mi marido me oganizo una fiesta sexual

se dedicó a vestirme. No se como es el vestido que me puso, no sé su color ni sus adornos, solo que se que es de tirantes, con un gran escote, a medio muslo y con mucho vuelo.
Llevo medias de liga y zapatos de tacón pero salgo de casa sin ropa interior.
No se cuanto tiempo tardamos en llegar al lugar donde me llevaba. Me ayudo a bajar del coche y me deje dirigir por él. ya que ale me vendo los ojos
Me agarraba de la cintura y me susurraba al oído que no me preocupara, que era una sorpresa y que seguro que me gustaría.
Subimos unas escaleras y pasamos por varias puertas hasta llegar a una sala, desconozco el tamaño que tendría pero debía ser bastante grande ya que varios pasos me separaban de la cama en la que me sentó.
Las sabanas eran suaves y cálidas y la cama era redonda y grande.
Perrita, espero que te portes bien y no me dejes mal. Tu solo relájate y disfruta.
Pasó su pulgar por mis labios y le sonreí a modo de contestación.
Empecé a escuchar voces masculinas a mi alrededor, mis nervios se dispararon, note la boca y el corazón latiendo con fuerza en mi pecho.
Llegaban hasta mi trozos sueltos de sus conversaciones, todas sobre mi que no contribuían a tranquilizarme.
ale  te has lucido, se la nota buena hembra es tu mujer,se ve que con la edad que tiene se conserva muy bien, te la vamos a coger  si te parece todos los polvos que le vamos ha echar en estas 24 horas 
Mira esas caderas, que bien se marcan sobre el vestido.
Unas manos se posaron sobre mi y varios pares más se unieron. La cremallera del vestido bajo por mi espalda hasta el culo y con delicadeza me fueron quitando la poca ropa que cubría mi cuerpo.
Varios dedos recorrieron mi piel, acariciando mis pechos, pellizcando mis pezones. Separaron mis piernas despacio, como recreándose en la visión de mis muslos abriéndose para ellos.
Un par de manos acariciaban mis piernas desde los pies hasta las ingles por encima de las medias. En ese momento no podía contar las personas que había, por las voces y las manos suponía que unas 6.
Me encantaba esa sensación, entregada para ellos, tocada por todos, lamida por todos. Algunos empezaban a llevar mis manos hacia sus pijas por encima de los pantalones.
Empezaba a excitarme muchísimo, aquello fue mi fantasía durante mucho tiempo y no podía creerme que estuviera pasando. Aunque no pudiera verlo, podía sentirlo todo. Mis sentidos estaban muy sensibles, cualquier roce o susurro lo sentía muy intenso.
Los hombres que estaban a mi alrededor se fueron animando y perdiendo la vergüenza, abrieron sus pantalones y sacaron sus pijas  duras rozando con ellos mi cuerpo.
Alguno agarraba mi mano y la llevaba a su pija para que les masturbara.
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Unas manos que no reconocí me voltearon dejándome a cuatro patas mientras varias más acariciaban mi cuerpo note como alguien se colocaba detrás de mí entre mis piernas.
Notaba su pija  dura apretando en la entrada de mi concha abriendo mis labios y metiendomela despacio, abriendo mi concha poco a poco hasta que estuvo por completo dentro de mí.


Así pude dejar mis manos libres para masturbar a dos hombres mientras un tercero se colocaba frente a mi para meter su pija  en mi boca.
Sensaciones increíbles, mientras mi marido  me la metia con suavidad me esforzaba por lamer y chupar bien la pija  que tenia en mi boca y masturbar a los dos hombres que tenía a mis lados.
Se iban cambiando, las pijas que pasaron por mi cada vez eran diferentes, más gruesas o finas y de diferentes longitudes.
El tiempo pasaba muy deprisa, demasiado. Algunas veces el chico tenía que retirarse para no correrse todavía.
No pude evitarlo y un orgasmo atravesó todo mi cuerpo pero no pude chillar ya que mi boca seguía ocupada. Pero mi marido lo noto, ya que en lugar de aminorar el ritmo, lo aumentó para alargar mi placer.
Cuando termine de correrme paro y se acercó a mi oreja, me mordió el cuello suavemente para que supiera que estaba ahí .
Lo estas haciendo muy bien marce mi putita. Ahora llega el gran final así que cómeme la pija como solo tu sabes.
Me tumbaron boca arriba y mi  esposo metió su pija  en mi boca. Me esforcé aún más que de costumbre en darle placer.
Tenía que agradecerle el regalo que me había hecho mi marido. Abrí bien la boca para que pudiera metérmela hasta el fondo y cada vez que salía mi lengua le acariciaba el capullo hasta que note el primer chorro de leche cayendo en mi boca.
Lo aguante ahí y cuando su pija  abandonó mis labios abrí la boca para que viera su corrida en mi lengua.
–Genial putita, trágatelo y espera a que ahora el resto se corran sobre ti.
Me dio un beso en la boca y se fue.
Escuchaba las respiraciones de los demás hombres a mi alrededor, pajeandose sobre mi y yo esperando ansiosa sus corridas.
La primera cayó sobre mi cara, mojando parte de la seda que aun se mantenía bien apretada sobre mis ojos.
El resto fueron mojando mi cuerpo a voluntad, mis pechos,  uno de ellos se corrió frotando su pija  contra mis medias, manchándomelas de leche.
Se acercó alguien a mi y con manos suaves me quito la venda. No pude ver durante unos segundos, la luz se me hizo demasiado fuerte para aguantar y tuve que cerrar los ojos para ir acostumbrándome poco a poco.
ale  estaba a mi lado, mirándome con una sonrisa orgullosa en la cara. Acercó su mano a mi cara para acariciarme la mejilla.
Mira cariño que tres machos  te han cogido como la gran puta quer sos 

mi marido me oganizo una fiesta sexual

3 comentarios - mi marido me oganizo una fiesta sexual

mauri01 +1
exelente segui asi
juanchooo13
Que relato tan caliente, me encantó. Una foto de Marce pintadita de leche sería genial