You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Maria

Maria
[/size][/font][/b]
 
 
[/size][/font][/b]
                                          María
 María ya pasados los veinticinco, se sentía muy sola y aún su figura externa, no se acordonaba a su estructura interior.
Había, pasado en los años de su adolescencia una vida muy turbada con la constantes peleas de sus padres, ambos muy influyentes en una educación de su única hija, pero siempre las ausencias de ellos por sus relaciones sociales y constantes viajes, que provocaron largas ausencia en su hogar, la educación en ella no fue lograda plenamente, por la ayuda en su casa de las niñeras u ocasionales educaras.
En ella, y a partir de los seis años su educación básica fue  adquirida en colegios muy  prestigiosos con un internado de semana y los fines de semana en convivencia social con los padres en reuniones de muchos desconocidos para ella, realizadas en una casa tipo quinta muy grande, que supieron  tener por herencia en la prov. de buenos aires a unos ochenta kilómetros de su casa en la capital.
María y al tiempo de esas inclinaciones con los hombres empezaron sus filisteo y algunos juegos sexuales descubrió algún auto, de algunos de ellos o en visitas a sus casas de fin de semana que sus  también salían, sus senos fueron descubiertos en juegos pre amatorios y hasta alguna vez en un auto y la oscuridad alguno de ellos la llegaron a besarla en su sexo, cuando ella, había cedido a acceder a desnudarse en un lugar que se ubicaba en el barrio de Palermo ampliamente conocido en esos momentos, como se conocía en esa época...
A partir de ese entonces evitó ya más las salidas con hombres al no sentir al hombre con derecho a ello.
Siguieron los días, y hasta años, en su vida y se recibió ella de abogada.
Cerca de los ventaseis los padres de María fallecieron en un accidente de auto Ella ese mes se encontraba de veraneo con una prima en, Córdoba
Era ella ahora después de los requisitos dueña y custodia de su propia vida a cargo de un abogado que requería y administraba sus bienes correctamente empezó muy distinta sus actividades, que cuando lo hubiese vivido con sus padres.
                         Capitulo II
Sucedió que en un noviembre muy caluroso, concurrió un lunes bien temprano una mujer algo mayor en reemplazo de Amalia, que atendía las labores simples domésticas de la casa, desde años pero ya no volvería más  atender las labores por años.
Sabrina, de unos veinticuatro, de físico un tanto descuido, casi oculto dentro de una formalidad exageradamente formal, pero de una mirada fuerte y hasta muy sensual que de inmediato llamó la atención de María, solo fue la elegida de la que su abogado había seleccionado después de una serie de mujer mayores y de mediana edad, todas ellas sumidas en alguna manera a la dificultada de la actividad, tarea  entera con medio día libre los jueves y total los domingos, en desmedro de un bajo sueldo lo que se le pagaba era un elevado costo por ello y las actividades sanitarias sin cargo, fuese lo que fuere en un sanatorio conocido, muy conocido.
María  le enseño a Sabrina las labores que realizar en la mañana y  hasta las cuatro de la tarde un tanto antes de salir ella, de su trabajo y en donde le preparase la ropa de entrecasa y pusiese en el baño todo los elementos de limpieza e intimo de su uso y la cena de la noche que siempre la anticipaba previamente
De la ropa que ella debía usar  que era un bonito uniforme color azul con guardas rojas y siempre medias naturales y de modo enteras es decir con una franja elásticas que las sostuviese y  zapatos megos de taco muy bajo.
Al principio la relación entre ellas era un formalismo que era un tanto parecido al que reino entre la servidumbre y sus padres, pero eso era lo que no quería María que se repitiese así una mañana de verano cambio las formas.
El deseo en ambas se empezó a originar sin que ellas lo supiesen en sus cuerpos, en cosas simples como cuando se quedaba un tanto libre de las ropa en un verano muy caluroso, con una bata libre de corpiño, o cuando ella tomaba sol en la terraza de la casa sin ropa escondida tras un cuadrado tanque de agua grande y alto, en la terraza
O también, cuando Sabrina despertaba a María y le llevaba el desayuno le miraba casi desnuda tras el camisón de verano muy sencillo y que resaltaba su cuerpo
Sabrina se mostro de esa manera más expresiva en ella que María además cuando la vio más de una vez, totalmente desnuda al principio disimulaba sus miradas y después de días se la comía con la vista.
