Y más que obvio, con semejante mujer como Estela no me cansonunca. Luego de darle ahí en la playa fuimos a su departamento, donde llegamostipo siete, y ella preparó una buena merienda con café con leche y tostadas conqueso y dulce que compartimos. Ernesto ni enterado de lo que su mujer hizoconmigo me charlaba onda, mientras ella me untaba las tostadas y me las dejabaen un platito re dulce. Apenas terminamos, el hombre se volvió a excusar connosotros y se fue a bañar. El baño del departamento está un poco alejado del livingcomedor, así que otra vez me quedé solito re íntimo con Estela. Pero no pensabaen cogerla de nuevo, ya estaba satisfecho.
Bah, eso creía. Porque con Estela nunca estoy satisfecho. Todavíaen malla, la delgadita pelirroja iba y venía de la cocina ordenando todo lo dela merienda. De nuevo me ratoneé, de nuevo la mironeé, de nuevo la seguí y me levantéfingiendo querer ayudarla con algo. Y justo al entrar a la cocina, la vi aEstela con su silueta y su malla, aún su aroma a crema, guardando el queso blancoen la heladera.
NI lerdo ni perezoso, apenas ella cerró la heladera la sujeté, la aplasté contra la puerta de lamisma, le manoseé todo, vagina, cola, tetas, malla, y antes de que atinara dela sorpresa a algo, la puse de espaldas a mí contra la heladera, me bajé el short, pelé tremendo pene y se la dipor su hermosa cola con malla y todo. Estelita rió, divina, gimió despacio peroexcitada, se hizo encima y pidió que le acabara en la malla. Loco, sacado, ledi con furia, su malla, la merienda, la crema, y nomás eyaculé tremendo semenque bañó su fina malla de lycra. Estela jadeó y largó un buen resoplido alacabar en su propia malla, con lo que estaba manchada de semen y flujo. Alterminar, le pasé mis manos por todo su cuerpo de nuevo, la senté en una sillay le puse el pene en la boca, ella lamió y tragó el poco semen que quedaba, yluego nos dimos otro besote en la boca.
"Genia, te amo", le dije deuna, entre excitado y admirado. "Mi amor, yo también, pero no te perdésuna, sos terrible, eh", me jodió riéndose. Y bien insaciable comosiempre,le pedí que la próxima sea en una salida. "Teli, ponete toda decuero y vamos a cenar", le pedí, y ella prometió que sí. Así que habrá másinfo para este boletín. Más info y mucho más semen. En la mejor vagina, la deEstela.
Bah, eso creía. Porque con Estela nunca estoy satisfecho. Todavíaen malla, la delgadita pelirroja iba y venía de la cocina ordenando todo lo dela merienda. De nuevo me ratoneé, de nuevo la mironeé, de nuevo la seguí y me levantéfingiendo querer ayudarla con algo. Y justo al entrar a la cocina, la vi aEstela con su silueta y su malla, aún su aroma a crema, guardando el queso blancoen la heladera.
NI lerdo ni perezoso, apenas ella cerró la heladera la sujeté, la aplasté contra la puerta de lamisma, le manoseé todo, vagina, cola, tetas, malla, y antes de que atinara dela sorpresa a algo, la puse de espaldas a mí contra la heladera, me bajé el short, pelé tremendo pene y se la dipor su hermosa cola con malla y todo. Estelita rió, divina, gimió despacio peroexcitada, se hizo encima y pidió que le acabara en la malla. Loco, sacado, ledi con furia, su malla, la merienda, la crema, y nomás eyaculé tremendo semenque bañó su fina malla de lycra. Estela jadeó y largó un buen resoplido alacabar en su propia malla, con lo que estaba manchada de semen y flujo. Alterminar, le pasé mis manos por todo su cuerpo de nuevo, la senté en una sillay le puse el pene en la boca, ella lamió y tragó el poco semen que quedaba, yluego nos dimos otro besote en la boca.
"Genia, te amo", le dije deuna, entre excitado y admirado. "Mi amor, yo también, pero no te perdésuna, sos terrible, eh", me jodió riéndose. Y bien insaciable comosiempre,le pedí que la próxima sea en una salida. "Teli, ponete toda decuero y vamos a cenar", le pedí, y ella prometió que sí. Así que habrá másinfo para este boletín. Más info y mucho más semen. En la mejor vagina, la deEstela.
0 comentarios - Tostadas con Estela y le bauticé su malla