Cuando saco mi dedo de su ano y observo que estaba repleto de semen, me quedé perplejo. Mi hermosa novia le había permitido penetrar su cola a otro hombre, que apenas conocía además. Pilar, aún en cuatro, se da vuelta y me dice:
-Gaby, no te dije toda la verdad, como ya ves. Se sienta al lado mío y continúa: “Después de lo que pasó en el departamento de Hernán, nos fuimos todos a la facultad para hacer el examen. Yo estaba nerviosa, no había estudiado esa mañana por las buenas razones que ya te conté, sin embargo, durante la semana sí estuve repasando mis apuntes. Antes de entrar al aula, me distrae Mariela preguntándome si había pasado algo con Marcelo a la mañana. Negué rotundamente el acontecimiento y ella me responde – Qué raro, Hernán me dijo que Marce estaba enamorado de vos hace un tiempo-. Le muestro indiferencia e ingresamos al aula finalmente. El examen salió bien para las dos “parejas”, a pesar del poco estudio. Fuimos a celebrar al bar de la esquina de la facultad, ya eran las 19hs, estaba oscuro ya que es invierno y se hace de noche temprano. Entramos, nos quedamos parados en la barra y pedimos algo fuerte para tomar. En un momento, Mariela y Hernán desaparecen y las rizas entre nosotros empezaron a fluir. El alcohol me estaba desinhibiendo y se me ocurre preguntarle a Marcelo – ¿Así que estás enamorado de mí? El, con una mezcla de vergüenza y bronca me responde – Este Hernán es un idiota, no le puedo contar nada, exclama. Nuevamente excitada le contesto – No te animás a decirme eso pero sí te animás a cogerme como una puta y llenarme la concha de leche, ¿no?-. Sólo me mira y dibuja una pequeña mueca en su boca. Lentamente se va acercando a mí e intenta darme un beso en frente de todos. Lo esquivo y le reprendo en su oído – Aquí no, vamos al baño por lo menos-. Sus ojos se llenaron de lujuria, su mano soltó el vaso y no se contuvo apretar enérgicamente mi nalga mientras yo iba al baño sin que nadie me viera. Me quedé esperándolo dentro de uno de los “boxes” cuando lo vi entrar rápidamente al baño, estrellándose en mí con un beso profundo y empujándome hacia el interior del compartimiento. No había mucho tiempo para hacer preliminares, así que rápidamente me dio vuelta, me bajó el pantalón y la bombacha de una vez, se bajó el pantalón y el bóxer de la misma manera y no tardó en salivar la punta de su pene para metérmelo inmediatamente en lo más profundo de mi vagina. Habían pasado pocas horas desde lo ocurrido en la mañana, sin embargo sentía que me hacía falta su pene dentro de mí, me sentía vacía. Estábamos haciendo el amor en silencio, éramos conscientes de que estábamos en un lugar público, cuando de repente empieza a desacelerar el bombeo y se concentra en salivar y meter un dedo en mi ano, a lo cual reacciono con un gemido audible. Desde el box contiguo escucho la voz de Mariela (al parecer estaba encerrada con Hernán cogiendo también) que dice – Pili ¿Sos vos? ¿Estás bien? Yo no respondo, me saco la verga de Marce de la concha con mucha pena, me pongo el pantalón y la bombacha rápido y salgo corriendo del baño. Pocos segundos después, me encuentro con Marce en la barra y me pregunta -¿te estaba doliendo?-Le respondo –No, me gusta todo lo que me haces -. Se sonríe me propone – Vamos a lo de Hernán y seguimos lo que empezamos-. Asustada le contesto – Ni loca,¿mirá si aparece Hernán con Marie y ven que me la estás dando en su sillón?-. Él lanza una carcajada y me responde – Si, eso sería incómodo-. Lo miro con los ojos brillosos y le digo – Vamos a mi casa, que está cerca-. Se le ilumina la cara y asiente con la cabeza. Se hacía tarde, eran las 21hs aproximadamente y tenía que venir para acá a las 23:30hs Gaby (continúa relatándome) llegamos a mi departamento y, ni bien cruzamos la puerta, comenzamos a besarnos desesperadamente, me lo llevé a mi cama, donde me empezó a desnudar completamente. Yo hice lo mismo con él, al bajarle el bóxer noté su verga más inflamada y su glande tenía líquido pre seminal a punto de caer. No me aguanté, me agache para absorber el flujo diciéndole – Dijimos que quede todo adentro- le sonreí tiernamente, él también se sonrió pero en pocos segundos le cambió la cara porque me tenté y se la empecé a chupar completa mientras lo miraba fijamente. De repente me levantó con mucha sutileza y me dejó en la cama con las piernas abiertas dejando mi vulva empapada a disposición de su lengua que acechaba sedienta. Me hizo acabar una vez más y sin decirle nada, lo levanté y lo puse encima de mí. Él entendió el mensaje y esta vez sin lubricar, me la metió hasta el