Hola a todos, nuevamente. Como ya dije, mi nombre es Julián, soy de Tucumán y tengo 24 años. Quería contarle otras de mis experiencias sexuales.
Esto nace en mis años en la secundaria. En aquella época todavía no había debutado, y no sé si les pasó, pero en mi mente de pendejo no me tomaba ese tiempo para considerar al sexo como una prioridad o ni siquiera era consciente de que me gustaban los chicos, simplemente porque ignoraba el tema o no le daba la importancia necesaria. Entre clases interesantes y aburridas, y diferentes profesores que año a año cambiaban, había algo en uno en particular que me llamaba muchísimo la atención. Este profe (al que llamaré Diego) daba clases de Física, y para describirlo un poco... era petiso, de muy buen cuerpo y con una sonrisa hermosa de esas que te derriten. En ese tiempo no sentía atracción por él simplemente por el motivo que mencioné, pero al pasar los años mi mirada cambió completamente. En una época dejó de dictar clases para nuestro curso, pero me lo cruzaba bastante en todo el colegio. Y ya en mi último año tuve la suerte de tenerlo como profesor, pero no de esta materia sino de una tipo pedagógica. Siempre aprovechaba para mirarle su cola hermosa y el bulto interesante que se le marcaba en su pantalón de vestir. A esa altura se comentaba que era gay, pero muchos optaban por no comentar al respecto por cuestiones obvias. Algo que nunca olvidaré fue cuando estaba en el baño del cole. Me saludó al entrar, fue al mingitorio y pude verle de reojo su pija: gruesa y hermosa. Mi mirada fue muy obvia, él se dio cuenta y yo me puse totalmente rojo. Lamentablemente en esa época nada pasó.
La historia viene al año siguiente. Preparándome para rendir los primeros exámenes en la Facultad, uno de ellos de Física, sentía que necesitaba una ayuda extra. Antes de perder tiempo yendo de profesor en profesor, decidí buscar el contacto de Diego -que se había recibido en la misma Facultad- para ver si podía darme una mano, sinceramente sin segundas intenciones. Mensaje va, mensaje viene, acepta hacer una excepción y hace un lugar en su agenda para poder enseñarme. Un día voy a su departamento, golpeo la puerta y me atiende. Vestido de manera informal como cualquier persona en un fin de semana de descanso, inmediatamente me hace pasar, hablamos un poco y comenzaron las clases particulares, que duraron por un tiempo.
Al final de ese año, ya teníamos mucha confianza, diría que eramos amigos. Una noche me invita a tomar unas birras a un bar, nos encontramos y surge el tema de sexo, y me cuenta acerca de sus experiencias con sus minitas que -sinceramente- no me importaban jaja. Lo bueno era que mientras contaba sus historias, yo notaba que su pija se iba poniendo dura y disimuladamente le miraba la entrepierna. Por mi parte, le cuento que soy gay y se hace el sorprendido (como si no se hubiera dado cuenta aquella vez que le vi la pija), y a partir de ahí toda la noche comenzó a tirar varias de esas indirectas que uno capta al instante. Charlando se hicieron casi las 4, se viene una tormenta que ni te cuento, y lo peor de todo era que los taxis brillaban por su ausencia. Ya un poco ebrios los dos, hasta que la lluvia pare se ofrece a llevarme a su departamento que queda muy cerca de ahí. Al llegar se saca la camisa y el pantalón mojado, y me pregunta si me molestaba. Yo encantado por ver su cuerpo semidesnudo, le digo "No hay drama", y va al baño a buscar una toalla con la que después me seco.
