Pero obvio, el verano hay que aprovecharlo al máximo. Después deesa furia masturbadora de corpiño, bombacha, pintura y más en el departamento,quise salir a buscar como sea una mujer para hacer el amor. Y como dice eldicho, el que busca encuentra. Como las mujeres marplatenses (o de otro lado,es lo mismo) no me iban a venir a tocar la puerta, otra noche fresquita mevestí con campera de cuero, pantalón, zapatos, me puse abundante perfume y aver qué.
Caminando la movida y hermosa noche marplatense encontré un bar yme metí a ver qué onda. Me senté y al toque vino una moza, una mujer bárbara,una potra, madura de esas pitucas que me vuelven loco. Delgadita, pelirroja,con voz grave, lo que también me excita. Flasheé con ella y, antes de pedirlenada, le tiré charla. La mujer se copó y hablamos un ratito, y al ver su onda yextrovertida me volví más loco. Pero qué me voy a coger a ésta, está laburando,dije. Y bueno, otra vez será. Pedí unos sandwichitos de miga que se sabe meestimulan, una gaseosa y cené bien, y luego helado. Pero lo único que queríacomerme era a la pelirroja.
Al rato volvió para cobrar la cuenta, la mironeé toda y tanto quela mina se dio cuenta y riéndose me tiró un par de chistecitos. Ni lerdo niperezoso, ni vergonzoso, aproveché la volada y le mandé si podíamos tomar algojuntos. "Nooo, corazón, no puedo por ahora, estoy trabajando y si seenteran me van a matar", decía resimpática. Le repregunté cuándo entrabaen receso y me dijo que en un par de días. Pero obvio no le insistí, sino queesperé mi turno.
Justamente un par de días y otra vez con campera de cuero, perfumefuerte y más volví al bar y me saludé con la pelirroja. Le dije de tomar algo yaceptó, pero no ahí, claro. La mujer, separada, campera de cuero, maquillada,cartera, botas con ruido, me resacó que me pajoteaba ahí en la vereda, mirá.Salimos, fuimos y entramos a otro bar cercano. Y volví a pedir sandwiches demiga para estar estimulado, compartimos los de miga, ella con cerveza y yo con gaseosa y pasamos linda noche charlandode todo. AL terminar, le ofrecí llevarla a su casa. Ella aceptó y fuimos.
Pero no pude llegar. Mujer, pelirroja, madura, cuero, pintura,perfume. Mucho. Le pedí que me acompañara a un baño de otro lugar que habíaahí. La mujer me acompañó gentil. Y cayó: apenas entramos la agarré fuerte, lallevé al baño, la encerré y la manoseé toda, pidiéndole un beso enloquecido. Latipa no quiso primero, pero insistí y me dio un beso normal y yo le mandé deuna un buen pico en su boca roja con brillo. Ella gustó, empezamos a hablar,nos mimamos, toqueteamos, se me paró el pene bien, me lo acaricié, me bajé elpantalón y el calzón, lo pelé y se lo mostré, y la mujer chocha lo alabó y melo chupó.
Por toda respuesta, la agarré de nuevo, la puse contra la pared,le pasé bien las manos por su culo perfecto, le bajé el pantalón fino, enloquecícon su bombacha blanca fina, se la bajé y mientras la manoseaba y besaba, se lametí furioso de hervor y le di contra la pared por su estrecha cola. La mujer,su cuero, pelirroja, los sandwichitos, todo me voló y le eyaculé tremendo semenen su cola, y luego se la puse por la vagina con el pene duro como si nada, lefroté y volví a acabarle mi semen en su preciosa vagina. La mujer dioresoplidos, gemidos y largó flujo que aproveché y le saboreé bien, porque lacena tenía que ser completa. Mirá vos, lo que es la noche marplatense. Si unosale encuentra. Siempre hay una linda madura lista para llenar de semen.
Caminando la movida y hermosa noche marplatense encontré un bar yme metí a ver qué onda. Me senté y al toque vino una moza, una mujer bárbara,una potra, madura de esas pitucas que me vuelven loco. Delgadita, pelirroja,con voz grave, lo que también me excita. Flasheé con ella y, antes de pedirlenada, le tiré charla. La mujer se copó y hablamos un ratito, y al ver su onda yextrovertida me volví más loco. Pero qué me voy a coger a ésta, está laburando,dije. Y bueno, otra vez será. Pedí unos sandwichitos de miga que se sabe meestimulan, una gaseosa y cené bien, y luego helado. Pero lo único que queríacomerme era a la pelirroja.
Al rato volvió para cobrar la cuenta, la mironeé toda y tanto quela mina se dio cuenta y riéndose me tiró un par de chistecitos. Ni lerdo niperezoso, ni vergonzoso, aproveché la volada y le mandé si podíamos tomar algojuntos. "Nooo, corazón, no puedo por ahora, estoy trabajando y si seenteran me van a matar", decía resimpática. Le repregunté cuándo entrabaen receso y me dijo que en un par de días. Pero obvio no le insistí, sino queesperé mi turno.
Justamente un par de días y otra vez con campera de cuero, perfumefuerte y más volví al bar y me saludé con la pelirroja. Le dije de tomar algo yaceptó, pero no ahí, claro. La mujer, separada, campera de cuero, maquillada,cartera, botas con ruido, me resacó que me pajoteaba ahí en la vereda, mirá.Salimos, fuimos y entramos a otro bar cercano. Y volví a pedir sandwiches demiga para estar estimulado, compartimos los de miga, ella con cerveza y yo con gaseosa y pasamos linda noche charlandode todo. AL terminar, le ofrecí llevarla a su casa. Ella aceptó y fuimos.
Pero no pude llegar. Mujer, pelirroja, madura, cuero, pintura,perfume. Mucho. Le pedí que me acompañara a un baño de otro lugar que habíaahí. La mujer me acompañó gentil. Y cayó: apenas entramos la agarré fuerte, lallevé al baño, la encerré y la manoseé toda, pidiéndole un beso enloquecido. Latipa no quiso primero, pero insistí y me dio un beso normal y yo le mandé deuna un buen pico en su boca roja con brillo. Ella gustó, empezamos a hablar,nos mimamos, toqueteamos, se me paró el pene bien, me lo acaricié, me bajé elpantalón y el calzón, lo pelé y se lo mostré, y la mujer chocha lo alabó y melo chupó.
Por toda respuesta, la agarré de nuevo, la puse contra la pared,le pasé bien las manos por su culo perfecto, le bajé el pantalón fino, enloquecícon su bombacha blanca fina, se la bajé y mientras la manoseaba y besaba, se lametí furioso de hervor y le di contra la pared por su estrecha cola. La mujer,su cuero, pelirroja, los sandwichitos, todo me voló y le eyaculé tremendo semenen su cola, y luego se la puse por la vagina con el pene duro como si nada, lefroté y volví a acabarle mi semen en su preciosa vagina. La mujer dioresoplidos, gemidos y largó flujo que aproveché y le saboreé bien, porque lacena tenía que ser completa. Mirá vos, lo que es la noche marplatense. Si unosale encuentra. Siempre hay una linda madura lista para llenar de semen.
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