... Carolina (nombre cambiado, claro está)... Una escort (acompañante, prostituta o cómo lo quieran llamar) con quién empezamos chateando en un grupo de facebook. Humoradas en general, nada particular hasta que pasamos un día a mensajearnos por privado. Al principio cosas normales, nada relacionado al sexo... Hasta que empezamos a hablar del tema.
En principio me quería vender sus servicios, a lo que estaba ampliamente dispuesto, pero las charlas se convertían cada vez más en temas calientes. Para resumir, cosa parecida a un "típico" histeriqueo y levante.
Charla iba, charla venía hasta que un día me ofrece que fuese a su casa... A "charlar".
Su domicilio no distaba mucho del mío, así que previa ducha y rasurada fuí hasta su casa.
Tímidamente me abrió las puertas de su domicilio, después de ingresar observo detalladamente. 1.60 y pico, rellenita, de pechos abultados, tes trigueña, labios carnosos. A su cuerpo cubría un baby doll transparente que dejaba ver sus pechos descubiertos y una diminuta tanga.
Beso muy fogoso, mientras nos adentramos en su casa.
El dormitorio se encontraba en la planta alta. Mi erección era tremendo, mientras veía como su gran cola se movía al subir las escaleras.
Llegamos al cuarto, besos, muchos más besos mientras por encima del pantalón apretaba mi miembro caliente.
Prácticamente me arranque la ropa. Muchos besos y mucha excitación de ambos.
Abre su boca, separando ampliamente sus labios para deborar mi miembro hasta el fondo de su garganta... Lamía, lamía y lamía sin parar... Hasta que lo sacó de su boca, dos o tres movimientos con su mano para masturbar mi pene duro, lo escupe... Y lo sigue mamando cómo si fuese la última pija sobre la tierra. Yo fascinado, acariciando sus pechos, tirando y apretando unos pezones oscuros, duros por la calentura del momento.
Mamaba sin parar, caliente. En un brusco movimiento la tiro en la cama, separo sus piernas y me encuentro con una vagina totalmente mojada, a simple vista... Esperando ser visitada por mi lengua y penetrada por mis dedos.
Lamía, chupaba, la mordía y jugaba con una vulva que estaba por estallar y que, de echo, estalló varias veces en mi boca.
A la vez que le comía la concha, con un dedo jugaba con su ano, que se dilataba, se abría esperando acción.
Llegó el punto que no daba más. Me tiró sobre la cama y me montó de una forma violenta, introduciendo mi pene dentro de ella en un solo envión. Se frotaba contra mi hasta que adelantó sus piernas y comenzó a cabalgar duro, parejo, con fuerza y hasta casi con violencia. No paraba de acabar sobre mi pija...
Cambiamos mil veces de posiciones, ni recuerdo cuántas fueron... Hasta que quedó en cuatro patas, con su concha acabada y mojada expuesta y su culo bien levantado.
La penetraba con fuerza, mientras con un dedo abría más su culo... Después fueron dos... Después fue mi pija entrando en un culo estrecho, mientras jadeaba de placer.
Me decía que era un hijo de puta, que no le podía meter la pija de golpe, mientras acababa una y otra vez.
Amaba el sexo anal.
Ya no daba más, quería acabarla y me pidió la leche en su boca... Y que la mire mientras largaba todo el semen bien profundo entre sus labios...
Dejé todo mi semen en su boca, mientras la observaba... Tragaba y seguía chupándola... Qué placer.
Besos, caricias, charla... Hasta que provocó una nueva erección en mí. Volvió a chuparla, pero de forma más violenta, mucho más fuerte.
Yo recostado en la cama, hasta que ella decidió montarme nuevamente, pero esta vez de espaldas a mí... Y con su culo.
A la par que cabalgaba mi pija con su culo, ella se tocaba la concha, no quería sexo vaginal, solo quería anal... Cabalgaba con fuerza, mientras gritaba de placer.
Nuevamente estaba por volver a acabar, y otra vez lo hice en su boca, mientras ella se seguía tocando su concha.
