Ante todo, quiero aclarar que no sé si será atractiva la historia,pero lo que sí es todo cien por ciento real. Siempre me encantaron las mujeres y me siguen volviendo loco. Por suerte nunca me faltaron, aunque siempre tuve especial debilidad por, además, andar en cosas más al límite como las prostitutas, boliches swingers, voyeurismo y otros vicios… que aún me atraen pero ya los abandoné hace más de una década. Lo que nunca pensé es que alguna vez me iba a empezar a gustar la pija, y de eso se trata esta primer historia que les voy a contar: como me empezó a gustar la pija, y más que eso es como me gustó empezar a querer sentirme mujer.
Una agobiante tarde del verano de 2009 yo trabajaba de empleado administrativo en la zona del bajo Belgrano cuando, como era habitual,junté valor para salir del aire acondicionado a caminar un par de cuadras porlas calles empedradas hasta un local de pago de facturas que se encontraba a un par de cuadras siguiendo la rutina habitual, sin saber que algo iba a ocurrir.
Estaba haciendo la fila para abonar y mientras me acomodaba contra la pared buscando descanso y sombra, iba chequeando mi teléfono celular:miraba fotos y mensajes de texto (aún no existía whatsapp) para hacer más amenala espera. Hasta que de repente me llega una notificación para aceptar una conexión de bluetooth, la cual acepté sin querer ya que mi dedo iba a hacer otra cosa y justo se interpuso el cartel.
Lo cierto es que a los pocos segundos que acepté la conexión me mandan la foto de un rosa. Al ver que no me desconectaba me empiezan allegar varias cosas más, con frases de amor, hasta que fueron subiendo de tonocon fotos porno (lo cual me encantó). A Partir de eso yo también le pase algunas fotos hot que tenía en el celu (no fotos mías,sino de fotos de esas que circulan por todos lados). Hasta que en una de esas fotosme manda un número de teléfono celular. Por suerte eso me hizo pasar el tiempo, pagué y me fui de nuevo para mi trabajo al cual ya le quedaban pocos minutos para retirarme.
Fui caminando y ya la cabeza me empezaba a dar vueltas, algo me estaba pasando y no sabía que. Hasta que decidí enviar un sms, como para hacer una onda y seguir intercambiando porno, pero como no sabía quién estaba del otro lado tampoco se me ocurría que poner, por ende fui a lo simple y envié solo: hola. Obviamente me preguntó quién era y yo sin dar nombre les respondí:hace un rato me pasaste fotos hot por bluetooth. Ya estaba por salir del trabajo cuando me llega su respuesta hablándome como si yo fuese una mujer, lo leí y no sabía dónde meterme ya que aún estaban mis compañeros y me puse de todos colores. Lo cierto es que mientras iba para la parada del colectivo empecé a responder siguiéndole el juego, haciéndome pasar como si del otro lado hubiese una mujer. Estuvimos más de una hora intercambiando mensajes cada vez más subidos de tono, iba en el colectivo lleno y no sabía dónde meterme: tenía calor, me apretaba mi pene que estaba a punto de explotar de la calentura, pero a la vez sentía un cosquilleo distinto tanto ahí como en la panza.
Seguimos por un par de días intercambiando sms y mensajes multimedia con fotos y videos y me empezó a pasar que ver gozar así a las mujeres me hacían dar ganas de ser una de ellas, calculo que todo motivado por este juego de hacerme pasar por mujer. Obviamente llegó el momento de que el muchacho comenzó a proponer y a presionar para que nos encontremos y por ende tuve que contarle todo esto queme estaba pasando. Lejos de amilanarse me propuso que nos encontremos igual para que yo sea su hembra y el mi macho.
Otra tarde veraniega nos encontramos cuando el sol iba cayendo, tipo seis y media, en la estación de servicios de La Pampa y Libertador (creo que ya no existe más). Nos vimos y ninguno de los dos sabía que hacer ni a donde ir, intentamos ir a un telo que hay (o había) por ahí a la vuelta, pero teníamos mucha espera y a ambos nos apremiaba el tiempo. Caminamos por la calle Pampa hablando de todo un poco, yo ya me sentía una mujer por ende estaba super nerviosa y nos dirigimos para los bosques de Palermo.