Con el tiempo María se dio cuenta de ello, y accedió a un simple juego que le fue muy efectivo, calculaba el momento en que ella entraría y dejaba disimuladamente algo abierto, su escote para que Sabrina viese eso senos, o se estaba cambiando de ropa interior, así su empleada la viese. Notaba como ella la deseaba parecía un juego de morbosidad, no era simplemente.
María un día descubrió que ella también deseaba a esa mujer
 Porque en sus juegos sentía unas cosquillas en sus senos y luego en su sexo que una vez retirada ella de su pieza, se masturbaba frenéticamente siempre sosteniendo la imagen de Sabrina en su mente.
Era cuestión de un momento para que ellas dos se encontraran, y como todo en la vida llega...
Una tarde después de haber llegado a su casa María llamó a Sabrina
Un momento después la empleada subió a la pieza y espero que ella le hablara:
“amiga, ven hablaremos como dos mujeres simples  y siéntate en la silla. María le dijo lentamente:
Sabrina yo necesito afecto amiga, estoy tan solo y en verdad quisiera que entre vos y yo existe una sincera amista, porque me he dado cuenta que tú no tienes a nadie, en tu vida…
Sabrina la miró y asintiendo con su cabeza, “ como una declamación única  que en su vida hubiese nunca escuchado” y le dijo:
Si señorita María, yo no tengo hombres en mi vida y de alguna manera, no los necesito para nada por ello  (aclarándole) salí de mi barrio, sabiendo que se decían cosas de mí,  que eran feas,  que era rara, muy distinta, que los hombres no me gustaban,  y hasta algunas cosas peores, como que amaba a las mujeres.
 No Sabrina, tu eres una mujer de agradable, pulcra, comprensiva, y solo quiero que lo sepas…
Solo será este nuestro único comentario entre ambas, pues  ante mis clientes y la poca familia que tengo que aun no conoces, esta charla sea la única que rija nuestro contrato y amistad.
Señorita  aceptó, si María  la ayudaré en lo que usted quiera que haga
Así pasaron los días, semanas y hasta que llego el verano, a mediados de enero María, a tomar sol al costado de un cerramiento en el techo de su casa y ese día Sabrina estaba lavando ropa dentro en el cerramiento del techo.
María había llegado con un toalla bordada larga y  abrió el sillón  y dejando de costado su ropa se acostó totalmente desnuda enfrentando el sol.  Sucedió a un tiempo que Sabrina había dejado de lavar y la mirada entusiasmada y cuando ya ella no podía resistir corrió hacia María  y le tomo de los hombros y le beso con un profundo beso en su boca y su lengua recorrió por primera vez todo su entorno.
María solo no actuó pero algo interior en ella reaccionó: 
No, solamente se sentía distinta, extraña y  asustada porque ese beso de  la llevaba a permanecer en silencio, y solo atinó a decirle,
 Sabrina bajemos aquí alguien nos puede ver.
Si escuchó ella en silencio,  bajaremos yo me iré  a bañarme, y después espérame en mi pieza porque debemos hablar, así si quieres báñate y cámbiate de ropa,  muy leve y sencilla de la que te compre y la deje en la pieza que era de mi  madre allí esta dos paquetes uno para la ropa intima y otras más grande para la ropa de uso sencilla, ya no te quiero ver más con ese uniforma de empleada, cielo nunca mas
Si lo haré María, muchas gracia …
…  la escuchó al meterse en su pieza, la que era de su madre
Sabrina a entrar  vio dos paquetes de ropa  uno de ropa para salir a la calle diaria y  otro de ropa interior muy bonita, se dirigió al baño y  baño encontró dos Gillette para dama y crema para depilarse, encima de una nota:
 “Después  de usarla, enjuágala con mucha agua, depílate la  zona de la vagina y las piernas después con la otra máquina las axilas amor”.  Yo hago lo mismo en mi cuerpo ya lo veras.
