Lo que sea por un aumento

Mi proposito lo tenía claro, necesitaba un aumento. Tu reacción a ese pedido no podría haberlo adivinado (¿O si?). Nos conocíamos hacía ya algún tiempo cuando me tocó cursar Arte Multimedia en la facultad y vos dabas esa clase. Tiempo después, alentado por mis ganas de aprender trabajando, mis buenas calificaciones y mi dedicación me propusiste trabajar con vos. Sabías que me apasionaba el diseño editorial, y vos eras director de arte en una revista, pero por el momento sólo había un puesto de secretaria, tu secretaria. Acepté con la condición de poder ser tu sombra, todo el tiempo, así tendría oportunidad de aprender.

Volviendo a ese día, un martes de octubre lo recuerdo.. necesitaba un aumento. Así que ese día me vestí especialmente provocativa y me dediqué a atender todas tus solicitudes lo más rápido posible. Fuí toda la mañana de un lado para el otro resolviendo distintos asuntos, entré y salí de tu oficina un par de veces usando esa oportunidad para que notaras mi vestimenta. Llevaba puesto una camisa blanca ajustada, una falda tubo color negra que llegaba apenas pasando la mitad del muslo, medias negras, zapatos altos negros también.

Entre el corpiño que usé y los tacos altos, tenía las tetas y el culo justo dónde y cómo debían estar.. altos, turgentes, provocativos. Casi al finalizar la jornada, sabiendo que no quedaba ningún pendiente y que nadie mas vendría a la oficina, me acerqué hasta tu mismo lado del escritorio y me apoyé levemente en él. Te miré fijo y te dije que necesitaba hablar con vos. Me contestaste con un cortante "hablemos.." y un gesto invitándome a sentarme en la silla. Hice caso omiso a tu invitación, y empecé...

- No te voy a andar con vueltas. El puesto de secretaria está muy bien, y estando todo el tiempo atrás tuyo aprendo un montón, pero..
- Pero.. -me interrumpís mirándome fijo, poniéndome aún más nerviosa
- Necesito un aumento si quiero seguir estudiando al mismo tiempo, vos viste.. las cosas aumentaron, el alquiler se me fué a las nubes, además la cuota de -me interrumpís nuevamente
- Ajá, y decime.. ¿Porqué creés que debo darte ese aumento?
- Porque sabés que soy buena en lo que hago, y que puedo ser aún mejor si sigo aprend -me interrumpen ahora tus manos acariciándome las piernas, subiendo por mis muslos, rozando el ruedo de la falda.

Me quedé helada, sin poder reaccionar.

- ¿Y qué estarías dispuesta a hacer por el aumento?
- Lo que sea.. -contesté luego de pensarlo unos segundos.
- Andá, asegurate que no quede nadie en el piso y en quince esperame en el cuarto de limpieza.

Obedecí. Como toda ocasión donde me dejaba llevar por el deseo, obedecí. Esta vez por un deseo distinto al de siempre, pero deseo al fin.

Esperé exactos quince minutos. Llegaste y apenas cerrando la puerta detrás tuyo empezaste a desabrocharte el cinto y el pantalón. Yo sabía a lo que fuí, así que sin decir una sola palabra me arrodillé delante tuyo y esperé a que me sirvieras lo que querías que me coma.

Y apareció frente a mí una pija que sin ser imposible de meterla completa en la boca, superaba el promedio. A pesar del día largo de trabajo, parecía que aún conservaba cierto aroma de la ducha matutina. Y esos aromas a mi me incentivan a aplicarme en la solicitud del aumento.

Para empezar la agarré con una mano y, mientras humedecía la punta con mi lengua, empecé a hacerte una paja muy suave. Después, usé mi lengua para humedecer esa pija por completo. Desde la base hasta la punta, deteniéndome ahí, mientras hacía círculos con la lengua. Podía notar por la dureza que tomaba que te gustaba. Por momentos la metí completa en mi boca. Al principio costó acostumbrarse a todo eso que tenía delante mío, pero con un poco de persistencia logré hacerte una garganta profunda que te volvió loco.

Me agarraste de la cabeza con ambas manos y me cogiste la boca de una manera casi animal, fuerte. Sin contemplar si yo podía respirar o no, si me atoraba o no, si me lagrimeaban los ojos o no. Continuaste así un par de minutos hasta que estuviste a punto de acabar. Fué ahí donde me ordenaste desprenderme los primeros botones de la camisa, obedeci.

Solo fueron necesarios algunos movimientos con tus manos, y mi mirada deseosa de esa descarga láctea para que me acabaras en las tetas ensuciándome por completo. Me pasaste algo para limpiarme, y disfrutaste de verme hacerlo.

Perverso, brusco, cortante.. solo dijiste siete palabras y te fuiste.

- Si que sos buena! Tenés el aumento.