El último mensaje es de Marcelo, que decía: Nos vemos a las19hs en tu casa, voy temprano para cogerte mucho durante toda la noche.
No me aguanté y empecé a masturbarme en el baño, obviamente en unos segundos eyaculé. De repente toca la puerta Pilar y me pregunta ¿Estás bien? ¡Sí! Le respondo. - Mi celular estaba cargando en mi habitación y lo agarraste vos – exclama acusándome. Salgo del baño con el teléfono en la mano y le reprocho defendiéndome - ¿por qué me mentiste Pilar? el tipo de anoche no es un amigo, vi cómo te tragaste su verga en la camioneta y ahora me entero que estuvo cogiendo con vos toda la semana – agrego reprochándole. Ella hace una pausa para tomar aire y, metiéndose al baño me contesta: - Mirá Gabriel – dice con tono enojado – yo sé que tuviste una aventura con Julieta el año pasado, yo me quedé callada y te la dejé pasar. Ella había jugado la única carta que tenía a su favor. Era verdad, pasó en año nuevo, yo vivía con Julieta y otros amigos en una casa que compartíamos para abaratar costos. Pilar iba a pasar las fiestas con su madre en el sur.
Esa noche, después del saludo, nos quedamos ella y yo solos bebiendo wiski y charlando de todo en el living. El resto de los compañeros de casa se fueron a sus habitaciones con sus novias. Habían pasado varias horas y el alcohol se estaba acabando, ella se acerca a mí (que estaba sentado en un sofá alejado de ella) y se sienta a mi lado. Tenía un porro armado que procede a encender y me lo ofrece. Yo acepto y continuamos con la charla. Julieta no es linda de cara pero tiene un cuerpo envidiable y esa noche tenía un vestido negro ajustado y corto que le llegaba atapar apenas la cola. Me hacía gracia (y a la vez me calentaba) porque se le levantaba todo el tiempo y se le podía ver una diminuta tanga negra que se le perdía entre sus nalgas. Ella incómoda, bajaba su vestido todo el tiempo,sufrió prácticamente toda la noche. Volviendo al relato: Julieta prende el porro, le da la primera bocanada y me lo pasa sin respirar, yo lo tomo y le doy mi primera pitada diciéndole a continuación – ¿Para qué te pusiste ese vestido,si te lo estuviste acomodando toda la noche? Ella ríe y me responde - porque quería estar linda hoy-. Descaradamente le contesto –vos te pones dos trapos rotos y te quedan perfectos con el cuerpo que tenés. Ella sonríe avergonzada y el clima se rompe con unos gemidos que se escuchan desde una habitación cercana. Reímos a la vez y continuamos la charla: De verdad me decís? – me pregunta con tono dulce y acercándose aún más a mí, apoyando su cabeza en mi hombro. Comienzo a acariciarle la nuca,subiendo y bajando por ella lentamente. Me doy cuenta de lo que estaba haciendo y me detengo. Seguí – me ordena con voz infantil. Obedezco y lo sigo haciendo lanzando pequeñas risas al escuchar los intensos gemidos que venían detrás dela puerta. Estábamos en callados, nos estaba haciendo efecto lo que habíamos fumado y yo continuaba acariciando su nuca. Ella, con la mirada fija en mi entrepierna rompe el silencio exclamando¡se te está parando! inmediatamente gira su cara hacia mí con una risa picaresca. Yo le contesto sinceramente – los gemidos y acariciarte la nuca me está excitando un poco. Ella me mira tiernamente, me da un beso en la mejilla muy dulce y baja su mano para acariciar mi pene sobre el pantalón. Tenemos quehacer algo con esto - dice determinantemente bajando la cremallera del jean que yo llevaba puesto. Desabrocha el botón de arriba y mete su mano dentro de mi bóxer, sacando mi pene completamente duro y lo empieza a jalar suavemente.Mientras que yo recorría con mi mano sus piernas, que lentamente empezaban a abrirse y que automáticamente elevaban su corto