de la cena. Parecía que aprovechaba el momento para dejarlo pensar.

- Bueno, si quieres enviar una foto será una que yo quiera. ¿Aún quieres cumplir lo pactado no? - Propuso a su hijo, sin que este entendiera de todo. Esperaba el reto de su vida, no que alentara sus conductas casi criminales.

- Piensa rápido o me iré a dormir.- Bufo algo fastidiada por las dudas de Trunks, cruzándose de brazos de tal manera que parecía inflarse las tetas.

- No entiendo.- Admitió con cara de bobo.- ¿Quieres que te tome la foto?

- ¡Si serás tonto! Ven aquí… - Perdió la paciencia.

Bulma se incorporó sensual como era, lo tomo del brazo y lo condujo al sofá. Frente al enorme tv. Cuando estaba a punto de preguntar si verían una película, su madre cerró las cortinas, atenuó las luces y se sentó junto a él sin despegarle la mirada.

Con un movimiento totalmente suave, tomó la parte central de su vestido y la abrió como una ventana liberando sus portentosos senos, que lo miraron a la cara una vez más en el día.

- No puedo creerlo.- Jadeó Trunks, sin comprender hasta dónde llegaría su madre con el juego. Sus manos temblorosas y sudadas perdieron el teléfono y ni se dio cuenta.

Bulma se inclinó hacia atrás y observo a un lado posando despreocupada, como si no se hubiera dado cuenta de que sus tetas estaban al aire, totalmente expuestas para él.

- ¿Y bien? ¿Qué esperas a fotografiarme?- Se impacientó aunque se lo dijo en un susurro de lo más seductor. Su hijo se apresuró a recoger el celular y tomar fotografías capturando la escena en su totalidad, no solo sus tetas, también su pose, el lugar, cuidando el ángulo…

Hablando de ángulo Bulma le puso ganas e imaginación. Se inclinó hacia adelante dejando caer sus senos hasta el sofá y con la cola para arriba dejando que su hijo la fotografía de frente y costado capturando las preciosas curvas de su columna, trasero, y senos mirando hacia abajo. Luego, cual modelo profesional volvió a cambiar de pose acostándose con los brazos estirados y las piernas cerradas a un lado.

Trunks, antes de que se diera cuenta, tenía una tienda de campaña en la entrepierna, como un magneto atraído por esos dos enormes polos en el pecho de su madre.

- ¿Te gusta cómo me veo, Trunks?- Preguntó dedicándole una mirada seductora. Con cada posición, sus tetas parecían moldearse como nuevas. Lo tenían hipnotizado.

- Demonios, esto está mal en tantos niveles… - Admitió sorprendido de cómo se habían dado las cosas.

- Si tanto te molesta el juego puedo irme a dormir. Y no me contestas si te gusta cómo me veo- Amenazo sabiendo que ya lo tenía en el anzuelo entregado.

- No puedo creer que te gusten estas cosas, si papa se entera me mata, y sí, estás hermosa, mama- Admitió preocupado Trunks pero sin querer detener el tren en llamas en el que iba sin escalas al infierno de Dabura, decidido a llegar hasta donde su sensual madre se lo permitiera. No podía creer que pensara en su madre como sensual y le dijera que estaba hermosa.

- Él se divierte a su manera, no te preocupes y ocúpate de esto…

La mujer fue abriendo las piernas lentamente, levantándose el vestido por sí solo a medida que sus piernas se separaban y enseñaban una tanga diminuta de encaje, bien metidita entre sus carnes de milf. Esta vez no espero la orden y comenzó a gatillar como un loco, cada vez acercándose más a la entrepierna a la vez que Bulma comenzaba a jadear y acariciar sus tetas, incuso, a succionarlas muy excitada.

- Vamos, fotografía a tu madre siendo una zorra, acércate Trunks…

Como una venus atrapa moscas, el joven cayó en la trampa y cuando se acercó a fotografiar la acción, Bulma lo tomó y comenzó a besarlo. Sin saber cómo, al segundo estaba bajo ella con sus potentes labios besuqueando los suyos y su lengua hurgando dentro de su boca, sintiendo el perfume de su piel y el peso de sus pechos sobre él, un huracán de sensaciones excitantes que nunca pensó que viviría con su madre.

