Decile a tu lengua que deje de aparecer en mis pensamientos en momentos inoportunos, que, pensándola y humedeciéndome con su recuerdo, me perdí uno o dos temas de la capacitación en la que estoy.
No, ¿sabes qué? Mejor no le digas nada, dejala que vuelva libre a mis recuerdos, así te tengo un poco cerca. Decile que en mi memoria están muy frescas las sensaciones que me provocó, y que cada vez que la recuerdo hurgándome me estremezco y sonrojo.
Yo sé que a tu lengua le gusta martirizarme, pero que por favor elija momentos más oportunos, por ejemplo cuando en la soledad de mi habitación te pienso, te recuerdo, casi que te siento al lado -o arriba- mío.
Yo sé que a tu lengua le gusta hacerme retorcer de placer, ya sea físicamente o en la distancia, pero por favor que tenga piedad y espere a nuestro reencuentro donde podremos, nuevamente, mezclar nuestras humedades.
No, ¿sabes qué? Mejor no le digas nada, dejala que vuelva libre a mis recuerdos, así te tengo un poco cerca. Decile que en mi memoria están muy frescas las sensaciones que me provocó, y que cada vez que la recuerdo hurgándome me estremezco y sonrojo.
Yo sé que a tu lengua le gusta martirizarme, pero que por favor elija momentos más oportunos, por ejemplo cuando en la soledad de mi habitación te pienso, te recuerdo, casi que te siento al lado -o arriba- mío.
Yo sé que a tu lengua le gusta hacerme retorcer de placer, ya sea físicamente o en la distancia, pero por favor que tenga piedad y espere a nuestro reencuentro donde podremos, nuevamente, mezclar nuestras humedades.
6 comentarios - El recuerdo que estremece y sonroja