Quizás algunos ya habrá leído algún relato que escribí, podrán sino verlo en mi perfil, junto a algunas imágenes en un post o los shouts, por lo que sabrán que me encantan los tríos, los gangbang y sobretodo me encanta el ambiente cuckold, pero soy corneador, me encanta acostarme con las mujeres mientras su marido, novio u hombre nos observa sin hacer nada. Esa sensación de que durante una hora, o dos, o tres, su mujer es MI mujer, y puedo hacer con ella lo que se nos antoje a los dos, mientras que él solo puede mirar, y a lo sumo aconsejar, pero no toca, no hace, no le compete en ese momento nada.
Es así, que algunas parejas han empezado a confiar en mi, y de a poco me han dejado entrar en su pareja, de a poquito, con confianza, siempre y digo siempre mucho respeto, con amor y mucho sexo.
Una de esas parejas, estaba conformada por S. y E., una mujer de 43 años, gerente de una empresa de viajes internacionales, muy sensual, muy atractiva y muy sexual. A pesar de ser una mujer mayor que yo, la atracción era muy fuerte. Ella trabaja todo el día, cuida a los chicos, va al gym, tiene sexo con su marido fin de semana de por medio y aún así tenia muchas energía y muchas ganas de tener sexo conmigo.
Digo que tenía sexo un fin de semana por medio con su marido porque un fin de semana me tocaba a mi, y el otro a su marido. Reglas claras desde el principio en esta ocasión.
Nos conocimos de casualidad, en un viaje al exterior organizado por su agencia, en el que ella y su marido también participaron.
El viaje fue muy largo, cansador, agotador, pero viendo desde lo que pasó después fue muy bueno que haya sido así.
Digo esto, porque cuando el viaje es largo, también hay tiempo para charlar, y charlar, y charlar mucho. Después de varias horas de charlar, se va haciendo la confianza de a poco y eso hace que tarde o temprano, una de las dos partes empieza a preguntar, y soltar cosas.
El primero, en este caso fui yo, cuando le conté acerca de mis fantasías, y de mis pasatiempos sexuales. Ellos no tardaron 3 segundos en contestar "nosotros también".
Desde que escuche eso, empecé a fantasear con ella, sin parar. Durante todo el viaje no pasó nada, nos veíamos si cada rato, pero la idea de ellos era pasar la semana en pareja y nadie mas.
Pero ni bien volvimos a nuestras casas, empezaron los mensajes. El primer mensaje que me llega, es una foto. Esta de acá abajo.
Rapidamente la reconoci, y supe quien era y a qué venia el mensaje. Asi que despues de 3 mensajes de circustancias, empezaron los mensajes mas calientes. Mensaje tras mensajes, las ganas mías, y de ella por lo que él me decía, eran cada vez más grandes.
Esa misma noche nos vimos, en su casa, los hijos no estaban y despues de media copa de vino, me acerco a ella para hacerle un masaje en la espalda; ella, todo coqueta, se saca la blusa para permitirme hacerle masajes en toda la espalda, y dado que estaba estorbando, aproveche para sacarle el corpiño, y los masajes se pasaron a los senos, pero estando yo atrás besándole el cuello.
Despues ella se da vuelta, y empieza a bajarme el pantalón, besándome los abdominales y después besándome el pene desde arriba del boxer. Me quita el bóxer y empieza a hacerme una paja, mientras me besa los testiculos, pasándome la lengua por todos lados.
Despues de 5 minutos, me saca del todo el bóxer y el pantalon, y me dice de ponernos mas cómodos en la cama.
Nos vamos y empieza a chuparmelo con todas las ganas del mundo, casi me hace acabar de tan bien que lo hacia, mientras me miraba a los ojos y me hacia un hermoso pete.
Despues de unos minutos asi, me levanto, le quito toda la ropa que tenia puesta y le hago entrar en calor a ella también con una chupada de concha de al menos 10 minutos seguidos, de lengua dedo y besos, sintiendo sus fluidos correr en mi boca.
No me aguanto mas, la tengo que penetrar fuerte. Asi que así empezamos a coger, en 4, yo arriba, ella arriba, de costado, sentados, contra el espejo de pared, arriba de la mesa. Una verdadera diosa del sexo. Después de una hora asi, no doy mas, y ella me pide que le acabe en las tetas por ser la primera vez, lo hago y ni bien sale el primer chorro ella empieza a levantarlo con los dedos y chuparse los dedos. Cuando yo termino, con la boca me limpia el pene. Y todo esto, mientras su marido miraba, desde los masajes que solo miraba y apreciaba ver a su hembra en celo.