fondo. A pesar de la calentura y de la fuerza con que me penetraba, no acababa, de hecho seguía bombeando con más fuerza, lo cual me encantaba. De repente se detiene, saca su pene, se saliva dos dedos y me los mete en el ano, yo reacciono con un fuerte gemido a lo que él responde con un beso y baja hacia mi concha para chuparla una vez más. A esa altura mi vagina estaba muy sensible, tuvo acción todo el día, pero no me importó. Cuando me quise dar cuenta, tenía tres dedos dilatándome el ano. No tardó en retirarlos, ponerme en cuatro y empezar a penetrarme lentamente. No me dolía nada casi, fue muy suave, una vez que estuvo toda adentro me abrazó desde atrás acariciándome las tetas y empezó a bombear lentamente. ¿Te duele? Me pregunta mientras sube la intensidad, yo respondo entre gemidos –no, para nada, esto es muy rico-. Empieza moverse violentamente de repente y me la clava en lo más profundo descargando su leche con mucha fuerza. Ya se me hacía tarde, así que el momento de tranquilidad después del sexo no existió prácticamente. Me saqué su pene de la cola y me entré a bañar rápido. Salgo del baño ya cambiada y Marcelo ya estaba listo para salir. Entramos al ascensor, él me empieza a tocar nuevamente, yo respondo tocándole la verga que ya estaba lista para otra batalla y comenzó el juego de lenguas. Detengo el ascensor en un piso intermedio y le digo – Ok, una vez más sólo porque te necesito dentro de mí de nuevo-. No lo dudó un segundo, me puso contra el espejo, me levantó la pollera que tenía, me bajó la tanga y me la metió de nuevo por la concha. Por suerte duró poco su embestida y me descargó la última reserva de semen dentro de mi vagina. Nos despedimos con un beso y vine para acá Gaby”.
- Eso es lo que pasó. Perdoname, me dejé llevar por la calentura. Me dice Pilar.
- Date vuelta y acostate -. Le ordeno, ella queda boca abajo tendida en la cama. Su ano dilatado ligeramente me excitó mucho, me acerqué hacia él y le enterré la lengua lo más que pude, comencé a chuponeárselo y a abrirlo de nuevo. Me monté encima de ella y se la metí entera. Al principio hacía gestos de dolor pero luego empezó a ceder y a gozar hasta que acabé dentro de ella aunque duré muy poco, estaba muy caliente y no había tenido la fiesta que tuvo Pilar todo el día.
Mi novia me puso los cuernos, pero gracias a eso, ella se liberó. Gracias Marce. CONTINUARA…
-Gaby, no te dije toda la verdad, como ya ves. Se sienta al lado mío y continúa: “Después de lo que pasó en el departamento de Hernán, nos fuimos todos a la facultad para hacer el examen. Yo estaba nerviosa, no había estudiado esa mañana por las buenas razones que ya te conté, sin embargo, durante la semana sí estuve repasando mis apuntes. Antes de entrar al aula, me distrae Mariela preguntándome si había pasado algo con Marcelo a la mañana. Negué rotundamente el acontecimiento y ella me responde – Qué raro, Hernán me dijo que Marce estaba enamorado de vos hace un tiempo-. Le muestro indiferencia e ingresamos al aula finalmente. El examen salió bien para las dos “parejas”, a pesar del poco estudio. Fuimos a celebrar al bar de la esquina de la facultad, ya eran las 19hs, estaba oscuro ya que es invierno y se hace de noche temprano. Entramos, nos quedamos parados en la barra y pedimos algo fuerte para tomar. En un momento, Mariela y Hernán desaparecen y las rizas entre nosotros empezaron a fluir. El alcohol me estaba desinhibiendo y se me ocurre preguntarle a Marcelo – ¿Así que estás enamorado de mí? El, con una mezcla de vergüenza y bronca me responde – Este Hernán es un idiota, no le puedo contar nada, exclama. Nuevamente excitada le contesto – No te animás a decirme eso pero sí te animás a cogerme como una puta y llenarme la concha de leche, ¿no?-. Sólo me mira y dibuja una pequeña mueca en su boca. Lentamente se va acercando a mí e intenta darme un beso en frente de todos. Lo esquivo y le reprendo en su oído – Aquí no, vamos al baño por lo menos-. Sus ojos se llenaron de lujuria, su mano soltó el vaso y no se contuvo apretar enérgicamente mi nalga mientras yo iba al baño sin que nadie me viera. Me quedé esperándolo dentro de uno de los “boxes” cuando lo vi entrar rápidamente al baño, estrellándose en mí con un beso profundo y empujándome hacia el interior del compartimiento. No había mucho tiempo para hacer preliminares, así que rápidamente me dio vuelta, me bajó el pantalón y la bombacha de una vez, se bajó el pantalón y el bóxer de la misma manera y no tardó en salivar la punta de su pene para metérmelo inmediatamente en lo más profundo de mi vagina. Habían pasado