Hace mucho a través de un familiar conseguí trabajo en una empresa de transporte de larga distancia, básicamente tenía que recibir los ómnibus, vaciarlos cuando terminaban sus viajes y cargarlos antes de que los iniciaran.
Una de las cosas que tenía que hacer era retirar la basura que quedaba (al lado del café y el jugo) y la que dejaban las azafatas en su lugar. Así fue que descubrí que cuando terminaban los viajes tiraban las medibachas corridas. Por si no lo saben, mi fascinación por las medias empezó de chiquito, usando las medibachas de mamá y fue lo que me inició en el crossdressing. Al principio tiraba la bolsita sin más, pero la tentación, el deseo, siempre, siempre termina ganandole a la razón. Y llegó el día en que no aguanté mas y me guardé una de esas medibachas usadas en el bolsillo y seguí con mi trabajo, esperando el momento oportuno para ponérmelas, me fui al baño y me las puse, después las tiraba, ya que como convivía con una chica no me animaba a irme con las medias a casa. Así se volvió una práctica cotidiana, cada vez que encontraba unas medias, incluso a veces me masturbaba.
Todo transcurrió "normalmente" hasta que un día, un compañero que trabajaba en la parte de los talleres, al salir del trabajo se ofreció a acercarme "así no tenía que esperar el colectivo tanto tiempo", yo acepté porque era normal que si salía un micro o alguien se iba en auto te acercara. Me subí al auto y a las pocas cuadras me dice que el sabía mi secreto, yo me asusté, me puse nervioso y me hice el que no sabía de que hablaba y ahí nomás me agarró de la muñeca y me dijo "no te hagás la boluda, te pensás que no me di cuenta que usas medias de mujer, te vengo observando de hace rato". Me puse rojo como un tomate, me moría de miedo y de vergüenza. Me dijo que abriera la guantera y ahí estaban las medias que había estado usando hasta hacía un rato.
Empecé a decirle cualquier excusa estúpida y que parara que me bajaba ahí nomás, pero ya había subido a la autopista y me dijo muy autoritario que me callara, que a partir de ese momento iba a hacer todo lo que el dijera y si no le iba a decir a mi mujer y a todos en el trabajo que era un putito que usaba ropa de mina. Me llevó hasta la puerta de casa y me dijo "sacale una bombachita a tu jermu y mañana la llevás puesta y te ponés esto" y me tiró las medias que me había mostrado antes.
Del miedo a que cumpliera su amenaza al día siguiente le hice caso y fui a trabajar en bombacha y medias, en un momento vino a controlar a ver si había cumplido y me dice "muy bien putito" y me dio unas palmaditas en la cola. A la salida me estaba esperando en su auto con dos compañeros más, "para tomar algo por ahí entre compañeros" después de un buen rato nos fuimos todos, a los otros dos los dejó donde se tomaban sus colectivos y cuando quedamos solos me hace sentar adelante y me dice que me levante la camisa y le muestre lo que llevo abajo del pantalón y ahí asomaban apenas la bombacha y las medias. Esa tarde fuimos a su casa, aprovechando que él iba a estar solo. Apenas llegamos revisó que no hubiera nadie, cerró con llave y me hizo sacar "la ropa de hombre" que no me correspondía, yo temblaba de miedo como una hoja y me moría de vergüenza. Volvió y me tiró en la cara un camisón de la esposa, entendí que debía ponermelo y enseguida me dió una cachetada que me hizo caer, me agarró de los pelos, me tiró en un sillón y me dió una paliza mientras me preguntaba cosas como si era puto, si ya me habían cogido, si me gustaba la pija, por qué usaba ropa de mujer, mientras me pegaba hasta que terminé respindiendo a todo que sí, que era puto, que me gustaba la pija y hasta que quería que me coja y ser su putita. En ese punto me dijo que ahora iba entendiendo mi lugar, que iba a hacer todo lo que él dijera y me hizo chupársela, una pija hermosa, más grande que la mía, una pija de un verdadero hombre. Me cojió la boca como quiso y terminó adentro agarrándome del pelo para que no me saliera la pija de la boca mientras me llenaba de leche, me hizo tragar todo y que se la limpiara bien.
