Una tarde después de dar la teta a mi hija, se lo entregue a mi suegro como lo hacía habitualmente, pero no preste atención que mi blusa estaba bastante desabrochada, así que uno de mis pechos quedo al aire al producir el traspaso del bebe.
Algo ruborizada, y caliente a la vez solo atine a taparme mientras le decía
“Perdón”
“Todo lo contrario, fue algo muy bello que has obsequiado a mis ojos” me contesta con una sonrisa.
“Bueno entonces gracias por la galantería”
Cada tanto me traía algún obsequio tanto para mí como para su nieta que si bien no era de gran valor, era una demostración de afecto.
No sé porque me sentía en deuda con él, así que considere no ocultar demasiado mis tetas, dejando abierta mi camisa y permitirle que me observase o por lo menos no taparme tan rápido y tratar de demostrar que eso es algo natural.
Un día me dice:
“Tienes unos hermosos pechos,
“No, están algo deformados por la lactancia, y además estoy algo rellenita”
“Pues a mí me encantan, además la mujer algo gordita es más apetecible”
Sentí una extraña sensación, ni mi esposo había hecho alusión a mis tetas y menos a mi cuerpo, en este último tiempo, pero al venir de mi suegro fue como una hermosa gratificación.
Eso creo que fue más que suficiente, para que su compañía como espectador, me fuese cada día mas grata,
Con el pasar de los días, me fui acostumbrando a su presencia, mientras amamantaba a mi bebe, a veces levantaba la remera permaneciendo breves segundos con un pecho al aire, o abierta mi camisa viéndose parte de ellos, sonriendo cálidamente ante la presencia de mis desnudos pechos.
Una mañana mientras alimentaba a mi hija, después de darle de tomar y depositarlo en el cochecito, empecé a mover el cuello, pues lo sentía algo tensionado. Mi suegro me dice
“Que te sucede?”
“No sé, me duele algo el cuello?
“Quieres unos masajes?
“En serio, me lo dice?”
“Si, si quieres, acá me tienes”
“Bueno, dele”
se puso tras de mí, no me había quitado la blusa y mi sostén lo tenía levantado, así que opte por desabrocharlo y mantuve la camisa algo abierta.
Trajo talco y con sus grandes manos comenzaron a masajear mis hombros produciéndome algo de dolor pero a su vez me iba relajando mis músculos. Si bien tenía algo de resquemor, en pocos minutos me empezaron a atraer, sintiendo como se iba relajando ese sector afectado. En un momento abrió un poco mi camisa intentando descubrir más mis hombros, la que al estar desabrochada termino desplazándose quedando mi dorso al descubierto.
Continúo con sus frotaciones, durante bastante tiempo, cuando contraía los dedos sobre mi piel, llegaba a mover mis pechos, percibiendo que unos de mis pezones comenzó a gotear,.
Si bien se comporto como un caballero, hubo un momento en que desee que no lo fuese, sentía la necesidad en que me apretase mis tetas. Supongo que él, tendría el mismo pensamiento, aunque entiendo perfectamente su posición.
Cuando termino me levante y le di un beso en agradecimiento por su labor.
Admito que pensé bastante sobre ese momento y hasta tuve unas azarosas fantasías.
Dos o tres días después, me levante con mis pechos algo duros e hinchados y muy sensibles al toque, con algo de molestia
“Que te pasa ? “ Me pregunta mi suegro en cuanto me vio. Con algo de retraimiento le cuento
“Puedes mostrármelas? Me dice
“Si, por supuesto” le contesto sin pensarlo demasiado, aunque ya me las había visto.
No sentí, ningún tipo de inhibición para exponerlas, todo lo contrario, así que desabroche la camisa y me subí el sostén. Solo las observo, sin llegar a tocarlas.
“Las toco a ver donde te duele” me dice
“Si está bien, quiere que me saque la camisa?
“Como quieras” me contesta.
Sin pensarlo, como esperando esa respuesta, abrí la camisa desabrochando mi sostén, quedando por segunda vez mis tetas al alcance de mi suegro. Ahí comenzó a tocarlas suavemente, oprimiendo en determinado lugares, en ese momento mi excitación comenzó a hacerse notar, aunque trataba de no demostrarlo demasiado.