Nos fuimos adentrando pero estaba lleno de gente y aún elsol no había caído del todo, hasta que de golpe entre la curvosa calle y el alambrado de un club de tenis vimos un árbol frondoso, de baja altura, y unos pastos muy altos. Allí nos dirigimos.
Empezamos a manosearnos, hubo algún pico, hasta que me agarró la mano y me hizo frotarle el bulto duro por encima del pantalón. El corazón no paraba de latirme, mezcla de miedo y adrenalina. Fui bajando lentamente hasta quedar de rodillas, sin parar de acariciar eso que tanta curiosidad me despertaba. Tenía la entrepierna empapada, muchas cosquillas en la panza y también se me mojó el ano. Desabroché el cinturón, bajé el cierre del jean y tomé su miembro con la mano derecha. Le pasé la lengua por su cabeza, luego por el tronco y la estiré para tratar de llegar hasta los testículos.Introduje su miembro en mi pequeña boca y creo que debo haber tenido un orgasmo femenino, por lo menos tuve una sensación que nunca había tenido antes. Comencé a bombear con mi boca y jugar con mi lengua, ya no me importaba nada, un par de veces me agarraba de la cabezay me hacía atragantar, tosía y seguía bombeando con mi boca… hasta que elmomento llegó, un líquido con un extraño sabor comenzó a invadir mi boca, mi paladar, mi lengua, mi garganta, mis entrañas. Estaba en la gloria, creo que ahí tuve otro orgasmo. Tragué algo de semen y fui jugando con el resto, expulsándolo delicadamente de mi boca, mientras jugaba con su pene y mi lengua, entre un largo hilo de baba blanca que se iba cortando de a poco.
Comencé a volver en mí, miré los alrededores y ya era de noche. Estaba exhausta. Me paré, él se acomodó su ropa y nos fuimos juntos a tomar el colectivo ya que ambos íbamos para el mismo lado. Caminamos varias cuadras hasta la parada,mis piernas que estaban muy flojas y mi cuerpo con un cansancio como si hubiese corrido una maratón pero además inundado de placer.Nos subimos al colectivo y justo había asiento para que vayamos juntos, no sabía que decirle, yo tenía una especie de enamoramiento, quería agarrarlo dela mano, quería que me bese, quería sentir su miembro duro de nuevo, pero ahora ya quería sentirlo adentro mío. Él se bajó antes que yo, nos saludamos como amigos, quedando en que nos volveríamos a ver…
Una agobiante tarde del verano de 2009 yo trabajaba de empleado administrativo en la zona del bajo Belgrano cuando, como era habitual,junté valor para salir del aire acondicionado a caminar un par de cuadras porlas calles empedradas hasta un local de pago de facturas que se encontraba a un par de cuadras siguiendo la rutina habitual, sin saber que algo iba a ocurrir.
Estaba haciendo la fila para abonar y mientras me acomodaba contra la pared buscando descanso y sombra, iba chequeando mi teléfono celular:miraba fotos y mensajes de texto (aún no existía whatsapp) para hacer más amenala espera. Hasta que de repente me llega una notificación para aceptar una conexión de bluetooth, la cual acepté sin querer ya que mi dedo iba a hacer otra cosa y justo se interpuso el cartel.
Lo cierto es que a los pocos segundos que acepté la conexión me mandan la foto de un rosa. Al ver que no me desconectaba me empiezan allegar varias cosas más, con frases de amor, hasta que fueron subiendo de tonocon fotos porno (lo cual me encantó). A Partir de eso yo también le pase algunas fotos hot que tenía en el celu (no fotos mías,sino de fotos de esas que circulan por todos lados). Hasta que en una de esas fotosme manda un número de teléfono celular. Por suerte eso me hizo pasar el tiempo, pagué y me fui de nuevo para mi trabajo al cual ya le quedaban pocos minutos para retirarme.