Y así fue nuestro primer encuentro. Seguirá.
Es así, que algunas parejas han empezado a confiar en mi, y de a poco me han dejado entrar en su pareja, de a poquito, con confianza, siempre y digo siempre mucho respeto, con amor y mucho sexo.
Una de esas parejas, estaba conformada por S. y E., una mujer de 43 años, gerente de una empresa de viajes internacionales, muy sensual, muy atractiva y muy sexual. A pesar de ser una mujer mayor que yo, la atracción era muy fuerte. Ella trabaja todo el día, cuida a los chicos, va al gym, tiene sexo con su marido fin de semana de por medio y aún así tenia muchas energía y muchas ganas de tener sexo conmigo.
Digo que tenía sexo un fin de semana por medio con su marido porque un fin de semana me tocaba a mi, y el otro a su marido. Reglas claras desde el principio en esta ocasión.
Nos conocimos de casualidad, en un viaje al exterior organizado por su agencia, en el que ella y su marido también participaron.
El viaje fue muy largo, cansador, agotador, pero viendo desde lo que pasó después fue muy bueno que haya sido así.
Digo esto, porque cuando el viaje es largo, también hay tiempo para charlar, y charlar, y charlar mucho. Después de varias horas de charlar, se va haciendo la confianza de a poco y eso hace que tarde o temprano, una de las dos partes empieza a preguntar, y soltar cosas.
El primero, en este caso fui yo, cuando le conté acerca de mis fantasías, y de mis pasatiempos sexuales. Ellos no tardaron 3 segundos en contestar "nosotros también".
Desde que escuche eso, empecé a fantasear con ella, sin parar. Durante todo el viaje no pasó nada, nos veíamos si cada rato, pero la idea de ellos era pasar la semana en pareja y nadie mas.
Pero ni bien volvimos a nuestras casas, empezaron los mensajes. El primer mensaje que me llega, es una foto. Esta de acá abajo.
Rapidamente la reconoci, y supe quien era y a qué venia el mensaje. Asi que despues de 3 mensajes de circustancias, empezaron los mensajes mas calientes. Mensaje tras mensajes, las ganas mías, y de ella por lo que él me decía, eran cada vez más grandes.
Esa misma noche nos vimos, en su casa, los hijos no estaban y despues de media copa de vino, me acerco a ella para hacerle un masaje en la espalda; ella, todo coqueta, se saca la blusa para permitirme hacerle masajes en toda la espalda, y dado que estaba estorbando, aproveche para sacarle el corpiño, y los masajes se pasaron a los senos, pero estando yo atrás besándole el cuello.
Despues ella se da vuelta, y empieza a bajarme el pantalón, besándome los abdominales y después besándome el pene desde arriba del boxer. Me quita el bóxer y empieza a hacerme una paja, mientras me besa los testiculos, pasándome la lengua por todos lados.
Despues de 5 minutos, me saca del todo el bóxer y el pantalon, y me dice de ponernos mas cómodos en la cama.
Nos vamos y empieza a chuparmelo con todas las ganas del mundo, casi me hace acabar de tan bien que lo hacia, mientras me miraba a los ojos y me hacia un hermoso pete.
Despues de unos minutos asi, me levanto, le quito toda la ropa que tenia puesta y le hago entrar en calor a ella también con una chupada de concha de al menos 10 minutos seguidos, de lengua dedo y besos, sintiendo sus fluidos correr en mi boca.
No me aguanto mas, la tengo que penetrar fuerte. Asi que así empezamos a coger, en 4, yo arriba, ella arriba, de costado, sentados, contra el espejo de pared, arriba de la mesa. Una verdadera diosa del sexo. Después de una hora asi, no doy mas, y ella me pide que le acabe en las tetas por ser la primera vez, lo hago y ni bien sale el primer chorro ella empieza a levantarlo con los dedos y chuparse los dedos. Cuando yo termino, con la boca me limpia el pene. Y todo esto, mientras su marido miraba, desde los masajes que solo miraba y apreciaba ver a su hembra en celo.
Y así fue nuestro primer encuentro. Seguirá.
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