Esta fue otra aventura mía en Mar del Plata en 2017. Solito como estaba, agarréla guía que tengo de Mardel, busqué teléfonos de mujeres para llamarlas a versi eran solteras y querían entonces sexo. Y me encontré con dos hermanas, Elsay Dora Salazar. Por los nombres me parecían dos viejas de 70, pero qué carajome importaba si lo único que necesitaba era una vagina donde descargar mi furiay mi semen. Llamé, eran dos mujeres de mediana edad, onda 50. Me atendió Elsa,muy mimosa y dulce, me hice conocer, le expliqué que necesitaba conocermujeres, y ella, gentil, me invitó a sucasa en un barrio cerca del Faro, zona preciosa de Mar del Plata para los queno conocen. No me importó el gasto de remise, tampoco el eventual de las minasque yo creía, le di para adelante y fui. Campera de cuero,camisa, pantalón, zapatos, bañado y perfumado,llegué y me recibieron las dosmujeres. Muy lindas, finas y cincuentonas pero bien, Elsa y Dora se mostraronmuy dulces conmigo, me sentaron en un sofá y me convidaron con sandwichitos demiga y gaseosa, que disfruté como el helado que luego pidieron. Las mujeresestaban muy bien vestidas, maquilladas y con riquísimos perfumes, y muymimosas. Y tras la cena, nos pusimos a mirar tele en el sofá, yo sentado conuna a cada lado, que me besaban y hacían mimos, además de ser super dulces,cálidas y ofrecerme de todo, hasta acompañarme al baño.
Y me tenté, cómo no, di en la tecla, o mejor dicho en la vagina.Las tipas me ofrecieron quedarme a dormir y nomás, me acompañaron a la pieza deuna de ellas y me ayudaron a sacarme todo y quedarme en calzón. Fue Elsa quequedó en compartir su cama conmigo, mientras Dora se puso el camisón, cremita,me dio un besote en la cara y se fue a acostar. Elsa, dulce, cerró la puerta,me besó en la cara, me hizo mimos y me fui calentando. Tanto que quise nomássexo, no me importó nada y se lo pedí de una. Y para mi sorpresa, aunque algosabía, Elsa se quedó en corpiño y bombacha, se puso crema, se me vino encima,me hizo mimos y al notar mi pene creciente, me lo apretó, me creció más y mequité el calzón por instinto. La tipa se le hizo agua la boca al ver mi pijagruesa, gorda y larga, se sacó el corpiño y despacito se quitó la bombacha, seme tiró de nuevo y gimiendo y jadeando excitada, me pidió “Dieguito, mi amor,dame ese salchichón bien en la vagina”.
En un segundo me di vuelta, me le subí, la penetré y la reventé aElsa hasta eyacular en su vagina abundante semen. Lo saqué, se lo di en laboca, Elsa tragó con gusto y pidió más, y la hice puré arriba del colchón y lacepillé con tutti estimulado por el aroma a crema y por los sandwichitos.
Y cuando estábamos en plena garchada, meta y ponga, ah aha ah aah,entró Dora completa y totalmente desnuda con la bombacha en la mano. Esperó queyo acabara, y cuando lo hice, la tipa se vino al colchón con migo y con suhermana, pidió sexo, nos hicimos de todo y tras pasarle mi pene con semen porsu boca, la cogí a Dora con furia y locura, besándola y mimándola, ella mebesaba y excitaba para que la llenara, y tras frotar enfurecidamente por lo gauchade la mujer, eyaculé en la vagina de Dora, y luego le di cola, mientras Elsa semasturbaba. Y para rematar, qué: las dos me estimularon el pene, masajes,mimos, cosas fuertes y las cogí por donde quise haciéndolas puré con misalchichón grueso, excitado, duro, gordo, potente, tremendo. Pija, vagina,semen, flujo, boca, lengua, chupadas, masturbadas, semen con las manos sobreellas que me pedían que las untara con mi semen.
Así les di y nos dimos duro duro hasta el amanecer, cuandodormimos. Desperté a las 11 y las dos dulzuras me trajeron a la cama eldesayuno, café con leche, tostadas, queso y mermelada. Unas genias, luego medieron su teléfono para que las llamara cada tanto para charlar desde BuenosAires. Vale la pena. Porque dulces, divinas, mimosas, las marplatenses medieron una noche soñada de sexo como nunca creí.
Y me tenté, cómo no, di en la tecla, o mejor dicho en la vagina.Las tipas me ofrecieron quedarme a dormir y nomás, me acompañaron a la pieza deuna de ellas y me ayudaron a sacarme todo y quedarme en calzón. Fue Elsa quequedó en compartir su cama conmigo, mientras Dora se puso el camisón, cremita,me dio un besote en la cara y se fue a acostar. Elsa, dulce, cerró la puerta,me besó en la cara, me hizo mimos y me fui calentando. Tanto que quise nomássexo, no me importó nada y se lo pedí de una. Y para mi sorpresa, aunque algosabía, Elsa se quedó en corpiño y bombacha, se puso crema, se me vino encima,me hizo mimos y al notar mi pene creciente, me lo apretó, me creció más y mequité el calzón por instinto. La tipa se le hizo agua la boca al ver mi pijagruesa, gorda y larga, se sacó el corpiño y despacito se quitó la bombacha, seme tiró de nuevo y gimiendo y jadeando excitada, me pidió “Dieguito, mi amor,dame ese salchichón bien en la vagina”.
En un segundo me di vuelta, me le subí, la penetré y la reventé aElsa hasta eyacular en su vagina abundante semen. Lo saqué, se lo di en laboca, Elsa tragó con gusto y pidió más, y la hice puré arriba del colchón y lacepillé con tutti estimulado por el aroma a crema y por los sandwichitos.
Y cuando estábamos en plena garchada, meta y ponga, ah aha ah aah,entró Dora completa y totalmente desnuda con la bombacha en la mano. Esperó queyo acabara, y cuando lo hice, la tipa se vino al colchón con migo y con suhermana, pidió sexo, nos hicimos de todo y tras pasarle mi pene con semen porsu boca, la cogí a Dora con furia y locura, besándola y mimándola, ella mebesaba y excitaba para que la llenara, y tras frotar enfurecidamente por lo gauchade la mujer, eyaculé en la vagina de Dora, y luego le di cola, mientras Elsa semasturbaba. Y para rematar, qué: las dos me estimularon el pene, masajes,mimos, cosas fuertes y las cogí por donde quise haciéndolas puré con misalchichón grueso, excitado, duro, gordo, potente, tremendo. Pija, vagina,semen, flujo, boca, lengua, chupadas, masturbadas, semen con las manos sobreellas que me pedían que las untara con mi semen.
Así les di y nos dimos duro duro hasta el amanecer, cuandodormimos. Desperté a las 11 y las dos dulzuras me trajeron a la cama eldesayuno, café con leche, tostadas, queso y mermelada. Unas genias, luego medieron su teléfono para que las llamara cada tanto para charlar desde BuenosAires. Vale la pena. Porque dulces, divinas, mimosas, las marplatenses medieron una noche soñada de sexo como nunca creí.
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