-Llegamos!
Grito alegre Alejandra. Juan que estaba más cerca los saludo, mientras Jime dio un largo suspiro tratando de alejar sus pensamientos antes de ir a saludar a ese tío del que tan poco sabía.
Cuando lo vio se encontró con un hombre de unos 42 años, de ojos café, piel clara, de unos 1,80 metros, con el cuerpo trabajado, por lo que pensó que su empleo le dejaba tiempo para ir al gimnasio. Lo saludo con un beso, pero su tío la abrazó cariñosamente, eso la hizo sentir incómoda. Luego lo observó meticulosamente y sintió que su rostro le resultaba conocido a pesar de no verse en años.
Fueron a la sala a charlar mientras la comida se terminaba de cocinar.
Jorge les contó, como ya sabían, que se quedaría un mes o un poco y que vino porque su empresa estaba pensando expandirse con una sede en Argentina y él sería el encargado de ultimar los detalles.
La cena transcurrió entre anécdotas de su mamá y su tío cuando eran jóvenes, y las diferencias culturales entre uno y otro país, sin embargo, Jime no podía evitar observar las manos y el rostro de su hermano tratando de imaginarlo mientras estaba masturbándose, pero inmediatamente quito esos pensamientos, ¡es su hermano, no debía verlo de esa forma!
Después de una larga cena, Jorge se notaba cansado por el largo viaje, por lo que Alejandra le dijo a Juan que le mostrara a su tío la habitación donde se podía instalar; Jorge dio un beso de buenas noches a cada una y ambos subieron con el equipaje mientras ella y su hija levantaban la mesa y lavaban los platos.
Ya en su habitación Jime se quitó la ropa y la ropa interior para ponerse la remera larga que usaba como pijama, cuando este le rozó los pezones, no pudo evitar pensar en las manos de su hermano tocándola e inconscientemente llevo una mano a su sexo y comenzó a acariciarse, pensar en su hermano tocándola le daba mucho morbo y dio un pequeño gemido que hizo que tomara conciencia de lo que estaba haciendo e inmediatamente dejo de tocarse mientras se repitió a si misma:
- ¡Esto está mal! ¡Juan es tu hermano!
Apagó el velador e intentó dormir. Esa noche su mente la traicionó y soñó con su hermano entrando a su habitación y acariciándola debajo de la remera…
Se despertó de madrugada al sentir reales esas caricias, pero era ella misma quien se tocaba, fue al baño a mojarse la cara para despertarse de esos sueños. Al regresar a su habitación notó que no había ninguna luz por debajo de la puerta de su hermano y le ganó la curiosidad, miró a las otras habitaciones y estaban todas las puertas cerradas, no había posibilidad que alguien la viera. Se acerco a la puerta de su hermano y la abrió ligeramente dejando entrar la tenue luz del pasillo, ésta le alumbraba el torso desnudo pero los ojos de Jime se fueron inmediatamente al bulto que se marcaba en su bóxer y no pudo evitar morderse los labios. De pronto escucho un ruido, sin saber que era cerro la puerta y se fue corriendo a su habitación. Se acostó agitada por los nervios y mirando el techo entre pensamientos incestuosos se durmió.
Al día siguiente Alejandra había planeado un paseo en familia por algunos de los lugares que frecuentaban cuando él estaba en Buenos Aires. Pese a que Jime se negaba a ir porque le sería aburrido, resultó un paseo interesante para conocer mas de su tío. Para Juan fue una buena oportunidad de distraerse y volvió a su casa con una erección al ver tantas mujeres con remeras escotadas y short muy cortos por el calor de la ciudad.
Jime llegó cansada del paseo y fue derecho a su cuarto, mientras subía las escaleras su hermano le gritó:
- ¡Ni se te ocurra meterte al baño que me quiero bañar!
La curiosidad se apodero de ella e ideo un plan para poder ver de una vez por todas lo que escondía el bóxer que vio por la noche. Se metió en el baño, puso la cámara para grabar y escondió su celular en una repisa. Salió del baño y se encontró con Juan frente a la puerta, se puso nerviosa por si su hermano sospechaba algo y pensó una respuesta rápida:
- ¡Todo tuyo hermanito! - Aprovecho y apoyó una mano en su torso desnudo para correrlo, estaba más firme de lo que creía.
Estaba yendo a su habitación ansiosa imaginando lo que podría tomar su celular, cuando su mamá la frena y le pide que vaya a comprar helado, Jime se niega, pero la mamá con mala cara le dijo:
-Dale Jime, anda ahora así cuando sale tu hermano de bañarse comemos algo fresco en el patio. Toma- le da el dinero- trae de dulce de leche granizado que es el favorito de tu tío.
