ese, muchacho
Era pleno verano ( mediados de un enero muy caluros era para usar ropaliviana), así que me puse un pantalón amarillos pero, tal vez, un poco justo parami culo porque ya llevaba un tiempo de usado y una remera marrón larga quecubría, parte de mi cuerpo.
Y al parecer, como ropa interior usa unatanga pequeña que siempre se me metíaentre medio de mi cola;
En cuanto a mis tetas las cubría un corpiñitoalgo suelto porque mi delantera no los necesita levantarlo, ya al no tenerhijos, mis tetas son más o menos duras
Y, una carterita, me a mi parecer se veíabastante atractiva (no como puta) sino como una empleada, a su trabajo)
Como no manejo decidí irme en el subte de lalínea A en Primera Junta.
Como lo hago raramente y no los subtes quesiempre allí me buscaban entablar unaconversación algo dirigida a aun levante, habitualmente ese día lleve ungrabador pequeño, con música de Serrat.
Ese día llego a la estación y como es normaliba repleto, generalmente suelo dejar pasar varios trenes antes de subirme,pero como tenía prisa me subí a empujones y apenas cerró la puerta, queenfrente de un muchacho (short, polera y mochila), me doy la vuelta porquehabía quedado frente a él y me ahogo cuando alguien respira muy cerca mío, asíque mi trasero quedo tocando su miembro y mi cuerpo apegado a la puerta que seabre en cada estación.
Esta situación me incómodo y pensé en decirleque se corriera, pero la verdad es que yo fui quien entro a la fuerza así, queno le dije nada esperando que en más estaciones se desocupara, como mi ropa esera muy delgado y era la interior, essolo un hilo yo podía sentir todo su miembro y creo que podía, en plenitud mitrasero, a medida que en tren avanzaba y los roces que se producían de maneranatural, comencé a notar como esos comenzaron a hacer efectos en el muchacho.
Al principio me incomode y pensé en mandarlo para atrás dándome vuelta enello, pero la verdad no había lugar.
No faltaban para terminar el recorrido pocotiempo, y veía como e iría aumentando la gente y ya no daba más entre que la ventilación delsubte era deficiente ya uno empezaba a transpirar.
A mí que viajo en transporte público noto que es ya esnormal que me apoyen en el colectivo o en el subte, es algo cotidiano que nosolo me pasa a mí sino, a muchas mujeres que usamos el transporte público.
Aunque, claro, a mí no memolesta tanto como a las demás
He sabido de amigas que al sentirse apoyadasreaccionaron de forma violenta con el supuesto agresor y otras que por miedo overgüenza se quedaron en el molde dejando que les hicieran de todo ante lapasividad del resto del pasaje.
Hacia de ello ya un tiempo, yo no mecaracterizo de una puritana y aunque aun no casada, me acuerdo de una vez queun chico que me apoyó en una forma tremenda, en un colectivo, bueno ello sedaba porque cuando me independicé alquile un departamento con la garantía depapi en Mataderos
Un tipo me empezó aapoyar daba escozor pero, ciertamentetenia practica en ello y lo hizo de una manera que literalmente me calentó
Y si que lo hizo esetipo, se notaba que era casado porque tenía y sabía calentar con sus juegossobre mis piernas y hasta me llego a tocar sobre el vestido mi culo, que mecalentó tanto que hasta me dieron ganas de coger con él
Yo pensaba que al bajarme seguiría, o así pensé que me llevaría a un bar y luego y sin duda queaceptaría a un telo estábamos por la zona deFlores que allí abundaban
Pero el hijo de puta me dejó caliente me dejo contoda la calentura encima, ya que cuándo me baje del colectivo y pese a todaslas señales que le lancé con las miradasy hasta, al bajar le mire como aceptándolo.
No me siguió mi juego, termine esa tardeacostándome en mi cama ni bien hube de llegar haciéndomela con la mano ydespués el segundo polvo, casi ya tarde en la noche, con mi amiguito quehube de comprar en un local de una galería en Caballito, pero ese me pacificó mi calentura…
II
Pero ese tipo que me estaba apoyandoahora, como anunciándome que me quería llevar a la cama, empezó a hacer sutrabajo.
Aunque no iba tan lleno ahora elsubte, en las siguientes estaciones comenzó a colmarse.