Termine por quitarme la camisa, sentándome en la silla
El dolor se iba pasando pero mi excitación estaba agravándose. Apoye mi cabeza sobre el abdomen de mi suegro disfrutándose de ese enérgico y continuo “masaje”
Así continúo hasta llegar a acariciar mis senos, rosando mis pezones que parecían enervarse, mi respiración se notaba algo jadeante, ante esas lujuriosas caricias, provocándome una lenta y continua excitación.
. Sus manos se fueron apoderando de mis tetas, apretando suavemente mis pezones, gimiendo al sentir cada vez que lo hacía, moviendo mi cabeza, apoyándola sobre el abdomen de mi suegro, oprimiendo mas los extremos de mis tetas.
El conjunto de mis pechos comenzó a recibir un “tratamiento” más agresivo, sintiendo que mi vagina empezaba a mojarse
Sus manos se apoderaron de mis pechos, apretándolos apasionadamente,Lleve mi mano a mi entrepierna, tocándome a través del pantalón, tratando de que no se diese cuenta de mi estado. Ni mi esposo me había trasportado a un estado similar, sus masajes continuaron y a pesar que en un momento traté de impedir que siguiera, me llevo a un estado de total excitación, finalizando con un orgasmo,, le confesé que me había gustado lo que me había hecho.
“Cuando gustes, lo repetimos” me dice riéndose.
Esas palabras me quedaron dando vueltas, aunque si bien no dije nada, al día siguiente le di de mamar al bebe con mi dorso desnudo. Ricardo se acerco en ese momento, de manera sorpresiva, recosté a mi hijo en el cochecito, y volqué mi cabeza hacia atrás, cerrando mis ojos. Inmediatamente sus manos se adueñaron de mis tetas, apretando mas tenazmente mis pezones a la vez que apretujaban mis mamas hasta sacar la leche, que sentí rápidamente bañar mi abdomen.
Así rápidamente, se fueron alterando mis hormonas, llevando mi mano a mi entrepierna.
Cuando me dice Ricardo:
“Baja tu cierre y respetando su orden, me baje el cierre, y un poco mis jeans, metiendo mi mano para masturbarme, mientras mi suegro masajeaba mis tetas con total maestría. Ante mi sorpresa un poco antes de venirme, su boca succionaba mis rígidos pezones, percibiendo como mi leche pasaba a su sedienta boca.
Me alzo, de la silla, y bajo mas mis pantalones sintiendo sus dedos rozar mi sexo, no oponiéndome, era todo una locura, pero no podía frenar ese frenesí que me invadía.
Con mi jeans por los tobillos, me hizo apoyar mi pecho sobre la mesa, a la vez que bajaba mi tanga, dejando mi cola al descubierto. Su pelvis se adhirió a mi culo, efectuando unos leves movimientos,
metió su mano entre mis piernas, eso hizo que me relajase, abriendo mas mis extremidades, sintiendo sus dedos jugar con mi raja, ya algo humedecida por ese loco acoso.
Dos de sus dedos me penetraron lo que me hizo pegar un grito de placer , hasta que sus dedos conformaron un movimiento rápido y continuo en mi vagina. Mi cuerpo fue asimilando ese acometimiento, comenzando a llevarme a un estado de total éxtasis, entre gemidos y una respiración entrecortada.
Mis manos apretaban los bordes de la mesa hasta que ese vaivén ágil y perspicaz me llevo a un fuerte orgasmo.
gire y le di un beso a mi suegro en los labios de calentura no sé, pero no puedo negar que me hizo disfrutar muchísimo.
al otro dia me había terminado de bañar, aun no estaba vestida, el llanto de mi hija hizo que corriese a verla , solo atine a envolverme con el toallón .estaba sola así que tranquilamente me senté en la silla, desate la parte superior a fin de liberar mis tetas y darle a tomar a mi hija Mientras lo hacía pensaba en las locas succiones que me había proporcionado mi querido suegro, y recordando esos momentos comencé a incitarme, cuando oí la puerta abrirse, si bien me sobresalto, pero consciente o no, me mantuve sin intentar cubrirme, esperando su presencia, sentada en la cocina.