Pensé que todo terminaría ahí, pero no, me hizo poner de rodillas en el sillón, me levantó el camisón, me bajo un poco las medias y la bombacha y me empezó a azotar la cola, por momentos con la mano y con algo que supuse sería un cinturón. Mientras me preguntaba cosas o me obligaba a repetir frases como "soy un putito" "tengo que hacer todo lo que usted me diga" cuando no daba más del dolor y empezaba a llorar me dijo que yo sabía cuál era la forma de detener eso y terminé pidiéndole por favor que me viole y así lo hizo se puso atrás y me chupaba la cola mientras me pellizcaba los pezones, pensé que iba a enloquecer de placer, sentí como me escupía el ano y metía esos dedos toscos y gruesos y mientras estallaba de placer le pedía a gritos que me la meta, que me rompiera el culo, que era su puta y así lo hizo. Me la metió hasta el fondo, grité, chillé, lloré de dolor y placer y cuando se me acostumbró el culo a esa verga lo sentí ir y venir mientras me cabalgaba dándome cintazos en las nalgas o tirándome del pelo, obligandome a decir que era una puta que sólo quería su pija, sentí sus gritos, sus bufidos y los espamos finales, me quise zafar para que no terminara dentro mío y fue peor, me sujetó firmemente, me inmovilizó y se reía mientras decía que no me asuste que no me iba a dejar embarazada, que así iba ser una putita de verdad que era lo que le había estado pidiendo. Le tuve que limpiar el pene con mi boca y lengua de nuevo y me llevó de los pelos, tropezandome torpemente por tener las medias y la bombacha por debajo de las rodillas, hasta el baño, me ordenó quedarme en la bañera y se reía viendo cómo por las piernas me goteaba su semen desde el culo. De golpe siento algo caliente y me doy cuenta que me está haciendo pis y ese olor fuerte del pis de macho, el líquido caliente corriendo y cuando el chorrito se hace cada vez mas fino me lo mete en la boca, me tiene de los pelos, yo con la boca abierta y él sacude su verga dándome unos golpecitos en los labios, exclama "aahhh, muy bien putito, si te vieran en el trabajo, jaja, ahora limpiá todo"
Fue tan humillante que no pude evitar que se me escaparan unas lágrimas. Así fue como un verdadero hombre me hizo su putito.
"comenzó con el uso de bombachas en secreto. no pudiste parar"
Una de las cosas que tenía que hacer era retirar la basura que quedaba (al lado del café y el jugo) y la que dejaban las azafatas en su lugar. Así fue que descubrí que cuando terminaban los viajes tiraban las medibachas corridas. Por si no lo saben, mi fascinación por las medias empezó de chiquito, usando las medibachas de mamá y fue lo que me inició en el crossdressing. Al principio tiraba la bolsita sin más, pero la tentación, el deseo, siempre, siempre termina ganandole a la razón. Y llegó el día en que no aguanté mas y me guardé una de esas medibachas usadas en el bolsillo y seguí con mi trabajo, esperando el momento oportuno para ponérmelas, me fui al baño y me las puse, después las tiraba, ya que como convivía con una chica no me animaba a irme con las medias a casa. Así se volvió una práctica cotidiana, cada vez que encontraba unas medias, incluso a veces me masturbaba.
Todo transcurrió "normalmente" hasta que un día, un compañero que trabajaba en la parte de los talleres, al salir del trabajo se ofreció a acercarme "así no tenía que esperar el colectivo tanto tiempo", yo acepté porque era normal que si salía un micro o alguien se iba en auto te acercara. Me subí al auto y a las pocas cuadras me dice que el sabía mi secreto, yo me asusté, me puse nervioso y me hice el que no sabía de que hablaba y ahí nomás me agarró de la muñeca y me dijo "no te hagás la boluda, te pensás que no me di cuenta que usas medias de mujer, te vengo observando de hace rato". Me puse rojo como un tomate, me moría de miedo y de vergüenza. Me dijo que abriera la guantera y ahí estaban las medias que había estado usando hasta hacía un rato.
Empecé a decirle cualquier excusa estúpida y que parara que me bajaba ahí nomás, pero ya había subido a la autopista y me dijo muy autoritario que me callara, que a partir de ese momento iba a hacer todo lo que el dijera y si no le iba a decir a mi mujer y a todos en el trabajo que era un putito que usaba ropa de mina. Me llevó hasta la puerta de casa y me dijo "sacale una bombachita a tu jermu y mañana la llevás puesta y te ponés esto" y me tiró las medias que me había mostrado antes.