Agarró el dinero y fue lo más rápido posible a la heladería, por suerte quedaba cerca de su casa. Cuando volvió dejó el helado en la mesa y subió corriendo al baño, la puerta estaba abierta, entró y todo parecía estar tal como lo dejo, el celular aun seguía grabando, una extraña sensación corrió por su cuerpo, si todo se había grabado vería a su hermano desnudo y eso la excitaba. Guardó el celular en el bolsillo luchando contra la ansiedad por ver el video, tenía que ir con la familia a comer el helado para que nadie sospechara.
Llegada la noche, luego de cenar y todos despedirse para ir a descansar de un día agitado. Gime llego a du cuarto como todas las noches se puso su remera larga, y se acostó muy ansiosa por al fin poder ver ese video que tanto espero.
Le dio play al video esperando a ver lo que sucedía, pero su desesperación por ver a su hermano y lo que traía en ese paquete hizo que lo adelantara varios minutos, hasta ver como se iba quitando la ropa, quedando solamente su pantalón y un bóxer gris que mantenía ese paquete medio duro. Para todo esto gime ya se estaba relamiendo y mordiendo sus labios, y acariciando el contorno de su cuerpo sobre la ropa. Para su mala suerte al entrar en la ducha quedo de espaldas a la cámara y solo pudo ver su culo firme, pero compensar su mala suerte, su hermano comenzó a pajearse, al ponerse mas intensa su paja, el se apoyo la mano en la pared frente a los grifos de la ducha, dejando ver para la sorpresa de ella esa pija que tanto anhelaba. Jimena no pudo contenerse y empezó a tocar los labios de su vagina tratando de subir hacia su clítoris imaginando que las manos de su hermano la tocaban, y continuó frotándose al ritmo que su hermano lo hacía. Frotó dos dedos a lo largo de los labios de su vagina, que quedaron completamente húmedos y los introdujo en su sexo deseando que fuera la pija de Juan que tan grande se veía en la ducha. Notó como su hermano subía la intensidad de su paja e hizo lo mismo acabando con un intenso orgasmo mientras veía como Juan se duchaba y terminaba su paja; le sorprendió la cantidad de semen de su hermano. Se quedo observándolo hasta que se vistió y salió del baño.
No llegó a parar la reproducción del video que entró su tío diciendo:
-Dale pasa rápido a si nadie nos ve.
Sorprendida vio entrar a su madre…
Continuará…
Grito alegre Alejandra. Juan que estaba más cerca los saludo, mientras Jime dio un largo suspiro tratando de alejar sus pensamientos antes de ir a saludar a ese tío del que tan poco sabía.
Cuando lo vio se encontró con un hombre de unos 42 años, de ojos café, piel clara, de unos 1,80 metros, con el cuerpo trabajado, por lo que pensó que su empleo le dejaba tiempo para ir al gimnasio. Lo saludo con un beso, pero su tío la abrazó cariñosamente, eso la hizo sentir incómoda. Luego lo observó meticulosamente y sintió que su rostro le resultaba conocido a pesar de no verse en años.
Fueron a la sala a charlar mientras la comida se terminaba de cocinar.
Jorge les contó, como ya sabían, que se quedaría un mes o un poco y que vino porque su empresa estaba pensando expandirse con una sede en Argentina y él sería el encargado de ultimar los detalles.
La cena transcurrió entre anécdotas de su mamá y su tío cuando eran jóvenes, y las diferencias culturales entre uno y otro país, sin embargo, Jime no podía evitar observar las manos y el rostro de su hermano tratando de imaginarlo mientras estaba masturbándose, pero inmediatamente quito esos pensamientos, ¡es su hermano, no debía verlo de esa forma!
Después de una larga cena, Jorge se notaba cansado por el largo viaje, por lo que Alejandra le dijo a Juan que le mostrara a su tío la habitación donde se podía instalar; Jorge dio un beso de buenas noches a cada una y ambos subieron con el equipaje mientras ella y su hija levantaban la mesa y lavaban los platos.
Ya en su habitación Jime se quitó la ropa y la ropa interior para ponerse la remera larga que usaba como pijama, cuando este le rozó los pezones, no pudo evitar pensar en las manos de su hermano tocándola e inconscientemente llevo una mano a su sexo y comenzó a acariciarse, pensar en su hermano tocándola le daba mucho morbo y dio un pequeño gemido que hizo que tomara conciencia de lo que estaba haciendo e inmediatamente dejo de tocarse mientras se repitió a si misma:
- ¡Esto está mal! ¡Juan es tu hermano!