vestido hacia arriba. Con mucha facilidad quedó descubierta la diminuta ropa interior que tenía, pero aún no llegaban mis manos hasta ahí. Nos empezamos a besar de manera intensa, ella abría más y más sus piernas, que acompañaban el recorrido de mis caricias.Finalmente llego hasta la poca tela que cubría su vagina y con un dedo,engancho un borde para jalarlo y quitarle la tanga. Ella eleva un poco su cola para ayudarme a sacársela por completo. Observo lo insignificante que era y noto que estaba mojada. Mirando a Julieta fijamente, con mi lengua recorro su tanga, tratando de limpiársela y la tiro a un costado. La acuesto en el sofá, me abalanzo sobre su vulva con desesperación y comienzo a chupársela. Tratábamos de hacer el menor ruido posible. Ella me detiene y me dice con voz sigilosa – me vas a hacer acabar si seguís así -. Se recupera quedando sentada en el sofá y me pide que me pare. Le hago caso.Empieza a chuparme la verga de manera desesperada pasando su lengua por todo el tronco y volviéndosela a meter toda en la boca. Esta vez yo la detengo, la levanto y hago que se ponga en cuatro, mirando al respaldo del sofá. Sin esperar ni un segundo, se la entierro toda, la abrazo desde atrás agarrando sus pechos enormes y empiezo a bombear con fuerza. Ella arqueaba su espalda y se inclinaba hacia atrás para enterrársela aún más. Mis bolas chocaban contra su concha y hacían mucho ruido. Esto me ponía loco y en pocos segundos descargué todo mi semen en su interior. Me quedo observando la maravilla de esa cola parada mientras le voy sacando la verga lentamente. De repente miro al costado y Javier, uno de nuestros compañeros,nos estaba mirando estático, en silencio se mete de nuevo a su cuarto. Ese fue mi único encuentro con Juli. Después de ese episodio, se puso tensa la relación con ella, sobre todo porque ella tenía un atraso, pero sólo fue un susto afortunadamente. El problema es que todos mis compañeros conocían a Pilar y alguien le debe haber contado en algún momento lo que pasó.
Volviendo a la discusión con Pilar, yo le contesto – lo mío fue sólo una vez y con una sola mujer – en cambio vos le estás abriendo las piernas a todo el hospital – grito exagerando. Ella cierra la puerta del baño y desde adentro me dice – no fue buena idea que vinieras hoy al final-. Ok , ya me voy y no te molesto más – digo enojado yendo para la entrada de su departamento. Pero antes de irme, le robo de la cocina una llave adicional de su casa (ella no se iba a dar cuenta, siempre pierde las llaves) y finalmente me voy. Al día siguiente me sentía ansioso, sabía que ella se iba a reencontrar con Marcelo, la cita era a las 19 y yo tenía el boleto comprado para esa función. Hice un cálculo del tiempo en que tardarían en llegar a la cama.Esperé con ansias a que se cumpla ese horario y sigilosamente entré a su departamento con la llave que había robado. En el comedor no había nadie y derepente escucho un gemido de Pilar desde el cuarto (había llegado tarde), la puerta estaba entre abierta y los podía ver perfectamente. Cuando me asomé, vi cómo él estaba parado clavando a mi novia en el borde de la cama, ella con las piernas sobre su hombro y con los ojos cerrados, disfrutando cada penetración al máximo. Según lo que pude deducir, ella estuvo esperándolo todo el domingo y ya estaba húmeda, por ende no hizo falta lubricar nada, seguramente él llegó,se besaron apasionadamente y fueron a la cama donde desnudaron sus genitales solamente, ya que ella estaba con la remera puesta aún y él también. Era la primera vez que la veía cogiendo con otro, me encantaba verla gozar, sobre todo cuando Marcelo se la metía suavemente hasta el fondo, ella hacía