durante las vacaciones con mi marido alquilamos un apartamento.
El segundo día de nuestra estancia fuimos al rio pronto, con lo que estabamos prácticamente solos, al cabo de unos quince minutos, junto a nosotros se colocó una pareja, ella morena, mediría 1,75, con unas largas y preciosas piernas, buenas tetas y al decir de Luis el mejor culo que había visto en mucho tiempo, , el chico tampoco estaba nada mal, pelo castaño claro, ojos verdes y buen tipo, aunque un poco delgado para mi gusto.
Al rato se presentaron como María y Pedro, no estaban casados y vivían, como nosotros en argentina . Hicimos buenas amistad y, en seguida, los chicos descubrieron que ambos tenían el mismo gusto por la montaña así que organizaron una excursión a las montañas.
Llegado el día salieron temprano, nosotras decidimos pasar la mañana en la playa, comimos en nuestro apartamento y después nos tumbamos sobre la cama para dormir la siesta, María se durmió en seguida, yo estaba boca arriba y ella, en una vuelta, apoyó su mano en una de mis tetas, entre el vino, la conversación subida de tono de la comida y el roce de su mano empecé a notar cierta calentura, sin poderlo remediar una de mis manos empezó a acariciar el pezón libre mientras lentamente la otra se dirigía a mi entrepierna, una vez allí rocé suavemente el clítoris, después introduje dos dedos en mi concha empapada.
Tenía los ojos cerrados y disfrutaba el placer que me estaba proporcionando cuando..
-¿Te ayudo?- Dijo María al tiempo que su mano pellizcaba mi pezón.
Por única respuesta acerqué mi boca a la suya y nuestras lenguas se fundieron en un húmedo beso en tanto mi amiga me quitaba el sostén y acariciaba mis pechos, lentamente deslizó sus manos hasta mis caderas y bajándome el bikini me dejó completamente desnuda.
-Voy a cogerte pero harás lo que te diga-
susurró a mi oído a la vez que ataba mis manos a la cama , luego incorporándose se desprendió de la parte superior de su bikini dejando al descubierto dos hermosas tetas que yo me moría por besar, lentamente desató el pareo que llevaba en la cintura y vendó mis ojos con él.
Yo, más caliente a cada momento que pasaba, esperaba su siguiente paso, noté sus besos en mis pechos y luego su lengua empezó a jugar con uno de mis pezones, suspiré y sus dientes se cerraron suavemente sobre él mientras pellizcaba el otro, un intenso orgasmo me inundó bruscamente cuando dos dedos invadieron mi mojada concha mi amiga no se detuvo y mientras sus dedos seguían , su boca bajó al encuentro de mi hinchado clítoris, que tomó suavemente entre sus labios para después propinarle suaves lengüetazos que me enloquecían de placer.
cogeme el culo con tus dedos – pedí entre jadeos.
Aprovechando el flujo que resbalaba de mi concha y mientras sus dedos índice seguían en mi concha el anular y el meñique fueron introduciéndose en mi ano.
-Más fuerte, si, asííí..- grité a punto de correrme otra vez, pero necesitaba algo más.
-Abri el segundo cajón de la mesita- le dije yo
-Un consolador para poner en la cintura. ¿no tienes bastante con la pija de tu marido?- preguntó María al ver el juguete de látex.
-Cuando Luis me da por el culo me lo meto por la mi concha y después enculo a Luis con él y, ahora,
¿quieres ponértelo ycogerme?- contesté muy excitada.
María me puso el consolador en la boca, lo llené bien de saliva, mi amiga se incorporó, imagino que para ponerlo en su cintura, luego levantó mis piernas bien abiertas y me perforó cola de una sola embestida.
-Siii, cogeme respondí
y diciendo eso introdujo algo en mi concha y empezó a moverse, la doble penetración me hizo correrme al momento, María desató mis manos, dejó vacíos mi concha y mi culo y, por último, retiró la venda de mis ojos, ante los cuales tenía una hermosa pija de carne de unos 18 cms y un grosor considerable (ahora entendía el peculiar bikini) ya que María era una preciosa transexual (hablaré de ella en femenino por que se considera así).
Pasada la sorpresa inicial, la tendí en la cama y acerque mi boca a la suya, lentamente bajé hasta sus generosos pechos que besé y lamí hasta llegar a sus pezones, seguí bajando mi boca hasta su pene que, primero, besé y lamí para después tragármelo hasta las bolas, que acariciaba con mi mano, hice una pausa con la mamada para lubricar su ano con la lengua y continué chupando aquella pija que acababa de cogerme mientras dos de mis dedos se enterraron en aquel ojete perfectamente depilado, mi amiga estaba a punto de correrse de modo que me puse el consolador en la cintura y levantando sus piernas lo intoduje en su culo empezando a cogerlo cada vez más aprisa.
Veía como su pija se ponía más y más duro, cuando sintió que su orgasmo se acercaba dirigió su pija
hacia mis pechos y en seguida un espeso chorro de semen salpicó mi cuerpo, mi amiga se incorporó y con su lengua fue recogiendo aquel licor que compartió conmigo en un húmedo beso, permanecimos acostadas un buen rato hasta que ella se fue a su habitación.
Cuando Luis llegó por la noche no le conté nada de lo ocurrido.