Apagó el velador e intentó dormir. Esa noche su mente la traicionó y soñó con su hermano entrando a su habitación y acariciándola debajo de la remera…
Se despertó de madrugada al sentir reales esas caricias, pero era ella misma quien se tocaba, fue al baño a mojarse la cara para despertarse de esos sueños. Al regresar a su habitación notó que no había ninguna luz por debajo de la puerta de su hermano y le ganó la curiosidad, miró a las otras habitaciones y estaban todas las puertas cerradas, no había posibilidad que alguien la viera. Se acerco a la puerta de su hermano y la abrió ligeramente dejando entrar la tenue luz del pasillo, ésta le alumbraba el torso desnudo pero los ojos de Jime se fueron inmediatamente al bulto que se marcaba en su bóxer y no pudo evitar morderse los labios. De pronto escucho un ruido, sin saber que era cerro la puerta y se fue corriendo a su habitación. Se acostó agitada por los nervios y mirando el techo entre pensamientos incestuosos se durmió.
Al día siguiente Alejandra había planeado un paseo en familia por algunos de los lugares que frecuentaban cuando él estaba en Buenos Aires. Pese a que Jime se negaba a ir porque le sería aburrido, resultó un paseo interesante para conocer mas de su tío. Para Juan fue una buena oportunidad de distraerse y volvió a su casa con una erección al ver tantas mujeres con remeras escotadas y short muy cortos por el calor de la ciudad.
Jime llegó cansada del paseo y fue derecho a su cuarto, mientras subía las escaleras su hermano le gritó:
- ¡Ni se te ocurra meterte al baño que me quiero bañar!
La curiosidad se apodero de ella e ideo un plan para poder ver de una vez por todas lo que escondía el bóxer que vio por la noche. Se metió en el baño, puso la cámara para grabar y escondió su celular en una repisa. Salió del baño y se encontró con Juan frente a la puerta, se puso nerviosa por si su hermano sospechaba algo y pensó una respuesta rápida:
- ¡Todo tuyo hermanito! - Aprovecho y apoyó una mano en su torso desnudo para correrlo, estaba más firme de lo que creía.
Estaba yendo a su habitación ansiosa imaginando lo que podría tomar su celular, cuando su mamá la frena y le pide que vaya a comprar helado, Jime se niega, pero la mamá con mala cara le dijo:
-Dale Jime, anda ahora así cuando sale tu hermano de bañarse comemos algo fresco en el patio. Toma- le da el dinero- trae de dulce de leche granizado que es el favorito de tu tío.
Agarró el dinero y fue lo más rápido posible a la heladería, por suerte quedaba cerca de su casa. Cuando volvió dejó el helado en la mesa y subió corriendo al baño, la puerta estaba abierta, entró y todo parecía estar tal como lo dejo, el celular aun seguía grabando, una extraña sensación corrió por su cuerpo, si todo se había grabado vería a su hermano desnudo y eso la excitaba. Guardó el celular en el bolsillo luchando contra la ansiedad por ver el video, tenía que ir con la familia a comer el helado para que nadie sospechara.
Llegada la noche, luego de cenar y todos despedirse para ir a descansar de un día agitado. Gime llego a du cuarto como todas las noches se puso su remera larga, y se acostó muy ansiosa por al fin poder ver ese video que tanto espero.
Le dio play al video esperando a ver lo que sucedía, pero su desesperación por ver a su hermano y lo que traía en ese paquete hizo que lo adelantara varios minutos, hasta ver como se iba quitando la ropa, quedando solamente su pantalón y un bóxer gris que mantenía ese paquete medio duro. Para todo esto gime ya se estaba relamiendo y mordiendo sus labios, y acariciando el contorno de su cuerpo sobre la ropa. Para su mala suerte al entrar en la ducha quedo de espaldas a la cámara y solo pudo ver su culo firme, pero compensar su mala suerte, su hermano comenzó a pajearse, al ponerse mas intensa su paja, el se apoyo la mano en la pared frente a los grifos de la ducha, dejando ver para la sorpresa de ella esa pija que tanto anhelaba. Jimena no pudo contenerse y empezó a tocar los labios de su vagina tratando de subir hacia su clítoris imaginando que las manos de su hermano la tocaban, y continuó frotándose al ritmo que su hermano lo hacía. Frotó dos dedos a lo largo de los labios de su vagina, que quedaron completamente húmedos y los introdujo en su sexo deseando que fuera la pija de Juan que tan grande se veía en la ducha. Notó como su hermano subía la intensidad de su paja e hizo lo mismo acabando con un intenso orgasmo mientras veía como Juan se duchaba y terminaba su paja; le sorprendió la cantidad de semen de su hermano. Se quedo observándolo hasta que se vistió y salió del baño.
No llegó a parar la reproducción del video que entró su tío diciendo:
-Dale pasa rápido a si nadie nos ve.
Sorprendida vio entrar a su madre…
Continuará…
2 comentarios - Unas vacaciones fuera de lo común... II