pocas horas desde lo ocurrido en la mañana, sin embargo sentía que me hacía falta su pene dentro de mí, me sentía vacía. Estábamos haciendo el amor en silencio, éramos conscientes de que estábamos en un lugar público, cuando de repente empieza a desacelerar el bombeo y se concentra en salivar y meter un dedo en mi ano, a lo cual reacciono con un gemido audible. Desde el box contiguo escucho la voz de Mariela (al parecer estaba encerrada con Hernán cogiendo también) que dice – Pili ¿Sos vos? ¿Estás bien? Yo no respondo, me saco la verga de Marce de la concha con mucha pena, me pongo el pantalón y la bombacha rápido y salgo corriendo del baño. Pocos segundos después, me encuentro con Marce en la barra y me pregunta -¿te estaba doliendo?-Le respondo –No, me gusta todo lo que me haces -. Se sonríe me propone – Vamos a lo de Hernán y seguimos lo que empezamos-. Asustada le contesto – Ni loca,¿mirá si aparece Hernán con Marie y ven que me la estás dando en su sillón?-. Él lanza una carcajada y me responde – Si, eso sería incómodo-. Lo miro con los ojos brillosos y le digo – Vamos a mi casa, que está cerca-. Se le ilumina la cara y asiente con la cabeza. Se hacía tarde, eran las 21hs aproximadamente y tenía que venir para acá a las 23:30hs Gaby (continúa relatándome) llegamos a mi departamento y, ni bien cruzamos la puerta, comenzamos a besarnos desesperadamente, me lo llevé a mi cama, donde me empezó a desnudar completamente. Yo hice lo mismo con él, al bajarle el bóxer noté su verga más inflamada y su glande tenía líquido pre seminal a punto de caer. No me aguanté, me agache para absorber el flujo diciéndole – Dijimos que quede todo adentro- le sonreí tiernamente, él también se sonrió pero en pocos segundos le cambió la cara porque me tenté y se la empecé a chupar completa mientras lo miraba fijamente. De repente me levantó con mucha sutileza y me dejó en la cama con las piernas abiertas dejando mi vulva empapada a disposición de su lengua que acechaba sedienta. Me hizo acabar una vez más y sin decirle nada, lo levanté y lo puse encima de mí. Él entendió el mensaje y esta vez sin lubricar, me la metió hasta el fondo. A pesar de la calentura y de la fuerza con que me penetraba, no acababa, de hecho seguía bombeando con más fuerza, lo cual me encantaba. De repente se detiene, saca su pene, se saliva dos dedos y me los mete en el ano, yo reacciono con un fuerte gemido a lo que él responde con un beso y baja hacia mi concha para chuparla una vez más. A esa altura mi vagina estaba muy sensible, tuvo acción todo el día, pero no me importó. Cuando me quise dar cuenta, tenía tres dedos dilatándome el ano. No tardó en retirarlos, ponerme en cuatro y empezar a penetrarme lentamente. No me dolía nada casi, fue muy suave, una vez que estuvo toda adentro me abrazó desde atrás acariciándome las tetas y empezó a bombear lentamente. ¿Te duele? Me pregunta mientras sube la intensidad, yo respondo entre gemidos –no, para nada, esto es muy rico-. Empieza moverse violentamente de repente y me la clava en lo más profundo descargando su leche con mucha fuerza. Ya se me hacía tarde, así que el momento de tranquilidad después del sexo no existió prácticamente. Me saqué su pene de la cola y me entré a bañar rápido. Salgo del baño ya cambiada y Marcelo ya estaba listo para salir. Entramos al ascensor, él me empieza a tocar nuevamente, yo respondo tocándole la verga que ya estaba lista para otra batalla y comenzó el juego de lenguas. Detengo el ascensor en un piso intermedio y le digo – Ok, una vez más sólo porque te necesito dentro de mí de nuevo-. No lo dudó un segundo, me puso contra el espejo, me levantó la pollera que tenía, me bajó la tanga y me la metió de nuevo por la concha. Por suerte duró poco su embestida y me descargó la última reserva de semen dentro de mi vagina. Nos despedimos con un beso y vine para acá Gaby”.
- Eso es lo que pasó. Perdoname, me dejé llevar por la calentura. Me dice Pilar.
- Date vuelta y acostate -. Le ordeno, ella queda boca abajo tendida en la cama. Su ano dilatado ligeramente me excitó mucho, me acerqué hacia él y le enterré la lengua lo más que pude, comencé a chuponeárselo y a abrirlo de nuevo. Me monté encima de ella y se la metí entera. Al principio hacía gestos de dolor pero luego empezó a ceder y a gozar hasta que acabé dentro de ella aunque duré muy poco, estaba muy caliente y no había tenido la fiesta que tuvo Pilar todo el día.
Mi novia me puso los cuernos, pero gracias a eso, ella se liberó. Gracias Marce. CONTINUARA…
5 comentarios - Cómo me enteré que mi novia me hizo cornudo (pt2)