Entonces lo llamé
“Ricardo, es Ud.?”
“Si, necesitas algo? Me contesta
“No solo quería saber.” Respondo, en espera de su presencia, la cual no se produce.
, alzo a mi hija para cambiarla , vuelvo a envolverme con el toallón, paso por el comedor lo saludo y me dirijo a mi cuarto Mientras estaba cambiando a mi hija su voz me sobresalta, diciéndome si necesitaba algo.
“No, todo bien Ricardo” le contesto. Mientras continuaba con mi labor de cambiar a mi hija
Cuando lo acuesto en su cuna, hice un movimiento brusco y se desata el toallón quedando totalmente desnuda ante mi suegro. Nos miramos durante unos segundos sin intentar levantar lo que me cubría. Lentamente Ricardo se acerco y empezamos a besarnos, su mano se introdujo en mi vagina, iniciando mis jadeos, me volcó sobre la cama, sin quitar sus dedos de mi sexo.
A partir de ese momento me deje llevar por ese loco arrebato, apretó mis tetas hasta hacerlas emanar nuevamente leche, que regaban parte de mi cuerpo desnudo. No sé si estaba dispuesta a tener sexo con él, pero no me frenaba ante sus acometimientos. Volcada sobre la cama, totalmente desnuda, me relaje aceptando lo que pretendiese hacerme. Abrió mi entrepierna, quedando mí intimidad ante su vista abrí mas mis piernas, sintiendo como sus dedos penetraban libremente mi concha
Ese arrebato me superaba, de un hombre tan cálido, se estaba convirtiendo en un ardiente amante, mientras mi abertura no dejaba de segregar mis flujos vaginales. No besábamos con desesperación, mientras mi cuerpo reflejaba mi total excitación, mis tetas como producto de ser estrujadas continuaban emanando leche y mi vagina no cesaba de mojarse.
a Ricardo, le encantaba ponerme en ese estado libidinoso. Hasta que abrió bien mis piernas para meter su cara entre ellas, mamando despiadadamente mi sexo, a la vez que su dedo se iba introduciendo por mí recto. Ese acosamiento de las partes más intimas, Mi cuerpo se convulsionaba de una manera demente sintiendo como las paredes de mi conducto eran perturbadas, por su grueso dedo, friccionando su lengua en mi clítoris erguido, hasta hacerme estallar en una progresiva convulsión, arqueándome ante ese acosamiento sexual, quedando extenuada al llegar al fin de mi orgasmo.
Mi cuerpo estaba empapado de sudor, mientras trataba de recuperarme, comprendí que Ricardo debería de estar muy estimulado, si bien era algo que con mi esposo trataba de evadirlo, supuse que en ese momento seria lo adecuado.
Me arrodille frente a mi suegro, abrí su bragueta, introduje mi mano y saqué su verga, inicie una serie de lamidas, encontrándola rápidamente algo atrayente. Besé su glande, lo lamí, mientras mis manos lo masturbaban, no pude contenerme, que no tarde en deglutirla, sentir ese aparato carnal en mi boca era algo seductor.
Mi boca lo chupaba , introduciéndolo hasta que me producía arcadas, besaba sus testículos y los chupaba fervientemente. Su erección no disminuía y mi desesperación tampoco, mis chupadas eran cada vez más intensas y prolongadas, hasta que logre mi objetivo, haciéndolo venir con un fuerte chorro en mi boca y en resto sobre mi pecho. A pesar de tener parte de su esperma en mi boca me beso, me abrazo fuertemente y nos besamos. Había efectuado cosas con mi suegro, que su hijo no había logrado.