María
 
Apareció Sabrina a un tiempo impreciso, en la pieza de María,  la cual, estaba apenas iluminada por una lámpara algo distante de su cama en un costado de una larga pieza
Era esa luz que reflejaba a una mujer que encontraba a la pieza  apenas  vestida y lo que llevara poca ropa, en donde una radio muy baja, emitía música clásica que apenas remarcaba el paso de dos pies descalzos, a un tiempo Sabrina se detuvo, escuchando
Sabrina, acércate le dijo María.
Al llegar a la cama  vio Sabrina que María,  por cierto estaba hermosamente estaba depilado y una bombacha negra cubría  algo lo mínimo de un cuerpo totalmente desnudo
Acuéstate amor, le dijo María y se fue corriendo hasta llegar a la pared
Sabrina se quitó una manta que le cubría su cuerpo y con solo  su bombacha se acomodó también en la cama
Al sentir a su lado la presencia de María escucho muy suave y emocionadamente sincero
Te quiero amor, quiero que seas de por vida, mi mujer, Sabrina
Si escucho María si mi amor mi vida te amo desde hace un largo tiempo y te deseo desde el primer día que te conocí, amor bésame hazme amor toda tuya, hazlo amor …
María empezó un juego mágico, y como soy mujer se cuanto me gusta a mí que me acaricien la punta de los pezones…. empecé a hacerlo con mucha delicadeza, Sabrina ya estaba rendida frente al placer que sentía, tenía su cabeza sobre mi hombro y sus manos sostenían las mías…. su boca estaba a pocos centímetros de la mía, tenía los ojos cerrados, y mientras yo acariciaba sus pezones ella dio vuelta a su cabeza y me beso.
El primero de los besos fue un poco tímido, pero luego de que yo pasara mi lengua por sus labios, se animo y empezó a besarme con toda la lengua, la que se sobresaltaba con cada cambio de dirección que yo hacía en mi recorrido por sus tetas.
Estando casi frente a frente empezamos a tocarnos las tetas al mismo tiempo, ella mantenía los ojos fijos en las mías mientras yo los cerraba por momentos disfrutando al máximo del placer que me hacía sentir, si que sabia tocarme…..de pronto yo me encontraba con los ojos cerrados cuando sentí su lengua húmeda en mis pezones, la verdad me tomo por sorpresa, pero me encanto ver su boquita allí y su cabello cayendo sobre mí. Me chupo los pezones de mil formas, no se ayudaba con sus manos, solo lo hacía con su boca, solo de vez en cuando usaba sus manos para unir mis tetas y pasar la lengua por mis pezones continuamente sin parar. Pasaban los minutos, yo empezaba a sentir esos  movimiento de de mi vagina anticipaban que Sabrina me estaba provocando mi primera acabada en mi concha ya no por mis dedos por lo que de ella recibía me introducía a un mundo mágico por primera vez… Comencé por acariciarle el clítoris, moviendo mis dedos en círculos y su placer se notaba en su boca que aun seguía comiéndome las tetas, Mi concha estaba a reventar, chorreaba delicioso, sentía mis calzones y mi pijama completamente húmedos. Pensé entonces que ella estaría igual así que deslice una de mis manos hacia su concha, que sorpresa me lleve, no solo estaba abierta, chorreando y calientísima sino que está perfectamente depilada, suave.