En Castro Barros sube un tipo que sequeda parado justo tras de mí. Yo iba parada junto a la puerta, agarrada delcaño de los asientos, ya que como faltaba poco para Once no quería irme para elmedio.
En Loria entra un grupo de personas yahí es donde siento la primera apoyada.
Por supuesto que en un primer momentopensé que se trataba de algo puramente casual y fortuito… pero a un tiempo breve, que vuelvo a sentirlo apoyándome más fuerte esta vez mucho másgrande y consistente que el anterior.
Al estar yo contra la pared de entrada del subte, que frenaba micuerpo ante el movimiento del vagón, la apoyada se hacía mucho más palpable ynotoria. Ya no se trataba de nada casual.
Llegamos a Once y… no bajé.
Me quede en el mismo lugar. Seproduce un intercambio de pasajeros, algunos bajan y muchos más entran,aproveche ese momento para girar levemente la cabeza y visualizar a mi“agresor”. Debería tener unos 40 y pico, no me resulta especialmente atractivo,aunque eso que vuelvo a sentir entre mis nalgas ante la nueva oleada depasajeros que se produce en Alberdi y Congreso me hace reconsiderar talsituación.
Encima yo iba con un pantalón de algodón que permitía que la presión fuera másdirecta y certera. No sé cómo, pero el bulto del tipo había cobrado tal formaque se encastraba a la perfección en la raya de mi cola.
Hasta podía sentir su calor y lasinuosidad de las venas. Era algo impresionante. Esa sí que era una apoyada contodas las letras.
Así deberían apoyar todos para norecibir ningún rechazo a cambio. Desgraciadamente ya estábamos llegando a Limay sabía que ahí se bajarían todos, dejándome sin la posibilidad de seguirdisfrutando.
Traté de pensar rápido y no se meocurrió mejor cosa que frotarme levemente contra él, como para hacerle saberque me gustaba, y al llegar a la estación preguntarle para donde tenía que irpara hacer la combinación con la línea C, como para que supiera hacia dondeiba.
Me bajé entonces del vagón y comencé a caminar hacia donde él, me indicó.
Enseguida me pude dar cuenta que meseguía muy de cerca.
En el acrílico de algunos anuncios loveía mirándome la cola, eso me incentivaba aún más.
Llegué a la estación y me subí alprimer tren que pasó, hacia Constitución. Por suerte iba igual de lleno que elanterior.
El tipo se puso igual que antes, estavez lo miré de frente y le sonreí, como dándole mi tácito consentimiento.
A medida que la gente iba entrando mefue apoyando, haciéndome sentir de nuevo esa presión encantadora que me hacíaperder la cordura.
-¿Hasta dónde vas?- me preguntó ni bien pasamos Moreno, sin apartarse demí.
-Hasta donde quieras- respondí sin apartarme de él.
-¿Qué te parece si nos bajamos en la próxima?- me sugirió.
-Me parece bien- asentí totalmente entregada, sin una sombra de duda.
Nos bajamos en Independencia.
Ni sabía en donde estaba, ya habíaperdido toda noción de espacio y lugar.
Estaba con una calentura tal que enese momento solo pensaba en una cama de un hotel alojamiento, sinceramente,escuche una voz al paso que me decía, seguime anda a la escalera de salida dela estación.
Y ahí lo vi entrar en un bar cercano, a mediacuadra de donde salimos
Mira, dijo me llamo JorgeR, nunca acostumbro a realizar lo que hecho (dudando de eso) pero realmente lovales cariño, y al ver el mozo que se acercaba me dijo: que deseas
Una vez hecho el pedido medijo su actividad y sus cosas, que realizaba, que en este caso solo omitiré
A medida que hablamos, mepareció un tipo normal a millones que hay con ganas de ensalzar lo que de algúnmodo yo le permitía.
Al pagar la cuenta de lo consumidosabíamos a donde terminaría la mañana en un hotel que después de caminar doscuadras entramos.
Al entrar ese día, no sabía que mi vida cambiaria de un modo tan especifico, porque de saberlo nuncahubiese entrado.
Al parecer ese hombre tomó mi actitud hasta ese momento de guíahasta cuando sujeto mi quietud de mi mano, como signo de asentimiento y comenzóa besarla mi mano, dulcemente, como asintiendo a un romance de meses…
Como llevar a su amada por primera vez a un hotel, casa o sucoche para entrar en su intimidad de su amada.
