Mi primera novia la tuve cuando tuve recién 22 años. Ella 18, recién terminaba el colegio. Jugaba al hockey. Tenía terrible cola. Yo fui el primero, y nunca pude conseguir que me la entregara.
Tuvimos una buena relación hasta los 4 años más o menos donde empezamos a pelearnos por demás. La relación se fue desgastando y todos saben que cuando eso pasa... los buitres huelen sangre y se tiran de cabeza. Cuestión que apareció un loco, de su edad, que conoció por las amigas.
A mi me parecía que había algo entre ellos, pero no podía tener más certeza que mi sospecha. Hasta que una noche ella sale de joda con las amigas. A la mañana siguiente me llama la madre desesperada porque ella no había vuelto y no contestaba el celular.
Resumiendo, la guacha se había encontrado con el pibe en el boliche y se fueron juntos. "No pasó nada, te juro solo nos quedamos dormidos" me re contra juraba. Aunque no le creía, la "perdoné" por asi decirlo y seguimos la relación (idiota total).
Demás está decir que eso no duró mucho más que unos meses. Ella terminó la relación porque "no sabía qué quería" (sabía muy bien qué quería, pero bueno...). A los meses, se pone de novia con este pibe. Al principio me jodió un poco pero después empecé a salir y me di cuenta que había estado por lo menos un año de más con esta piba.
Encima, empecé a verme con una chica que me dio vuelta (si gusta este relato, hago otro con las cosas que hicimos). Una noche, me la cruzo a mi ex. Me recriminó (aunque no de mala manera, pudimos hablar muy bien) que yo no haya hecho nada para "recuperarla" (cuando me dijo que quería terminar, corté toda relación y no le volví a hablar más).
Charla va, charla viene... le saqué el tema del sexo. Y me confesó dos cosas: que al chabón este no le había dejado ni intentar por la cola. Y que extrañaba como yo se la chupaba. La muy puta quería pija. Bah, mi lengua más precisamente.
Cuando le dije de ir a un telo, arrancó de una. Salimos separados del boliche y nos encontramos a unas cuadras. Fuimos a uno de los más alejados de la ciudad. La pasión con la que nos besamos, no la habíamos tenido ni en los últimos 2 años de relación.
Yo iba con la idea fija: que vuelva con la cola abierta. Para eso, primero tenía que preparar muy bien todo. Me gusta ser muy activo. La tiré a la cama, ya desnudos, la besé desde el cuello pasando por sus pequeños pechos, siguiendo por la panza hasta llegar a sus piernas.
Pero no iba a darle de una lo que quería. Rozaba con la lengua toda la zona, pero no iba. Se había depilado totalmente, algo que conmigo no había hecho nunca. Si bien no me jode, es más cómodo para realizar un trabajo más eficiente.
Jugué en sus pechos, acaricié sus piernas, su panza. Ella se estremecía de placer y gemía sin disimular su exitación. Sus gritos me estimulaban a seguir. "Dale..." decía entre suspiros. "Chupamela, dale". Yo no le hacía caso. Seguía tocándola. Mis dedos fueron despacio hacia su concha. Estaba empapada.
"Chupamela!" gritaba desencajada. "Porqué?" le dije, para alimentar mi ego. "Nunca más pude acabar como me hacías acabar vos". Dicho esto, me tiré de cabeza. Con una mano tocaba sus tetas y la otra empecé a meter los dedos dentro de su concha caliente y mojada.
Me agarró fuerte de la cabeza empujando hacia adentro. Yo respondí moviendo más fuerte mi lengua hasta que empezó a temblar y arqueando la espalda acabó. Su cuerpo se relajó y su respiración se calmó.
Me levanté y sin darle descanso, la di vuelta y la puse en 4 sobre la cama. La imagen de esa colita perfecta, dura, entrenada pidiendo pija me volvía loco. Y ella lo sabía. Se acomodó y levantando el culo empezó a moverse pidiendo por mi verga.
Se la enterré de una y me la cogí un rato largo asi pegandole chirlos en la cola que provocaban que ella se encendiera y pidiera más fuerte. Estaba re caliente la pendeja. Y me encantaba que así sea. La agarré de los pelos para que pudiera verse en el espejo del borde de la cama. Y a mi, atrás suyo dandole lo que estaba buscando.
