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4. Gozando En Un Cine Club (karinsil)

Gozando En Un Cine Club
Hola, mi nombre es Karin soy de Lima-Perú. Esto sucedió hace varios años cuando estudiaba de noche en un instituto de inglés. Diré que esto sucedio cuando tenia 18 años para que no haya problemas. 

Desde mi adolescencia siempre me ha gustado llamar la atencion de los chicos (eso me hace sentir una verdadera mujer), razón por la cual siempre me gustaba ir al instituto con minifaldas que dejaban ver buena parte de mis muslos y polos de licra que demarcaban muy bien la forma de mis senos. Cuando estabamos en el salón de clases siempre me gustaba sentarme con las piernas cruzadas para que todos los chicos pudieran romperse el ojo durante toda la clase. Cuando me levantaba de mi asiento para ir a la pizarra o al baño lo hacia lenta y delicadamente, y mientras caminaba podía sentir las miradas de deseo de los chicos sobre mí, algo que siempre me ha gustado. Además, como toda la vida he sido muy coqueta, siempre saludaba y sonreía a todos en el instituto incluyendo a los profesores.

Se había iniciado un nuevo ciclo de estudios y el profesor que me toco en esa oportunidad era un señor mayor que los anteriores que había tenido, yo le echaba mas de 40 años. Él me llamó mucho la atención ya que era muy serio, y además muy varonil. Siempre que pasaba por su costado me saludaba muy atentamente con una sonrisa.

En un principio, debido a que lo veía una persona muy mayor para mí, solo en raras ocasiones me acercaba donde él para conversar o consultarle alguna cosa que no entendía. Fueron pasando los días y me fui dando cuenta que era una persona culta y muy interesante por su manera de conversar y tratar los temas que hablaba. Cuando se dirigía a mí me miraba directamente a los ojos, haciendo que me ponga un poco nerviosa.

Así fue que cuando terminaba las horas de clase, me quedaba hasta el final para ir hacia él con la excusa de consultarle cualquier cosa. Y fue así que conversábamos de cosas personales también. Me contó que tenia 44 años, que era casado y que tenia un hijo de mi edad que acababa de ingresar a la universidad. Yo también le conté que vivía con mis tíos, de los cuales solo recibía dinero pero no mucho afecto, y que en ese momento no tenia enamorado (lo cual era verdad). Me gustaba hablar con él ya que cuando lo hacia lo sentía muy diferente a mis compañeros de clase, quienes en todo momento no hacían otra cosa mas que mirarme las piernas o mis pechos descaradamente.

Como estudiaba en él ultimo horario él no tenia problemas de quedarse conmigo en el salón al finalizar la clase. Hasta que un día como cualquier otro me comentó que a él le gustaba mucho ir al cine, pero que su esposa detestaba ir. Yo le conté que a mí si me encantaba el cine, y me preguntó si podría acompañarlo ese mismo día a ver una película, ya que no le gustaba ir solo. Siempre he leído y he escuchado que no es conveniente salir con hombres casados pero no sé porque en ese momento no me importo y accedí a acompañarlo. Muy contento me dijo que había una película independiente que ya estaban por retirarla de la cartelera.

Entonces salimos juntos del salón y me dijo que saliera primero y lo esperara fuera del instituto ya que el tenia que arreglar un asunto antes de salir. Espere unos diez minutos y lo veo salir por la puerta, nos encontramos y nos subimos a un taxi. El trayecto fue un poco largo, pero durante el recorrido yo deliberadamente movia mis piernas para que mi minifalda se subiera algo y asi él pudiera ver un poco mas de mis muslos. Llegamos a un pequeño cine club al cual yo nunca había ido, es mas ni sabia de su existencia. Él y compró las entradas y pasamos a ingresar a la sala. Como llegamos un poco temprano, al entrar en la sala no había nadie, seguramente por lo que ya me había dicho que no era una película comercial y además estaban por retirarla de cartelera.

Me pregunto donde queria que nos sentáramos y yo le respondi que me gusta sentarme en la ultima fila. Asi lo hicimos y nos pusimos a esperar a que comience la función, tiempo en el cual pude ver que ingresaron uno que otro aficionado al séptimo arte y se ubicaron en las primeras filas. Antes de empezar la película, él me contaba que desde muy joven tenia esta afición de asistir al cine. Yo solo lo miraba mientras me hablaba, y estaba como embobada por la forma como se dirigía a mí. De pronto las luces se apagaron y comenzó la película. Él parecía que estaba muy tranquilo y atento al desarrollo de la trama del film, y eso me provocó cierta inquietud por el hecho de ser los únicos en ese sector del cine.

En un momento dado, puse mi mano en el apoya brazos de la silla y no me di cuenta que su brazo estaba ahí. Debido a que él tenía camisa de manga corta, pude sentir el calor de su brazo en el mío. Yo casi no prestaba atención a la película por estar pensando que nuestros brazos se estaban tocando. Me puse a imaginar sobre que es lo que haría yo si él quisiera besarme o tocarme, y el solo hecho de fantasear hizo que me excitara y se humedeciera mi entrepierna.

De pronto sin decirme nada él tomó mi mano con la suya, y entrelazó sus dedos con los míos. Yo solo me deje y me quedé sin saber que hacer y quedamos con las manos agarradas. Era agradable estar así, y en ese momento me di cuenta que el motivo de haber aceptado su invitación era por que en mi interior sentía que él me gustaba mucho como hombre. Estaba casi segura que si él intentara algo conmigo, yo no haría nada por rechazarlo.