A un momento  le dije Sabrina quieres mi lengua en tu conchita amor
Si María dale que acabo, dale amor, entonces le dije que me abriera bien las piernas, metí mi cabeza en medio y empecé a lamerla por los lados, comiéndome todo lo que había salido de su concha, yo por primera vez que recibí sus líquidos en mi boca también acababa, pero Sabrina era una yegua altamente alzada me trague sus líquidos y ella a un tiempo se detuvo…
 diciéndole María te amo, soy tu mujer nunca me dejes amor, y, la bese y ella abrió su boca para recibirme, escuche decirle a ella te amo amor y siento mi sabor en tu boca, cielo
La atrape entre mis brazos y nos dormimos un tato…
A un tiempo,  Sabrina comenzó a besarme de nuevo... sus pechos estaban ahora aplastados sobre los míos, y notaba como sus pezones se clavaban en mis tetas... noté su pubis cerca del mío y abrí las piernas para dejar paso... enseguida tenía mis manos acariciando su culito y su ombligo pegado al mío... comenzó a empujar contra mí mientras me comía la boquita, apretando su pubis contra el mío, y yo agarré su culo con fuerza para hacerla empujar más fuerte contra mí... al mismo tiempo que notaba como frotaba su pubis contra mi entrepierna sus pechos se estrujaban contra los míos, haciendo que una especie de electricidad recorriera mis pechos desde los pezones, y atravesara toda mi espalda...Sabrina sabia amar a una mujer, se notaba y ello me enervaba en mi calentura
Ese movimiento estaba volviéndome loca y me hacía gemir de placer... estaba tan caliente que seguramente dejé algún arañazo en su culo  pasaba la lengua por toda mi rajita, la saboreaba, la lamía sin parar... se abrió paso entre los labios de mi vagina y metió la lengua... la metió todo lo que pudo y eso hizo que tuviera que cerrar los ojos mientras gemía de placer... agarró mi culito por abajo y empezó a follarme con la lengua... notaba su boca muy abierta y su lengua entraba y salía de mi concha
Sabrina espera le dije,  mientras abría mi mesa de luz y saque algo que ella seguramente conocía
Me dijo espera María dame tiempo que ya te voy a coger amor, entonces  puso la mano sobre mi pubis y tiró hacia arriba, abrió mi coñito mientras yo separaba más las piernas y comenzó a lamer mi clítoris... me volvía loca, me puso muy cachonda y me mojaba más y más mientras daba lametones a mi clítoris y lo rodeaba con los labios y succionaba... estaba jugando con él y me hacía temblar las piernas
Ahora María me dijo déjame ponérmelo ese consolador en tu cuerpo
Si le dije tómalo y Sabrina apoyándome lentamente en la cama se lo colocó…
no pude contenerme y bajé la mano para frotarme con saliva mi concha ya empapada
Sabrina le dije pénemelo que me va a venir un orgasmo en cualquier momento... entonces  note como ella tomándome las piernas elevo mi concha a la altura del consolar estando ella arrodillada en la cama
 lo metía despacio la cabeza me entro con algo de resistencia
Sabrina alzo más delicado, y ella como estándolo en un acto fuera de sí, me beso y se dejo caer en mi concha con todo ese consolador en mi concha
Amor le grite, amor me desvirgaste
Si María te hice mía mientras entraba y salía sin parar, y no paraba de metérmela...
…cada vez lo metía y sacaba más deprisa y no podía contener mis gemidos y los movimientos de mi cadera
"Sí, sí, así amor... cógeme que yo también soy tu puta amor  – comencé a gritar y ella empezó a besarme desesperadamente , nuestras líquidos de la boca ya se confundían nuestras tetas chocaban entre si
El orgasmo no tardó en venir, y fue maravilloso... largo e intenso  mis caderas se movían solas, mi culito subía y bajaba y las piernas me temblaban …
Ella se acostó a mi lado, aun con su consolador puesto, vi que en algunas partes de ese aparato estaba mi sangre...
Al rato dejé de temblar y caí rendida  abrazándola y ella sacándose el aparato me dijo;
María te hice mía mañana me harás tuya
No amor, le dije, Sabrina vos vas a ser en la cama mi macho, me cojeras y me harás tuya, aquí yo soy tu hembra amor, cuídame  siempre…
Te amo, cielo te amo.
 Epilogo:
Es esta una historia real, una más de tantas en donde las mujeres de alguna manera asumieron su papel en la historia sexual de nuestro país, ciertamente ésta unión aun sigue y ambas también ahora se cuidan mutuamente, pero nunca asumieron la necesidad de criar a un hijo al cuidado de ellas…
Aun yo después de casi veinte años las veo y valoro por la calidad humana que ambas me han ofrecido…

0 comentarios - Maria