Sin dudas a la mujer la ponía a mil besar a su hijo, lo besaba como una posesa, metiendo tanta lengua y traspasando tanta saliva como le era posible. Trunks saboreo la langosta que ella comió hace minutos, el postre helado y hasta el vino, todos esos sabores morbosos se revolvían en su boca haciéndole estallar los pantalones.

- Mama… no aguanto más. – Dejó escapar en una súplica rozándola con la entrepierna en la cadera para que notara su dolorosa erección.

- ¿Quieres que te la chupe?- Preguntó mordisqueándole el labio.- Vaya, que hijo pervertido que tengo.

- Una chupada, una jalada, lo que sea, y yo no tengo la culpa de que me beses como una profesional.- Se confesó totalmente fuera de sí, sin una pizca de actividad neuronal funcionándole correctamente.

- Espera, divirtámonos un poco, después de todo tenemos todo el tiempo por delante. Tu padre está viajando con Bra, tus abuelos en una convención de ciencia en Ciudad Satán, tenemos todo el tiempo para explorar nuestros deseos.

Su lengua rosada emergió edulcorada cual era y comenzó a pasarla por los labios de Trunks, por cada resquicio, por cada parte de su boca, hasta hundirse en él casi hasta la garganta, lengüeteándole toda la boca por dentro y terminando en un sonoro chupón que le dejó los labios inflados. Repitió la acción hasta que Trunks por poco se corre con tan solo el morbo de esos besos tan profesionales que asustaban.

- No puedes besar tan bien, mama.- Dijo abriendo los ojos, temiendo que todo haya sido un sueño.

- Ya sabes lo que dicen, no hay como el amor de una madre. Y ahora te tengo un obsequio mejor, lo que muchos han querido hacerme por años.

Acto seguido, Bulma colocó su busto sobre su rostro y comenzó a bajar hasta hundirle la cara entre las tetas por varios segundos. Su hijo se refregó entre los senos gozando estar envuelto en tan exuberantes portentos de la naturaleza, respirando con profundidad para impregnarse el olor de su piel. Tras dejarlo respirar unos segundos, puso a prueba su boca colocando una teta sobre sus labios, para que la chupara.

- Eso es, así, así… si, muy bien, chupa mis tetas, tráeme recuerdos… -Gimió dándosela con la mano como si quisiera ahogarlo, pasando de una a la otra, dejándolas brillantes de saliva y coloradas por la succión. Como si fuera un enamorado, las manos de Trunks acariciaban los cabellos de su madre y su espalda gozando del manjar de los dioses que estaba probando succionando con cada vez más fuerza.

– Me hubieras dejado seca…

- No aguanto más, me va a reventar.- Volvió a la carga tratando de conducir la cabeza de Bulma a su pene, hirviendo tanto por lo que hacía como por lo que escuchaba, pero esta lo eludió y volvió a besarlo escurridiza como una serpiente.

- ¿Ya quieres ir a la acción? Hay muchas cosas por hacer antes. – Expresó incorporándose y sentado a su hijo frente a ella.- Como por ejemplo un baile privado…

- Es como una lección ¿verdad? Debo aguantar lo más posible.- Pensó muy errado.

- No tontito, no se trata de aguantar, sino de disfrutar. Ya te lo dije, habrá tiempo para todo.

Bulma, con el objetivo claro de hacer estallar de placer a su hijo, comenzó a menearse frente a él en un baile digno de cualquier local nocturno, lleno de roce, de perfume, de bamboleó a la vez que se levantaba el vestido enseñando su precioso trasero con una minúscula tirita de tela perdida muy dentro de sus cachetes. La mujer sacudió sus nalgas de un lado a otro mientras sostenía su vestido para no dejar de enseñarse, girando para bailarle de frente alzando y bajando la cadera como haría si estuviera arriba de un hombre teniendo sexo duro…

- No se vale tocar.- Puso como regla trivial mientras descendía su culo hasta la entrepierna del joven, que ya comenzaba controlarse y admirar el paisaje de semejante culo rosándole el sexo con fervor.

