Era un día como tantos otros, aquel día iban a verse, en uno de esos encuentros fugaces que a menudo tenían, pero que a pesar que eran contados los minutos, sabían como aprovechar y disfrutar al máximo cada segundo compartido. Aún en contra del tiempo que es tan cruel y fugaz que no se detiene y que muchas veces no les permite hacer realidad, tantas cosas, que en largas charlas imaginan...
Pero aquel día ella lo esperaba ( el sin saber que ésta vez, ese encuentro no sería con ella sola). Ya que después de varios intentos y planes (tantas veces fallidos) ella por fin había logrado encontrar un momento especial, para regalarle a el y así disfrutar ambos, del placer de concretar una de las tantas fantasías que esperaban desde hace tiempo hacer realidad.
Era una linda y cálida noche, el iría al dpto, sin saber lo que le esperaba... Cuando llegó, estaba todo tan organizado como siempre por ella, picada, unas cervezas heladas, buena música. Por primera vez, el tiempo no importaba, las agujas del reloj corrían sin presionar el momento.
El llegó, ella se encontraba con un delicado pero sexi y corto vestido, sus sandalias de tacos altos (como a el le gustaba) y una sonrisa inmensa, ante su llegada.
Cenaron, brindaron, hablaron, rieron y hasta bailaron, pero las caricias y los besos, eran el condimento principal esa noche.
En un momento de la noche, el timbre sonó. Ella atendió el portero y actuando como si estuviera sorprendida, le dijo a el que era una amiga. El, con cierto grado de inseguridad, ante la situación, aceptó que ésta amiga subiera. Sin saber, que quien estaba abajo, era la persona de la que tantas veces fue parte de sus charlas y fantasías.
Ella bajó a recibirla, mientras el esperaba en la terraza. Ella los presentó, siguieron compartiendo charlas los tres, desde un principio hubo buena vibra... Ella y su amiga estaban con muchas ganas de jugar y disfrutar al máximo y era momento de hacerle saber. Las luces bajas, una hermosa noche en la terraza, la pile esperando por esos cuerpos. Ellas empezaron a bailar, muy sensualmente, con mucho roce, mientras el las observaba, no podía quitar su mirada de ellas, imaginando tantas cosas, sin saber que estaban dispuestas a hacer realidad cuanta morbosidad pasaba por su cabeza.
Con cada movimiento el roce era mas intenso, la atmósfera se ponía más caliente. Entre cada baile empezaron las caricias entre ellas, el continuaba observándolas, su excitación era notable. En medio de esas caricias, llegó el roce de sus labios, sus lenguas empezaron a jugar, era un delicioso espectáculo para él. Y la primera experiencia para ella (en la que había pensado tantas veces en vivir) y la estaba disfrutando mucho más de lo que imaginó. Sus manos empezaron a recorrer el cuerpo una de la otra, a sentir sus pechos y sus pezones erizados se dejaban notar a través de la ropa, una hermosa sensación.
Luego cuando la excitación subía, lo invitaron a él a sumarse. Sus cuerpos se movían al ritmo de la música, pero muy pegados uno al otro, los besos entre ellas continuaron, agregando las manos de el en ambas, recorriéndolas, sientiéndolas. De a poco la ropa fue cayendo al piso y la piel caliente pedía más... decidieron entrar la pile, para bajar el calor, pero sólo aumentó la excitación.
Eran tres lenguas entrelazadas deseosas de sentir y probar más, mucho más... entonces una de ellas se sentó al borde de la pile, con sus piernas abiertas, pidiendo más. Ambos se acercaron hasta ahí, y mientras el la acariciaba invito a su pareja a tomar la iniciativa y probar el sabor de una rica concha toda mojadita. Ella corrió la tanga de su amiga (como el se lo hacía a ella) y muy suavemente acercó su boca y su lengua para probar y recorrerla. La sensación era indescriptible en ese momento.
Mientras ella experimentaba la rica sensación de lamer la concha de su amiga, él se puso detrás de ella, haciéndole sentir su gran erección y besando su cuello (ya que sabía cuanto la enloquecía que lo hiciera) y llevando una de sus manos a su entrepierna para introducirle sus dedos. Ella también hizo lo mismo con su amiga, quitó su boca y llevó sus dedos dentro de la concha de su amiga y lo invitó a él también a que use sus dedos y a chupar al mismo tiempo con ella. Y luego ella cambió el lugar con su amiga, ya que quería sentir las lenguas de ambos en su clítoris, a ella le encantaba que su pareja le practique sexo oral... imagínense como disfrutaba de que él y su amiga se lo hicieran juntos...