su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y mordiéndose la mitad del labio inferior. Yo tenía la verga que se me salía del pantalón pero me la pude aguantar. Marcelo se detiene y se le saca la verga de adentro, ella se da vuelta y se pone en cuatro automáticamente. Nadie pronunció ni una palabra ni un gesto, se entendían muy bien. Él se sube a la cama y la penetra con fuerza nuevamente, pero se la deja clavada sin moverse. Ella se eleva con la espalda arqueada, sin permitir que se le salga un centímetro de la verga y queda a la altura del pecho de Marcelo. Él le saca la remera y el corpiño rápidamente y comienza a amasarle las tetas besándole el cuello, sin ningún movimiento de sus genitales aún. Pilar le acaricia la cabeza desde atrás y le dice – cómo te extrañé mi amor - empezando a mover su pelvis de adelante hacia atrás, incrementando la intensidad y gimiendo fuerte. Era todo coreográfico y armonioso, juro que me hacía feliz verla gozar tanto(también me hacía calentar mucho). Él tipo era muy resistente, llevaban casi una hora cogiendo y no acababa. Pilar seguía disfrutando de cada embestida pero de vez en cuando le pedía que pare un poco ya que ella sí acababa. En un momento ella se saca la verga, se da vuelta con las piernas temblando y le dice– estás cumpliendo con lo que prometiste, me vas a sacar llagas de la concha amor -. Con una sonrisa de oreja a oreja, se inclina hacia su pene y lo empieza a mamar con un amor único. Lo saboreaba de punta a punta, su lengua llegaba hasta los huevos, se los chupaba también, vuelve por su tronco hasta el glande,abre bien su boca y se traga el palo completamente. Se lo mete y saca reiteradas veces pero él la detiene y le dice – te quiero seguir cogiendo hermosa -. Ella pone una voz tierna y le responde – tengo un poco sensible la concha mi amor, mejor metemela por atrás así puedo aguantar toda la noche- y se colocó en cuatro sin esperar respuesta. Marcelo saca lubricante y se lo empieza a untar en el ano que ya estaba en posición para ser atravesado. Le mete y saca un dedo varias veces, luego lo hace con dos dedos, repitiendo el mismo procedimiento y cuando quiere meterle el tercer dedo, ella le dice – quiero tenerte adentro ya -. Él obedece la orden, termina de lubricar su pene y comienza a metérselo lentamente en el ano. Pilar ansiosa, abre sus nalgas y se inclina hacia atrás para acelerar la penetración, una vez toda adentro, hace una pequeña contracción de dolor y dice con voz quejosa – ay, eso me pasa por puta, pero si soy tu puta, yo soy feliz – agrega sonriendo. Él se encendió y empezó moverse rápidamente reventándole el culo a mi novia. Ella le decía al principio – despacito amor, que me estás partiendo - pero él no se detenía.Aparentemente su ano comenzó a ceder ya que se dejó de quejar y por lo contrario, acompañaba sus embestidas con mucha fuerza. Él ya no resistía más y ella se dio cuenta, se sacó la verga de la cola rápidamente y se la metió en la concha y le pidió que le acabe ahí. Marcelo empujó dos veces más y empezó a rellenarle la concha con leche caliente gritando. Pilar, con la verga adentro aún y en cuatro, se hace para atrás y apoya su espalda en el pecho de él nuevamente diciéndole con un suspiro – y esto recién empieza mi vida- dándole dos besos muy cariñosos sin perder la posición. Se quedan abrazados en silencio en esa posición esperando a que el pene pierda toda su erección y finalmente se la sacó (esto duró unos 10 minutos aproximadamente). Ella se recuesta en la cama con las piernas abiertas y nota que se le está saliendo un poco de semen de la vagina, rescata el chorrito y se lo mete en la boca mirando a Marcelo y le dice riendo – que quede todo adentro ¿no amor?.