"Te pusiste en forma" me dijo mirándome como las luces tenues de la habitación hacían ver mi cuerpo mucho más marcado que cuando salíamos (de hecho, había empezado el gimnasio y bajé varios kg de más que tenía). Le respondí agarrándole fuerte la cola. Una piedra era. Ella seguía igual de entrenada que siempre.
Cuando estuve por acabar, me paré en el pie de la cama y ella se acercó a petearme. Cuando sintió mi pija endurecerse la apoyó en sus tetas. Con la punta de mi verga se la fue pasando por todo el pecho. Nos tiramos en la cama, juntos, mientras seguimos a los besos. Mi pija casi no llegó a bajarse que ya estaba al palo de nuevo.
Me la agarró y se sonrió. Quería seguir, sin ddudas., Y yo también. Me la chupó un rato hasta ponermela bien dura de nuevo. Ahora, ella tomó las riendas y se subió arriba mio. Era una bestia cabalgando. Se movía como un demonio arriba de mi pija.
Yo la sostenía de la cola. Puse dos de mis dedos en su boca para que los chupara y los llenara de saliva. Ella sabía que iba a hacer y se la notaba como empezó a acelerar el ritmo de la calentura que le provocaba pensar en eso.
Fui con mis dedos directo a su colita. Mojé un poco la entrada de su ano, se notaba bien cerrado. No me había mentido. Le metí dos dedos mientras ella saltaba desesperada arriba de mi verga. Hasta ahi, ella se dejaba. pero yo quería más. Quería que volviera con el ahora cornudo de su novio con la cola abierta.
Yo estaba pensando como hacer para convenzarla, cuando fue ella sola la que me dijo "si me hacés acabar de nuevo como antes, te la doy". La saqué de encima mio y la senté en el borde de la cama. Yo me arrodillé en el piso y la empecé a coger con la lengua. Después con los dedos, mientras se la chupaba con muchas ganas .
Nunca la había visto temblar de la forma que lo hizo cuando acabó. Quedó tirada en la cama sin poder hablar un instante. Yo, acostado al lado suyo, tenía una sola idea en la cabeza. La cogí un rato arriba, la besé y luego la di vuelta.
No dijo nada. Puso una almohada bajo su panza y yo me dediqué a chuparle con ganas la cola. la escupía, le pasaba la lengua. De a poco la fui abriendo. Me llené de lubricante la pija y un par de dedos.
Se la abrí con los dedos y empecé a apoyar mi pija. "Despacio" fue lo único que atinó a decir cuando entró la cabeza. de a poco, se la fue tragando casi completa. Un poco más de la mitad tenía adentro cuando me pidió que parara ahi. Despacio, me movía adentro de ese culo que había deseado 4 años y en una noche lo había conseguido.
No aguantó mucho más y me pidió que la sacara. Me cambié de forro y la empecé a coger en cucharita. La hice acabar con la pija adentro. No pude seguir mucho más, porque llamaron para avisar que terminaba el turno.
Ella se paró adelante del espejo y me llamó arrodillada en el piso. Me acerqué y le puse la pija en la boca. Me la chupó un rato hasta que me hizo acabar. Generalmente le avisaba cuando terminaba porque no le gustaba tragar. Esta vez, cuando le dije solo abrió la boca sacó la lengua y pajeandome más fuerte dejó caer toda mi leche en su boca. Un chorro salpicó su mejilla, otro poco cayó en su cuerpo. Lo que tenía en la boca me lo mostró y se lo tragó todo.
Salimos del telo, la dejé a varias cuadras de su casa y se tomó un taxi para volver. Terrible zorra se había convertido. Después de ese día nos habremos visto un par de veces más donde me pedía que la culeara. Me juraba que a su novio no se la entregaba, solo era para mi. Yo no le creía, pero realmente poco me importaba. Disfrutaba de esa terrible cola. Luego, le agarró cargo de conciencia y no quizo saber más nada con engañarlo al cuerno del novio. Pero la misión ya estaba cumplida. Le devolví con la misma moneda (un poco más, tal vez) al buitre.
