Mi novia y yo llevamos ya un par de años juntos. Ella tiene 20 años y yo 21, por lo que somos una pareja joven. El sexo entre nosotros siempre había sido muy excitante y divertido, pero debido al tiempo que llevabamos juntos, comenzabamos a buscar nuevas experiencias para no estancarnos en el "sexo tradicional". Así fue como comenzamos a tocarnos en lugares públicos, a mandarnos fotos calientes mientras nos masturbábamos, cada uno en su casa, y a probar sadomasoquismo. Fue en una experiencia de estas últimas donde surgió la idea.
Nos encontrabamos en un telo (albergue transitorio). Ella tenía las dos manos atadas a la punta de la cama mientras yo le daba por el culo y le daba con un látigo. En ese momento, ella me dio la idea de abrir la ventana que daba a la calle y así tal vez alguien escuche sus gritos. Fue así como me di cuenta de que le gustaba que la escuchen, y charlando luego, que también la vean. Le confesé que a mi también, pero soy un poco miedoso con esas cosas, ya que hay que tener cuidado con quien te ve. Surgió entonces la fugaz idea de algún boliche voyeur o swinger, aunque realmente no teníamos intención de intercambiar parejas, pero si queríamos que alguien nos viera hacerlo en un ámbito donde fuera "socialmente aceptado".
La idea no duró mucho por ciertas dudas y miedos que teníamos. Pero pasado el tiempo, la charla volvió a surgir y también la idea. Fue así como decidimos que iríamos, solo con la intención de que nos vean, y rechazaríamos cualquier propuesta de alguna pareja, si es que la teníamos. La siguiente tarde la dedicamos a investigar estos lugares por internet, como son, como funcionan, donde hay, etc. Para nuestra sorpresa, había uno no muy lejos de casa, el cual desconocíamos por completo.
La espera al fin de semana fue terrible, pero finalmente llegó el día. Me puse una camisa, ella se puso un vestido, buena ropa interior, y salimos. Al llegar, entramos, y un "portero" nos explicó las reglas del lugar. El piso de abajo era boliche, con música, barra, pista de baile, etc. El piso de arriba era la zona para el sexo, la música mas baja, luz tenue y todo permitido. En este mismo piso habían habitaciones reservadas, con una cama y algunos detalles mas. Nos hizo saber que ante cualquier problema le avisemos rápidamente a algún guardia del lugar, lo cual nos tranquilizó.
Comenzamos normal la noche, algún trago, bailar, besos. La zona de baile era bastante agradable y en general se respiraba un buen ambiente. La mayoría de los que estaban allí eran parejas un poco mas grandes que nosotros, desde los 30 hasta los 40 o 50 años. Eran pocos los jóvenes como nosotros.
Después de bailar un rato, beso va, beso viene, comenzamos a calentarnos. Mi novia me ofrece subir al segundo piso "a ver que tal es" y yo acepto. Buscamos las escaleras y subimos. El piso era tal cual lo habían descripto. Sillones de esos grandes, luz roja tenue, música "sexy". Y si, lo que esperábamos: Parejas teniendo sexo ahí mismo, de a tres, cuatro. Algunas se dedicaban solo a mirar. Habían parejas con mascaras de esas de carnaval que usan a menudo en las películas para tapar su identidad. Me sentía un poco como en la fiesta de la película Eyes Wide Shut, solo que el ambiente era cuanto menos turbio.
Aunque ver eso nos excitó bastante, decidimos que había demasiada gente, y preferíamos empezar "de a poco". Por lo que fuimos por un pasillo que daba a un lugar mas reservado, donde practicamente no había nadie (todos estaban concentrados en el salón principal del segundo piso). Nos sentamos en un sillón de los grandes. Comenzamos a besarnos y a tocarnos por encima de la ropa. Estabamos los dos muy calientes, por lo que no tardó en abrirme el pantalón y sacar mi pija. Comenzó a chuparla de forma muy sensual. El ambiente era perfecto, y si bien no había nadie en donde estábamos, la idea de que cualquiera podría venir y ver a mi novia chupándome la pija, me calentaba mucho.
Siguió chupándome hasta que decidí que era mi turno. Le subí el vestido y le bajé la tanga, y comencé a chuparle la concha. Estaba muy mojada y gemía con mi lengua. Lamí su clítoris y metía mi lengua en su agujero. Después de unos minutos decidió que quería que la cogiera en cuatro sobre el sillón. Miramos y seguíamos estando solos, lo cual no nos preocupó, todos debían estar en la suya y nadie habrá notado que nos dirigimos allí.
