Tras aquella peligrosa incursión en la casa de Mili, cumpliendo mis fantasías y quizás las suyas también, decidí abocarme a mis exámenes. Me olvide por un rato de las palabras del viejo de Mili, ya habría momento después de los exámenes para distraerme con diversas teorías y hacer preguntas. Esa semana paso rápida, apoyando de cuando en cuando a Mili a estudiar en la facu.
Así, terminaron los exámenes finales y todo parecía indicar que habíamos pasado los cursos… sentíamos un gran alivio al saber que nos graduaríamos. La ceremonia en el auditorio de la universidad seria recién la siguiente semana.
- ¿Qué te provoca hacer?... le pregunte animoso a Mili, ese sábado.
- Bueno… no sé... lo que quieras… me dijo cansada, tras la semana de exámenes.
Clásica respuesta femenina, pareciera que en el fondo lo saben, pero les gusta ver como tanteamos y nos equivocamos hasta que al fin damos con la respuesta que más les gusta. Así que empecé el interrogatorio…
- ¿Vamos a bailar a una disco?... propuse.
- No en realidad, no estoy de ánimo… estoy un poco cansada… repuso Mili.
- ¿Qué te parece el club militar?, podemos descansar y relajarnos en la piscina… agregue.
- Uhmmm… está un poco lejos… se quejó Mili.
- Entonces… vemos una película en tu casa o la mía… dije perdiendo un poco la paciencia y las opciones, esta niña se ponía caprichosa.
- Ayyy… nooo… quiero salir a despejarme… repuso.
- Bueno… salir de casa, ver película… vamos al cine… propuse resignado, lo siguiente era mandarla lejos a saludar a su abuela.
- Si… está bien… agrego más animada.
Fui a recogerla a su casa, entre un rato a saludar a sus padres. Me recibió con un vestido suelto, no tan ceñido en el busto, pero con los hombros descubiertos, del vestido salían un par de tiras que pasaban por su cuello para evitar que el vestido se le baje y muestre sus apetitosos senos.
La falda apenas por debajo de las rodillas, y sus piernas cubiertas por pantimedias. Se veía linda, menos provocativa que veces anteriores. Ante mi sorpresa me decía, que así se sentía más cómoda, tras la semana estresante, como que no estaba de ánimos para usar vestidos ceñidos ni atraer miradas.
Antes de dejarnos salir, llegue a oír que su papa le ponía un tope horario, misma Cenicienta, regresar antes de las 12. Luego note un pequeño intercambio de palabras…
- No te olvides de decirle… le advirtió su viejo.
- Esta bien papa… yo me encargo… dijo Mili resignada.
Nos fuimos en el taxi, si bien al principio Mili estuvo cariñosa, luego se puso pensativa otra vez, como en los últimos tiempos... y ya empezaba a preocuparme eso, su viejo la presionaba para que me dijera algo, era la segunda vez que lo escuchaba, tras esa vez que escape de la cochera.
- ¿Qué tenias que decirme?... me pareció que tu padre te dijo eso… le comenté a Mili.
- Ah no… bueno eso de… dijo nerviosa.
- ¿De qué?... insistí.
- Ah pues… de llegar temprano… si… es un fastidio que aun me ponga horarios… agrego aliviada, pero sentía que ocultaba algo más.
Supuse que cuando tuviera mas confianza, Mili me develaría el secreto que tanto me guardaba. No quería abrumarla tampoco con preguntas, íbamos bien en las últimas semanas, cumpliendo nuestras fantasías eróticas y logrando objetivos educativos… no había que malograr el momento.
Deje a Mili elegir la película, una comedia romántica que estuvo divertida… sin embargo seguía -notando que por momentos divagaba. Bueno quizás tras la película, seria momento de irle sacando por cucharadas aquello que tanto la abrumaba y no se animaba a decirme…
Bueno total, ya éramos pareja, debía haber comunicación y bla, bla, bla… quizás en el tiempo que estuvimos solos salió con alguien más, Javier, Guille o que se yo (esa seguía siendo mi gran duda)… seguro ella no quería contarme y su padre le aconsejo que lo hiciera para evitar problemas… pensaba tomar la iniciativa de manera discreta, sin embargo, ocurrió al revés…
Salíamos del cine conversando de la película, pensaba que camino a casa podia conversarle con paciencia del otro tema… sin embargo, nos topamos en los pasillos con ella… hacía mucho que no nos veíamos… y también estaba acompañada… era Viviana…
Fue una rara coincidencia que mientras nosotros salíamos de una sala de cine, ellos salían de la sala del frente, las películas habían terminado casi al mismo tiempo… mierd… habían pasado meses desde la última vez que la vi, mejor dicho, que terminé con ella para estar con Mili.
