Dos años! Ya habían pasado dos años desde que conocí a Fernanda y a Martín, y de aquella noche espectacular que pasamos en el cumple de una amiga en común, cuando casualmente me cruzo con Fer en la noche de Quilmes.
-Fer! Cómo estás preciosa?!
-Seba, que sorpresa! Todo bien nene?!
-Ahora que te vi mejor que hace un rato… estás sola?
-No, Martín está estacionando, ahí viene.
Entró Martín y me invitaron a tomar algo con ellos. Pedimos un champán con Speed y nos sentamos en una mesita apartada. Nos cagamos de risa recordando viejas anécdotas y poniéndonos al día de nuestras vidas. La noche fue avanzando entre risas y alcohol, y la onda entre los tres seguía intacta. Cómo siempre que estoy en una charla con una mujer tan hermosa e interesante como Fernanda, los chistes en doble sentido y el clima de tensión sexual no se hace esperar. Fer es lo más copada que hay y absolutamente siempre te retruca cuando la provocás, obviamente con el consentimiento de Martín que es un capo y ama verla feliz.
-La verdad que ya no aguanto la música, dijo Martín en un momento. Qué les parece si seguimos la charla tomando algo en un lugar más tranquilo?
-Dale. Dónde querés ir? Le respondí.
-Si tenés ganas la seguimos en casa, te parece Fer? Le guiñó un ojo.
-Me encantaría! Sonrió Fernanda.
Martín me convenció para que deje mi auto e irnos los tres en el de él. Abrió la puerta de atrás y le dijo a Fer sonriendo - No vas a ser tan mal educada de dejar solo a nuestro invitado no?! Subimos los dos atrás y Martín puso primera. Fer empezó a besarme el cuello muy suavemente, lo que sumado al alcohol que tenía en sangre hizo que se me parara la verga de manera inmediata.
-No podías esperar llegar a casa papelonera?! Dijo Martín cagándose de risa, mirándonos por el espejo retrovisor.
Por toda respuesta Fer abrió su boca y saco la lengua mirándome a los ojos, invitándome a comérsela con una cara de puta en celo de novela. Nuestras lenguas tibias se trenzaron en un beso apasionado, al tiempo que mis manos empezaron a recorrer su hermoso cuerpo, empezando por su maravillosa cola. Llegamos a su casa prendidos fuego. Los tres, ya que pude observar una erección que Martín no trató de disimular.
-Pónganse cómodos mientras traigo algo para tomar, dijo Martín y fue para la cocina.
Fer prendió una luz muy tenue y puso música de fondo, algo de Motörhead, y al grito de ¡Aguante el heavy metal! Me tiró en un sofá triple y se sentó arriba mío. Nos volvimos a besar como si no hubiera un mañana. Martín descorchó otro champan y sirvió tres copas. Nos sentamos uno a cada lado de Fer y entre trago y trago empezamos a besarla y desnudarla muy lentamente. Le sacamos la musculosa y le besamos los hombros. Le desabrochamos el corpiño y le lamimos los pezones. Fer tiene unas tetas increíbles. Le sacamos la pollera y le recorrimos las piernas con nuestras bocas, hasta que llegamos a su tanguita, que ya estaba empapada. Martín se la bajó y empezó a chuparle la concha de manera voraz. Fer gemía y tiraba su cabeza para atrás. Empecé a comerle la boca y manosearle las tetas mientras Martín seguía en lo suyo. Hice que Fer se pusiera en cuatro en el sofá, así mientras Martín le chupaba la concha desde abajo yo le podía chupar el culo desde arriba. Empecé a besarle y darle mordisquitos en esos glúteos hermosos, y al llegar a su agujerito le cogí esa cola hermosa con la lengua. Los gemidos de Fer ahora eran pequeños grititos ahogados. Martín se paró y le puso su pija en la boca a Fer, que empezó a recorrerla con su lengua, mientras yo le chupaba la concha de arriba abajo. Empecé a dibujar círculos con mi lengua en su clítoris que ya estaba paradísimo, y note como su cuerpo se contorsionaba de placer. Pasaron solo unos segundos y Fer tuvo un orgasmo delicioso. Se arrodilló en el piso y nos pidió pija. Martín se paró de un lado y yo del otro. Nos chupó la pija disfrutando cada centímetro, cada instante. Se tragaba una y otra verga alternada, desenfrenadamente. Martín se sentó en el sofá y Fer se puso en cuatro para seguir chupándosela, pero ofreciendo ese culo de película a mis más bajos instintos. Me acerqué y le metí un dedo en la concha completamente húmeda. Luego le metí dos. Ella gimió. No aguanté más y le metí la cabeza de mi verga que a esa altura estaba muy gorda. Fer tiró su cintura para atrás y la penetré muy profundo. La cogí agarrándola de la cintura con una mano y tocándole las tetas con la otra. La situación era extremadamente caliente, por lo que los dos le dimos nuestra leche casi al unísono. Fer nos miró sonriendo y nos pidió que la cogieramos juntos. Martín se tiró al piso y Fer se le subió encima, montándolo de frente. Yo me puse atrás y la cogí por el culo. Los gritos de placer de Fernanda eran increíbles. Ella acabó varias veces en pocos minutos, sentí como temblaba todo su cuerpo con cada espasmo. Quiero toda su leche!! Gritó Fer. Fue casi una orden para mí y le llené el culo con abundante leche. Martín acabó también. Era la primera doble penetración de Fer, que quedó agotada. Nos bañamos, fumamos unas flores y tomamos un trago entre risas cómplices. Nos juramos repetirlo en breve.