- No tengo una chupada, no puedo tocar… al menos enséñame ese culito precioso.- Rogó casi rompiendo la regla y abalanzándose sobre el trasero.

- ¿Me quieres ver el agujerito, pervertido?- Le susurró al oído.- Pronto harás más que verlo…

Tras varios minutos de baile en que la mujer quedó agotada, se dejó caer sobre su hijo para recuperar el aliento con otra ronda de besos apasionados de los que nunca se cansarían. Trunks abría los entre beso y beso y veía que su madre los tenía cerrados, como una enamorada. La muy cabrona disfrutaba eso del incesto de manera imaginable y desde ese segundo se propuso tomárselo con la misma intensidad.

- Lo has hecho muy bien, ahora, quiero que hagas algo para mama.- Dijo incorporándose, acomodándose el vestido.

- Lo que sea.- Aseguró atontado como si estuviera ebrio aunque con mucho miedo de que todo quedara ahí al ver que se vestía.

- Hay algo que me gusta mucho y no hago con tu padre hace mucho, creo que puedes ayudarme… lo haces, y por supuesto que te la chupo, cabroncito. – Le propuso tocándole la nariz con el dedo índice e invitándolo a que lo siquiera. Trunks, como hipnotizado, la siguió sabiendo que la diversión recién empezaba.





Ni siquiera él sabía de la existencia de dicha habitación. Se llegaba a ella a través del balcón de la habitación matrimonial pasando una puerta discreta que Trunks siempre pensó que era tan solo un armario de artículos de limpieza. Se encontraba en el centro de la casa, en el punto más alto, tenía un ventanal alto y circular de cristal donde se veían las estrellas. Contaba con una camilla de masajes, un jacuzzi contra una de las paredes y armarios con lociones, cremas, aceites y otros divertimentos exóticos.

Bulma lo llamó desde el interior y la encontró lista para recibir un masaje erótico boca arriba en la camilla, desnuda, con una pequeña toalla sobre la entrepierna. Trunks no esperaba nada de eso, pero recordó que hace una hora cenaba con los testículos en la boca esperando el reto de su vida… y ahí estaba su madre, desnuda, esperando un masaje.

- Dame unos buenos masajes, quiero ver que tan buena mano tienes.- Le indicó como si fuera una cliente y su masajista. Trunks lo tomó no solo como un nuevo juego, sino también una evaluación.

- ¿Así que es una de tus actividades favoritas?- Preguntó echándole aceite en el vientre chato, tratando de controlarse y de no embadurnarle los pechos tan pronto. Había visto algunos videos y era importante no ir a ellos tan rápido.

- Lo amo. Lástima que tu padre fue perdiendo la paciencia con el tiempo y dejaba el masaje de lado muy rápido, si es que me entiendes. Un masaje puede ser solo un masaje.- Le explico mientras comenzaba esparciendo la sustancia por su cuello, hombros y bazos, incluso en sus suaves axilas, viendo como la sustancia se reposaba entre los senos, como si fuera un lago, y con cada movimiento, se volcaba dibujando ríos brillantes a los lados.

A pesar de no ser una actividad puramente sexual, la erección seguía firme y expectante como un cohete aguardando la orden de despegue en su hangar. Trató de no pensar en el sexo para complacerla y a la vez de no pensar en todo lo que estaba pasando. No quería sobre analizar las cosas, solo concentrarse en disfrutar el momento como Bulma quería. Sentía el calor de la piel de la mujer, sus músculos, el aceite expandirse dejando la piel porosa y brillante como si se bañara en oro. La mujer comenzó a disfrutar de las manos de su hijo, que le masajeaba el vientre, los flancos y subían por fin hacia los senos.