Me empezó a quitar dulcemente la remera que tenia apoyándolo enuna mesa que había en la pieza a un tiempo un poco después de besarme literalmentehizo lo mismo con mi pantalón a untiempo dejo sobre ellos mi pequeño corpiño que me cubría, solo así me detuvo antes de besarme, nuevamente
Lo necesitaba sus manos en mi cuerpo y yo lo deseaba, ahorasexualmente más que nunca
A un tiempo de ello lo desconozco tomé por la cintura a esehombre era como si quisiese literalmente abusar yo una simple mujer, de él, y el aun no se resistía peropermanecía en una irrealidad desesperante en un lugar a modo de protección, hubimosentrado a un hotel alojamiento donde solo se coge en la mayoría de las veces con consentidamente y una mujer estabaviolando a un hombre.
Era irónico o un acto de locura el mío.
Fue un largo y cálido ese beso, al tiempo que mis manos bajabanhasta sus nalgas empujándola contra mí aun momento lo separé un poco, para tocar el bulto de sus bolas y pene con desesperación sobre sus ropas.
Yo estaba en seos momento muy caliente y él solo estaba parado nada más
A un momento le empecé, a desnudarlo.
Le quite la camisa, de una manera desesperada y una vez que lohubiera realizado le empecé a besar lamer sus tetillas era ello que meapasionaba de los hombre, surtir lo que ellos nos hacían y nos desesperaba aveces, como una hembra muy puta se lo estaba haciendo a él.
Proseguí después bajándole pos pantalones y hasta le levante lospies para quitárselos del suelo, el esperaba el algún lugar del mundo pero noen el telo
Ahí comprobé al sacarles los calzoncillos, como me gustaba decira mí, que tenía una interesante pija, rodeada de dos pelotas atrayente ylevanté su cara tomándola por el mentón diciéndole
Usurpé, tu sexo, pero tu tómalo con calma que yo te haré conocerun sinfín de modos de gozar y hacerte gozar con tu sexo, jamás olvidaras estedía, recuérdalo siempre.
El me sonrió y mirándomefijo a los ojos, sabía que así seria.
Una vez hayas conseguido despertar eldeseo de tu hombre debes de adoptar un papel muy activo. Los hombres estánacostumbrados a dominar y dirigir el acto sexual.
Lo recorrió con sus manos, despacio tomando con una mano elevándolo a la altura de laotra mano que se extendió a traes de toda la longitud del pene, ese hombre bramada, pero la mano de esa mujer se deteníaentre las venas marcadas del pene y allí jugaba un juego mágico iba y veníahasta su fin del mismo marcando levemente con un apretón de la cabeza de supija como decía ella y a un tiempo ella se arrodillo y tomo con su boca laestrada de esa masa gruesa con la boca, liberando sus manos que ahora jugabanmágicamente en su cola que experimentaba un juego de magia en su mente.
Jamás lo juro diría un tercer actor viera desencajarse a unhombre en un acto similar, pero él simplemente bramada al experimentar unplacer genial, que al final ella le lo metió todo de un tirón.
Comenzó a chuparme despacio, entrando y sacando todo su pene desu boca, brindándome unas sensaciones exquisitas.
Alternaba acariciándome con su lengua el glande, recorriendo lasgruesas venas y sopesando con sus manos hábilmente sus huevos.
Ese hombre estaba en algún lugar mágico, pero no ahí
Veía simplemente como su miembro desaparecía entre sus labios,acompasadamente, podía observar como la lengua de esa mujer de alguna manerahabía tomado la totalidad de la boca y en donde la lengua de ella simplementecaminaba ( no encontró nada que lo descríese tan bien ) por toda su cara,bajando y subiendo dejándole en su recorrido mágicos placeres de un sexodesconocido, en su mente presentaba la disposición mecánica de acabarle en sucara, su leche estaba pronto a ello, pero esa mujer adivinó el futuro,simplemente paro elevándose
Ya estas amor por acabar, pero quiero que conozcas antes algomágico.
Y en un momento, se acostó desnuda en la cama: Le miródiciéndole
“Amor ven acuéstate a mi lado”, el se movió lentamente y el, se acostó lo más lentamentea un lado de ella, su pene nuevamente había levando y estaba duro, y el muycaliente.