Tuvimos una buena relación hasta los 4 años más o menos donde empezamos a pelearnos por demás. La relación se fue desgastando y todos saben que cuando eso pasa... los buitres huelen sangre y se tiran de cabeza. Cuestión que apareció un loco, de su edad, que conoció por las amigas.
A mi me parecía que había algo entre ellos, pero no podía tener más certeza que mi sospecha. Hasta que una noche ella sale de joda con las amigas. A la mañana siguiente me llama la madre desesperada porque ella no había vuelto y no contestaba el celular.
Resumiendo, la guacha se había encontrado con el pibe en el boliche y se fueron juntos. "No pasó nada, te juro solo nos quedamos dormidos" me re contra juraba. Aunque no le creía, la "perdoné" por asi decirlo y seguimos la relación (idiota total).
Demás está decir que eso no duró mucho más que unos meses. Ella terminó la relación porque "no sabía qué quería" (sabía muy bien qué quería, pero bueno...). A los meses, se pone de novia con este pibe. Al principio me jodió un poco pero después empecé a salir y me di cuenta que había estado por lo menos un año de más con esta piba.
Encima, empecé a verme con una chica que me dio vuelta (si gusta este relato, hago otro con las cosas que hicimos). Una noche, me la cruzo a mi ex. Me recriminó (aunque no de mala manera, pudimos hablar muy bien) que yo no haya hecho nada para "recuperarla" (cuando me dijo que quería terminar, corté toda relación y no le volví a hablar más).
Charla va, charla viene... le saqué el tema del sexo. Y me confesó dos cosas: que al chabón este no le había dejado ni intentar por la cola. Y que extrañaba como yo se la chupaba. La muy puta quería pija. Bah, mi lengua más precisamente.
Cuando le dije de ir a un telo, arrancó de una. Salimos separados del boliche y nos encontramos a unas cuadras. Fuimos a uno de los más alejados de la ciudad. La pasión con la que nos besamos, no la habíamos tenido ni en los últimos 2 años de relación.
Yo iba con la idea fija: que vuelva con la cola abierta. Para eso, primero tenía que preparar muy bien todo. Me gusta ser muy activo. La tiré a la cama, ya desnudos, la besé desde el cuello pasando por sus pequeños pechos, siguiendo por la panza hasta llegar a sus piernas.
Pero no iba a darle de una lo que quería. Rozaba con la lengua toda la zona, pero no iba. Se había depilado totalmente, algo que conmigo no había hecho nunca. Si bien no me jode, es más cómodo para realizar un trabajo más eficiente.
Jugué en sus pechos, acaricié sus piernas, su panza. Ella se estremecía de placer y gemía sin disimular su exitación. Sus gritos me estimulaban a seguir. "Dale..." decía entre suspiros. "Chupamela, dale". Yo no le hacía caso. Seguía tocándola. Mis dedos fueron despacio hacia su concha. Estaba empapada.
"Chupamela!" gritaba desencajada. "Porqué?" le dije, para alimentar mi ego. "Nunca más pude acabar como me hacías acabar vos". Dicho esto, me tiré de cabeza. Con una mano tocaba sus tetas y la otra empecé a meter los dedos dentro de su concha caliente y mojada.
Me agarró fuerte de la cabeza empujando hacia adentro. Yo respondí moviendo más fuerte mi lengua hasta que empezó a temblar y arqueando la espalda acabó. Su cuerpo se relajó y su respiración se calmó.
Me levanté y sin darle descanso, la di vuelta y la puse en 4 sobre la cama. La imagen de esa colita perfecta, dura, entrenada pidiendo pija me volvía loco. Y ella lo sabía. Se acomodó y levantando el culo empezó a moverse pidiendo por mi verga.
Se la enterré de una y me la cogí un rato largo asi pegandole chirlos en la cola que provocaban que ella se encendiera y pidiera más fuerte. Estaba re caliente la pendeja. Y me encantaba que así sea. La agarré de los pelos para que pudiera verse en el espejo del borde de la cama. Y a mi, atrás suyo dandole lo que estaba buscando.
