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El amor de una madre por su hija

No es fácil de contar, pero las cosas no eran sencillas en mi país natal. Hace unos años me traslade con mi familia a los Estados Unidos con la esperanza de lograr conseguir una mejor calidad de vida, el camino no fue fácil, porque por esos días mi hija tenía unos tres años y me acompañaba mi mujer.

Vivimos en México durante mucho tiempo, pero la esperanza de llegar a Estados Unidos era muy tentadora y luego de unos años decidimos emprender el viaje. Luego de mucho esfuerzo logramos obtener todo lo necesario para ir al país vecino, sin embargo, las cosas se pondrían muy difíciles para nosotros. Mi hija enfermo y resultaba muy costoso el tratamiento, se nos dijo que se recuperaría luego de un tiempo, pero que era de gran importancia no suspender el medicamento por unos seis meses.

Trabaje de lo que podía y mi mujer se dedico durante un tiempo a limpiar la casa de una mujer estadounidense. No paso mucho tiempo para que comenzáramos a vender todo lo que habíamos logrado para pagar el tratamiento de nuestra hija, pero los problemas económicos nos alcanzaron. Mi mujer entro de mesera en un bar y en una ocasión regreso diferente a lo normal, no quería decirme que había pasado, pero luego de insistir me lo contó todo.

Un hombre se le había acercado y le ofreció dinero a cambio de sexo, me pareció extraño el comentario, pero de verdad era raro que mi mujer lo mencionara. Ella le dijo al hombre que era una mujer casada y que no aceptaría dinero a cambio de sexo, dice que el sujeto insistió diciendo que le pagaría bien y que hace mucho tiempo le había estado mirando.

Finalmente mi mujer me confesó lo que tanto trabajo le costaba decirme, resulta que mi mujer quería aceptar la propuesta por esa importante suma de dinero e incluso le dijo al sujeto que hablaría conmigo e intercambiaron información de contacto. Yo por supuesto que no podía creer lo que mi mujer me estaba diciendo y de ninguna manera permitiría que mi compañera de vida pasara por algo así. Mi mujer insistió que era necesario por nuestra hija y que lo haría aunque yo no lo aceptara, pero quería sentirse segura en el lugar de encuentro.

Luego de una larga conversación decidí llamar al sujeto para hablar. Mi mujer y yo llegamos a un local para vernos con el hombre.

Hombre: Mira yo quiero sexo con tu mujer, eso es todo. Yo les pagaré muy bien.

Yo: Ya lo hemos hablado y aceptamos por la cantidad que propones.

Hombre: Perfecto, tengo una habitación reservada y… (Le interrumpí antes de que terminara la oración).

Yo: De ninguna manera voy a dejarte a solas con mi esposa.

Hombre: ¿Qué quieres decir? ¿Ya habían aceptado? ¿no?

Yo: Voy a estar presente cuando ocurra para asegurarme de que ella está bien.

Hombre: Mira eso no me gusta la verdad ¿seguro que quieres eso? No te imaginas lo que le voy a hacer, la voy a tratar como a una mujer de verdad (miraba a mi mujer mientras se mordía los labios)

Mi mujer me abrazaba más fuerte del brazo cada vez, molesto le dije que lo olvidará y cuando pretendía levantarme mi mujer me detuvo y me dijo que estaba bien.

Hombre: Bueno está bien no me gusta la idea de que me veas mi gigantesca verga, pero está bien. Voy a hacer sentir a tu mujer lo que es estar con un hombre de verdad.

Yo: Bueno vamos entonces.

Hombre: Antes de eso tiene que quedar claro que te quiero tranquila, nada de lloriqueo o resistirse, te estoy pagando por sexo.

Mi mujer: Esta bien, entiendo.

Hombre: Yo de verdad voy a usarte y me gusta el sexo de verdad, si no puedes cumplir lo dejamos, pero no te voy a pagar. Una cosa más quiero fotos de todo lo que sucede de cualquier forma no nos conocemos y seguramente nunca más nos volveremos a ver.

Yo no podía creer la solicitud y ya estaba decidido a abandonar todo cuando mi mujer se pronunció nuevamente.

Mi mujer: Sí está bien.