Tras hacerla desear el tiempo justo, antes de que se lo pidiera, sus manos le masajearon las tetas con sumo placer para ambos, sintiendo la suavidad de ellas, a los pezones brillantes y aceitados endurecerse entre sus palmas. El joven los acarició con devoción haciendo que la espalda de la mujer se arqueé de placer y la toalla comenzara a correrse.

- Aaah, aah, aaah… - Comenzó a gemir entregada a las manos de su hijo.

Trunks a propósito, no dejaba de acosar sus pezones haciéndola retorcer como si el contacto en esos puntos le produjera un cortocircuito. Luego fue bajando por el vientre hacia la entrepierna sin llegar a lo que la toalla escondía, haciéndola desear, subía, bajaba, subía, echaba más aceite y volvía a bajar esta vez decidido a tocar más de lo que imaginó tocar esa noche…

Sin embargo, Bulma lo sorprendió volteando en un rápido movimiento antes de que llegara a su vagina. Trunks casi se fastidia, su madre lo tentaba una y otra vez, no obstante, mantuvo la compostura y aceptó el giro de acontecimiento, después de todo, estaba ante un bocado igual o más apetecible que su delantera.

Ella le fue indicando como le gustaban los masajes y obediente, siguió las recomendaciones al pie de la letra tratando de contenerse ante tales curvas. Trunks masajeó los trapecios de su madre y espalda dibujando formas circulares. Hecho aceite con generosidad y fue bajando presionando sobre la columna con los nudillos y desplegando aceite a los lados, presionando los flancos hasta las caderas, siempre topándose con la toalla, que funcionaba como una barrera infranqueable. Una señal simbólica de que debía controlarse antes de llegar a tener lo que deseaba.

El joven hasta se sorprendió de lo eficiente que era en dicha tarea, aunque seguía todo palote, si su madre quería un masaje no podía quejarse, estaba recibiendo uno muy bueno y él, estaba palpando carnes que daba gusto, olvidando que esas carnes no debían palparse así por un hijo.

Saltándose la toalla, siguió por las piernas, palpando la musculatura de las mismas tras embadurnarlas y esparcir el aceite por todas ellas. Masajeó cada sección, cada parte de los muslos y los gemelos hasta los pies, a los que les dedico los mejores masajes que pudo, esforzándose por demostrar que sus manos eran aptas para mucho más…

-Sabes, ponte cómodo, puedes subirte a la camilla.- Le indicó, y Trunks acepto, quitándose la remera asándose en su propia excitación. Se montó sobre sus piernas, preocupándose de que sintiera su erección con cada roce.

- Creo que podría dedicarme a esto, aunque no creo que tenga el placer de masajear mujeres tan hermosas como tú.- La piropeó con descaro.

- Oh, Trunks, eres un amor. ¿A quién saliste así? Vegeta es frío como el hielo, tendría que aprender de ti.

Desde lo alto volvió a masajear su espalda, su cuello, su cintura, palpándola con ganas, hundiendo las yemas en su piel abrillantada de aceite, cada vez llegando más abajo, corriendo la toallita de a poco hasta ver el nacimiento de su cola, donde la espalda perdía el nombre, todo mientras comenzaba a frotar su pene contra sus piernas, de hecho, se colocó sobre sus pies y ella se lo toqueteaba con los pies como si quisiera masturbarlo por fuera.

- ¿Eres buena con los pies también? ¿Hay algo que no sepas hacer, mama?

- ¿Qué puedo decir? Experiencia, millones e inteligencia, es una combinación ganadora.- Contestó risueña rozándolo en el tronco con los dedos de los pies.

Los minutos pasaban, el calor y sudor de sus manos aumentaba hasta que sin miramientos, la despojó de toalla desnudándola por completo, con esa cola a su disposición para ser aceitada y disfrutada con los ojos y manos. Trunks quedó tildado ante esas dos nalgas, expectantes de atención, ahora entendía por qué Goten estaba como loco por ella, era un infierno de mujer se la mire por donde se la mire.