Fue un momento bastante incomodo, como se imaginarán, de esos en que no sabes que hacer y solo te quedas mirando… no sabes si saludar, si hacer un gesto o sonrisa cordial, decirle algo o solo irte huyendo haciéndote el desentendido…
Mi suerte fue que en esta ocasión yo no tuve que tomar esta decisión… Viviana opto por lo último, por irse como si no me hubiera visto, jalando a su pareja de manera presurosa.
No tuve que decirle nada a Mili, mejor dicho, confirmarle quien era ella, porque ya lo intuía.
- ¿Era Viviana?... me pregunto.
- Ehhh… si… si… era ella… respondí tratando de reaccionar y no darle importancia.
- Vaya… parece que no te olvido del todo… repuso con cierta intuición femenina.
- ¿Por qué lo dices?... replique intrigado.
- Se busco un chico parecido a ti: alto, piel clara, cabello castaño, tu contextura… dijo Mili medio en serio, medio en burla.
No me había percatado de esos detalles, yo más bien me fije en Viviana, que estaba linda como siempre. Mas bien, me sorprendía que Mili me comentara esos detalles, seguro intentaba mostrarse relajada respecto a lo sucedido, aunque eso iría cambiando con el transcurrir de los minutos.
- Debo reconocer que es una chica muy guapa… dijo Mili.
- Si… lo es… dije reflexivamente, quizás no debí decirlo, Mili me sacaba las cosas por cucharadas.
- Tienes buen gusto… dijo Mili, luego intentando bromear, agrego sonriendo: quizás por eso me elegiste a mí también…
Hizo énfasis en esto último, como quien dice: Estoy aquí, soy tu enamorada, si yo, ahora, aquí, mírame, hazme caso… hace minutos que Viviana se fue… si tu ex… vuelve acá, a la tierra, conmigo… sal de tu mundo y recuerdos con ella.
Sabía que Mili hacia todo de buena fe, intentar distraerme o darme confianza para hablar del tema y desahogarme un poco… pero a pesar de eso, yo seguía distraído. Se notaba que Viviana me había movido el piso, cosa que ya no le estaba haciendo gracia a Mili, pero ¿cómo evitarlo?
Viviana había sido importante en una época reciente de mi vida... había tenido enamoramientos antes, sentido cariño por mis otras parejas… pero lo de Viviana quizás había sido mi primera relación seria con la que alguna vez vislumbré un futuro… fue la primera chica a la que le dije que la amaba, de manera sincera… aparte fue la única que genero consenso positivo en mis padres… la adoraban…
- ¿Nos vamos?… me dijo Mili comenzando a incomodarse por mi desvarió.
- Ah cierto… tu papa pidió que vuelvas temprano.
Recién me percaté que, en el tiempo que estuve solo (peleado con Mili), no se me paso por la cabeza llamar o buscar a Viviana. Creo que la respetaba demasiado como para jugar con ella en un momento así, para llenar el vacío que Mili me dejo. Por otro lado, pensé que también debía querer a Mili, para que no se me haya ocurrido buscar a Viviana, Vane o alguien más.
Debo reconocer que me percate que Viviana actuó algo celosa, miro de pies a cabeza a Mili, como hacen las mujeres cuando quieren buscarse defecto para destrozar a la chica que anda con su ex, para luego contarlo en su grupo de amigas. Me hizo gracia, nunca había visto reaccionar a Viviana así.
Evidentemente eran diferentes, claro que Viviana era bella (como Mili reconoció) y cuerpo atlético, pero más que nada en la manera de vestir era mas recatada y bueno en personalidad también más reservada, pero amorosa. Mientras Mili era un torbellino en todo sentido, su personalidad, su vestimenta, su cuerpo, la intimidad…
Era tragicómico… le había dado a Mili muchas opciones para hacer ese día de descanso (disco, el club, su casa, la mía) y justo ella elige el cine… Justo el mismo que elige Viviana… me debatía en estos pensamientos hasta que…
- Ella debió significar mucho para ti… agrego Mili algo celosa.
- No… es solo que… nada… repuse mordiéndome la lengua para no empeorar las cosas.
