Me toco toda cuando escribo
Estoy casada con un hombre de 26 años que es ciego, y le encanta escribir, tanto como que yo le lea lo que ustedes escriben. Es tan pajero como yo, le fascinan las tetas contra su hermosa pija y es muy apasionado a la hora de darme lo que necesito. Pero también me gusta verlo pajearse.
Nada me excita tanto como descubrir que en ocasiones amanece todo acabado a causa de algún sueño chancho. Por lo general me los cuenta, y jamás podría ponerme celosa de ello. Me gusta que sueñe que otra guacha le chupa la pija, que alguna de sus alumnas le hace tocar sus tetas o le cuenta que hoy vino a su clase sin bombachita. Él es profe de música, y da clases particulares en casa de teclado y percusión.
Les cuento que me encanta ponerle bombachitas y que camine por la casa con su pija a punto de reventar, hasta que mi morbo no lo permite y me arrodillo ante su necesidad para tomarme su lechita en una mamada que, les prometo que volvería locos a más de uno. A él le encanta que le tire mi aliento en la cara una vez que ya me la tragué toda.
Pero cuando escribo, me transformo, me lleno de cosquillitas como cuando era una nena y me relajo al punto tal que, les juro que he tenido orgasmos sin tener que tocarme.
Por lo general, los escribo en la cama. Me saco toda la ropa, tomo mi cuaderno de tapas negras y suelto mis ganas de hacer realidad algunas de mis historias, o reparo todo aquello que me contaron, lo que viví y lo que soñé.
Algunas de esas veces hasta me visto como los personajes de mis relatos. Pero casi siempre, mientras escribo, repaso y releo, me toco toda. Recorro mis tetas, aveces con alguna crema de leche encima, me lamo los dedos, me los muerdo, los lleno con mi saliva impertinente y con ellos me coloreo el resto del cuerpo.
En oportunidades, tengo que interrumpir la escritura para tocarme la vagina, presionar mi clítoris, regalarme un orgasmo brutal y, entonces, más relajada prosigo reconstruyendo lo que por momentos es un cúmulo de tachaduras, borrones y frases desarmadas.
Debo confesar que mis favoritos son los relatos de ciegos, los de lesbianas y los de incesto. Tengo un especial cariño por los fetichistas, porque yo también lo soy, y también me vuelven loca los de orgías, en esas en las que todo vale.
Tal vez mi personaje preferida sea Ayelén, una cieguita chancha, prostituta y dispuesta a crecer que, es la elegida de Javier, o el Lechu. Pero, fabiana, es una de las pendejas a las que muero por conocer. Ella muchas veces le hizo petes a mi esposo, y no voy a negar que si la veo con la calentura a disposición, le pediría que se la mame adelante mío.
Me hubiese encantado ir a la facu como Milagros, sin bombacha, y meterme en el baño con esos chicos. O ser Marisol en aquel programa de radio. Tal vez, me habría conformado con estar lo suficientemente caliente como para atreverme a meterme en el taller del mejor amigo de mi papá. Pero sí es cierto que mi primo me re garchó, y que sigo alzada con él. También es verdad que me le tomé toda la leche a un ex, cuando llegó borracho a casa, y que nunca lo había hecho, y que desde entonces el sexo oral es una de mis debilidades.
Mi esposo también tuvo sus aventuras, las que juntos escribimos mientras nos pajeamos. Siempre le pido que se acabe encima, que ensucie el calzoncillo y las sábanas con su semen.
Ahora estoy acostada, con una bombacha blanca que tiene olor a pipí, con las gomas al aire, con el pelo en un rodete, toda acabadita porque, ya tuve mi primer orgasmo, pero con ganas de más.
A él le gusta que tenga olor a pis, y eso es porque siempre adoró el olorsito a pichí de su prima lejana, que era más puta que las gallinas, pero no con él. Aunque ella fue la primera que le hizo tocar su par de tetas y su vagina sobre su bombacha.