Bulma comenzó a agitarse cuando le hecho un chorro en la base y fue hacia arriba, esparciendo la sustancia oleaginosa con pasión, dibujando surcos colorados con sus dedos, presionando esas carnes prohibidas sin ningún recato, pispiando además sus labios vaginales húmedos de sus propios lubricantes cada vez que estiraba las nalgas hacia arriba. Su madre comenzaba a menearse nuevamente, aunque esta vez, no escaparía, él estaba sobre sus piernas como reteniéndola, con ese trasero a su merced siendo masajeado desde todas direcciones.

No tardó en cumplir uno de sus cometidos. Le abrió la cola para admirarle el agujero del culo, el preciosos asterisco que tampoco se salvo de ser palpado tras echarle el último chorrito de la botella. Trunks esparció el último contenido por toda la raya, sintiendo el ano ceder ante sus dedos y por fin, meterle dos con facilidad gracias al lubricante.

Bulma gimió, levantando la cola para él, que le colaba dos dedos húmedos mientras que con la mano, mantenía el orificio estirado, con su centro rosadito a la vista.

- Ahh, ahh, ahh… ¿Te gusta el culito de tu madre, pervertido? Ahhh…- Dijo en un jadeó prolongado.

- No parece molestarte, mama, tienes un culito precioso.- La admiró sin dejar de introducirle dos dedos y palparle el interior más prohibido posible, el trasero de su madre, aceitado y relajado, recibiendo sin ninguna resistencia a los dedos hasta los nudillos, girándolos con facilidad dentro de ella…

Ven aquí, pequeño cabroncito, te voy a demostrar para que soy buena también.

Bulma giró hacia él quedando frente a su entrepierna con el vientre y los senos contra la camilla. Tras meterle una mano bajo el pantalón, le manoseó el rabo dedicándole una mirada juguetona.

- Eres cruel, después de semejante masaje, todavía me haces desear.- Jadeó tratando de no eyacular con el solo contacto de la mano toqueteándole el pene y las bolas. Ahora era su turno de hacer el cacheo incestuoso.

Ella se apiadó y le bajó la ropa, observando el pene de su hijo con una expresión entre lasciva y de golosa, como un vagabundo ante un plato de sushi. Comenzó a masturbarlo con ahínco sobre la, dedicándole una mirada amorosa. De tanto tiempo de tenerla erecta, la tenía casi violeta, a punto de largar una jarra entera al menor contacto.

- Mama… no... aguantaré demasiado. No seas difícil. – Imploró poniendo todo su empeño en no enlecharle la mano. Bulma le toqueteaba la cabeza descubierta y roja esparciendo hilos de saliva conteniendo una risa. La muy cabrona disfrutaba hacerse la difícil. Trunks le preguntó con cuantos hombres había sido así.

- Muy bien, has sido paciente, ahora te voy a chupar hasta la médula, veamos que tal sabe.

Por fin sus labios húmedos y ardientes envolvieron el glande y lo lengüetearon dentro de su boca, sin despegarle la mirada. El joven arqueó su cadera para mandársela y Bulma ni se inmutó. La tragaba toda, hasta la garganta, como era de esperarse y ayudándose con una mano para masturbarlo y con la otra le acariciaba los inflados testículos.

- Slurph, slurph, slrff, slurp… - Se escuchaba intercalado con los jadeos del muchacho, haciendo uso hasta de su ki para contener una eyaculación de una potencia hasta peligrosa.- Ahh... Que rico, le acerté a los saiyajin, son todos unos súper dotados.- Le susurró en una pausa para tomar aire desde abajo, con el rostro pegado al pene. El miembro en comparación era más largo que su rostro.

- Espere demasiado, mama, no más juegos.- Expresó tomando una postura dominante, tomándola del cabello y conduciéndola a su miembro viril. Bulma lo succiono y el joven sintió una cantidad importante de líquido preseminales emergiendo irremediablemente. Aunque su madre lo notó, no se inmutó y siguió mamando, ingiriendo el líquido emergente.

- Uhhh… casi, casi.- Dijo aliviado por casi eyacular.- Aguantaré unos minutos más, y de paso, seguiré disfrutando de mi nuevo juguete.