Cuando me di cuenta, ya eran casi las 22hs, salí sigilosamente rápido del departamento ya que seguro estaban hambrientos e iban a salir de la habitación. O no
CONTINUARA
No me aguanté y empecé a masturbarme en el baño, obviamente en unos segundos eyaculé. De repente toca la puerta Pilar y me pregunta ¿Estás bien? ¡Sí! Le respondo. - Mi celular estaba cargando en mi habitación y lo agarraste vos – exclama acusándome. Salgo del baño con el teléfono en la mano y le reprocho defendiéndome - ¿por qué me mentiste Pilar? el tipo de anoche no es un amigo, vi cómo te tragaste su verga en la camioneta y ahora me entero que estuvo cogiendo con vos toda la semana – agrego reprochándole. Ella hace una pausa para tomar aire y, metiéndose al baño me contesta: - Mirá Gabriel – dice con tono enojado – yo sé que tuviste una aventura con Julieta el año pasado, yo me quedé callada y te la dejé pasar. Ella había jugado la única carta que tenía a su favor. Era verdad, pasó en año nuevo, yo vivía con Julieta y otros amigos en una casa que compartíamos para abaratar costos. Pilar iba a pasar las fiestas con su madre en el sur.
Esa noche, después del saludo, nos quedamos ella y yo solos bebiendo wiski y charlando de todo en el living. El resto de los compañeros de casa se fueron a sus habitaciones con sus novias. Habían pasado varias horas y el alcohol se estaba acabando, ella se acerca a mí (que estaba sentado en un sofá alejado de ella) y se sienta a mi lado. Tenía un porro armado que procede a encender y me lo ofrece. Yo acepto y continuamos con la charla. Julieta no es linda de cara pero tiene un cuerpo envidiable y esa noche tenía un vestido negro ajustado y corto que le llegaba atapar apenas la cola. Me hacía gracia (y a la vez me calentaba) porque se le levantaba todo el tiempo y se le podía ver una diminuta tanga negra que se le perdía entre sus nalgas. Ella incómoda, bajaba su vestido todo el tiempo,sufrió prácticamente toda la noche. Volviendo al relato: Julieta prende el porro, le da la primera bocanada y me lo pasa sin respirar, yo lo tomo y le doy mi primera pitada diciéndole a continuación – ¿Para qué te pusiste ese vestido,si te lo estuviste acomodando toda la noche? Ella ríe y me responde - porque quería estar linda hoy-. Descaradamente le contesto –vos te pones dos trapos rotos y te quedan perfectos con el cuerpo que tenés. Ella sonríe avergonzada y el clima se rompe con unos gemidos que se escuchan desde una habitación cercana. Reímos a la vez y continuamos la charla: De verdad me decís? – me pregunta con tono dulce y acercándose aún más a mí, apoyando su cabeza en mi hombro. Comienzo a acariciarle la nuca,subiendo y bajando por ella lentamente. Me doy cuenta de lo que estaba haciendo y me detengo. Seguí – me ordena con voz infantil. Obedezco y lo sigo haciendo lanzando pequeñas risas al escuchar los intensos gemidos que venían detrás dela puerta. Estábamos en callados, nos estaba haciendo efecto lo que habíamos fumado y yo continuaba acariciando su nuca. Ella, con la mirada fija en mi entrepierna rompe el silencio exclamando¡se te está parando! inmediatamente gira su cara hacia mí con una risa picaresca. Yo le contesto sinceramente – los gemidos y acariciarte la nuca me está excitando un poco. Ella me mira tiernamente, me da un beso en la mejilla muy dulce y baja su mano para acariciar mi pene sobre el pantalón. Tenemos quehacer algo con esto - dice determinantemente bajando la cremallera del jean que yo llevaba puesto. Desabrocha el botón de arriba y mete su mano dentro de mi bóxer, sacando mi pene completamente duro y lo empieza a jalar suavemente.Mientras que yo recorría con mi mano sus piernas, que lentamente empezaban a abrirse y que automáticamente elevaban su corto vestido hacia arriba. Con mucha facilidad quedó