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Elige tu propia aventura sexual 1.17

                                          Empezar solo con Belén

   Besé a Belén sin dar vueltas y la tomé por la cintura. Ella preció sorprenderse sin embargo me devolvió el beso y se dejó llevar. Si quería que me la cogiera bien duro y que la dominara lo iba a hacer y cuando Luciana volviera a la habitación quería que me encontrara con ella chupándome la pija y que se sumara a su amiga. Entonces le revelé mis intensiones, le confesé las ganas que tenía de que se llenara la boca con mi verga y que Luciana volviera para encontrarnos así.
   Belén se agachó casi al instante y desesperada me bajó el cierre del pantalón. Yo la tenía completamente al palo y no veía la hora de cogérmelas a las dos, pero primero quería que me la chuparan un buen rato. Ella la tomó firmemente con su mano y me empezó a pajear despacio mientras me miraba y sonreía. Se notaba que estaba muy borracha y que eso la desinhibía un montón. Dejó salir una risita tonta por unos segundos y después se metió mi pija en la boca.
   Al principio fue la punta, solo la cabecita y la empezó a chupar lentamente como si fuese un chupetín. De a poquito se fue animando a más y sus labios fueron bajando por todo el tronco hasta que la tuvo casi toda adentro. Belén seguía mirándome fijo con sus ojos de gata y eso me calentaba mucho más. Le acaricié el costado de la cara y mi mano fue yendo despacio hasta su nuca y una vez que estuvo ahí ella me obligó a cogerle suavemente la boca.
   - ¡Ah bueno! ¡Empiecen sin mí nomás!- Dijo de golpe Luciana.
   Me di vuelta y vi como ella estaba parada al lado del pasillo vestida solo con ropa interior. Tenía puesto un corpiño blanco muy lindo que le resaltaba sus enormes tetas y una tanguita celeste que se perdía en su cintura y que atrás debía de meterse por completo adentro de su cola. “Perdón amiga, no me pude aguantar” le dijo Belén que se paró y me abrazó por detrás apoyando una mano en mi pecho y la otra encima de mi verga. Riendo volvió a pajearme mientras que mi compañera de trabajo empezó a caminar lentamente hacía donde estábamos nosotros dos.
   - ¡Mmm que grande esa pija!- Dijo mirándome la entrepierna y pasándose la lengua por los labios.
   - ¡No sabés lo rica que es!- Le dijo Belén que la soltó y rodeó mi cuerpo hasta que las dos quedaron adelante mío.
   Luciana me besó metiendo su lengua en mi boca mientras que Belén volvió a tomar mi pija con la mano y me empezó a pajear mientras me pasaba la lengua por el cuerpo. Su amiga aprovechó para sacarse el corpiño y cuando lo hizo no me pude contener y apunté directo a sus tetas. Hacía meses que quería lamerlas, que quería mordisquearlas y pasarles la lengua como loco. Me zambullí en ellas y las chupé con ganas, succionando sus pezones hasta que quedaron bien duros y ella exhaló un suspiro de placer. Mientras tanto su amiga bajaba con su boca por todo mi cuerpo hasta que una vez más quedó arrodillada en frente mío.
   Con Luciana nos seguimos besando y lamiendo el cuerpo con ganas. Ella tiraba su cabeza hacia atrás y me daba libertad para pasarle mi lengua por donde más me gustaba, en especial por sus tetas. Después le tocaba a ella que se inclinaba hacia adelante y con sus labios húmedos me mojaba el cuello, el pecho y los hombros sin dejar de abrazarme. Belén seguía arrodillada pegada a nosotros dos y con su boca ocupada, llenándose con mi pija y moviendo su cabeza hacia adelante y hacia atrás.
   - Andá a acompañarla a tu amiga.- Le dije con una sonrisa a Luciana.
   Ella me miró a los ojos y luego se agachó para quedar a la misma altura que Belén. “¿Me dejás?” le preguntó a su mejor amiga que enseguida soltó mi pija y dejó que ella la agarra. Si Belén la chupaba bien, Luciana era mucho mejor. Sus labios súper húmedos y carnosos me volvían loco de placer y el hecho de saber que era ella la que me la chupaba, lo mejoraba todo. Mientras tanto Belén no se detuvo, sino que me siguió besando y acariciando todo el cuerpo con sus manos. Cuando miré para abajo y las vi a las dos a mi merced noté como el corazón me empezó a palpitar más fuerte.
   La cosa mejoró mucho más cuando entre las dos se empezaron a compartir mi pija. Me volaba la cabeza verlas a ambas sujetar mi verga con fuerza y que la fueran chupando de a una. Cuando Belén lo hacía, su amiga elevaba la vista y me lanzaba besos o se lamía los labios mientras observaba mi cara de placer. Pero cuando Luciana era la que me la chupaba, Belén la observaba fijo y se fascinaba con mis suspiros que las motivaban a seguir chupándomela.
   Tras varios minutos de compartir mi pija, la amiga de la cumpleañera se paró y me recordó lo que me había dicho antes de que todo eso empezara. “¡Quiero que me cojas bien duro!” me dijo al oído mientras Luciana seguía chupándome la verga un ratito más. Entonces Belén fue hasta el sillón y se acomodó en cuatro levantando la cola y giró la cabeza para llamarme una vez más. “¡Vení!” me dijo y yo ayudé a Luciana a levantarse y juntos nos acercamos a donde estaba su amiga.