Él me pregunta si quería tomar algo o recostarme un rato y le digo "Bueno" a esto último. Se tira en la cama y se duerme al toque, yo estaba paralizado por la situación así que no pegué un ojo. En un momento nos dormimos, habrán pasado 2 horas. Yo le doy la espalda, él se da vuelta y dormido pone su brazo sobre mi. No iba a perder semejante oportunidad, por lo que acerco mi cola y la apoyo en su verga para sentir su pija. Disimuladamente comienzo a moverme despacito mientras notaba que se le empezaba a poner durísima. Aprovecho para meterle mano en el boxer y por fin tener la oportunidad de tocarle esa verga preciosa que había visto en la secundaria. Él se despierta y al oído me dice "¿Te gusta?", a lo que respondí "Me encanta". Me da la vuelta y me empieza a besar, yo sin soltarle la pija comienzo a pajearlo, hasta que en un momento lleva mi cabeza para que se la chupe. Era una fantasía que se estaba haciendo realidad. Se la chupé por unos minutos y lo miraba a los ojos mientras lo hacía, él gemía, me agarraba del pelo y hundía esa verga en mi boca mientras me decía "¿Te gusta puto?".
Después de eso, me pone en cuatro, me apoya la pija y se mueve. Para dilatar ESA zona antes de cogerme, baja y me hace un hermoso beso negro mientras yo mordía la almohada y le gemía. Después de estar así por unos minutos, con extrema delicadeza me mete su verga y me empieza a dar. Primero despacito, y luego me agarra y me garcha con toda su fuerza, con sus bolas golpeando todo mi orto. Cambiando de posición, me siento en su pija y comienzo a cabalgarlo por varios minutos. Yo re caliente, le digo que voy a acabar y le tiro toda mi leche en su pecho, lo que inmediatamente lo re calentó. Saca su pija de mi orto y hace que me ponga de rodillas, acabándome en todo mi pecho. Exhaustos después de eso, nos limpiamos y nos damos una ducha, cada uno por su lado. Nos tiramos un rato a dormir y ya casi al mediodía volvemos a garchar. Se imaginan que me fui feliz a mi casa después de eso.
Por suerte los encuentros siguieron sucediendo, algunos de ellos incluyeron tríos con uno de sus amigos, pero eso quedará para otro relato. Espero que les haya gustado.
Esto nace en mis años en la secundaria. En aquella época todavía no había debutado, y no sé si les pasó, pero en mi mente de pendejo no me tomaba ese tiempo para considerar al sexo como una prioridad o ni siquiera era consciente de que me gustaban los chicos, simplemente porque ignoraba el tema o no le daba la importancia necesaria. Entre clases interesantes y aburridas, y diferentes profesores que año a año cambiaban, había algo en uno en particular que me llamaba muchísimo la atención. Este profe (al que llamaré Diego) daba clases de Física, y para describirlo un poco... era petiso, de muy buen cuerpo y con una sonrisa hermosa de esas que te derriten. En ese tiempo no sentía atracción por él simplemente por el motivo que mencioné, pero al pasar los años mi mirada cambió completamente. En una época dejó de dictar clases para nuestro curso, pero me lo cruzaba bastante en todo el colegio. Y ya en mi último año tuve la suerte de tenerlo como profesor, pero no de esta materia sino de una tipo pedagógica. Siempre aprovechaba para mirarle su cola hermosa y el bulto interesante que se le marcaba en su pantalón de vestir. A esa altura se comentaba que era gay, pero muchos optaban por no comentar al respecto por cuestiones obvias. Algo que nunca olvidaré fue cuando estaba en el baño del cole. Me saludó al entrar, fue al mingitorio y pude verle de reojo su pija: gruesa y hermosa. Mi mirada fue muy obvia, él se dio cuenta y yo me puse totalmente rojo. Lamentablemente en esa época nada pasó.