descubierta la diminuta ropa interior que tenía, pero aún no llegaban mis manos hasta ahí. Nos empezamos a besar de manera intensa, ella abría más y más sus piernas, que acompañaban el recorrido de mis caricias.Finalmente llego hasta la poca tela que cubría su vagina y con un dedo,engancho un borde para jalarlo y quitarle la tanga. Ella eleva un poco su cola para ayudarme a sacársela por completo. Observo lo insignificante que era y noto que estaba mojada. Mirando a Julieta fijamente, con mi lengua recorro su tanga, tratando de limpiársela y la tiro a un costado. La acuesto en el sofá, me abalanzo sobre su vulva con desesperación y comienzo a chupársela. Tratábamos de hacer el menor ruido posible. Ella me detiene y me dice con voz sigilosa – me vas a hacer acabar si seguís así -. Se recupera quedando sentada en el sofá y me pide que me pare. Le hago caso.Empieza a chuparme la verga de manera desesperada pasando su lengua por todo el tronco y volviéndosela a meter toda en la boca. Esta vez yo la detengo, la levanto y hago que se ponga en cuatro, mirando al respaldo del sofá. Sin esperar ni un segundo, se la entierro toda, la abrazo desde atrás agarrando sus pechos enormes y empiezo a bombear con fuerza. Ella arqueaba su espalda y se inclinaba hacia atrás para enterrársela aún más. Mis bolas chocaban contra su concha y hacían mucho ruido. Esto me ponía loco y en pocos segundos descargué todo mi semen en su interior. Me quedo observando la maravilla de esa cola parada mientras le voy sacando la verga lentamente. De repente miro al costado y Javier, uno de nuestros compañeros,nos estaba mirando estático, en silencio se mete de nuevo a su cuarto. Ese fue mi único encuentro con Juli. Después de ese episodio, se puso tensa la relación con ella, sobre todo porque ella tenía un atraso, pero sólo fue un susto afortunadamente. El problema es que todos mis compañeros conocían a Pilar y alguien le debe haber contado en algún momento lo que pasó.
Volviendo a la discusión con Pilar, yo le contesto – lo mío fue sólo una vez y con una sola mujer – en cambio vos le estás abriendo las piernas a todo el hospital – grito exagerando. Ella cierra la puerta del baño y desde adentro me dice – no fue buena idea que vinieras hoy al final-. Ok , ya me voy y no te molesto más – digo enojado yendo para la entrada de su departamento. Pero antes de irme, le robo de la cocina una llave adicional de su casa (ella no se iba a dar cuenta, siempre pierde las llaves) y finalmente me voy. Al día siguiente me sentía ansioso, sabía que ella se iba a reencontrar con Marcelo, la cita era a las 19 y yo tenía el boleto comprado para esa función. Hice un cálculo del tiempo en que tardarían en llegar a la cama.Esperé con ansias a que se cumpla ese horario y sigilosamente entré a su departamento con la llave que había robado. En el comedor no había nadie y derepente escucho un gemido de Pilar desde el cuarto (había llegado tarde), la puerta estaba entre abierta y los podía ver perfectamente. Cuando me asomé, vi cómo él estaba parado clavando a mi novia en el borde de la cama, ella con las piernas sobre su hombro y con los ojos cerrados, disfrutando cada penetración al máximo. Según lo que pude deducir, ella estuvo esperándolo todo el domingo y ya estaba húmeda, por ende no hizo falta lubricar nada, seguramente él llegó,se besaron apasionadamente y fueron a la cama donde desnudaron sus genitales solamente, ya que ella estaba con la remera puesta aún y él también. Era la primera vez que la veía cogiendo con otro, me encantaba verla gozar, sobre todo cuando Marcelo se la metía suavemente hasta el fondo, ella hacía su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y mordiéndose la mitad del labio inferior. Yo tenía la verga que se me salía del pantalón pero me la pude