Soy de familia grande, con 10 tías y tíos.Yo tenía al momento de esta historia, 23 años y experiencia sexual sólo conchicas que rondaban mi edad. Buenas experiencias con chicas normales, algunasbuenas otras que me calmaban la sed sexual en épocas que se complicaba.
Sinceramente nunca había mirado a mujeresmás grandes que yo, no soy de esos que fantasean con veteranas o maduras.Estaba bien con las minas con las que estaba.
La casa de mi abuelo, siempre estaba poblada.Con 10 hijos, imaginen la cantidad de amigos, amigas, novios, novias que habíasiempre. Todos los cumpleaños o jodas que había, se hacían en un quincho y elparque que estaba al fondo de la casa. Y obvio que cuando pasé los 18 estabanmejor porque ya podía tomar, y pasarla mejor, pese a tener una diferencia de almenos 10 años con todos los que iban.
Una vez en una fiesta había una amiga deuna de mis tías, que estaba siempre en los eventos, que empezó a llamarme laatención. Tenía unos 52 años, morocha, con curvas, ojos claros. No erarellenita ni flaca, pero tenía sus lugares donde agarrar y curvas. Buenastetas, normales, pero un poco más grandes y no tan caídas para su edad.
En un baile que se arma en esa fiesta, mesaca a bailar. Estaba con un jean bastante ajustado y una camisa. Bailamosmedio pegados, ella muy extrovertida y divertida como era, se movía y meapoyaba sin drama y eso a mí me empezó a calentar. Aproveché el baile y yotambién rozaba y agarraba bien su cintura y la ponía contra mí. Al rato, estabaarmando un trago y ella se acercó a pedirme que le prepare algo. En eso pasa mitía y me dice “Susy te tiene ganas, ojo sobrino, pórtate bien”. Esa frase meterminó de calentar mal. Pero estaba toda mi familia y no podía hacer mucho.
Al rato salgo al parque y me siento en unosbancos que había en una zona con poca luz y viene Susy con mi tía. Charlamos,nos reímos y Susy me tocaba y se me pegaba cada vez más. Mi pija se iba parandoal sentir sus tetas rozándome y su perfume. Las dos estaban en pedo y mi tía,jodiendo dice “Bueno, Susy, vamos que si no le espantamos las chicas al sobri”.
- Ojo, dice Susy, hay que ver queprefiere el
- A mí siempre me dijo que lasveteranas como nosotros no le calentamos.
- Que? Jajajjaaj, si lo agarramosentre las dos, lo dejamos seco.
- Yo no puedo Susy, es mi sobrino
- No me ofendo si me lo dejás ami solita.
Ahí mi tia se paró y se fue. Al momento queestábamos bien solos y de lejos se escuchaba la música, Susy me mira, con muchacara de puta se me acerca casi hasta la boca y dice.
- Asi que no te calientan lasminas como yo?
Su perfume y su actitud me terminaron deponer dura la pija. Le agarré la mano y la llevé abajo. “Que te parece?”
- Parece que te pongo muycaliente pendejo.
Y ahí me mandó la mano adentro del jean yme agarro la pija. Me miraba fijo a los ojos y me empezó a pajear despacio. Almismo tiempo me tiraba lengüetazos. Yo estaba entregado. Me dejaba pajear, laveterana que nunca me había provocado nada, me tenía como quería. “Hace un parde años, cuando empezaste a crecer, me calentaste pendejo”, decía y aumentabael ritmo de la paja.
- Ahhh…Susy, como me calentas….mevas a sacar la leche
- Y me la voy a tragar toda…
Mis gemidos ya indicaban que estaba poracabar, por eso se agachó y me la empezó a chupar hasta que exploté y se latragó sin dejar nada. Estaba relajadísimo. “Sos increíble Susy, no te teníaasí”, le digo.
- Vamos para adentro. Tu tía medio la llave de su cuarto. ¿Te queda más leche, no?
Sinceramente nunca había mirado a mujeresmás grandes que yo, no soy de esos que fantasean con veteranas o maduras.Estaba bien con las minas con las que estaba.
La casa de mi abuelo, siempre estaba poblada.Con 10 hijos, imaginen la cantidad de amigos, amigas, novios, novias que habíasiempre. Todos los cumpleaños o jodas que había, se hacían en un quincho y elparque que estaba al fondo de la casa. Y obvio que cuando pasé los 18 estabanmejor porque ya podía tomar, y pasarla mejor, pese a tener una diferencia de almenos 10 años con todos los que iban.
Una vez en una fiesta había una amiga deuna de mis tías, que estaba siempre en los eventos, que empezó a llamarme laatención. Tenía unos 52 años, morocha, con curvas, ojos claros. No erarellenita ni flaca, pero tenía sus lugares donde agarrar y curvas. Buenastetas, normales, pero un poco más grandes y no tan caídas para su edad.
En un baile que se arma en esa fiesta, mesaca a bailar. Estaba con un jean bastante ajustado y una camisa. Bailamosmedio pegados, ella muy extrovertida y divertida como era, se movía y meapoyaba sin drama y eso a mí me empezó a calentar. Aproveché el baile y yotambién rozaba y agarraba bien su cintura y la ponía contra mí. Al rato, estabaarmando un trago y ella se acercó a pedirme que le prepare algo. En eso pasa mitía y me dice “Susy te tiene ganas, ojo sobrino, pórtate bien”. Esa frase meterminó de calentar mal. Pero estaba toda mi familia y no podía hacer mucho.
Al rato salgo al parque y me siento en unosbancos que había en una zona con poca luz y viene Susy con mi tía. Charlamos,nos reímos y Susy me tocaba y se me pegaba cada vez más. Mi pija se iba parandoal sentir sus tetas rozándome y su perfume. Las dos estaban en pedo y mi tía,jodiendo dice “Bueno, Susy, vamos que si no le espantamos las chicas al sobri”.
- Ojo, dice Susy, hay que ver queprefiere el
- A mí siempre me dijo que lasveteranas como nosotros no le calentamos.
- Que? Jajajjaaj, si lo agarramosentre las dos, lo dejamos seco.
- Yo no puedo Susy, es mi sobrino
- No me ofendo si me lo dejás ami solita.
Ahí mi tia se paró y se fue. Al momento queestábamos bien solos y de lejos se escuchaba la música, Susy me mira, con muchacara de puta se me acerca casi hasta la boca y dice.
- Asi que no te calientan lasminas como yo?
Su perfume y su actitud me terminaron deponer dura la pija. Le agarré la mano y la llevé abajo. “Que te parece?”
- Parece que te pongo muycaliente pendejo.
Y ahí me mandó la mano adentro del jean yme agarro la pija. Me miraba fijo a los ojos y me empezó a pajear despacio. Almismo tiempo me tiraba lengüetazos. Yo estaba entregado. Me dejaba pajear, laveterana que nunca me había provocado nada, me tenía como quería. “Hace un parde años, cuando empezaste a crecer, me calentaste pendejo”, decía y aumentabael ritmo de la paja.
- Ahhh…Susy, como me calentas….mevas a sacar la leche
- Y me la voy a tragar toda…
Mis gemidos ya indicaban que estaba poracabar, por eso se agachó y me la empezó a chupar hasta que exploté y se latragó sin dejar nada. Estaba relajadísimo. “Sos increíble Susy, no te teníaasí”, le digo.
- Vamos para adentro. Tu tía medio la llave de su cuarto. ¿Te queda más leche, no?
5 comentarios - La milf amiga de mi tía que me hizo suya