La historia viene al año siguiente. Preparándome para rendir los primeros exámenes en la Facultad, uno de ellos de Física, sentía que necesitaba una ayuda extra. Antes de perder tiempo yendo de profesor en profesor, decidí buscar el contacto de Diego -que se había recibido en la misma Facultad- para ver si podía darme una mano, sinceramente sin segundas intenciones. Mensaje va, mensaje viene, acepta hacer una excepción y hace un lugar en su agenda para poder enseñarme. Un día voy a su departamento, golpeo la puerta y me atiende. Vestido de manera informal como cualquier persona en un fin de semana de descanso, inmediatamente me hace pasar, hablamos un poco y comenzaron las clases particulares, que duraron por un tiempo.
Al final de ese año, ya teníamos mucha confianza, diría que eramos amigos. Una noche me invita a tomar unas birras a un bar, nos encontramos y surge el tema de sexo, y me cuenta acerca de sus experiencias con sus minitas que -sinceramente- no me importaban jaja. Lo bueno era que mientras contaba sus historias, yo notaba que su pija se iba poniendo dura y disimuladamente le miraba la entrepierna. Por mi parte, le cuento que soy gay y se hace el sorprendido (como si no se hubiera dado cuenta aquella vez que le vi la pija), y a partir de ahí toda la noche comenzó a tirar varias de esas indirectas que uno capta al instante. Charlando se hicieron casi las 4, se viene una tormenta que ni te cuento, y lo peor de todo era que los taxis brillaban por su ausencia. Ya un poco ebrios los dos, hasta que la lluvia pare se ofrece a llevarme a su departamento que queda muy cerca de ahí. Al llegar se saca la camisa y el pantalón mojado, y me pregunta si me molestaba. Yo encantado por ver su cuerpo semidesnudo, le digo "No hay drama", y va al baño a buscar una toalla con la que después me seco.
Él me pregunta si quería tomar algo o recostarme un rato y le digo "Bueno" a esto último. Se tira en la cama y se duerme al toque, yo estaba paralizado por la situación así que no pegué un ojo. En un momento nos dormimos, habrán pasado 2 horas. Yo le doy la espalda, él se da vuelta y dormido pone su brazo sobre mi. No iba a perder semejante oportunidad, por lo que acerco mi cola y la apoyo en su verga para sentir su pija. Disimuladamente comienzo a moverme despacito mientras notaba que se le empezaba a poner durísima. Aprovecho para meterle mano en el boxer y por fin tener la oportunidad de tocarle esa verga preciosa que había visto en la secundaria. Él se despierta y al oído me dice "¿Te gusta?", a lo que respondí "Me encanta". Me da la vuelta y me empieza a besar, yo sin soltarle la pija comienzo a pajearlo, hasta que en un momento lleva mi cabeza para que se la chupe. Era una fantasía que se estaba haciendo realidad. Se la chupé por unos minutos y lo miraba a los ojos mientras lo hacía, él gemía, me agarraba del pelo y hundía esa verga en mi boca mientras me decía "¿Te gusta puto?".
Después de eso, me pone en cuatro, me apoya la pija y se mueve. Para dilatar ESA zona antes de cogerme, baja y me hace un hermoso beso negro mientras yo mordía la almohada y le gemía. Después de estar así por unos minutos, con extrema delicadeza me mete su verga y me empieza a dar. Primero despacito, y luego me agarra y me garcha con toda su fuerza, con sus bolas golpeando todo mi orto. Cambiando de posición, me siento en su pija y comienzo a cabalgarlo por varios minutos. Yo re caliente, le digo que voy a acabar y le tiro toda mi leche en su pecho, lo que inmediatamente lo re calentó. Saca su pija de mi orto y hace que me ponga de rodillas, acabándome en todo mi pecho. Exhaustos después de eso, nos limpiamos y nos damos una ducha, cada uno por su lado. Nos tiramos un rato a dormir y ya casi al mediodía volvemos a garchar. Se imaginan que me fui feliz a mi casa después de eso.
Por suerte los encuentros siguieron sucediendo, algunos de ellos incluyeron tríos con uno de sus amigos, pero eso quedará para otro relato. Espero que les haya gustado.
3 comentarios - Mi noche con el profe de Física (Relato)