- ¿Nada? ¿Mira como te tiene?... prácticamente me reclamo Mili.
Luego volteo el rostro, mirando la ventana del taxi, se sentía ofendida por mi distracción, entendiendo que mi mente seguía con Viviana y no con la chica que tenía al lado, mi pareja actual… así que intente calmarla, procurando medir mis palabras para no meter más la pata.
- Es que si… ella fue especial… es todo… no se quizás a tuviste un novio con el que te costó terminar… le explique para que me entienda con algún caso de su experiencia.
- Si… hubo alguien con el que me costó terminar… reconoció Mili.
- ¿Ves? ¿algún enamorado de colegio o de barrio?… repuse devolviendo las preguntas.
- Fuiste tu… tonto… me costó terminar contigo… dijo melancólica.
- Wow… y antes no… ¿con Javier?... pregunte sorprendido.
Me explico que terminar con Javier fue relativamente fácil… que empezó con él en una etapa que quería tener alguien, que era divertido y le hacía olvidar los problemas de su madre… pero intuía que le era infiel… más bien pensó que fue cobarde por no terminar antes con el…
- Me da un poco de celos ¿sabes?... me dijo.
- ¿Por qué? Eso ya paso… le dije.
- Es que tu al menos amaste a alguien más… y yo… yo solo a ti… me confeso.
El que viera a Viviana para Mili era como una alerta… la sombra de la ex… habíamos estado tan bien, hasta lo de Vane… luego volvíamos a estar bien y ahora aparecía Viviana, eso la hacía sentirse insegura respecto a nosotros nuevamente.
- Hey… Ven aquí… sabes que también te amo… le dije, abrazándola y forzando mis sentimientos para confortarla.
Luego nos besamos tiernamente. Nos miramos con cariño… ella aun veía algo de penumbra y congoja en mis ojos, abrumados por los recuerdos de Viviana… pero no dejaría que ella ganase... no esa noche…
- Señor… nos bajamos acá… dijo repentinamente Mili.
Ay, se me viene la noche, pensé… va comenzar con la discusión, en esa desolada calle, o en un arrebato se tomará otro taxi y se ira sola… me dije. Mili, me tomo del brazo, casi jaloneándome.
- Ven… vamos… me dijo.
No sabía a donde me llevaba Mili, porque estábamos en una calle vacía, en medio de la noche, quizás eran las 11… estábamos cerca del toque de queda establecido por su padre, cosa que parecía no importarle a Mili… ella sabia y estaba segura de a donde quería ir.
Hasta que al final de la calle… vi el letrero de neón hacia el cual parecía apuntar Mili…
- ¿Es en serio? ¿a esta hora? ¿en ese lugar?... pregunte absorto, no es que fuera snob, soy hombre y me meto a cualquier lugar, lo decía más por ella.
- Si… ahí… y ahora… me dijo de manera imperativa y mandona.
Ya se imaginarán… era un hotel, mejor dicho, un hostal… de poca calaña, pero fue lo mas cercano que Mili vio mientras pasábamos en el taxi. Ella estaba dispuesta a exorcizarme esa noche del recuerdo de Viviana como sea y donde sea.
- Oye… no es necesario… le dije un poco cansado, mejor dicho, de poco ánimo.
- Ohhh… si… sí que lo es… me dijo de manera decisiva, lo había tomado como un reto.
A pesar que ambos estábamos cansados por la semana larga de exámenes, Mili estaba dispuesta a sacrificar su ano en aquel simple hostal, ofrecer su trasero como tributo para que viera cuanto me amaba… incluso rebelándose a la hora límite impuesta por su padre.
Mili entro sin avergonzarse, pidió una habitación e incluso la pago, dejando su documento de identificación… yo parecía más bien el puto al que le habían pagado para acompañarla y satisfacerla... y parecía que se las cobraría en especias, con el sudor de mi ingle.
Me tomo de la mano y me llevo a la habitación… Mili parecía una policía llevando a su celda a un preso…yo la seguía aturdido y sorprendido, en todo este tiempo nunca la había visto tomando tanta iniciativa respecto a estas cosas… menos aun a mi ex Viviana… quizás la única que fue así era Vane, que estaba loca y me amarro…
Entramos a una habitación ataviada para el acto, con algunas imágenes de mujeres desnudas, un espejo a un lado de la cama y otro en el techo… algo me decía que detrás de uno de esos espejos podía haber una cámara, de esas que luego uno ve los videos de sexo amateur por la red.