aguantar. Marcelo se detiene y se le saca la verga de adentro, ella se da vuelta y se pone en cuatro automáticamente. Nadie pronunció ni una palabra ni un gesto, se entendían muy bien. Él se sube a la cama y la penetra con fuerza nuevamente, pero se la deja clavada sin moverse. Ella se eleva con la espalda arqueada, sin permitir que se le salga un centímetro de la verga y queda a la altura del pecho de Marcelo. Él le saca la remera y el corpiño rápidamente y comienza a amasarle las tetas besándole el cuello, sin ningún movimiento de sus genitales aún. Pilar le acaricia la cabeza desde atrás y le dice – cómo te extrañé mi amor - empezando a mover su pelvis de adelante hacia atrás, incrementando la intensidad y gimiendo fuerte. Era todo coreográfico y armonioso, juro que me hacía feliz verla gozar tanto(también me hacía calentar mucho). Él tipo era muy resistente, llevaban casi una hora cogiendo y no acababa. Pilar seguía disfrutando de cada embestida pero de vez en cuando le pedía que pare un poco ya que ella sí acababa. En un momento ella se saca la verga, se da vuelta con las piernas temblando y le dice– estás cumpliendo con lo que prometiste, me vas a sacar llagas de la concha amor -. Con una sonrisa de oreja a oreja, se inclina hacia su pene y lo empieza a mamar con un amor único. Lo saboreaba de punta a punta, su lengua llegaba hasta los huevos, se los chupaba también, vuelve por su tronco hasta el glande,abre bien su boca y se traga el palo completamente. Se lo mete y saca reiteradas veces pero él la detiene y le dice – te quiero seguir cogiendo hermosa -. Ella pone una voz tierna y le responde – tengo un poco sensible la concha mi amor, mejor metemela por atrás así puedo aguantar toda la noche- y se colocó en cuatro sin esperar respuesta. Marcelo saca lubricante y se lo empieza a untar en el ano que ya estaba en posición para ser atravesado. Le mete y saca un dedo varias veces, luego lo hace con dos dedos, repitiendo el mismo procedimiento y cuando quiere meterle el tercer dedo, ella le dice – quiero tenerte adentro ya -. Él obedece la orden, termina de lubricar su pene y comienza a metérselo lentamente en el ano. Pilar ansiosa, abre sus nalgas y se inclina hacia atrás para acelerar la penetración, una vez toda adentro, hace una pequeña contracción de dolor y dice con voz quejosa – ay, eso me pasa por puta, pero si soy tu puta, yo soy feliz – agrega sonriendo. Él se encendió y empezó moverse rápidamente reventándole el culo a mi novia. Ella le decía al principio – despacito amor, que me estás partiendo - pero él no se detenía.Aparentemente su ano comenzó a ceder ya que se dejó de quejar y por lo contrario, acompañaba sus embestidas con mucha fuerza. Él ya no resistía más y ella se dio cuenta, se sacó la verga de la cola rápidamente y se la metió en la concha y le pidió que le acabe ahí. Marcelo empujó dos veces más y empezó a rellenarle la concha con leche caliente gritando. Pilar, con la verga adentro aún y en cuatro, se hace para atrás y apoya su espalda en el pecho de él nuevamente diciéndole con un suspiro – y esto recién empieza mi vida- dándole dos besos muy cariñosos sin perder la posición. Se quedan abrazados en silencio en esa posición esperando a que el pene pierda toda su erección y finalmente se la sacó (esto duró unos 10 minutos aproximadamente). Ella se recuesta en la cama con las piernas abiertas y nota que se le está saliendo un poco de semen de la vagina, rescata el chorrito y se lo mete en la boca mirando a Marcelo y le dice riendo – que quede todo adentro ¿no amor?.
Cuando me di cuenta, ya eran casi las 22hs, salí sigilosamente rápido del departamento ya que seguro estaban hambrientos e iban a salir de la habitación. O no
CONTINUARA
3 comentarios - Cómo me enteré que mi novia me hizo cornudo (pt5)