Abrahel, la reina de los súcubos.
Abrahel, llamada la Reina de los súcubos, se dedica especialmente a seducir a hombres de ascetismo dudoso, más puntualmente a campesinos y varones de poca instrucción formal.
Para ello adopta la forma de una mujer bellísima que los cautiva de inmediato. Acto seguido dispone de ellos a su antojo, llevándolos a cometer verdaderas locuras para saciar sus caprichos.
En su obra Demonolatría, Nicolás Remy la describe con una mezcla de respeto y pavor. Allí aporta un detalle indescifrable, que podría ser tanto una crítica como un elogio: en el instante en el que Abrahel se manifiesta, y con apenas contemplarla, "todos los miembros del observador se vuelven rígidos".
Es nuestro deber sugerirle a nuestros lectores con deficiencias prostáticas que se abstengan de invocar a Abrahel, en especial si se busca soslayar estos padecimientos.
Lamentablemente Abrahel suele agotar rápido la vitalidad que otorga su presencia. Frente a ella todo vigor es fugitivo.
Para aquellos que suelen despertarse en medio de la noche con sus atributos en alza, lamentamos anunciarles que ya son víctimas nocturnas de Abrahel, y nada podemos hacer para ayudarlos.
Abrahel, llamada la Reina de los súcubos, se dedica especialmente a seducir a hombres de ascetismo dudoso, más puntualmente a campesinos y varones de poca instrucción formal.
Para ello adopta la forma de una mujer bellísima que los cautiva de inmediato. Acto seguido dispone de ellos a su antojo, llevándolos a cometer verdaderas locuras para saciar sus caprichos.
En su obra Demonolatría, Nicolás Remy la describe con una mezcla de respeto y pavor. Allí aporta un detalle indescifrable, que podría ser tanto una crítica como un elogio: en el instante en el que Abrahel se manifiesta, y con apenas contemplarla, "todos los miembros del observador se vuelven rígidos".
Es nuestro deber sugerirle a nuestros lectores con deficiencias prostáticas que se abstengan de invocar a Abrahel, en especial si se busca soslayar estos padecimientos.
Lamentablemente Abrahel suele agotar rápido la vitalidad que otorga su presencia. Frente a ella todo vigor es fugitivo.
Para aquellos que suelen despertarse en medio de la noche con sus atributos en alza, lamentamos anunciarles que ya son víctimas nocturnas de Abrahel, y nada podemos hacer para ayudarlos.
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