Terminamos destruidos los dos... Y nos volveríamos a ver muchas veces más.
La próxima cuento su primer trío.
Gracias por leerme
En principio me quería vender sus servicios, a lo que estaba ampliamente dispuesto, pero las charlas se convertían cada vez más en temas calientes. Para resumir, cosa parecida a un "típico" histeriqueo y levante.
Charla iba, charla venía hasta que un día me ofrece que fuese a su casa... A "charlar".
Su domicilio no distaba mucho del mío, así que previa ducha y rasurada fuí hasta su casa.
Tímidamente me abrió las puertas de su domicilio, después de ingresar observo detalladamente. 1.60 y pico, rellenita, de pechos abultados, tes trigueña, labios carnosos. A su cuerpo cubría un baby doll transparente que dejaba ver sus pechos descubiertos y una diminuta tanga.
Beso muy fogoso, mientras nos adentramos en su casa.
El dormitorio se encontraba en la planta alta. Mi erección era tremendo, mientras veía como su gran cola se movía al subir las escaleras.
Llegamos al cuarto, besos, muchos más besos mientras por encima del pantalón apretaba mi miembro caliente.
Prácticamente me arranque la ropa. Muchos besos y mucha excitación de ambos.
Abre su boca, separando ampliamente sus labios para deborar mi miembro hasta el fondo de su garganta... Lamía, lamía y lamía sin parar... Hasta que lo sacó de su boca, dos o tres movimientos con su mano para masturbar mi pene duro, lo escupe... Y lo sigue mamando cómo si fuese la última pija sobre la tierra. Yo fascinado, acariciando sus pechos, tirando y apretando unos pezones oscuros, duros por la calentura del momento.
Mamaba sin parar, caliente. En un brusco movimiento la tiro en la cama, separo sus piernas y me encuentro con una vagina totalmente mojada, a simple vista... Esperando ser visitada por mi lengua y penetrada por mis dedos.
Lamía, chupaba, la mordía y jugaba con una vulva que estaba por estallar y que, de echo, estalló varias veces en mi boca.
A la vez que le comía la concha, con un dedo jugaba con su ano, que se dilataba, se abría esperando acción.
Llegó el punto que no daba más. Me tiró sobre la cama y me montó de una forma violenta, introduciendo mi pene dentro de ella en un solo envión. Se frotaba contra mi hasta que adelantó sus piernas y comenzó a cabalgar duro, parejo, con fuerza y hasta casi con violencia. No paraba de acabar sobre mi pija...
Cambiamos mil veces de posiciones, ni recuerdo cuántas fueron... Hasta que quedó en cuatro patas, con su concha acabada y mojada expuesta y su culo bien levantado.
La penetraba con fuerza, mientras con un dedo abría más su culo... Después fueron dos... Después fue mi pija entrando en un culo estrecho, mientras jadeaba de placer.
Me decía que era un hijo de puta, que no le podía meter la pija de golpe, mientras acababa una y otra vez.
Amaba el sexo anal.
Ya no daba más, quería acabarla y me pidió la leche en su boca... Y que la mire mientras largaba todo el semen bien profundo entre sus labios...
Dejé todo mi semen en su boca, mientras la observaba... Tragaba y seguía chupándola... Qué placer.
Besos, caricias, charla... Hasta que provocó una nueva erección en mí. Volvió a chuparla, pero de forma más violenta, mucho más fuerte.
Yo recostado en la cama, hasta que ella decidió montarme nuevamente, pero esta vez de espaldas a mí... Y con su culo.
A la par que cabalgaba mi pija con su culo, ella se tocaba la concha, no quería sexo vaginal, solo quería anal... Cabalgaba con fuerza, mientras gritaba de placer.
Nuevamente estaba por volver a acabar, y otra vez lo hice en su boca, mientras ella se seguía tocando su concha.
Terminamos destruidos los dos... Y nos volveríamos a ver muchas veces más.
La próxima cuento su primer trío.
Gracias por leerme
2 comentarios - Carolina una escort caliente