   Empecé a cogerme a Belén y esta enseguida comenzó a gemir como loca. Los gritos que lanzaba mientras yo movía mi cuerpo hacia adelante y hacia atrás eran bien fuertes y agudos. Yo la sujetaba por la cintura al mismo tiempo que mi piel chocaba contra su cola. Su amiga estaba parada al lado mío y con sus manos recorría tanto el cuerpo de ella como el mío. Pero lo que más me gustaba era cuando Luciana ponía sus dos manos sobre la cola de Belén y le pegaba varios chirlos que la hacían gritar aún más.
   Después le tocó el turno a la chica del cumpleaños. Yo me senté en el sillón y ella se acomodó encima de mi cuerpo dándome la espalda para ir sentándose lentamente sobre mi pija que no daba más de lo dura que estaba. Luciana suavemente empezó a cabalgar sobre mis piernas y yo me calenté tanto que enseguida llevé mis manos a sus enormes tetas y las apreté con fuerza. Belén por su parte se sentó al lado mío mirando como cogíamos y nos tocaba y nos besaba a ambos.
   - ¡Ay sí! ¡Ay sí! ¡Cómo me gusta!- Gritaba mi compañera de trabajo y yo sentía que en cualquier momento me iba a explotar la cabeza.
   Belén entonces se arrodilló sobre el sillón para acercarse más a la cara de su amiga y la besó de manera muy apasionada. En ese mismo instante Luciana se quedó quieta por unos segundos, y menos mal que lo hizo porque de haberse seguido moviendo, hubiese acabado en ese instante. Verlas a las dos comerse la boca y transar con sus lenguas me calentó muchísimo, aunque a decir verdad todo me calentaba a esas alturas.
   Luciana volvió a moverse al mismo tiempo que su amiga se acercó hacia mí y me besó en los labios para luego ir bajando su boca hasta llegar a mi pecho. Mi mano derecha seguía firme sobre las tetas de la cumpleañera mientras que mi mano izquierda se encontraba sobre la espalda de Belén tratando de llegar a su cola. “¿Querés que me de vuelta?” me preguntó al ver que no lograba alcanzarla y yo enseguida le dije que sí. Entonces Belén volvió a ponerse en cuatro sobre el sillón con su cola al lado nuestro y enseguida le abrí un poco las piernas con las manos para después comenzar a tocarle la conchita.
   Me encontraba en una situación completamente placentera. Estaba sentado en el sillón de la casa de Luciana, con ella cabalgándome la pija de espaldas y con una de mis manos sobre sus gomas. Al lado nuestro en cuatro estaba Belén, su mejor amiga, a la cual me estaba cogiendo con mis dedos por la conchita. Las dos gritaban y gemían de placer y eso me volvía loco, no podía creer lo afortunado que era. Para colmo la cosa volvió a mejorar cuando Luciana nuevamente llevó sus manos a la cola de su amiga y la empezó a manosear como lo había hecho antes. No daba más, estaba completamente al palo.
   - ¡Levantate!- Le ordené a mi compañera de trabajo.
   Sabía lo que quería hacer y era una especie de morbo que quería cumplir aprovechando la oportunidad que tenía. Le dije a Luciana que se acomodara en cuatro sobre el sillón como lo había hecho antes su amiga y me la empecé a coger por la conchita agarrándola bien fuerte por la cintura. Belén enseguida se paró al lado mío y me empezó a acariciar el cuerpo e hizo lo mismo con el de su amiga. Pero yo estaba a punto de acabar y quería hacerlo de manera gloriosa.
   - Ahora te voy a llenar la cola de leche.- Le dije hablándole a Luciana.- Y vos, vas a limpiársela con la lengua.- Le hablé mirando a Belén.- ¿Entendiste?
   - ¡Lo que quieras papito!- Dijo ella.
   No me pude aguantar. Saqué la pija justo a tiempo para empezar a llenarle los cachetes de la cola de Luciana con mi semen bien calentito que salía a chorros de la cabeza de mi pija. Belén enseguida se agachó y como pudo abrió la boca para recibir los últimos disparos que salían de leche. Una vez que terminé me aparté hacia un costado y ella entonces se arrodilló detrás de su amiga y con su lengua empezó a lamerle la cola a Luciana, limpiándosela toda hasta que no quedó nada de mi semen.
   - Ahora vengan las dos a dejarme la pija seca.- Les ordené.
   Ellas enseguida se arrastraron hasta donde yo estaba y como lo habían hecho al principio, empezaron a compartir mi pija para sacarme hasta la última gota de semen que me quedaba. Me sentía el hombre más afortunado del mundo, no podía creer la suerte que tenía de que las dos estuvieran ahí abajo, agachadas frente a mí, comiéndose mi pija como buenas amigas.
   Pensé en todo lo que había atravesado esa noche y todas las difíciles decisiones que había tenido que tomar hasta llegar a ese momento, sin dudas nunca me había imaginado que iba a terminar así. Luciana y Belén eran dos fieras sexuales y estaba convencido de que después de esa noche, la historia podría repetirse una y mil veces. Su dudas este era el final más perfecto de todos los que me podrían haber tocado.


                                                                FIN

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