Los primeros meses como matrimonio cuckold fueron realmente intensos.
Después de que Pablo le confesara a Mica su gusto y placerpor los cuernos, y de que ella le dijera por primera vez en voz alta lapalabrita mágica Cornudo, y que dehecho le explicara además que ya lo era hace mucho tiempo, la joven pareja tuvouna extensa charla por WhatsApp en la cual Micaela le hizo algunas preguntasmás, intentando asegurarse de que todo esto iba realmente enserio.
Lo que vino después fue realmente increíble para Pablo.Porque durante los siguientes meses la entrepierna de su esposa se convirtió,por decirlo de una manera jocosa, en una especie de banco nacional de semen. "Juro por lo que quieran que jamás mehubiera imaginado que la mujer con la que me casé sería tan pero tanputa..." se decía a sí mismo. Por el vello púbico de Micaela, suMicaela… la que posaba junto a él en los portarretratos, habían pasado máspijas que por un baño público con tipito masculino dibujado en la puerta.
Una tarde Pablo había salido por la avenida a comprarsealgunos accesorios para su celular, y se cruzó a Mica. Decenas de veces sehabía cruzado a su esposa en esa misma avenida. Pero esta vez había algo nuevo:Ella se encaminaba en dirección a su casa, cómo solía pasar, pero ésta vezacompañada…
“Hola amor! Que lindo cruzarte! Te lo presento, él es Mauro.Mauro, él es Pablo, mi marido. El quehasta ahora siempre me escuchaste nombrar como El Cornudo…”
Al tipo nuevo se lo notaba algo nervioso en principio. Perotambién era clarísimo que la situación le fascinaba. Mauro era digamos…uncogedor serial de esposas y novias ajenas. Desde pendejo eran su predilecciónlas mujeres con anillo en el anular. Hasta el día de hoy había hecho un totalde 16 cornudos. Y a 9 los bautizócomo cornudos el mismo; 9 mujeres (6 esposas y 3 novias) hicieron cornudos asus parejas por primera vez con él. Razón por la cual sus nervios se disiparonrápido y saludó a Pablo con toda la predisposición.
“Justo estábamos llendo para casa…” agregó Micaela.
“Ahora?” preguntó Pablo.
“Si, ahora…” respondió Mica. Y mirando a Mauro le preguntó “Bah,vos me queres coger ahora…?”
“Si, obvio!” respondió el suertudo de turno casi gritando.
“Vos tenes algún drama, amor?” le preguntó Micaela a sumarido. Pero era decorativa la pregunta. Respondiera lo que respondiera Pablo,en el idioma que fuera, el tal Mauro iba a tener inevitablemente una vagina húmedaa su disposición; en este caso precisamente la de su esposa.
“No, no hay drama. Más vale…” fue entonces la respuesta queMica recibió de su marido.
Pablo decidió cancelar sus compras y acompañarlos. No podíaperderse tal situación. Así fue que caminó las 3 cuadras que faltaban, mirandonada más y nada menos que a su mujer siendo escoltada hasta su propia casa conun amante que realmente aceleraba el paso de las evidentes ganas de cogerla quetenía.
Llegaron los 3 a casa y Micaela, ni lenta ni perezosa, lepreguntó a Mauro “Cómo queres que me cambie?”
“La remerita blanca escotada que tenías la primera vez quenos vimos la temes?”
“Obvio. ¿Y qué tanga queres que me ponga?”
“La negra de encaje”
“Ok. Esa me la regaló él” dijo Micaela señalando a suesposo. Y se fue a su cuarto.
Pablo y Walter se quedaron unos minutos solos en el living,protagonizando una situación que puede verse como cómica y tensa a la vez. Peroque dentro del mundo del Cuckold es muy habitual.
Pablo: “Cuánto hace que la conoces?”
Mauro: “2 meses”
Pablo: “Cuántas veces te la cogiste ya?”
Mauro: cuatro…bah, la primera no llegamos a coger. Me lachupó en mi auto nada más…”
Pablo: “Che, si te da vergüenza o te incomoda la situaciónno hace falta que me cuentes, todo bien…”
Mauro: “No, olvidate. No tengo drama…Ni bien me cambiaron enel laburo al sector de ella la vi y me puso a mil. Al toque me calentó. Me dacosa decirte esto así porque es tu esposa, pero a la primera que le tiré unpoco de onda agarró viaje. Nos empezamos a mandar mensajes por WhatsApp.Primero sutiles disimulados, y después ya más sacados. Y una semana después…”
Y en eso llegó nuevamente Micaela (Remera ajustada blanca,que dejaba traslucir las tetas, súper apretadas. Tanga negra que dejabatranslucir el monte de venus)
“Y una semana después…(siguió contando Mica) me lo llevé asu auto y le hice uno de los mejores petes de su vida, o no?”
“Impresionante” respondió Mauro.
Micaela: “Le estaba acariciando el frenillo con la lengua yamasando los huevos cuando escuchó un grito atragantado, porque no podíamoshacer mucho ruido, eran las 3 de la tarde, no había nadie en la calle, y altoque me inundó la boca de leche el hdp…Yo hice la gran porno típica; abrí laboca rebalsada, me tragué todo y volví a abrir la boca para mostrarle que ya nohabía nada…”
Mauro escuchaba la anécdota con una sonrisa y no sacaba susojos del orto de la afortunada esposa.
“Ese día, una hora después me encontré con vos y te saludécon un tremendo beso!” le dijo Micaela a Pablo.
“Jajaja que hija de puta…” respondió él.
“Si te gooosta! Le respondió ella con voz graciosa.
Ambos se rieron.
Mica: “Bueno amor…nos vamos a la habitación matrimonial ahacer nuestras cositas…Podes quedarte acá en el living a escuchar y divertirte,si?”
“Jaja dale…pásenla lindo…”
Mica: “Mauro está muy entusiasmado hoy porque hace 2 díasfue su cumple y hoy tiene un regalito especial…”
Y Pablo vio como su mujer le acercó la boca al oído yescuchó su voz susurrante decir “El orto de tu esposa:..”
3 comentarios - La maravillosa historia de Pablo y Micaela 2