En el cuaderno solo anoté algunas ideas, frases, y garabateé algunos dibujos sexuales. No sé bien qué escribir! Quiero tocarme, acabarme toda, autochuparme las tetas y hacerme pis en la cama como una nenita tonta, y que todos ustedes me saquen fotos! Ahora necesito una buena pija, o una rica conchita para jugar con mi lengua.
Mi esposo ahora está atento a un partido de fútbol, hiper relajado porque ya le chupé la pija después de pajearlo con mis tetas todas escupidas por ambos. Eso lo vuelve loco. Además le hice pichí en las manitos.
Estoy aquí, pensando en cosas para escribir. Les pido que todo lo que quieran sugerirme, si es que les gusta mi estilo, mis formas y mi lenguaje, me lo cuenten. Estoy dispuesta a ponerme en la piel de lo que deseen. Me gusta ser una puta, una treintona recatada pero muerta de abstinencia, una guacha que calienta a su padre, una nieta que se pasea en ropita interior delante de su abuelo, una madura que hace lo que sea por revolcarse con un pendejo, o una embarazada pervertida, drogadicta y sucia.
Les juro que estoy a punto de acabar como una tarada, y quiero una pija en lo más profundo de mi conchita. La tengo re jugosa, y mis pezones me duelen de tan erectos! Tengo las manos transpiradas, los ojos lujuriosos y la bombacha por las rodillas, con una de mis manos estimulando mi botonsito sísmico! Quiero acabaaaaar!
Pero no olviden contarme todo lo que quieran para que yo les escriba sus mejores fantasías, ratones, perversiones y aventuras. Gracias por leerme, y si se tocan leyéndome, eso ya es un buen signo! Besitos donde quieran!!! fin
Digamos que mi nombre es Luli, y que nada tiene un lugar mejor en mi mente como el sexo. Tengo 24 años, soy re calentona, viciosa de los videos de chicas con pijas en la boca, fanática de las pelis eróticas y muy voyeurista. Me encanta mirar a través de las puertas a medio cerrar para ver quién se está cambiando luego de alguna ducha!
Estoy casada con un hombre de 26 años que es ciego, y le encanta escribir, tanto como que yo le lea lo que ustedes escriben. Es tan pajero como yo, le fascinan las tetas contra su hermosa pija y es muy apasionado a la hora de darme lo que necesito. Pero también me gusta verlo pajearse.
Nada me excita tanto como descubrir que en ocasiones amanece todo acabado a causa de algún sueño chancho. Por lo general me los cuenta, y jamás podría ponerme celosa de ello. Me gusta que sueñe que otra guacha le chupa la pija, que alguna de sus alumnas le hace tocar sus tetas o le cuenta que hoy vino a su clase sin bombachita. Él es profe de música, y da clases particulares en casa de teclado y percusión.
Les cuento que me encanta ponerle bombachitas y que camine por la casa con su pija a punto de reventar, hasta que mi morbo no lo permite y me arrodillo ante su necesidad para tomarme su lechita en una mamada que, les prometo que volvería locos a más de uno. A él le encanta que le tire mi aliento en la cara una vez que ya me la tragué toda.
Pero cuando escribo, me transformo, me lleno de cosquillitas como cuando era una nena y me relajo al punto tal que, les juro que he tenido orgasmos sin tener que tocarme.
Por lo general, los escribo en la cama. Me saco toda la ropa, tomo mi cuaderno de tapas negras y suelto mis ganas de hacer realidad algunas de mis historias, o reparo todo aquello que me contaron, lo que viví y lo que soñé.
Algunas de esas veces hasta me visto como los personajes de mis relatos. Pero casi siempre, mientras escribo, repaso y releo, me toco toda. Recorro mis tetas, aveces con alguna crema de leche encima, me lamo los dedos, me los muerdo, los lleno con mi saliva impertinente y con ellos me coloreo el resto del cuerpo.