Timidamente giré mi rostro para mirarlo, y vi que me estaba mirando a los ojos profundamente. Poco a poco acercó su boca a la mía y nos fundimos en un beso que aceleró mi corazón al punto que sentí que iba a explotar. Me derretí al contacto con su lengua y mi cuerpo se estremeció completamente. Poco a poco ese beso que en un primer momento fue dulce, se fue convirtiendo en un beso salvaje y desesperado, y podía sentir su lengua, sus jadeos y respiración sobre mi rostro.

Seguidamente puso su mano derecha sobre uno de mis senos, al momento que la mano que estaba entrelazada con la mía, la jaló hacia su pene y me hizo tocárselo por encima de su pantalón. Instintivamente comencé a acariciárselo, al principio suavemente y despues cada ves con mas fuerza, dándome cuenta que tenía un gran tamaño y se endurecia cada vez mas. Él por su parte había metido su mano por debajo de mi polo de licra, y metía sus dedos por debajo de mi sujetador.

Al estar besándonos y tocándonos, mis piernas que estaban cruzadas se separaron como invitándolo a que me tocara ahí también. El no se hizo de rogar y metió su mano por debajo de mi faldita, y paso sus dedos por encima de mi ropa interior para luego comenzar a jalarla poco a poco, de tal forma que se quedo ubicada en mis muslos justo antes de mis rodillas.

Asi estubimos por un buen rato besandonos y acariciendonos mutuamente, yo sobandole la verga por encima del pantalon y él jugando con mi conchita. A estas alturas mi minifalda estaba ya completamnete enrrollada en mi cintura. Podia sentir el cuero de la butaca debajo de mis nalgas y el palpitar de mi conchita deseosa de la verga que estaba tocando con mi mano. Sin creer lo que estaba haciendo, le abrí la bragueta del pantalón y seguí acariciándole su instrumento por encima de su ropa interior. Luego hice a un lado su calzoncillo y su verga se erigió como un mástil. El se aflojó la correa y en la oscuridad pude ver su hermosa verga, estaba durisima. Sin esperar a que me lo pidiera, me incliné y empece a chupársela. Él acariciaba mis cabellos mientras le daba una mamada de la que yo misma me sorprendí, y con su otra mano me acariciaba las nalgas, logrando meter uno de sus dedos en mi ano.

Dejé de chupársela por un momento y él se reclinó en la butaca, pidiéndome que me sentara sobre su verga. Me saqué las braguitas que las tenia en mis rodillas dejándolas caer al suelo, y él separó sus piernas para que yo me pusiese en medio de ellas. Luego le agarré su verga y la coloqué en la entrada de mi concha, dejándola ahí para poder sentir toda su dureza en el momento que me sentara sobre ella.

Una vez que la tuve dentro hasta la base, me quedé sentada un momento mientras él metia sus manos por debajo de mi polito de licra que y desabrochó mi sujetador liberando mis pechos. Puse mis manos en los apoyabrazos de la butaca y empecé a moverme de arriba a abajo sobre su verga, mientras él aprovechaba para masajearme mis tetas y mis pezones con ambas manos. Una vez que mis brazos se cansaron, él me ayudaba a subir y bajar agarrándome de las caderas. Mis tetas se bamboleaban de arriba para abajo sin control por la intensidad de nuestros movimientos. No tarde mucho en correrme como loca. La sensación de estar en un cine con el peligro de que alguien pudiera mirar atrás y descubrirnos en pleno acto hizo que me viniera una serie de orgasmos encadenados con una intensidad tal que pensé que iba a morirme de tanto placer.

¡Que morbo! ¡Que delicia! ¡Que placer! Que placer sentía de estar siendo culeada en un cine. No entendía como podía ser tan puta en haber aceptado, pero los orgasmos que invadían mi cuerpo me hicieron olvidar rápidamente esos pensamientos, y solo me dediqué a gozar. De pronto me dio la impresión que él ya estaba a punto de correrse, entonces apreté los músculos de mi vagina y me movi con mas rapidez para darle mas placer como una muestra de retribución. De pronto senti que un interminable torrente de semen calido inundaba mi conchita. Yo no dejaba de moverme ni por un instante. Chorros y chorros de semen rebotaban en mi interior mientras él jadeaba de placer por la semejante corrida que se estaba dando dentro de mi. Yo tuve mi ultimo orgasmo al sentir su leche llenandome toda.

Después de esa magistral corrida, sin sacarme su verga todavía palpitante en mi interior, me recosté sobre su pecho agotada, y voltee mi cara para poder besarlo en señal de agradecimiento, mientras él no soltaba mis tetas y las seguía acariciando. Luego que estuvimos un rato así me pare y acomode mi sujetador, mi polo y mi faldita. Antes de que acabara la película nos paramos y salimos del cine. En el camino hacia mi casa él me dijo que era la mejor película que había visto y yo solo sonreí.

Cuando llegue a mi casa y me fui directo a mi habitación. Me recosté en mi cama y me puse a pensar y recordar lo que había vivido esa noche. Fue en esos momentos que me di cuenta que no tenia puestos mi calzoncitos y que se habían quedado en el cine. Me puse a imaginar la cara del que las encontrara, seguramente se daría cuenta de lo que había pasado ahí, y si las oliera sentiría el aroma dejado por mis fluidos.

Espero que les haya gustado esta experiencia.
4. Gozando En Un Cine Club (karinsil)

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