Mientras apreciaba la habitación y sentía el olor típico de esos hostales (a sexo, algunos sabrán a que me refiero), recordaba que había tenido encuentros casuales en sitios así, pero con chicas que uno conoce al vuelo en discos o fiestas… pero hasta me daba pena llevar a Mili u otra pareja formal ahí.
Sin embargo, a Mili poco le importaba eso, ella tenía una misión y la iba a cumplir. Sin darme cuenta, mientras me perdía en abstracciones y observaciones del lugar, ella ya se había apoderado de mi verga, baje la vista y Mili ya estaba de rodillas, mamándomela… buscando ponérmela dura.
Una vez que estuvo dura como deseaba, sonrió coquetamente complacida… se levantó, me tomo de la mano, llevándome a la cama…
- Ven amor… reviéntame el culo… dijo con morbosa expresión.
Mili estaba motivada, dispuesta a borrar cualquier recuerdo de Viviana esa noche. Ella quería ser el único recuerdo que me llevara a mi almohada esa noche… yo la seguía embobado, apenas recordando que con Viviana no vivía ese tipo de lujuria, claro que había pasión y algo de morbo, pero también ternura… se acercaba más lo que podía decirse, hacer el amor…
Camino a la cama, Mili se había soltado las tiras del vestido en su cuello, dejando caer la parte superior del vestido, liberando sus redondos senos. Mili se levantó la falda y se recostó en la cama, de lado, levanto una pierna y la otra sobre la cama, un brazo también apoyado sobre la cama y el otro libre.
En esa posición, me percate que sus piernas enfundadas en pantimedias negras, terminaban en unas ligas en sus muslos, unidas a su vez por unas tiras a su pequeña ropa interior que ella se encargo de hacer a un lado. Esa imagen era excitante, parecía que, a pesar del cansancio, Mili había ido esa noche a darme una sorpresa, por si se daba la ocasión, con esa sexy lencería negra.
Viendo que no reaccionaba embobado mirándola, Mili con la mano libre comenzó a hacerme señas para que me acercara, mientras me miraba excitada. Ya me había dejado el espacio necesario para entrar de costado a su ansioso esfínter, que me esperaba palpitante.
- No seas tímido tontito… me decía ansiosa de que la poseyera.
Me fui acomodando, con un pie en el suelo y una rodilla en la cama, un brazo frente a ella y otro detrás, pero Mili no quería esperar demasiado. Cogió mi verga con confianza y la jalo apuntándola su ano, luego me tomo de la camisa como para que mi cuerpo se acercara y mi verga se le fuera incrustando entre sus gordas nalgas…
Me di cuenta que aquella posición tenía su razón de ser… Mili quería observarme mientras la complacía, quería observar como yo también me deleitaba con su jugoso trasero, sus redondos senos y su estrecho ano… quería que mi mirada no estuviera perdida en recuerdos como desde que sali del cine, tras ver a Viviana… Mili solo quería ver la lujuria que me provocaba someterla.
Fue así que empecé a taladrar su ano, mientras Mili me observaba deseosa, para incentivar mi ritmo, me jalo de la camisa y me beso con pasión, mientras su lengua incentivaba la mía, dándome algunas miradas de angustia y placer... sus jadeos iban en aumento, hasta que no pudo besarme más, porque los gemidos contenidos en su garganta la estaban ahogando.
- Uhmmm… siii amorrr… asiii… pártele el culo a tu novia… uhmmm… me decía como recordándome de quien era mi dueña actual.
Por momentos, sentía que actuaba mecánicamente, si bien cumplía con mi función, mi cabeza tenía flashes de otros momentos vividos con Viviana… maldita sea, concéntrate, me decía… me costo tanto volver con Mili, como para perder la cabeza una noche por mi ex…
- ¿Soy tu mujer amor?… ¿soy tu mujer?… insistía Mili excitada y buscando aunarme a su juego.
En ese momento no tenía en claro nada, pero Mili no tenia que saberlo, debía hacer mi mejor actuación para salir de ese contratiempo que me genero Viviana. Si las mujeres pueden fingir orgasmos, quizás yo podría fingir más pasión de lo normal… y en el camino quizás ya no tendría que fingir…
- No… no eres mi mujer… dije en un momento de estúpida sinceridad.
- ¿Qué?... ¿no soy tu mujer?... repuso absorta, decepcionada.