Me fui a bañar nuevamente para quitar esa cantidad de líquidos que humedecieron mi cuerpo. Mientras lo hacía, Ricardo me observaba, satisfecha de lo sucedido,
esto paso cuando estaba amamantando a mi hija y asi empezaba una relacion con mi suegro , llena de sexo y placer, que perra y gata me siento
Algo ruborizada, y caliente a la vez solo atine a taparme mientras le decía
“Perdón”
“Todo lo contrario, fue algo muy bello que has obsequiado a mis ojos” me contesta con una sonrisa.
“Bueno entonces gracias por la galantería”
Cada tanto me traía algún obsequio tanto para mí como para su nieta que si bien no era de gran valor, era una demostración de afecto.
No sé porque me sentía en deuda con él, así que considere no ocultar demasiado mis tetas, dejando abierta mi camisa y permitirle que me observase o por lo menos no taparme tan rápido y tratar de demostrar que eso es algo natural.
Un día me dice:
“Tienes unos hermosos pechos,
“No, están algo deformados por la lactancia, y además estoy algo rellenita”
“Pues a mí me encantan, además la mujer algo gordita es más apetecible”
Sentí una extraña sensación, ni mi esposo había hecho alusión a mis tetas y menos a mi cuerpo, en este último tiempo, pero al venir de mi suegro fue como una hermosa gratificación.
Eso creo que fue más que suficiente, para que su compañía como espectador, me fuese cada día mas grata,
Con el pasar de los días, me fui acostumbrando a su presencia, mientras amamantaba a mi bebe, a veces levantaba la remera permaneciendo breves segundos con un pecho al aire, o abierta mi camisa viéndose parte de ellos, sonriendo cálidamente ante la presencia de mis desnudos pechos.
Una mañana mientras alimentaba a mi hija, después de darle de tomar y depositarlo en el cochecito, empecé a mover el cuello, pues lo sentía algo tensionado. Mi suegro me dice
“Que te sucede?”
“No sé, me duele algo el cuello?
“Quieres unos masajes?
“En serio, me lo dice?”
“Si, si quieres, acá me tienes”
“Bueno, dele”
se puso tras de mí, no me había quitado la blusa y mi sostén lo tenía levantado, así que opte por desabrocharlo y mantuve la camisa algo abierta.
Trajo talco y con sus grandes manos comenzaron a masajear mis hombros produciéndome algo de dolor pero a su vez me iba relajando mis músculos. Si bien tenía algo de resquemor, en pocos minutos me empezaron a atraer, sintiendo como se iba relajando ese sector afectado. En un momento abrió un poco mi camisa intentando descubrir más mis hombros, la que al estar desabrochada termino desplazándose quedando mi dorso al descubierto.
Continúo con sus frotaciones, durante bastante tiempo, cuando contraía los dedos sobre mi piel, llegaba a mover mis pechos, percibiendo que unos de mis pezones comenzó a gotear,.
Si bien se comporto como un caballero, hubo un momento en que desee que no lo fuese, sentía la necesidad en que me apretase mis tetas. Supongo que él, tendría el mismo pensamiento, aunque entiendo perfectamente su posición.
Cuando termino me levante y le di un beso en agradecimiento por su labor.
Admito que pensé bastante sobre ese momento y hasta tuve unas azarosas fantasías.
Dos o tres días después, me levante con mis pechos algo duros e hinchados y muy sensibles al toque, con algo de molestia
“Que te pasa ? “ Me pregunta mi suegro en cuanto me vio. Con algo de retraimiento le cuento
“Puedes mostrármelas? Me dice
“Si, por supuesto” le contesto sin pensarlo demasiado, aunque ya me las había visto.
No sentí, ningún tipo de inhibición para exponerlas, todo lo contrario, así que desabroche la camisa y me subí el sostén. Solo las observo, sin llegar a tocarlas.
“Las toco a ver donde te duele” me dice
“Si está bien, quiere que me saque la camisa?
“Como quieras” me contesta.
Sin pensarlo, como esperando esa respuesta, abrí la camisa desabrochando mi sostén, quedando por segunda vez mis tetas al alcance de mi suegro. Ahí comenzó a tocarlas suavemente, oprimiendo en determinado lugares, en ese momento mi excitación comenzó a hacerse notar, aunque trataba de no demostrarlo demasiado.