Trunks se estiró para retomar la colada de dedos. Bulma estaba culito para arriba y él le abrió las nalgas aceitadas de forma obscena, metiéndole dos dedos nuevamente y haciendo ganchitos en el interior.

- Despacio, hijito, recuerda que eres un saiyajin y yo no.- Le suplicó sin siquiera intentar reprimirlo por su fijación.

- Tienes razón, no debí ir tan rudo.- Se disculpó sacando ambos dedos, chupándolos para lubricarlos bien y volverlos a meter con mayor facilidad. Sorprendido de lo atrevido que se había vuelto. Hace varias horas consideraba la idea de tomarle una foto a sus pechos una epopeya.

- Nnnhhg, no aguantaré mucho más.- Expresó ante la excitación de tan intensa felación y ese culito a su disposición, víctima de sus jugueteos perversos.

- Aaah.- Volvió a emerger para tomar aire como si estuviera nadando, con el mentón empapado de salvia.- Llegaste a la recta final, dale a mamita un buen chorro de tu leche, vamos.

- Si es lo que quieres, lo tendrás… pero te advierto que vengo cargado.- Previno cachondo.

- Soy humana pero no inútil, vamos, veras que me la tragare todita…

Bulma volvió al ruedo cabeceando como un pájaro carpintero, a una velocidad vertiginosa que solo la experiencia podía dar, logrando que Trunks se corriera de forma tan brutal que ni siquiera pudo anunciarlo. Una marejada seminal se disparó en varias cargas gruesas y espesas en la boca y garganta de Bulma, que a pesar de la cantidad, la manejo con maestría sin dejar de cabecear y salpicando semiente para todos lados.

A medida que salía, la mujer lo chupaba como una aspiradora, siguiendo mamando a pesar de que el pene ya quedaba fatigado, semi erecto como si hubiera quedado conectada a él. Tenía el mentón blanco de semen y varios chorros se habían derramaron en la camilla en un espectáculo realmente obsceno.

- Muy rica, Trunks, eres apuesto, atento y sabroso.- Lo elogio juntando el hilillo que le colgaba de la pera para llevárselo a la boca y sorbiéndolo.- Mira el enchastre que hiciste, no podemos dejar todo así…

Bulma se inclino sobre uno de los dos charcos de semiente sobre la camilla y lo sorbió de forma ruidosa, ante la atenta mirada de Trunks, que no salía de su asombro con lo lanzada que era su madre.

- Mmm creo que me voy a empachar de tanta que me diste.

- Madre, no puedo creerlo, pensar que solo quería una foto…

No pudo terminar la frase, sin dudas, su madre no le iba a dar un respiro y tomándolo con las piernas, volvió a besarlo apasionadamente, compartiendo sabores que al joven se le hicieron desagradables, aunque si le gusto la fragancia de su cuerpo aceitado contra el suyo, sus manos masajeándole el trasero y sus increíbles tetas oprimidas contra su pecho.

- ¿No creerás que te voy a dejar ir tan fácilmente, no? Recuerda que mami te la chupó, ahora tienes que devolver el favor.- Le susurró al oído.

- Sera un placer probar todos tus labios, te voy a chupar todo…- Aceptó con la lengua de su madre en su boca, baboseándolo de nuevo.

El joven se despojó de todas sus ropas y le abrió las piernas para comerle el coño de un bocadón profundo y ruidoso, metiéndose la vulva en la boca toda entera. Probándola de forma general, para luego hacerle remolinos con la lengua tan profundo como era anatómicamente posible.

- Aaahh Trunks, que salvaje ¿estás son formas de tratar a tu madre?

El joven le metió dos dedos y presiono hacia arriba desde adentro, como si quisiera sacarle el clítoris para afuera, teniendo ese órgano tan erógeno expuesto, lo arremetió con su lengua y labios para hacerla chillar de placer.

