Y yo también quise explorar a Elsa, mirá si me la iba a perder.Luego de estar en la picada del sábado en lo de Teli, me fui a mi departamento yme di paja que para qué te cuento con esas mujeres. Pero como soy insaciable, llaméa Estela a ver cómo seguía sus vacaciones y la pelirroja me contó con lujo dedetalles lo suyo con Teresa y con Elsa. Me tenté y loco de ratones que mecrecía bien el pene, no sólo me di de nuevo, sino que llamé otra vez a Estela yle pregunté si podía ir a ver a su amigota. Y si podía, le daba. Teli habló conla mujer, me volvió a llamar y me dijo que sí. Imaginate cómo volé, eyaculabasin frotarme más o menos.
Nomás me vestí espectacular, campera de cuero, pantalón, zapatos,camisa, perfume muy fuerte hasta en las manos. Y decidí ir para lo de Elsa conalgo, así que le llevé fiambre y pan lactal para sandwichitos. Excitado cadavez más por ver qué podía hacer con la tipa, llegué, me abrió, me dio un beso ytras hacerme pasar me elogió mi pinta, eso me puso bien. Me agradeció elfiambre, preparó todo y comimos nomás sandwiches en su lindo living comedor.Elsa muy linda de saco y pollera clara, maquillada, perfume, me volaba por másque se le notan los casi 70, amiga de Estela, claro. Me hizo sandwichitos, mepuso buena mayonesa a mi pedido para que se me pare bien, todo bárbaro.Charlamos, ella cariñosa aunque no me conocía, pero querendona al punto de hacermecaricias en las manos. Yo no sabía si era por lo dulce o porque quería algomás. Y tampoco sabía cómo entrarle, porque a cada segundo, más con el flan depostre, estaba que volaba y con ganas de explotar ahí nomás.
Y ahí se me prendió la lamparita. Le dije si me podía quedar adormir, cara dura, recién te conocen y mirá. La boludez de que no habíacolectivos tan tarde de noche en Mardel, mentira porque siempre hay, si estoyen el centro. Elsa, re gaucha, más de lo que yo creía, dijo sí. Y como vivía endepto de un solo ambiente, aunque grande, tenía una sola cama, pero aceptó queyo me acostara ahí. Ella, supuestamente, iba a dormir con alguna frazadita o parecidoen el piso, cagada pero no me importa. Pero yo le sugerí, re hijo de puta, reatrevido, que durmiéramos juntos. En principio no quería, pero luego increíblementeasintió. Fui al baño, me saqué la ropa, me quedé en mi fino calzón bordóliviano y me metí en la cama, dejando que ella fuera a cambiarse y se metieradespués. Y cuando volvió, Elsa estaba tremenda: camisoncito hasta mitad delmuslo, cabellito atadito, encima aroma a crema. Me toqueteé el pene y se meparó, pero iba a tratar de contenerme.
Pero no pude, qué con semejante potra. Apenas Elsa se metió allado mío, la agarré, la abracé, me le pegoteé, y como ella no se zafaba, me lajugué y me le di vuelta encima, y la mujer gustó. Y yo enloquecí con elolorcito a crema de las manos, me bajé un toque, me saqué el calzón y pelépijota linda, y le pedí a Elsa que se sacara el camisón que quería verle lo deabajo. La tipa se levantó medio tímida el camisón, ahí se lo agarré y loco selo saqué como pude, le arranqué el corpiño y la manoseé toda, besándola ybesándola, toqueteándola y en ebullición porque Elsa gustaba. Fui por más y lepedí en bolas, Elsa accedió y se sacó suave la bombacha.
Y ahí sí fui un trueno arriba de la mujer. Con un pene duro ylargo por los sandwichitos con mayonesa y el postre, me le volví a subir, se lametí de una sin juego ni nada, Elsa gimió de placer y chocha pidió que lediera. Enloquecido con ella y su aroma a crema persistente, su piel fina, laretorcí y me le revolqué furioso dándole duro sin contemplación por su perfectay ancha vagina, hasta que de la locura por lo gaucha me vine y eyaculé monstruososemen en la vagina de Elsa, que explotó en alarido de placer y flujo que me dioa probar. Se la saqué, le pasé las manospor todo el cuerpo, la di vuelta con fuerza y furia y se la mandé dura y larga porla cola hasta taponarla de semen espeso y largo. Y como no podía parar al verlatan gustosa de coger, le di de nuevo semen en la boca y un último por la vagina,con furia, potencia y acabando buen semen adentro de Elsa, que explotó como sirecién empezara. Otra gaucha, genial, potra amiga de Estela. Bah, como Estela,fuerte, sin bombacha y llena de semen.