Termine por quitarme la camisa, sentándome en la silla
El dolor se iba pasando pero mi excitación estaba agravándose. Apoye mi cabeza sobre el abdomen de mi suegro disfrutándose de ese enérgico y continuo “masaje”
Así continúo hasta llegar a acariciar mis senos, rosando mis pezones que parecían enervarse, mi respiración se notaba algo jadeante, ante esas lujuriosas caricias, provocándome una lenta y continua excitación.
. Sus manos se fueron apoderando de mis tetas, apretando suavemente mis pezones, gimiendo al sentir cada vez que lo hacía, moviendo mi cabeza, apoyándola sobre el abdomen de mi suegro, oprimiendo mas los extremos de mis tetas.
El conjunto de mis pechos comenzó a recibir un “tratamiento” más agresivo, sintiendo que mi vagina empezaba a mojarse
Sus manos se apoderaron de mis pechos, apretándolos apasionadamente,Lleve mi mano a mi entrepierna, tocándome a través del pantalón, tratando de que no se diese cuenta de mi estado. Ni mi esposo me había trasportado a un estado similar, sus masajes continuaron y a pesar que en un momento traté de impedir que siguiera, me llevo a un estado de total excitación, finalizando con un orgasmo,, le confesé que me había gustado lo que me había hecho.
“Cuando gustes, lo repetimos” me dice riéndose.
Esas palabras me quedaron dando vueltas, aunque si bien no dije nada, al día siguiente le di de mamar al bebe con mi dorso desnudo. Ricardo se acerco en ese momento, de manera sorpresiva, recosté a mi hijo en el cochecito, y volqué mi cabeza hacia atrás, cerrando mis ojos. Inmediatamente sus manos se adueñaron de mis tetas, apretando mas tenazmente mis pezones a la vez que apretujaban mis mamas hasta sacar la leche, que sentí rápidamente bañar mi abdomen.
Así rápidamente, se fueron alterando mis hormonas, llevando mi mano a mi entrepierna.
Cuando me dice Ricardo:
“Baja tu cierre y respetando su orden, me baje el cierre, y un poco mis jeans, metiendo mi mano para masturbarme, mientras mi suegro masajeaba mis tetas con total maestría. Ante mi sorpresa un poco antes de venirme, su boca succionaba mis rígidos pezones, percibiendo como mi leche pasaba a su sedienta boca.
Me alzo, de la silla, y bajo mas mis pantalones sintiendo sus dedos rozar mi sexo, no oponiéndome, era todo una locura, pero no podía frenar ese frenesí que me invadía.
Con mi jeans por los tobillos, me hizo apoyar mi pecho sobre la mesa, a la vez que bajaba mi tanga, dejando mi cola al descubierto. Su pelvis se adhirió a mi culo, efectuando unos leves movimientos,
metió su mano entre mis piernas, eso hizo que me relajase, abriendo mas mis extremidades, sintiendo sus dedos jugar con mi raja, ya algo humedecida por ese loco acoso.
Dos de sus dedos me penetraron lo que me hizo pegar un grito de placer , hasta que sus dedos conformaron un movimiento rápido y continuo en mi vagina. Mi cuerpo fue asimilando ese acometimiento, comenzando a llevarme a un estado de total éxtasis, entre gemidos y una respiración entrecortada.
Mis manos apretaban los bordes de la mesa hasta que ese vaivén ágil y perspicaz me llevo a un fuerte orgasmo.
gire y le di un beso a mi suegro en los labios de calentura no sé, pero no puedo negar que me hizo disfrutar muchísimo.
al otro dia me había terminado de bañar, aun no estaba vestida, el llanto de mi hija hizo que corriese a verla , solo atine a envolverme con el toallón .estaba sola así que tranquilamente me senté en la silla, desate la parte superior a fin de liberar mis tetas y darle a tomar a mi hija Mientras lo hacía pensaba en las locas succiones que me había proporcionado mi querido suegro, y recordando esos momentos comencé a incitarme, cuando oí la puerta abrirse, si bien me sobresalto, pero consciente o no, me mantuve sin intentar cubrirme, esperando su presencia, sentada en la cocina.