Cumplí su deseo (que también era el mio) y la puse en cuatro, agarré mi pija y comencé a meterla. Ambos gemíamos, estábamos muy calientes. Ella me pedía mas y yo le daba. Un rato mas tarde, decidimos cambiar de posición. Yo me senté y ella vino arriba. Comenzó a cabalgar mi pija y a poner sus tetas (que ya estaban libres de su vestido hacía rato) en mi cara. Fue durante este momento que me di cuenta que ya no estábamos solos. En el mismo salón, en un sillón a unos metros, había una pareja tocándose mutuamente por encima de la ropa. El tendría casi 40 años y tenía buen aspecto. Ella en cambio apenas habría pasado los 30 y tenía todos los atributos de una futura milf. Le hice saber a mi novia que nos estaban viendo y eso la calentó muchisimo. Le dije que actúe lo mas puta que pueda, y así hizo. Mientras saltaba en mi pija, se pegaba en la cola y gemía libremente. Yo aprovechaba y metía mis dedos en su culo.
Unos minutos mas tarde, la pareja se nos acercó.
- Hola, como están? Es su primera vez por aquí? - dijo el en un tono respetuoso.
- Si - dije entre gemidos, ya que mi novia seguía saltando en mi pija.
- Les gustaría intercambiar o algo? - esta vez ella habló.
Estaba a punto de explicar nuestro verdadero motivo de estar ahí, pero mi novia se adelantó, "lo pensaremos". La pareja nos contestó que entendían y con nuestro permiso, se sentarían de vuelta a observarnos. Sin parar de cojer, le pregunté a mi novia si eso era lo que quería, a lo que me respondió "por qué no?". Al principio me puse nervioso, nunca había hecho tal cosa, aunque ella tampoco. Pero lo pensé y dije "a la mierda". Hice que pare de cabalgar mi pija.
- Vas a cojertelo?
- Solo si vos te la cojes a ella.
Mi novia salió de arriba de mi pija, y como si esto hubiera significado una señal para la pareja, se acercaron, aunque creyeron que nuestra respuesta era no y nos íbamos. Por eso se sorprendieron cuando aceptamos. Obviamente todo con protección y en lo posible, en un reservado. Así fue. Una vez dentro del reservado, estábamos muy nerviosos, pues estabamos desnudos en una habitación con una pareja que no conocíamos. Sin embargo, ellos fueron muy comprensivos y ayudaron a que nos sintamos mas cómodos.
Mas temprano que tarde, comenzó la acción. El hombre se sentó en la cama y mi novia comenzó a chuparle la pija. Admito que la primera sensación al ver eso fue un poco de humillación, pero en cuanto la mujer hizo lo mismo conmigo, se me pasó. Así que allí estábamos. Un hombre recibiendo un pete de mi novia y yo recibiendo un pete de la suya. Todo consentido y muy caliente. La mujer hacía bien su tarea, me calentaba mucho, y esperaba que mi novia hiciera lo mismo con la suya, para no decepcionar a la pareja.
Lo siguiente fue que cada uno hiciera un 69 con la pareja del otro. Probablemente esta sea mi acción favorita en el sexo así que disfruté mucho hacerlo y ver a mi novia haciéndolo. Todos gemíamos. Las chicas, que comenzaban a manejar la situación, decidieron que ya era hora de que las cojamos, y así hicimos. Mi novia se puso en cuatro y el hombre comenzó a penetrarla. Por mi lado, me acosté y la mujer comenzó a cabalgar mi pija de una manera perfecta. Mientras hacíamos esto, miré a mi novia y le pregunté si le estaba gustando. Su respuesta fue afirmativa.
Así seguimos un buen rato. Cambiamos de posiciones. A mi novia la cojía en cuatro mientras yo le daba pija en la boca y la mujer jugaba con sus tetas. Un rato después, hicimos la mejor posición: Yo cojiendo a mi novia por la concha, el hombre por el culo. La mujer puso su concha en mi cara de manera que podamos chuparsela mi novia y yo, y así hicimos. Era muy excitante estar chupando aquella concha y encontrar la lengua de mi novia haciendo la misma tarea.
Nuevamente cambiamos de posición y esta vez cojía a la mujer en cuatro mientras esta le chupaba la concha a mi novia, quien a su vez, peteaba al hombre. Después de un rato, decidimos que era el momento de acabar y lo hicimos de una forma divertida: La mujer me pajeaba y la leche iba a parar a la boca de mi novia. Por el contrario, mi novia pajeó al hombre y su pareja tragó.