- No… esta noche… esta noche eres mi puta… repuse salvando la situación.
- ¿Tu puta?... repuso perpleja Mili, no era la respuesta gentil que esperaba, pero algo de morbo le genero la respuesta dentro de todo, lo pude ver en su rostro perplejo.
Para no dar pie a otras preguntas, comencé a bombearla con mayor fuerza, su pierna en alto apenas me podía contener mientras castigaba su ano y la besaba con pasión, devolviéndole mi lengua y ahogándola nuevamente entre jadeos y gemidos. Mi mano comenzó a estrujar sus henchidos senos, volviéndola loca de placer.
- Siii… amorrr… soy tu puta… soy tu puta… uhmmm… repetía frenéticamente, satisfecha.
Como esperaba, poco a poco fui asumiendo mi papel y dejándome llevar por el morbo, Mili contribuía con sus ricos gemidos y las expresiones en su rostro, entre placer, dolor, momentos de sonrisa, o caras como de niña castigada, haciendo pucheros o mordiéndose los labios.
- Amorrr… me estas reventando mi culitooo… auuu… decía caprichosa, sabía que eso me incentivaba más y que la bombearía más fuertemente.
En esa posición, estirando el cuello podía ver como mi dura verga le dilataba el ano violentamente, mientras me miraba sorprendida. Por ratos cerraba los ojos y con la cabeza hacia arriba disfrutaba esas sensaciones… hasta que abrió los ojos y comenzó a darle buen uso al espejo en el techo... mirando embobada como su cuerpo se retorcía de placer, sus senos bailaban y la expresión en su rostro.
- Uhmmm… Me convertiste en tu puta amor… uhmmm… exclamo completamente sometida.
Las imágenes no la engañaban, aquello que empezó con ella llevándome ahí y diciéndome casi que hacer… ahora se había revertido con Mili soportando un salvaje castigo anal… tanto duro, que ya le estaba acalambrando su pierna en alto.
Si bien Mili, soportaba porque quería más, o más bien sacarme a Viviana de la cabeza, decidí cambiar de posición… adoptando mi nuevo rol machista, y habiéndole dado el papel de una puta sometida. La tomé del cabello y la hice voltear hacia la cama…
- ¿Qué?... ohhh… exclamo sorprendida y excitada por mi rudeza.
Después de todo ella quería eso, me trajo a ese sucio hostal a que le parta el culo, para sentirse segura que era la única, que no había nadie mas afuera que le hiciera sombra… ni Vane, ni Viviana, ni cualquier otra… solo ella… solo su gran culo…
- ¿Qué haces amor?... uhmmm… gimió algo asustada.
Con el estómago contra el borde de la cama y las piernas colgando, casi como arrodillada y apresada a la vez entre mi ingle y la cama, así en cuatro, como le gustaba, comencé a clavarla, de arriba hacia abajo, haciendo presión con mi cuerpo hacia abajo y rebotando contra sus abultados glúteos.
- Ouuu… uhmmm… ayyyyy Dannyyy… uhmmm… se quejaba Mili de aquel empalamiento.
Mili soportaba mis embestidas contra la cama, arañando el viejo colchón, con el rostro de lado, mezcla de miedo y dolor… había despertado la bestia en mi… yo enloquecido, intentando bloquear los recuerdos de Viviana que me perseguían… castigaba con dureza el ano de Mili…
- Ábrete el culo… le ordene con un palmazo en sus nalgas.
Ella tras recibir ese sonoro golpe que le dejo las nalgas coloradas, solo atino a pasar sus manos por detrás y separar sus gordos glúteos, para soportar mi castigo…
- Asiii nooo amorrr… asiii nooo… dijo algo sollozante.
Me di cuenta que estaba siendo demasiado vehemente, la excitación de Mili se iba transformando en susto… y bueno, no era justo… ella no tenia la culpa del enredo que traía en la cabeza, solo intento encausarme hacia ella… recién lo entendí y procuré salvar la situación…
- Eres mi mujer y me vas a complacer… le reñí, para halagarla,
Intentaba cambiar el papel de Mili de chica abusada a mujer complaciente, que la idea de que era un castigo se tornase más amigable para ella, a pesar de la cruel violación que sufría su ano…
- Siiiii… siii amorrr… tu mujer te va complacerrr… uhmmm… repuso nuevamente excitada.