El segundo día de nuestra estancia fuimos al rio pronto, con lo que estabamos prácticamente solos, al cabo de unos quince minutos, junto a nosotros se colocó una pareja, ella morena, mediría 1,75, con unas largas y preciosas piernas, buenas tetas y al decir de Luis el mejor culo que había visto en mucho tiempo, , el chico tampoco estaba nada mal, pelo castaño claro, ojos verdes y buen tipo, aunque un poco delgado para mi gusto.
Al rato se presentaron como María y Pedro, no estaban casados y vivían, como nosotros en argentina . Hicimos buenas amistad y, en seguida, los chicos descubrieron que ambos tenían el mismo gusto por la montaña así que organizaron una excursión a las montañas.
Llegado el día salieron temprano, nosotras decidimos pasar la mañana en la playa, comimos en nuestro apartamento y después nos tumbamos sobre la cama para dormir la siesta, María se durmió en seguida, yo estaba boca arriba y ella, en una vuelta, apoyó su mano en una de mis tetas, entre el vino, la conversación subida de tono de la comida y el roce de su mano empecé a notar cierta calentura, sin poderlo remediar una de mis manos empezó a acariciar el pezón libre mientras lentamente la otra se dirigía a mi entrepierna, una vez allí rocé suavemente el clítoris, después introduje dos dedos en mi concha empapada.
Tenía los ojos cerrados y disfrutaba el placer que me estaba proporcionando cuando..
-¿Te ayudo?- Dijo María al tiempo que su mano pellizcaba mi pezón.
Por única respuesta acerqué mi boca a la suya y nuestras lenguas se fundieron en un húmedo beso en tanto mi amiga me quitaba el sostén y acariciaba mis pechos, lentamente deslizó sus manos hasta mis caderas y bajándome el bikini me dejó completamente desnuda.
-Voy a cogerte pero harás lo que te diga-
susurró a mi oído a la vez que ataba mis manos a la cama , luego incorporándose se desprendió de la parte superior de su bikini dejando al descubierto dos hermosas tetas que yo me moría por besar, lentamente desató el pareo que llevaba en la cintura y vendó mis ojos con él.
Yo, más caliente a cada momento que pasaba, esperaba su siguiente paso, noté sus besos en mis pechos y luego su lengua empezó a jugar con uno de mis pezones, suspiré y sus dientes se cerraron suavemente sobre él mientras pellizcaba el otro, un intenso orgasmo me inundó bruscamente cuando dos dedos invadieron mi mojada concha mi amiga no se detuvo y mientras sus dedos seguían , su boca bajó al encuentro de mi hinchado clítoris, que tomó suavemente entre sus labios para después propinarle suaves lengüetazos que me enloquecían de placer.
cogeme el culo con tus dedos – pedí entre jadeos.
Aprovechando el flujo que resbalaba de mi concha y mientras sus dedos índice seguían en mi concha el anular y el meñique fueron introduciéndose en mi ano.
-Más fuerte, si, asííí..- grité a punto de correrme otra vez, pero necesitaba algo más.
-Abri el segundo cajón de la mesita- le dije yo
-Un consolador para poner en la cintura. ¿no tienes bastante con la pija de tu marido?- preguntó María al ver el juguete de látex.
-Cuando Luis me da por el culo me lo meto por la mi concha y después enculo a Luis con él y, ahora,
¿quieres ponértelo ycogerme?- contesté muy excitada.
María me puso el consolador en la boca, lo llené bien de saliva, mi amiga se incorporó, imagino que para ponerlo en su cintura, luego levantó mis piernas bien abiertas y me perforó cola de una sola embestida.
-Siii, cogeme respondí
y diciendo eso introdujo algo en mi concha y empezó a moverse, la doble penetración me hizo correrme al momento, María desató mis manos, dejó vacíos mi concha y mi culo y, por último, retiró la venda de mis ojos, ante los cuales tenía una hermosa pija de carne de unos 18 cms y un grosor considerable (ahora entendía el peculiar bikini) ya que María era una preciosa transexual (hablaré de ella en femenino por que se considera así).
Pasada la sorpresa inicial, la tendí en la cama y acerque mi boca a la suya, lentamente bajé hasta sus generosos pechos que besé y lamí hasta llegar a sus pezones, seguí bajando mi boca hasta su pene que, primero, besé y lamí para después tragármelo hasta las bolas, que acariciaba con mi mano, hice una pausa con la mamada para lubricar su ano con la lengua y continué chupando aquella pija que acababa de cogerme mientras dos de mis dedos se enterraron en aquel ojete perfectamente depilado, mi amiga estaba a punto de correrse de modo que me puse el consolador en la cintura y levantando sus piernas lo intoduje en su culo empezando a cogerlo cada vez más aprisa.
Veía como su pija se ponía más y más duro, cuando sintió que su orgasmo se acercaba dirigió su pija
hacia mis pechos y en seguida un espeso chorro de semen salpicó mi cuerpo, mi amiga se incorporó y con su lengua fue recogiendo aquel licor que compartió conmigo en un húmedo beso, permanecimos acostadas un buen rato hasta que ella se fue a su habitación.
Cuando Luis llegó por la noche no le conté nada de lo ocurrido.
5 comentarios - una sorpresa mas que caliente me lleve