Muy satisfechos nos vestimos, decididos a irnos. La pareja nos dejó sus números, que decidimos guardar por si acaso. Salimos del reservado y bajamos al boliche. Algunas parejas nos miraban morbosamente, ya que por nuestro aspecto se notaba que habíamos tenido acción. El resto de la noche pasaría de forma tranquila...
Nos encontrabamos en un telo (albergue transitorio). Ella tenía las dos manos atadas a la punta de la cama mientras yo le daba por el culo y le daba con un látigo. En ese momento, ella me dio la idea de abrir la ventana que daba a la calle y así tal vez alguien escuche sus gritos. Fue así como me di cuenta de que le gustaba que la escuchen, y charlando luego, que también la vean. Le confesé que a mi también, pero soy un poco miedoso con esas cosas, ya que hay que tener cuidado con quien te ve. Surgió entonces la fugaz idea de algún boliche voyeur o swinger, aunque realmente no teníamos intención de intercambiar parejas, pero si queríamos que alguien nos viera hacerlo en un ámbito donde fuera "socialmente aceptado".
La idea no duró mucho por ciertas dudas y miedos que teníamos. Pero pasado el tiempo, la charla volvió a surgir y también la idea. Fue así como decidimos que iríamos, solo con la intención de que nos vean, y rechazaríamos cualquier propuesta de alguna pareja, si es que la teníamos. La siguiente tarde la dedicamos a investigar estos lugares por internet, como son, como funcionan, donde hay, etc. Para nuestra sorpresa, había uno no muy lejos de casa, el cual desconocíamos por completo.
La espera al fin de semana fue terrible, pero finalmente llegó el día. Me puse una camisa, ella se puso un vestido, buena ropa interior, y salimos. Al llegar, entramos, y un "portero" nos explicó las reglas del lugar. El piso de abajo era boliche, con música, barra, pista de baile, etc. El piso de arriba era la zona para el sexo, la música mas baja, luz tenue y todo permitido. En este mismo piso habían habitaciones reservadas, con una cama y algunos detalles mas. Nos hizo saber que ante cualquier problema le avisemos rápidamente a algún guardia del lugar, lo cual nos tranquilizó.
Comenzamos normal la noche, algún trago, bailar, besos. La zona de baile era bastante agradable y en general se respiraba un buen ambiente. La mayoría de los que estaban allí eran parejas un poco mas grandes que nosotros, desde los 30 hasta los 40 o 50 años. Eran pocos los jóvenes como nosotros.
Después de bailar un rato, beso va, beso viene, comenzamos a calentarnos. Mi novia me ofrece subir al segundo piso "a ver que tal es" y yo acepto. Buscamos las escaleras y subimos. El piso era tal cual lo habían descripto. Sillones de esos grandes, luz roja tenue, música "sexy". Y si, lo que esperábamos: Parejas teniendo sexo ahí mismo, de a tres, cuatro. Algunas se dedicaban solo a mirar. Habían parejas con mascaras de esas de carnaval que usan a menudo en las películas para tapar su identidad. Me sentía un poco como en la fiesta de la película Eyes Wide Shut, solo que el ambiente era cuanto menos turbio.
Aunque ver eso nos excitó bastante, decidimos que había demasiada gente, y preferíamos empezar "de a poco". Por lo que fuimos por un pasillo que daba a un lugar mas reservado, donde practicamente no había nadie (todos estaban concentrados en el salón principal del segundo piso). Nos sentamos en un sillón de los grandes. Comenzamos a besarnos y a tocarnos por encima de la ropa. Estabamos los dos muy calientes, por lo que no tardó en abrirme el pantalón y sacar mi pija. Comenzó a chuparla de forma muy sensual. El ambiente era perfecto, y si bien no había nadie en donde estábamos, la idea de que cualquiera podría venir y ver a mi novia chupándome la pija, me calentaba mucho.
Siguió chupándome hasta que decidí que era mi turno. Le subí el vestido y le bajé la tanga, y comencé a chuparle la concha. Estaba muy mojada y gemía con mi lengua. Lamí su clítoris y metía mi lengua en su agujero. Después de unos minutos decidió que quería que la cogiera en cuatro sobre el sillón. Miramos y seguíamos estando solos, lo cual no nos preocupó, todos debían estar en la suya y nadie habrá notado que nos dirigimos allí.