Otra vez animada, sintiendo que había cedido al pedido de reconocer que era mi mujer… Mili ahora con gusto se abría mas las abultadas nalgas, casi arañándoselas, mientras soportaba y empezaba a disfrutar de ese castigo nuevamente.
Es increíble pensar como unas palabras dichas en el tono y momento adecuado, pueden disponer a una fémina para que una salvaje cogida la asuma gustosamente, e incluso la lleve a un nivel de lujuria que la haga disfrutarlo al máximo.
- Ayyy amorrr… que ricooo… uhmmm… gemía gustosa Mili.
- ¿Qué amor? ¿Qué?... le preguntaba para incentivar su morbo.
- Tu verga atorando mi culo… uhmmm… exclamaba como poseída Mili.
Esta vez en su rostro de lado no veía temor, solo sus ojos entrecerrados de placer, disfrutando de todo eso… su morbo se multiplicaría al hacer nuevamente uso de los espejos, de uno al lado de la cama… veía absorta como mi ingle rebotaba en su rechoncho trasero… como sus uñas se le clavaban en sus propias nalgas y como le faltaban manos para agarrar todo su gordo trasero.
- Amorrr… mi culo es enorme… uhmmm… exclamo sorprendida de lo que veía.
Me vio a mí también prácticamente saltando encima de ella, con expresión de enfermiza morbosidad… cosa que la hizo sonreír gustosa… que su hombre la mirase con lujuria y placer, mientras se satisfacía de su enorme culo, mientras le incrustaba la verga hasta las tripas…
Creo también le generaba morbo, verse como una perra sometida en un camastro de un inmundo hostal… eso termino por llevarla la climax…
- Ayyy noo… noo… ouuuu… uhmmmm… exclamo temblorosa, casi acalambrada.
A pesar que intento resistirse, no pudo más y termino en un brutal orgasmo… nuevamente unos chorros de excitación inundaron su interior, mientras Mili se retorcía de placer…
- Ay amor… uggg… ufff… exclame, rindiéndome ante su enorme rabo.
Le descargue un galón de leche, parecía como un auto cargando gasolina… no dejaba de salir los borbotones de semen, inundándole las tripas de mis líquidos. Hubiera querido terminar en su boca, salpicarle la cara… pero ufff… con ese culo a veces no se puede… no siempre se gana…
Me despegué y me hice a un lado, sentado en el suelo al lado de ella, que seguía en la misma posición contra la cama… intentando reponerse… mientras respiraba agitada y me veía con una amorosa sonrisa a pesar del maltrato que le di a su enrojecido culo y casi reventado ano.
- ¿Soy tu única mujer?... pregunto embobada.
Mili esperaba con esa demostración haber ganado la batalla a mis recuerdos de Viviana, sacrificando su culo, su ano que casi había terminado destrozado.
- Si mi amor… tu eres la única… le dije para terminar de calmarla.
Creo que Mili quería seguir en esa absurda conversación, de sublimes halagos… como hacen las chicas cuando se ponen pegajosas tras hacer el amor… sin embargo… un ruido nos sacó de nuestra placentera recuperación… su celular comenzó a retumbar…
- Uyyyy… mi papa… ayyy… son las doce… dijo Mili mirando la hora.
Eran las doce en punto y su viejo la llamaba para recriminarle por su ausencia en la hora pactada…
- Lo siento papi… la película empezó un poco mas tarde y duro más de la cuenta… dijo Mili con vocecita de niña buena.
El oírla así, me excitaba… Mili se dio cuenta, y me hizo señas para que me arregle para irnos, pero ni bien colgó, se aferro a mi verga, limpiándola con unos certeros lengüetazos. No me quiso succionar porque sabía que si seguíamos no saldríamos.
Mili se limpió lo mejor que pudo y salimos volando del hostal, tan apurados estábamos que Mili casi se olvida sus documentos. Al llegar a su casa, a pesar de la explicación, igual su viejo nos espero con cara de pocos amigos, tras una severa llamada de atención, nos dio un breve sermón.
Me despedí de Mili, que parecía mas enamorada que nunca, yo estaba satisfecho también… pero bueno, con el transcurrir de los minutos empezaron a asaltarme de nuevo los recuerdos de Viviana, tendría tiempo ahora mas liberado para torturarme con esas imágenes del pasado.
Al llegar a mi casa, antes de dormir, recibí un mensaje en el celular… me pareció raro porque ya le había avisado a Mili que llegué bien a mi casa.