Pero aquel día ella lo esperaba ( el sin saber que ésta vez, ese encuentro no sería con ella sola). Ya que después de varios intentos y planes (tantas veces fallidos) ella por fin había logrado encontrar un momento especial, para regalarle a el y así disfrutar ambos, del placer de concretar una de las tantas fantasías que esperaban desde hace tiempo hacer realidad.
Era una linda y cálida noche, el iría al dpto, sin saber lo que le esperaba... Cuando llegó, estaba todo tan organizado como siempre por ella, picada, unas cervezas heladas, buena música. Por primera vez, el tiempo no importaba, las agujas del reloj corrían sin presionar el momento.
El llegó, ella se encontraba con un delicado pero sexi y corto vestido, sus sandalias de tacos altos (como a el le gustaba) y una sonrisa inmensa, ante su llegada.
Cenaron, brindaron, hablaron, rieron y hasta bailaron, pero las caricias y los besos, eran el condimento principal esa noche.
En un momento de la noche, el timbre sonó. Ella atendió el portero y actuando como si estuviera sorprendida, le dijo a el que era una amiga. El, con cierto grado de inseguridad, ante la situación, aceptó que ésta amiga subiera. Sin saber, que quien estaba abajo, era la persona de la que tantas veces fue parte de sus charlas y fantasías.
Ella bajó a recibirla, mientras el esperaba en la terraza. Ella los presentó, siguieron compartiendo charlas los tres, desde un principio hubo buena vibra... Ella y su amiga estaban con muchas ganas de jugar y disfrutar al máximo y era momento de hacerle saber. Las luces bajas, una hermosa noche en la terraza, la pile esperando por esos cuerpos. Ellas empezaron a bailar, muy sensualmente, con mucho roce, mientras el las observaba, no podía quitar su mirada de ellas, imaginando tantas cosas, sin saber que estaban dispuestas a hacer realidad cuanta morbosidad pasaba por su cabeza.
Con cada movimiento el roce era mas intenso, la atmósfera se ponía más caliente. Entre cada baile empezaron las caricias entre ellas, el continuaba observándolas, su excitación era notable. En medio de esas caricias, llegó el roce de sus labios, sus lenguas empezaron a jugar, era un delicioso espectáculo para él. Y la primera experiencia para ella (en la que había pensado tantas veces en vivir) y la estaba disfrutando mucho más de lo que imaginó. Sus manos empezaron a recorrer el cuerpo una de la otra, a sentir sus pechos y sus pezones erizados se dejaban notar a través de la ropa, una hermosa sensación.
Luego cuando la excitación subía, lo invitaron a él a sumarse. Sus cuerpos se movían al ritmo de la música, pero muy pegados uno al otro, los besos entre ellas continuaron, agregando las manos de el en ambas, recorriéndolas, sientiéndolas. De a poco la ropa fue cayendo al piso y la piel caliente pedía más... decidieron entrar la pile, para bajar el calor, pero sólo aumentó la excitación.
Eran tres lenguas entrelazadas deseosas de sentir y probar más, mucho más... entonces una de ellas se sentó al borde de la pile, con sus piernas abiertas, pidiendo más. Ambos se acercaron hasta ahí, y mientras el la acariciaba invito a su pareja a tomar la iniciativa y probar el sabor de una rica concha toda mojadita. Ella corrió la tanga de su amiga (como el se lo hacía a ella) y muy suavemente acercó su boca y su lengua para probar y recorrerla. La sensación era indescriptible en ese momento.
Mientras ella experimentaba la rica sensación de lamer la concha de su amiga, él se puso detrás de ella, haciéndole sentir su gran erección y besando su cuello (ya que sabía cuanto la enloquecía que lo hiciera) y llevando una de sus manos a su entrepierna para introducirle sus dedos. Ella también hizo lo mismo con su amiga, quitó su boca y llevó sus dedos dentro de la concha de su amiga y lo invitó a él también a que use sus dedos y a chupar al mismo tiempo con ella. Y luego ella cambió el lugar con su amiga, ya que quería sentir las lenguas de ambos en su clítoris, a ella le encantaba que su pareja le practique sexo oral... imagínense como disfrutaba de que él y su amiga se lo hicieran juntos...
2 comentarios - Fantasía Cumplida!! Parte 1