Del miedo a que cumpliera su amenaza al día siguiente le hice caso y fui a trabajar en bombacha y medias, en un momento vino a controlar a ver si había cumplido y me dice "muy bien putito" y me dio unas palmaditas en la cola. A la salida me estaba esperando en su auto con dos compañeros más, "para tomar algo por ahí entre compañeros" después de un buen rato nos fuimos todos, a los otros dos los dejó donde se tomaban sus colectivos y cuando quedamos solos me hace sentar adelante y me dice que me levante la camisa y le muestre lo que llevo abajo del pantalón y ahí asomaban apenas la bombacha y las medias. Esa tarde fuimos a su casa, aprovechando que él iba a estar solo. Apenas llegamos revisó que no hubiera nadie, cerró con llave y me hizo sacar "la ropa de hombre" que no me correspondía, yo temblaba de miedo como una hoja y me moría de vergüenza. Volvió y me tiró en la cara un camisón de la esposa, entendí que debía ponermelo y enseguida me dió una cachetada que me hizo caer, me agarró de los pelos, me tiró en un sillón y me dió una paliza mientras me preguntaba cosas como si era puto, si ya me habían cogido, si me gustaba la pija, por qué usaba ropa de mujer, mientras me pegaba hasta que terminé respindiendo a todo que sí, que era puto, que me gustaba la pija y hasta que quería que me coja y ser su putita. En ese punto me dijo que ahora iba entendiendo mi lugar, que iba a hacer todo lo que él dijera y me hizo chupársela, una pija hermosa, más grande que la mía, una pija de un verdadero hombre. Me cojió la boca como quiso y terminó adentro agarrándome del pelo para que no me saliera la pija de la boca mientras me llenaba de leche, me hizo tragar todo y que se la limpiara bien.
Pensé que todo terminaría ahí, pero no, me hizo poner de rodillas en el sillón, me levantó el camisón, me bajo un poco las medias y la bombacha y me empezó a azotar la cola, por momentos con la mano y con algo que supuse sería un cinturón. Mientras me preguntaba cosas o me obligaba a repetir frases como "soy un putito" "tengo que hacer todo lo que usted me diga" cuando no daba más del dolor y empezaba a llorar me dijo que yo sabía cuál era la forma de detener eso y terminé pidiéndole por favor que me viole y así lo hizo se puso atrás y me chupaba la cola mientras me pellizcaba los pezones, pensé que iba a enloquecer de placer, sentí como me escupía el ano y metía esos dedos toscos y gruesos y mientras estallaba de placer le pedía a gritos que me la meta, que me rompiera el culo, que era su puta y así lo hizo. Me la metió hasta el fondo, grité, chillé, lloré de dolor y placer y cuando se me acostumbró el culo a esa verga lo sentí ir y venir mientras me cabalgaba dándome cintazos en las nalgas o tirándome del pelo, obligandome a decir que era una puta que sólo quería su pija, sentí sus gritos, sus bufidos y los espamos finales, me quise zafar para que no terminara dentro mío y fue peor, me sujetó firmemente, me inmovilizó y se reía mientras decía que no me asuste que no me iba a dejar embarazada, que así iba ser una putita de verdad que era lo que le había estado pidiendo. Le tuve que limpiar el pene con mi boca y lengua de nuevo y me llevó de los pelos, tropezandome torpemente por tener las medias y la bombacha por debajo de las rodillas, hasta el baño, me ordenó quedarme en la bañera y se reía viendo cómo por las piernas me goteaba su semen desde el culo. De golpe siento algo caliente y me doy cuenta que me está haciendo pis y ese olor fuerte del pis de macho, el líquido caliente corriendo y cuando el chorrito se hace cada vez mas fino me lo mete en la boca, me tiene de los pelos, yo con la boca abierta y él sacude su verga dándome unos golpecitos en los labios, exclama "aahhh, muy bien putito, si te vieran en el trabajo, jaja, ahora limpiá todo"
Fue tan humillante que no pude evitar que se me escaparan unas lágrimas. Así fue como un verdadero hombre me hizo su putito.
"comenzó con el uso de bombachas en secreto. no pudiste parar"
4 comentarios - Una violación, mi primera vez con un hombre de verdad.
van p
eso a mi no me va. hasta ahi llego mi curiosidad por el relato