El amor de una madre por su hija

Ante la respuesta de mi mujer no tuve dudas sobre lo decidida que se encontraba con su decisión. Nos dirigimos a la habitación y ahí estaba mi mujer sentada en la cama, esperando lo que estaba a punto de suceder. Yo sólo pensaba que ahí estaba mi compañera de vida, una dulce mujer que compartió conmigo su primera vez y que me regalo una hija.

Fue cuando aquél hombre se acerco a ella para comenzar a tocar su cuerpo y mi mujer permanecía inmóvil ante las acciones de un hombre que no era yo, el hombre le decía una y otra vez que yo me encontraba mirando, le decía lo que pretendía hacerle y que al terminar podría quedarse con él.


El amor de una madre por su hija

El amor de una madre por su hija

El amor de una madre por su hija

Cuesta recordar todo lo que ocurrió, mi corazón estaba acelerado, el odio crecía en mi interior, la impotencia y me sentía humillado, pero de alguna manera la situación me excitaba y miraba sin perder detalle lo que el sujeto le hacía a mi mujer, de alguna manera los pensamientos y las dudas se vieron reflejados en este momento ¿mi mujer me sería infiel? Ella es tan hermosa que de verdad alguna vez pensé en penetrarla con fuerza y hacerla gemir fuerte, algunas veces de verdad quería tratarle sin consideración, tratarle como a una zorra y justo en ese momento estaba experimentando todo eso junto a una gran vergüenza.

El amor de una madre por su hija

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Llegó un momento en que mi mujer estaba siendo tratada como una zorra, el hombre la penetraba con fuerza, mi mujer no estaba acostumbrada a ese tipo de castigo y para poder continuar tomo mi mano, aún llevaba puesto nuestro anillo de bodas como muestra de que es mi mujer. Ya sólo hacía falta esperar a que terminara esta locura y así poder recuperar a mi mujer.

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Una vez que todo termino mi mujer permaneció en silencio en la cama sin mirarme, desvió su mirada y yo sólo le veía estremecerse. El hombre se levanto de la cama y se acerco al oído de mi mujer para decirle que ahora ya es una mujer de verdad y que sí quiere puede llamarlo para más, le dijo que sabía que le gusto estar con él y le recordó que yo presencie todo.


El hombre entro al baño para darse una ducha y salió vestido y arreglado como si nada hubiera pasado, se me acerco con un fajo de billetes y me los entrego, durante todo ese tiempo mi mujer permaneció en silencio y en el mismo estado. Una vez que el hombre se fue me acerque a mi mujer, aunque desviaba la mirada con mis manos la hice mirarme fijamente mientras yo le decía que era una mujer maravillosa y que le amaba.


Le abrace cálidamente y le pregunte si le había lastimado, me dijo que no y me pidió perdón, al preguntarle el motivo se sonrojó y volvió a desviar la mirada, me contesto que en algunos momentos no pudo evitar gemir con fuerza mientras la penetraban y quería que supiera que sólo quiere estar conmigo y que no se volverá a repetir esta situación.


Yo le pregunte sin rodeos si le había gustado ser penetrada por ese hombre y tímidamente me contesto que sí, le dije que me había gustado verla en ese estado y que me gustaría intentarlo alguna vez si ella estaba dispuesta. Luego de esta experiencia volvimos a nuestra vida, mi hija recobró su salud y ahora de vez en cuando comparto a mi esposa con otro hombre para recordar esa experiencia, del hombre no volvimos a saber nada, sólo me envió aquellas fotografías que yo mismo tome en aquella ocasión.   

4 comentarios - El amor de una madre por su hija

reivaj75 +1
Buen relato pero le faltó mucho desenlace
klm777 +1
Bro de que página sacaste este relató? ? Me gustaría leer más como este
RelatorMexicano +2
Se agradece el comentario mi estimado, pero debo decirte que el relato es de mi autoría, actualmente estoy subiendo relatos con diferentes contextos. Te comparto que voy a escribir más como este, pero pido un poco de paciencia, porque tengo lectores que disfrutan de mis otras temáticas. Te recomiendo que revises mis otras publicaciones y es posible que alguna más te agrade, sino espera pacientemente hasta mi próxima publicación con esta temática. Gracias
klm777
@RelatorMexicano aunque sea decime de q página sacaste las fotos . También me gustaría saber si hay video de esta pareja
littleman58
me gustó la mujer x casualidad sabes su nombre, el relato me excito y me la voy a jalar leyendo y viendolo nuevamente, van 10