En oportunidades, tengo que interrumpir la escritura para tocarme la vagina, presionar mi clítoris, regalarme un orgasmo brutal y, entonces, más relajada prosigo reconstruyendo lo que por momentos es un cúmulo de tachaduras, borrones y frases desarmadas.
Debo confesar que mis favoritos son los relatos de ciegos, los de lesbianas y los de incesto. Tengo un especial cariño por los fetichistas, porque yo también lo soy, y también me vuelven loca los de orgías, en esas en las que todo vale.
Tal vez mi personaje preferida sea Ayelén, una cieguita chancha, prostituta y dispuesta a crecer que, es la elegida de Javier, o el Lechu. Pero, fabiana, es una de las pendejas a las que muero por conocer. Ella muchas veces le hizo petes a mi esposo, y no voy a negar que si la veo con la calentura a disposición, le pediría que se la mame adelante mío.
Me hubiese encantado ir a la facu como Milagros, sin bombacha, y meterme en el baño con esos chicos. O ser Marisol en aquel programa de radio. Tal vez, me habría conformado con estar lo suficientemente caliente como para atreverme a meterme en el taller del mejor amigo de mi papá. Pero sí es cierto que mi primo me re garchó, y que sigo alzada con él. También es verdad que me le tomé toda la leche a un ex, cuando llegó borracho a casa, y que nunca lo había hecho, y que desde entonces el sexo oral es una de mis debilidades.
Mi esposo también tuvo sus aventuras, las que juntos escribimos mientras nos pajeamos. Siempre le pido que se acabe encima, que ensucie el calzoncillo y las sábanas con su semen.
Ahora estoy acostada, con una bombacha blanca que tiene olor a pipí, con las gomas al aire, con el pelo en un rodete, toda acabadita porque, ya tuve mi primer orgasmo, pero con ganas de más.
A él le gusta que tenga olor a pis, y eso es porque siempre adoró el olorsito a pichí de su prima lejana, que era más puta que las gallinas, pero no con él. Aunque ella fue la primera que le hizo tocar su par de tetas y su vagina sobre su bombacha.
En el cuaderno solo anoté algunas ideas, frases, y garabateé algunos dibujos sexuales. No sé bien qué escribir! Quiero tocarme, acabarme toda, autochuparme las tetas y hacerme pis en la cama como una nenita tonta, y que todos ustedes me saquen fotos! Ahora necesito una buena pija, o una rica conchita para jugar con mi lengua.
Mi esposo ahora está atento a un partido de fútbol, hiper relajado porque ya le chupé la pija después de pajearlo con mis tetas todas escupidas por ambos. Eso lo vuelve loco. Además le hice pichí en las manitos.
Estoy aquí, pensando en cosas para escribir. Les pido que todo lo que quieran sugerirme, si es que les gusta mi estilo, mis formas y mi lenguaje, me lo cuenten. Estoy dispuesta a ponerme en la piel de lo que deseen. Me gusta ser una puta, una treintona recatada pero muerta de abstinencia, una guacha que calienta a su padre, una nieta que se pasea en ropita interior delante de su abuelo, una madura que hace lo que sea por revolcarse con un pendejo, o una embarazada pervertida, drogadicta y sucia.
Les juro que estoy a punto de acabar como una tarada, y quiero una pija en lo más profundo de mi conchita. La tengo re jugosa, y mis pezones me duelen de tan erectos! Tengo las manos transpiradas, los ojos lujuriosos y la bombacha por las rodillas, con una de mis manos estimulando mi botonsito sísmico! Quiero acabaaaaar!
Pero no olviden contarme todo lo que quieran para que yo les escriba sus mejores fantasías, ratones, perversiones y aventuras. Gracias por leerme, y si se tocan leyéndome, eso ya es un buen signo! Besitos donde quieran!!! fin
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