A un momento, el reacciono me acostó de espalda y yo accedí debuena manera, llevo su boca a mis senos tomando con su mano el izquierdo de unamanera que su lengua empezó levemente a ejercer una presión divina sobre elpezón, buscaba hacerlo crecer en su boca y eso me hacia retorcer en toda lacama
Me dije, te despertarte amor cógeme bien y al fin de pensar ello tome su pija queestaba re gorda, notaba ello porque sus venas se habían hinchado de sobremanera
Pasó la lengua por mispechos y tomó mis ardientes pezones
entre los dientes. Empezó a chupar y morder alternativamente ello medesesperaba, en verdad lo había calentado y despertado en él la fuerza, hastaque sentí que mis tetas y mi concha explotaban de placer. Sin dudarlo, hundiósu rostro en mi concha en donde separó mis labios vaginales, que en ciertamanera estaban empapados con los dedos, introdujo su lengua en mi vagina y asaborearme mis jugos y apretarme deliciosamente mi clítoris, yo emitía gemidosde placer que jamás hube de hacer con nadie me lamía mis tetas con desesperación o muy hambriento de ellas, jugueteaba con su lenguacon la puntita de mi clítoris y luego volvía a hundir su lengua en mi interiorrespondiendo a mis deseos nunca declaraos a él.
Ciertamente me entendía pues,yo no le decía nada en que hacerme, en un momento de alguna manera se desplazóconsiguiendo meterme su lengua en el interior con movimientos rotatorios hastaque consiguió que me corriera. Sentí como aspira mi interior de la concha,jamás nadie había tomado mis jugos como él lo hacia
Una vezque me hube recompuesta me tomo de loshombros para besarme lo hizo y le correspondí a el aumento el beso y obligándolo a recostarse sobre mí y yo enel respaldo de la cama con las piernas abiertas y él en el medio de las mías
Ahora sentía su cuerpo y una de mis manos le tomó supene y de alguna manera lo acerque a mi entrada de la vagina, el frente y le di un largo beso en la boca
Ahorasi ya quería que él me cogiese, retirándolo de mí me acosté en la cama donde abrílas piernas posición lo más que pude.
El comprendíay lo hizo
Una vezque entro toda, me quede así unos momentos para acostumbrarme ala verga ancha de ese hombre, endonde el se movía a un principio lentamente hasta llegar a hacerlomecánicamente y ligeramente, ahora mi concha estaba siendo ahoga por la entradade esa pija, la puta me dije “este pendejo se despertó” y salida de esa bestiame lastimaba mi concha, jamás la habían agrandado tanto como este pendejo
Meestaba haciendo correr y a un momento la saco, creía que iba a acabar afuera, ycuando me descuide, el hijo de puta me subió desde la cola hasta la mitad de sucuerpo, aun no entendía pero cuando lo supuse, agrando mi culo con las dosmanos y de un envión me la metió un poca más de la cabeza en mi culo.
Jamáshube de sentir un calor o que lateramente esa pija me entrar en el culodestrozándomelo, literalmente.
Sos unmaldito hijo de puta le dije a los gritos
A unmomento sentí su leche en el fondo de mi culo
Teníalleno el culo, ese día me lo habían roto un pendejo, sin darme cuenta en suintención hasta hacerme sentir la mas puta del mundo con el culo roto, así de literal.
Sequedó al lado mío, mirándome
Yo aun teníaun intensó dolor en el culo, que jamás hube de conocer.
Anda albaño moja una toalla pequeña con agua, así me lo pongo en la cola
Fue albaño y la trajo
No esperaba que me rompiese el culo, me violastela puta madre que te pario.
Ahoraespérame que se me baje el dolo, anda pide por teléfono en el bar una gaseosa,para mí y lo que quieras para voz
… y quetraigan una garra con hiela.
Es mujer, recién a la semana se pudo sentar, normal ytodos los días se pasada en el ano, una crema cicatrizante
Del pibe que conoció en el subte jamás lo llamo, y altiempo conoció a su actual marido
Epilogo
La historia, a quien la escribe me la fuere contado,en un día que irónicamente hubo una reunión de hombres por un cumpleaños, dealgunos de ellos allí presente, por mi amigo hace años al regreso a nuestroshogar algo ya tarde en una noche de invierno.
Ciertamente hube de cambiar los nombres si loshubieses y los lugares de encuentro y si fuese aquí, allá o en la provincia,tal o cual
El espíritu de la novela es lo que vale, no lascircunstancias pero fue real…
El viejo Sir Lod Cami de Almagro.
2018
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