-Fer! Cómo estás preciosa?!
-Seba, que sorpresa! Todo bien nene?!
-Ahora que te vi mejor que hace un rato… estás sola?
-No, Martín está estacionando, ahí viene.
Entró Martín y me invitaron a tomar algo con ellos. Pedimos un champán con Speed y nos sentamos en una mesita apartada. Nos cagamos de risa recordando viejas anécdotas y poniéndonos al día de nuestras vidas. La noche fue avanzando entre risas y alcohol, y la onda entre los tres seguía intacta. Cómo siempre que estoy en una charla con una mujer tan hermosa e interesante como Fernanda, los chistes en doble sentido y el clima de tensión sexual no se hace esperar. Fer es lo más copada que hay y absolutamente siempre te retruca cuando la provocás, obviamente con el consentimiento de Martín que es un capo y ama verla feliz.
-La verdad que ya no aguanto la música, dijo Martín en un momento. Qué les parece si seguimos la charla tomando algo en un lugar más tranquilo?
-Dale. Dónde querés ir? Le respondí.
-Si tenés ganas la seguimos en casa, te parece Fer? Le guiñó un ojo.
-Me encantaría! Sonrió Fernanda.
Martín me convenció para que deje mi auto e irnos los tres en el de él. Abrió la puerta de atrás y le dijo a Fer sonriendo - No vas a ser tan mal educada de dejar solo a nuestro invitado no?! Subimos los dos atrás y Martín puso primera. Fer empezó a besarme el cuello muy suavemente, lo que sumado al alcohol que tenía en sangre hizo que se me parara la verga de manera inmediata.
-No podías esperar llegar a casa papelonera?! Dijo Martín cagándose de risa, mirándonos por el espejo retrovisor.
Por toda respuesta Fer abrió su boca y saco la lengua mirándome a los ojos, invitándome a comérsela con una cara de puta en celo de novela. Nuestras lenguas tibias se trenzaron en un beso apasionado, al tiempo que mis manos empezaron a recorrer su hermoso cuerpo, empezando por su maravillosa cola. Llegamos a su casa prendidos fuego. Los tres, ya que pude observar una erección que Martín no trató de disimular.
-Pónganse cómodos mientras traigo algo para tomar, dijo Martín y fue para la cocina.
Fer prendió una luz muy tenue y puso música de fondo, algo de Motörhead, y al grito de ¡Aguante el heavy metal! Me tiró en un sofá triple y se sentó arriba mío. Nos volvimos a besar como si no hubiera un mañana. Martín descorchó otro champan y sirvió tres copas. Nos sentamos uno a cada lado de Fer y entre trago y trago empezamos a besarla y desnudarla muy lentamente. Le sacamos la musculosa y le besamos los hombros. Le desabrochamos el corpiño y le lamimos los pezones. Fer tiene unas tetas increíbles. Le sacamos la pollera y le recorrimos las piernas con nuestras bocas, hasta que llegamos a su tanguita, que ya estaba empapada. Martín se la bajó y empezó a chuparle la concha de manera voraz. Fer gemía y tiraba su cabeza para atrás. Empecé a comerle la boca y manosearle las tetas mientras Martín seguía en lo suyo. Hice que Fer se pusiera en cuatro en el sofá, así mientras Martín le chupaba la concha desde abajo yo le podía chupar el culo desde arriba. Empecé a besarle y darle mordisquitos en esos glúteos hermosos, y al llegar a su agujerito le cogí esa cola hermosa con la lengua. Los gemidos de Fer ahora eran pequeños grititos ahogados. Martín se paró y le puso su pija en la boca a Fer, que empezó a recorrerla con su lengua, mientras yo le chupaba la concha de arriba abajo. Empecé a dibujar círculos con mi lengua en su clítoris que ya estaba paradísimo, y note como su cuerpo se contorsionaba de placer. Pasaron solo unos segundos y Fer tuvo un orgasmo delicioso. Se arrodilló en el piso y nos pidió pija. Martín se paró de un lado y yo del otro. Nos chupó la pija disfrutando cada centímetro, cada instante. Se tragaba una y otra verga alternada, desenfrenadamente. Martín se sentó en el sofá y Fer se puso en cuatro para seguir chupándosela, pero ofreciendo ese culo de película a mis más bajos instintos. Me acerqué y le metí un dedo en la concha completamente húmeda. Luego le metí dos. Ella gimió. No aguanté más y le metí la cabeza de mi verga que a esa altura estaba muy gorda. Fer tiró su cintura para atrás y la penetré muy profundo. La cogí agarrándola de la cintura con una mano y tocándole las tetas con la otra. La situación era extremadamente caliente, por lo que los dos le dimos nuestra leche casi al unísono. Fer nos miró sonriendo y nos pidió que la cogieramos juntos. Martín se tiró al piso y Fer se le subió encima, montándolo de frente. Yo me puse atrás y la cogí por el culo. Los gritos de placer de Fernanda eran increíbles. Ella acabó varias veces en pocos minutos, sentí como temblaba todo su cuerpo con cada espasmo. Quiero toda su leche!! Gritó Fer. Fue casi una orden para mí y le llené el culo con abundante leche. Martín acabó también. Era la primera doble penetración de Fer, que quedó agotada. Nos bañamos, fumamos unas flores y tomamos un trago entre risas cómplices. Nos juramos repetirlo en breve.
5 comentarios - Fernanda y su primera doble penetración
sos genial Sebas!!
gracias ❤