- Aaah, aaah, aaah, uuuh Si, que rico, vamos, chupa ahí, con ganas…- Dijo aferrándose a sus cabellos y llevándolo a su botoncito rosado, totalmente posesa con su forma burda pero efectiva de chuparla.- ¿Acaso te me quieres meter de nuevo, cabrón?

La boca y nariz de Trunks estaban hundidas en su interior a más no poder, respirando a través de ella, empapándose de sus flujos y olor de mujer demostrándole que la pasión era hereditaria.

- Debes tener viagra entre las piernas, porque ya me la pusiste como roca.- Dijo incorporándose todo erecto, con el cañón de carne apuntando directamente a la vulva.

- Entonces procede, veamos que tan bien te mueves…- Lo invito Bulma inclinándose en la camilla y tomándose las piernas para facilitarle la penetración. Trunks frotó el glande en los labios superiores empapados cubriendo todo su extremo de flujo, para hundirla en un movimiento que le escurrió jugos por todos lados.

Fue como hundir un punzón en una naranja, su madre iba tan cachonda que hasta chorreaba con cada empellón del miembro venoso y duro de su hijo, que comenzaba a gozar la húmeda y ardiente sensación en el extremo de su pene. Los gemidos no se hicieron esperar mientras Trunks la tomaba del culo con su fuerza para darle contra una de las paredes, con vehemencia, haciendo un sonido de chapoteo muy guarro.

- Despertaras toda la ciudad, calla esa boca, mama…- La reprimió metiéndole la lengua hasta la garganta, tomando el control de la situación sin dejar de penetrarla ni por un segundo entre besos cada vez más húmedos.

Las posiciones cambiaron, pero no las ganas. Luego la mujer fue acostada y su hijo la bombeó disfrutando del exquisito espectáculo de sus tetas bambolearse como globos, todas aceitas y turgentes, sus manos no tardaron en apretujárselas mientras volvía a tener problemas para controlar su eyaculación.

Luego la acomodó culo para arriba, donde pudo juguetear con su ano una vez más, sintiendo a su pene invadir una y otra vez la compuerta de al lado, saciándole de carne el agujero. A pesar de ser una mujer de experiencia, sus orificios eran delicados y su pene se sentía amortajado en su vulva, al igual que sus dedos girando en su ano.

Trunks se corrió sin ningún reparo en la vagina de su madre, colmándola de leche prohibida y dejándole los ojos en blanco del gozo, aunque no era lo único que quedo en blanco… Al sacar el pene la leche grumosa emergió como si hubiera destapado una botella.

Bulma quedó agitada, bajo el ventanal que comenzaba a mostrar las primeras luces del día. Debían ser las cinco de la mañana, había tenido más de cinco horas de diversión con quien nunca nadie debería divertirse de esa manera y le gustaba demasiado. Su hijo volvía a inclinarse para besarla (ya había perdido la cuenta de cuantos besos se había dado) y ella lo complació gustosa.

- Ven, Trunks, démonos un baño juntitos para irnos a dormir limpios y pulcros, mami quedó agotada.

- Hasta yo estoy cansado, mama, eres fantástica.- Dijo sonriente por la idea, notando lo agitado que estaba. El corazón le latía como nunca antes y sentía que el incidente de la fotografía había quedado muy lejano, en otra línea temporal.

-Sabes, voy a extrañar esto cuando papa regrese.- Dijo compungido mientras Bulma accionaba el jacuzzi, lamentando no haber tenido semejante experiencia antes.

- No te apresures, Trunks, el regreso de tu padre no es motivo de preocupación, él está haciendo lo mismo con Bra en este momento.

- ¿¡Qué!? ¿Quieres decir que papa y Bra…

Bulma rió mientras lo invitaba a meterse al agua. En pocos minutos le relató acerca de lo que vio en las cámaras de la habitación de gravedad y de cómo estaba llevando a cabo una tradición de la realeza saiyajin.

Su hijo sonrió tras escuchar todo sin poder creerlo, empezaba a creer que despertaría en su cama, con la almohada bañada en baba y una dolorosa erección.

- De repente esta casa se volvió mucho más interesante.