Entonces lo llamé
“Ricardo, es Ud.?”
“Si, necesitas algo? Me contesta
“No solo quería saber.” Respondo, en espera de su presencia, la cual no se produce.
, alzo a mi hija para cambiarla , vuelvo a envolverme con el toallón, paso por el comedor lo saludo y me dirijo a mi cuarto Mientras estaba cambiando a mi hija su voz me sobresalta, diciéndome si necesitaba algo.
“No, todo bien Ricardo” le contesto. Mientras continuaba con mi labor de cambiar a mi hija
Cuando lo acuesto en su cuna, hice un movimiento brusco y se desata el toallón quedando totalmente desnuda ante mi suegro. Nos miramos durante unos segundos sin intentar levantar lo que me cubría. Lentamente Ricardo se acerco y empezamos a besarnos, su mano se introdujo en mi vagina, iniciando mis jadeos, me volcó sobre la cama, sin quitar sus dedos de mi sexo.
A partir de ese momento me deje llevar por ese loco arrebato, apretó mis tetas hasta hacerlas emanar nuevamente leche, que regaban parte de mi cuerpo desnudo. No sé si estaba dispuesta a tener sexo con él, pero no me frenaba ante sus acometimientos. Volcada sobre la cama, totalmente desnuda, me relaje aceptando lo que pretendiese hacerme. Abrió mi entrepierna, quedando mí intimidad ante su vista abrí mas mis piernas, sintiendo como sus dedos penetraban libremente mi concha
Ese arrebato me superaba, de un hombre tan cálido, se estaba convirtiendo en un ardiente amante, mientras mi abertura no dejaba de segregar mis flujos vaginales. No besábamos con desesperación, mientras mi cuerpo reflejaba mi total excitación, mis tetas como producto de ser estrujadas continuaban emanando leche y mi vagina no cesaba de mojarse.
a Ricardo, le encantaba ponerme en ese estado libidinoso. Hasta que abrió bien mis piernas para meter su cara entre ellas, mamando despiadadamente mi sexo, a la vez que su dedo se iba introduciendo por mí recto. Ese acosamiento de las partes más intimas, Mi cuerpo se convulsionaba de una manera demente sintiendo como las paredes de mi conducto eran perturbadas, por su grueso dedo, friccionando su lengua en mi clítoris erguido, hasta hacerme estallar en una progresiva convulsión, arqueándome ante ese acosamiento sexual, quedando extenuada al llegar al fin de mi orgasmo.
Mi cuerpo estaba empapado de sudor, mientras trataba de recuperarme, comprendí que Ricardo debería de estar muy estimulado, si bien era algo que con mi esposo trataba de evadirlo, supuse que en ese momento seria lo adecuado.
Me arrodille frente a mi suegro, abrí su bragueta, introduje mi mano y saqué su verga, inicie una serie de lamidas, encontrándola rápidamente algo atrayente. Besé su glande, lo lamí, mientras mis manos lo masturbaban, no pude contenerme, que no tarde en deglutirla, sentir ese aparato carnal en mi boca era algo seductor.
Mi boca lo chupaba , introduciéndolo hasta que me producía arcadas, besaba sus testículos y los chupaba fervientemente. Su erección no disminuía y mi desesperación tampoco, mis chupadas eran cada vez más intensas y prolongadas, hasta que logre mi objetivo, haciéndolo venir con un fuerte chorro en mi boca y en resto sobre mi pecho. A pesar de tener parte de su esperma en mi boca me beso, me abrazo fuertemente y nos besamos. Había efectuado cosas con mi suegro, que su hijo no había logrado.
Me fui a bañar nuevamente para quitar esa cantidad de líquidos que humedecieron mi cuerpo. Mientras lo hacía, Ricardo me observaba, satisfecha de lo sucedido,
esto paso cuando estaba amamantando a mi hija y asi empezaba una relacion con mi suegro , llena de sexo y placer, que perra y gata me siento
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