Cumplí su deseo (que también era el mio) y la puse en cuatro, agarré mi pija y comencé a meterla. Ambos gemíamos, estábamos muy calientes. Ella me pedía mas y yo le daba. Un rato mas tarde, decidimos cambiar de posición. Yo me senté y ella vino arriba. Comenzó a cabalgar mi pija y a poner sus tetas (que ya estaban libres de su vestido hacía rato) en mi cara. Fue durante este momento que me di cuenta que ya no estábamos solos. En el mismo salón, en un sillón a unos metros, había una pareja tocándose mutuamente por encima de la ropa. El tendría casi 40 años y tenía buen aspecto. Ella en cambio apenas habría pasado los 30 y tenía todos los atributos de una futura milf. Le hice saber a mi novia que nos estaban viendo y eso la calentó muchisimo. Le dije que actúe lo mas puta que pueda, y así hizo. Mientras saltaba en mi pija, se pegaba en la cola y gemía libremente. Yo aprovechaba y metía mis dedos en su culo.
Unos minutos mas tarde, la pareja se nos acercó.
- Hola, como están? Es su primera vez por aquí? - dijo el en un tono respetuoso.
- Si - dije entre gemidos, ya que mi novia seguía saltando en mi pija.
- Les gustaría intercambiar o algo? - esta vez ella habló.
Estaba a punto de explicar nuestro verdadero motivo de estar ahí, pero mi novia se adelantó, "lo pensaremos". La pareja nos contestó que entendían y con nuestro permiso, se sentarían de vuelta a observarnos. Sin parar de cojer, le pregunté a mi novia si eso era lo que quería, a lo que me respondió "por qué no?". Al principio me puse nervioso, nunca había hecho tal cosa, aunque ella tampoco. Pero lo pensé y dije "a la mierda". Hice que pare de cabalgar mi pija.
- Vas a cojertelo?
- Solo si vos te la cojes a ella.
Mi novia salió de arriba de mi pija, y como si esto hubiera significado una señal para la pareja, se acercaron, aunque creyeron que nuestra respuesta era no y nos íbamos. Por eso se sorprendieron cuando aceptamos. Obviamente todo con protección y en lo posible, en un reservado. Así fue. Una vez dentro del reservado, estábamos muy nerviosos, pues estabamos desnudos en una habitación con una pareja que no conocíamos. Sin embargo, ellos fueron muy comprensivos y ayudaron a que nos sintamos mas cómodos.
Mas temprano que tarde, comenzó la acción. El hombre se sentó en la cama y mi novia comenzó a chuparle la pija. Admito que la primera sensación al ver eso fue un poco de humillación, pero en cuanto la mujer hizo lo mismo conmigo, se me pasó. Así que allí estábamos. Un hombre recibiendo un pete de mi novia y yo recibiendo un pete de la suya. Todo consentido y muy caliente. La mujer hacía bien su tarea, me calentaba mucho, y esperaba que mi novia hiciera lo mismo con la suya, para no decepcionar a la pareja.
Lo siguiente fue que cada uno hiciera un 69 con la pareja del otro. Probablemente esta sea mi acción favorita en el sexo así que disfruté mucho hacerlo y ver a mi novia haciéndolo. Todos gemíamos. Las chicas, que comenzaban a manejar la situación, decidieron que ya era hora de que las cojamos, y así hicimos. Mi novia se puso en cuatro y el hombre comenzó a penetrarla. Por mi lado, me acosté y la mujer comenzó a cabalgar mi pija de una manera perfecta. Mientras hacíamos esto, miré a mi novia y le pregunté si le estaba gustando. Su respuesta fue afirmativa.
Así seguimos un buen rato. Cambiamos de posiciones. A mi novia la cojía en cuatro mientras yo le daba pija en la boca y la mujer jugaba con sus tetas. Un rato después, hicimos la mejor posición: Yo cojiendo a mi novia por la concha, el hombre por el culo. La mujer puso su concha en mi cara de manera que podamos chuparsela mi novia y yo, y así hicimos. Era muy excitante estar chupando aquella concha y encontrar la lengua de mi novia haciendo la misma tarea.
Nuevamente cambiamos de posición y esta vez cojía a la mujer en cuatro mientras esta le chupaba la concha a mi novia, quien a su vez, peteaba al hombre. Después de un rato, decidimos que era el momento de acabar y lo hicimos de una forma divertida: La mujer me pajeaba y la leche iba a parar a la boca de mi novia. Por el contrario, mi novia pajeó al hombre y su pareja tragó.
Muy satisfechos nos vestimos, decididos a irnos. La pareja nos dejó sus números, que decidimos guardar por si acaso. Salimos del reservado y bajamos al boliche. Algunas parejas nos miraban morbosamente, ya que por nuestro aspecto se notaba que habíamos tenido acción. El resto de la noche pasaría de forma tranquila...
13 comentarios - Primera vez en boliche swinger con mi novia