Lo que les contaré es el primer relato de unos tantos que prometo redactarles a los que quieran conocer las aventuras sexuales de varias parejas de casados que he conocido. En todas ellas encontrarás complicidades y desencuentros entre los personajes que interactuarán entre sí en mas de un sentido. En mi primer relato contaré la experiencia que tuve con Yanet, una de las amigas nuevas de mi señora que conocio en los cursos que ella hace en San Isidro.
Resulta que me encontraba con Lily mi mujer, en casa mirando una película cuando suena el timbre de casa. Del otro lado estaba la amiga de mi señora que puedo asegurarles es muy linda, parecía nerviosa pero con un semblante angelical, en ella había cierta inquietud en su cuerpo porque gesticulaba en sus diálogos y estaba un poco ansiosa. Al parecer le explicaba a mi mujer que había peleado con su pareja pero que su pequeño hijo no había presenciado la acalorada discusión porque estaba con su madre. De o confesarles amigos que Yanet estaba muy buena. Vestía una calza negra ajustada que dejaba ver todo su precioso culito y ese escote me partia la cabeza en mil pedazos con solo espiar sus tetas mientras ambas gesticulaba y charlaban sin yo poder escuchar siquiera una palabra porque Yanet me había hechizado con su belleza y sensualidad. Sus labios rojos eran perfectos y bien pintados, como me gusta ver en mi esposa.
Lily invito a pasar a Yanet y no pude con mi genio y de a ratos me la quedaba mirando de arriba a abajo. Ella sabía que la miraba de reojo porque me hacía miraditas y me clavaba sus ojos cuando podía. Yo deseaba que no se vaya jamás porque sabía que iba a ver algo entre nosotros, entre charla y mate, Yanet se quedó aquella tarde un buen rato, luego de hablar hasta por los codos, ambas quedaron en verse al otro día a la noche aquí en casa.
Llegó el viernes a la noche y Yanet cayó puntual. Me moví hacia la puerta después del estruendoso sonido del timbre y la observé por el ojo de buey. Movía sus piernas como preparandose para un partido y mi regocijo fue aún mayor, ahora sabia que ella se preparaba para la guerra.
La hice pasar y se escuchó el grito de Lily desde nuestro dormitorio diciendo que ya estaba por salir, a todo esto Yanet me dio un preciso beso en una de mis mejillas mientras me miraba de reojo. Yo sabía que a ella le gustaba y tan solo no podía dejar de mirarla para mí regocijo. Estaba realmente muy sensual, vestida con una mini negra bien ajustaba que dejaba ver todo ese culo bien parado. Lily todavía no llegaba del dormitorio hacia el living comedor cuando Yanet miraba y elogiaba mi casa como si fuera un palacio. Yo le hacía cumplidos a ambas diciendo que estaban hermosas, pues ambas lo estaban en realidad. Mi mujer se lucia con un vestido fucsia tipo mini ajustada. Las dos estaban para el infarto, a punto caramelo. Las dos zorritas estaban por irse a un boliche pero disitieron y creo saber porque lo hicieron, su amiga quería pasar la noche en mi casa y así lo hicieron (continuará)
Resulta que me encontraba con Lily mi mujer, en casa mirando una película cuando suena el timbre de casa. Del otro lado estaba la amiga de mi señora que puedo asegurarles es muy linda, parecía nerviosa pero con un semblante angelical, en ella había cierta inquietud en su cuerpo porque gesticulaba en sus diálogos y estaba un poco ansiosa. Al parecer le explicaba a mi mujer que había peleado con su pareja pero que su pequeño hijo no había presenciado la acalorada discusión porque estaba con su madre. De o confesarles amigos que Yanet estaba muy buena. Vestía una calza negra ajustada que dejaba ver todo su precioso culito y ese escote me partia la cabeza en mil pedazos con solo espiar sus tetas mientras ambas gesticulaba y charlaban sin yo poder escuchar siquiera una palabra porque Yanet me había hechizado con su belleza y sensualidad. Sus labios rojos eran perfectos y bien pintados, como me gusta ver en mi esposa.
Lily invito a pasar a Yanet y no pude con mi genio y de a ratos me la quedaba mirando de arriba a abajo. Ella sabía que la miraba de reojo porque me hacía miraditas y me clavaba sus ojos cuando podía. Yo deseaba que no se vaya jamás porque sabía que iba a ver algo entre nosotros, entre charla y mate, Yanet se quedó aquella tarde un buen rato, luego de hablar hasta por los codos, ambas quedaron en verse al otro día a la noche aquí en casa.
Llegó el viernes a la noche y Yanet cayó puntual. Me moví hacia la puerta después del estruendoso sonido del timbre y la observé por el ojo de buey. Movía sus piernas como preparandose para un partido y mi regocijo fue aún mayor, ahora sabia que ella se preparaba para la guerra.
La hice pasar y se escuchó el grito de Lily desde nuestro dormitorio diciendo que ya estaba por salir, a todo esto Yanet me dio un preciso beso en una de mis mejillas mientras me miraba de reojo. Yo sabía que a ella le gustaba y tan solo no podía dejar de mirarla para mí regocijo. Estaba realmente muy sensual, vestida con una mini negra bien ajustaba que dejaba ver todo ese culo bien parado. Lily todavía no llegaba del dormitorio hacia el living comedor cuando Yanet miraba y elogiaba mi casa como si fuera un palacio. Yo le hacía cumplidos a ambas diciendo que estaban hermosas, pues ambas lo estaban en realidad. Mi mujer se lucia con un vestido fucsia tipo mini ajustada. Las dos estaban para el infarto, a punto caramelo. Las dos zorritas estaban por irse a un boliche pero disitieron y creo saber porque lo hicieron, su amiga quería pasar la noche en mi casa y así lo hicieron (continuará)
1 comentarios - Relatos morbosos para parejas liberales - Yanet (parte 1)