Fui caminando y ya la cabeza me empezaba a dar vueltas, algo me estaba pasando y no sabía que. Hasta que decidí enviar un sms, como para hacer una onda y seguir intercambiando porno, pero como no sabía quién estaba del otro lado tampoco se me ocurría que poner, por ende fui a lo simple y envié solo: hola. Obviamente me preguntó quién era y yo sin dar nombre les respondí:hace un rato me pasaste fotos hot por bluetooth. Ya estaba por salir del trabajo cuando me llega su respuesta hablándome como si yo fuese una mujer, lo leí y no sabía dónde meterme ya que aún estaban mis compañeros y me puse de todos colores. Lo cierto es que mientras iba para la parada del colectivo empecé a responder siguiéndole el juego, haciéndome pasar como si del otro lado hubiese una mujer. Estuvimos más de una hora intercambiando mensajes cada vez más subidos de tono, iba en el colectivo lleno y no sabía dónde meterme: tenía calor, me apretaba mi pene que estaba a punto de explotar de la calentura, pero a la vez sentía un cosquilleo distinto tanto ahí como en la panza.
Seguimos por un par de días intercambiando sms y mensajes multimedia con fotos y videos y me empezó a pasar que ver gozar así a las mujeres me hacían dar ganas de ser una de ellas, calculo que todo motivado por este juego de hacerme pasar por mujer. Obviamente llegó el momento de que el muchacho comenzó a proponer y a presionar para que nos encontremos y por ende tuve que contarle todo esto queme estaba pasando. Lejos de amilanarse me propuso que nos encontremos igual para que yo sea su hembra y el mi macho.
Otra tarde veraniega nos encontramos cuando el sol iba cayendo, tipo seis y media, en la estación de servicios de La Pampa y Libertador (creo que ya no existe más). Nos vimos y ninguno de los dos sabía que hacer ni a donde ir, intentamos ir a un telo que hay (o había) por ahí a la vuelta, pero teníamos mucha espera y a ambos nos apremiaba el tiempo. Caminamos por la calle Pampa hablando de todo un poco, yo ya me sentía una mujer por ende estaba super nerviosa y nos dirigimos para los bosques de Palermo.
Nos fuimos adentrando pero estaba lleno de gente y aún elsol no había caído del todo, hasta que de golpe entre la curvosa calle y el alambrado de un club de tenis vimos un árbol frondoso, de baja altura, y unos pastos muy altos. Allí nos dirigimos.
Empezamos a manosearnos, hubo algún pico, hasta que me agarró la mano y me hizo frotarle el bulto duro por encima del pantalón. El corazón no paraba de latirme, mezcla de miedo y adrenalina. Fui bajando lentamente hasta quedar de rodillas, sin parar de acariciar eso que tanta curiosidad me despertaba. Tenía la entrepierna empapada, muchas cosquillas en la panza y también se me mojó el ano. Desabroché el cinturón, bajé el cierre del jean y tomé su miembro con la mano derecha. Le pasé la lengua por su cabeza, luego por el tronco y la estiré para tratar de llegar hasta los testículos.Introduje su miembro en mi pequeña boca y creo que debo haber tenido un orgasmo femenino, por lo menos tuve una sensación que nunca había tenido antes. Comencé a bombear con mi boca y jugar con mi lengua, ya no me importaba nada, un par de veces me agarraba de la cabezay me hacía atragantar, tosía y seguía bombeando con mi boca… hasta que elmomento llegó, un líquido con un extraño sabor comenzó a invadir mi boca, mi paladar, mi lengua, mi garganta, mis entrañas. Estaba en la gloria, creo que ahí tuve otro orgasmo. Tragué algo de semen y fui jugando con el resto, expulsándolo delicadamente de mi boca, mientras jugaba con su pene y mi lengua, entre un largo hilo de baba blanca que se iba cortando de a poco.
Comencé a volver en mí, miré los alrededores y ya era de noche. Estaba exhausta. Me paré, él se acomodó su ropa y nos fuimos juntos a tomar el colectivo ya que ambos íbamos para el mismo lado. Caminamos varias cuadras hasta la parada,mis piernas que estaban muy flojas y mi cuerpo con un cansancio como si hubiese corrido una maratón pero además inundado de placer.Nos subimos al colectivo y justo había asiento para que vayamos juntos, no sabía que decirle, yo tenía una especie de enamoramiento, quería agarrarlo dela mano, quería que me bese, quería sentir su miembro duro de nuevo, pero ahora ya quería sentirlo adentro mío. Él se bajó antes que yo, nos saludamos como amigos, quedando en que nos volveríamos a ver…
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