Nomás me vestí espectacular, campera de cuero, pantalón, zapatos,camisa, perfume muy fuerte hasta en las manos. Y decidí ir para lo de Elsa conalgo, así que le llevé fiambre y pan lactal para sandwichitos. Excitado cadavez más por ver qué podía hacer con la tipa, llegué, me abrió, me dio un beso ytras hacerme pasar me elogió mi pinta, eso me puso bien. Me agradeció elfiambre, preparó todo y comimos nomás sandwiches en su lindo living comedor.Elsa muy linda de saco y pollera clara, maquillada, perfume, me volaba por másque se le notan los casi 70, amiga de Estela, claro. Me hizo sandwichitos, mepuso buena mayonesa a mi pedido para que se me pare bien, todo bárbaro.Charlamos, ella cariñosa aunque no me conocía, pero querendona al punto de hacermecaricias en las manos. Yo no sabía si era por lo dulce o porque quería algomás. Y tampoco sabía cómo entrarle, porque a cada segundo, más con el flan depostre, estaba que volaba y con ganas de explotar ahí nomás.
Y ahí se me prendió la lamparita. Le dije si me podía quedar adormir, cara dura, recién te conocen y mirá. La boludez de que no habíacolectivos tan tarde de noche en Mardel, mentira porque siempre hay, si estoyen el centro. Elsa, re gaucha, más de lo que yo creía, dijo sí. Y como vivía endepto de un solo ambiente, aunque grande, tenía una sola cama, pero aceptó queyo me acostara ahí. Ella, supuestamente, iba a dormir con alguna frazadita o parecidoen el piso, cagada pero no me importa. Pero yo le sugerí, re hijo de puta, reatrevido, que durmiéramos juntos. En principio no quería, pero luego increíblementeasintió. Fui al baño, me saqué la ropa, me quedé en mi fino calzón bordóliviano y me metí en la cama, dejando que ella fuera a cambiarse y se metieradespués. Y cuando volvió, Elsa estaba tremenda: camisoncito hasta mitad delmuslo, cabellito atadito, encima aroma a crema. Me toqueteé el pene y se meparó, pero iba a tratar de contenerme.
Pero no pude, qué con semejante potra. Apenas Elsa se metió allado mío, la agarré, la abracé, me le pegoteé, y como ella no se zafaba, me lajugué y me le di vuelta encima, y la mujer gustó. Y yo enloquecí con elolorcito a crema de las manos, me bajé un toque, me saqué el calzón y pelépijota linda, y le pedí a Elsa que se sacara el camisón que quería verle lo deabajo. La tipa se levantó medio tímida el camisón, ahí se lo agarré y loco selo saqué como pude, le arranqué el corpiño y la manoseé toda, besándola ybesándola, toqueteándola y en ebullición porque Elsa gustaba. Fui por más y lepedí en bolas, Elsa accedió y se sacó suave la bombacha.
Y ahí sí fui un trueno arriba de la mujer. Con un pene duro ylargo por los sandwichitos con mayonesa y el postre, me le volví a subir, se lametí de una sin juego ni nada, Elsa gimió de placer y chocha pidió que lediera. Enloquecido con ella y su aroma a crema persistente, su piel fina, laretorcí y me le revolqué furioso dándole duro sin contemplación por su perfectay ancha vagina, hasta que de la locura por lo gaucha me vine y eyaculé monstruososemen en la vagina de Elsa, que explotó en alarido de placer y flujo que me dioa probar. Se la saqué, le pasé las manospor todo el cuerpo, la di vuelta con fuerza y furia y se la mandé dura y larga porla cola hasta taponarla de semen espeso y largo. Y como no podía parar al verlatan gustosa de coger, le di de nuevo semen en la boca y un último por la vagina,con furia, potencia y acabando buen semen adentro de Elsa, que explotó como sirecién empezara. Otra gaucha, genial, potra amiga de Estela. Bah, como Estela,fuerte, sin bombacha y llena de semen.
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