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Mi madre

Bueno, todo comenzó un día en verano, cuando mis deseos sexuales por ella estaban comenzando.
Mi madre es madre soltera, una mujer joven, chaparra, delgada y hermosa, con unas tetas grandes naturales que solo te invitan a jugar con ellas.
Mi apetito comenzó porque al ver su teléfono encontré conversaciones bastante eróticas con uno de sus amigos y cambio por completo mi manera de ver a mi mama.
Comencé a ver sus conversaciones más seguido solo para masturbarme para imaginar a mi madre una mujer sería al borde del orgasmo
Era más juguetón con ella la cargaba la apretaba pero todo en el rango de su hijo.
Un día estaba muy caliente y me acababa de salir de bañar cuando por fin pasó lo que tanto había esperado, mis fantasías de coger con ella se volverían realidad.
Mientras me bañaba comenzar a masturbarme y mi madre entro, al ser un cancel transparente obvio se veía que estaba parado mi pene por lo que le dije:
—¿Qué pasa?
—Nada hijo pensé que no había nadie
—va pues salte —dije en tono de molestia
Mientras hablaba con mi madre no podía dejar de notar su mirada clavada en mi paquete algo que lo ponía más y más duro.
Salió del baño y terminé de bañarme cuando salí me puse unos bóxer de licra y aún tenía parado el pene.
Mi madre estaba en el sillón viendo la tele y hablando con el hombre con el que siempre hablaba fue por eso que tome la determinación de cogérmela.
Fui al sillón y guardo su celular entonces me acosté en sus piernas y le dije que me iba a dormir.
Le llegó un mensaje entonces comencé a forcejear por su celular, durante el forcejeo me levanté y mi madre al notar mí cercanía se abrió de piernas por lo que mi pene quedó muy pegado a su vagina.
Le quite el celular y estaba dispuesto a correr cuando me atrapó con sus piernas y me lo pidió.
Mientras peleábamos por el accidentalmente bajo un poco mi bóxer viéndose la cabeza de mi pene erecto por lo que me dijo
—Algo se salió
—rayos perdón
—No pasa nada yo lo ocasione
—parte…
—Ya súbete dame mi teléfono
Obviamente no lo hice y corrí con el teléfono llegué a mi cuarto y cerré la puerta, pero cometí el error de no poner seguro.
En un momento mi madre entro y me sorprendió masturbándome con sus conversaciones por lo que me quito su celular y se fue.
Estaba perdido, pensé que no me volvería a hablar más pero en la noche toda mi familia salió y me quedé solo con mi madre.
Estaba dispuesto a no salir de mi cuarto hasta que mi madre me llamo para hacer tarea.
Baje y mi madre estaba solo con una falda y unas calcetas sin nada que cubriera sus tetas esto me la puso muy dura.
—Entonces te gusta lo que lees
—si me excita mucho
—Vamos a ver qué tanto
Se lanzó hacia mi polla y comenzó a chupármela, poco a poco primero solo la lámina hasta que comencé a metérsela toda haciendo toda clase de sonidos con su maquillaje corriéndose por sus ojos y ella chupando cada centímetro de mi pene comenzando por la cabeza hasta llegar a las bolas metiéndose toda mi polla en su pequeña boquita.
Comenzó a hacerme una rusa pegándose fuerte con mi pene esto me estaba excitando más y más.
No traía bragas por lo que empezar a jugar con su coño mientras ella chupaba mi pene hasta que la pare le di la vuelta y la puse en cuatro sobre la mesa.
Quite su falda y retire sus calcetas tenía a mi madre desnuda en cuatro delante de mí.
—Cógeme hijo hazlo fuerte
Esto me la puso más dura y metí lento el glande para después desparecer toda mi polla en su vagina con unas embestidas brutales y más que fuerte, tenía a mi madre chillando.
—Hijo duro
—Fuerte, pégame ahhh
Comencé a pegarle con todo lo que tenía y a jugar con sus pies hasta que me cansé y le dije que era su turno de montar.
Se puso encima de mí y comenzó a moverse riquísimo pero me aburrí rápido pues quería maltratarla.
Levante las piernas de la cama para poder penetrarla y comencé a embestida muy duro con unas fuertes nalgadas.
Sus nalgas estaban rojas y ella más que excitada hasta que se vino.
La baje de la mesa y la puse a comerse mi verga hasta que me corrí.
Cuando me recompuse estaba listo para seguir bombeándola con un dedo en su ano y ella sin decir nada más que nunca se la había por ahí.
Metí la punta y sus ojos se llenaron de lágrimas pero llegó mi familia y no pude seguir con la cogida.
Me fui a mí cuarto y me prometió que me la cogería al siguiente día, pero eso ya es otra historia.
Fin...

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