Pasaron tres días desde que habían tenido esa noche de sexo desenfrenado en la habitación donde Bulma, con su esposo, había tenido los episodios más lujuriosos. Como una maestra, le enseño a su hijo los caminos de la pasión y los secretos del sexo cada noche, en distintos puntos de la casa, viviendo ambos, un idilio sexual que sin dudas extrañarían cuando volvieran a la rutina diaria.

La licenciosa mujer compartió sus saberes con su hijo moldeándolo como un amante perfecto con la dosis correcta de hombría y caballerosidad que le gustaban en la cama. Trunks aprendió muy rápido cuando ser un caballero gentil y atento y cuando un ogro infame con el bienestar de su consorte familiar.

Fue en una noche tras hacerlo repetidamente en la cama matrimonial, que la mujer lo invitó a adentrarse en un nuevo nivel en la relación madre e hijo.

- ¿Anal? ¿Me dejaras hacerlo por ahí de una vez?

- No, pervertido, aún no, no es eso lo que quiero enseñarte.- Lo corrigió sin molestarse por sus deseos cada vez más reprobables, abrazada a su hijo en la cama, luego de una noche más que agitada.- Ya te dije mil veces que mi culo es de tu padre.

- Entonces de que me hablas.- Dijo, igualmente interesado.

- ¿Le enviaste la fotografía de mis tetas a Goten?- Trunks no necesitó oír más, ya sabía por dónde iba la mano.

- Algo me dice que quieres ver mi trabajo en equipo.

- Que intuitivo, Trunks. Pensaba que si tanto le gusto a Goten bien podría darle una probadita. No creo que tengas problemas en compartirme, después de todo con él hacen todo juntos…

- No hacemos todo juntos, eso suena raro.- La interrumpió. En su retorcido mundo podía tirarse a su madre sin contemplaciones cada noche y aceptar que su padre estaba de viaje con su hermana tirándosela a más no poder, pero insinuar que él y Goten tenían una relación homosexual era insoportable.

- No hacen todo juntos, por ahora…- Y se acercó al oído.- Tengo mucho para dar aún, y ya que serían dos saiyajins, tendría que dar todo mi empeño ¿Me entiendes?

Trunks se maravillo al oír eso, tomó el teléfono en la mesa de noche, y le envió las fotografías. Precisamente Goten le había dejado como 50 mensajes en la casilla, preocupado por no tener noticias de su amigo.

- Pobre, me había olvidado de la apuesta, no sé que pudo distraerme tanto…- Susurró dándole un pico a su madre.- Le enviaré las fotos, se pondrá muy contento y no podrá creer que hayas posado.

-Perfecto. Mañana yo misma lo invitaré a cenar.- Propuso igual de excitada que su hijo, como una chiquilla a punto de salir al baile con un galán por primera vez. – Tengo otro vestido sin estrenar que hará que no le llegue sangre al cerebro por una semana.

- ¿Sabes? Esta charla, y esta propuesta… creó que me dieron ganitas.- Admitió mirándosela por debajo de la sábana.- No voy a poder dormirme si me quedo todo así, palote…

- No se diga más, se lo feo que es el insomnio, deja que mami te ayude con eso...- Dijo la mujer trepándose sobre él, acomodándose el pene en la vagina.

- Aquí vamos de nuevo…oh sí.


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Gracias por leer! Tengo otros relatos en mente (con Milk y 18 como protagonistas) pero si quieren puedo hacer una 3era parte de este. Los leo.

Si les gustó, comenten y puntúen! Así se que quieren más historias.

Fanfictions de Dragon Ball Anteriores:

La Tradición Saiyajin. Parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3357411/Fanfiction-de-Dragon-Ball-La-tradicion-saiyajin.html

La Tradición Saiyajin. Parte 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/3361531/Fanfiction-de-Dragon-Ball-La-tradicion-saiyajin-Parte-2.html

Hijos Pervertidos Parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3365942/Fanfiction-Dragon-Ball-Hijos-pervertidos.html



2 comentarios - FanFiction Dragon Ball: Hijos Pervertidos. Parte 2