"Te pusiste en forma" me dijo mirándome como las luces tenues de la habitación hacían ver mi cuerpo mucho más marcado que cuando salíamos (de hecho, había empezado el gimnasio y bajé varios kg de más que tenía). Le respondí agarrándole fuerte la cola. Una piedra era. Ella seguía igual de entrenada que siempre.
Cuando estuve por acabar, me paré en el pie de la cama y ella se acercó a petearme. Cuando sintió mi pija endurecerse la apoyó en sus tetas. Con la punta de mi verga se la fue pasando por todo el pecho. Nos tiramos en la cama, juntos, mientras seguimos a los besos. Mi pija casi no llegó a bajarse que ya estaba al palo de nuevo.
Me la agarró y se sonrió. Quería seguir, sin ddudas., Y yo también. Me la chupó un rato hasta ponermela bien dura de nuevo. Ahora, ella tomó las riendas y se subió arriba mio. Era una bestia cabalgando. Se movía como un demonio arriba de mi pija.
Yo la sostenía de la cola. Puse dos de mis dedos en su boca para que los chupara y los llenara de saliva. Ella sabía que iba a hacer y se la notaba como empezó a acelerar el ritmo de la calentura que le provocaba pensar en eso.
Fui con mis dedos directo a su colita. Mojé un poco la entrada de su ano, se notaba bien cerrado. No me había mentido. Le metí dos dedos mientras ella saltaba desesperada arriba de mi verga. Hasta ahi, ella se dejaba. pero yo quería más. Quería que volviera con el ahora cornudo de su novio con la cola abierta.
Yo estaba pensando como hacer para convenzarla, cuando fue ella sola la que me dijo "si me hacés acabar de nuevo como antes, te la doy". La saqué de encima mio y la senté en el borde de la cama. Yo me arrodillé en el piso y la empecé a coger con la lengua. Después con los dedos, mientras se la chupaba con muchas ganas .
Nunca la había visto temblar de la forma que lo hizo cuando acabó. Quedó tirada en la cama sin poder hablar un instante. Yo, acostado al lado suyo, tenía una sola idea en la cabeza. La cogí un rato arriba, la besé y luego la di vuelta.
No dijo nada. Puso una almohada bajo su panza y yo me dediqué a chuparle con ganas la cola. la escupía, le pasaba la lengua. De a poco la fui abriendo. Me llené de lubricante la pija y un par de dedos.
Se la abrí con los dedos y empecé a apoyar mi pija. "Despacio" fue lo único que atinó a decir cuando entró la cabeza. de a poco, se la fue tragando casi completa. Un poco más de la mitad tenía adentro cuando me pidió que parara ahi. Despacio, me movía adentro de ese culo que había deseado 4 años y en una noche lo había conseguido.
No aguantó mucho más y me pidió que la sacara. Me cambié de forro y la empecé a coger en cucharita. La hice acabar con la pija adentro. No pude seguir mucho más, porque llamaron para avisar que terminaba el turno.
Ella se paró adelante del espejo y me llamó arrodillada en el piso. Me acerqué y le puse la pija en la boca. Me la chupó un rato hasta que me hizo acabar. Generalmente le avisaba cuando terminaba porque no le gustaba tragar. Esta vez, cuando le dije solo abrió la boca sacó la lengua y pajeandome más fuerte dejó caer toda mi leche en su boca. Un chorro salpicó su mejilla, otro poco cayó en su cuerpo. Lo que tenía en la boca me lo mostró y se lo tragó todo.
Salimos del telo, la dejé a varias cuadras de su casa y se tomó un taxi para volver. Terrible zorra se había convertido. Después de ese día nos habremos visto un par de veces más donde me pedía que la culeara. Me juraba que a su novio no se la entregaba, solo era para mi. Yo no le creía, pero realmente poco me importaba. Disfrutaba de esa terrible cola. Luego, le agarró cargo de conciencia y no quizo saber más nada con engañarlo al cuerno del novio. Pero la misión ya estaba cumplida. Le devolví con la misma moneda (un poco más, tal vez) al buitre.
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