- Te extraño… no dejo de pensar en ti… decía.
Esta Mili, se ha puesto más romántica y cariñosa de lo usual, pensé, pero no era su número…
- Ha sido bonito recordar algunas cosas… no sé qué más decirte… respondí abrumado.
Quizás no debí responder, al menos no en ese momento, a esas horas que indicaban que también estaba pensando en ella, cuando no correspondía hacerlo.
- Disculpa, fui una tonta, no estás solo… no debí escribirte… descansa… finalizo ella en el siguiente mensaje despidiéndose.
- Está bien… Descansa Viviana… respondí con un nudo en la garganta y corazón.
Mierd… recordé lo difícil que fue dejar una chica así, linda, noble, inteligente, amorosa y se me ocurrían otra serie de virtudes, desde sus modales, su manera elegante de vestir sin dejar de sensual, una chica que podías presumir en familia o en reuniones amicales o de trabajo, sin temor a que todos la acosen como lobos adolescentes.
De cuerpo, por lo que vi, Viviana seguía siendo atlética, tenía sus bien formadas y gráciles curvas como modelo, no como las voluptuosas o saltantes curvas de Mili… sacando conclusiones eran muy diferentes en casi todo.
Mas bien, con Mili en estos meses todo había estado lejos de ser calmado, todo había sido un huracán de momentos extremos de pasión, peleas, venganzas, entre otras cosas… bueno lo que algunos podrían decir que esas cosas le dan sazón a la vida…
Pero en cambio, en el tiempo que estuve con Viviana todo funciono en paz y armonía… no recordaba peleas serias, celos, interferencia de terceros (como si nos paso a Mili y a mi con Vane, Javier, Guille)… con Viviana todo fluyo fácil… como en un sueño, así me fui quedando dormido.
Quizás ese encuentro con Viviana, nos daría el puntillazo final a Mili y a mí… el destino pone a las personas en tu camino por diversos motivos y esos reencuentros quizás tenían una razón de ser… ante lo que se nos venía pronto…
Al fin me enteraría lo que Mili me había ocultado por semanas… en el momento menos pensado y de una manera un tanto cruel… y eso terminaría de inclinar la balanza…
Continuara…
Así, terminaron los exámenes finales y todo parecía indicar que habíamos pasado los cursos… sentíamos un gran alivio al saber que nos graduaríamos. La ceremonia en el auditorio de la universidad seria recién la siguiente semana.
- ¿Qué te provoca hacer?... le pregunte animoso a Mili, ese sábado.
- Bueno… no sé... lo que quieras… me dijo cansada, tras la semana de exámenes.
Clásica respuesta femenina, pareciera que en el fondo lo saben, pero les gusta ver como tanteamos y nos equivocamos hasta que al fin damos con la respuesta que más les gusta. Así que empecé el interrogatorio…
- ¿Vamos a bailar a una disco?... propuse.
- No en realidad, no estoy de ánimo… estoy un poco cansada… repuso Mili.
- ¿Qué te parece el club militar?, podemos descansar y relajarnos en la piscina… agregue.
- Uhmmm… está un poco lejos… se quejó Mili.
- Entonces… vemos una película en tu casa o la mía… dije perdiendo un poco la paciencia y las opciones, esta niña se ponía caprichosa.
- Ayyy… nooo… quiero salir a despejarme… repuso.
- Bueno… salir de casa, ver película… vamos al cine… propuse resignado, lo siguiente era mandarla lejos a saludar a su abuela.
- Si… está bien… agrego más animada.
Fui a recogerla a su casa, entre un rato a saludar a sus padres. Me recibió con un vestido suelto, no tan ceñido en el busto, pero con los hombros descubiertos, del vestido salían un par de tiras que pasaban por su cuello para evitar que el vestido se le baje y muestre sus apetitosos senos.
La falda apenas por debajo de las rodillas, y sus piernas cubiertas por pantimedias. Se veía linda, menos provocativa que veces anteriores. Ante mi sorpresa me decía, que así se sentía más cómoda, tras la semana estresante, como que no estaba de ánimos para usar vestidos ceñidos ni atraer miradas.
Antes de dejarnos salir, llegue a oír que su papa le ponía un tope horario, misma Cenicienta, regresar antes de las 12. Luego note un pequeño intercambio de palabras…
- No te olvides de decirle… le advirtió su viejo.
- Esta bien papa… yo me encargo… dijo Mili resignada.
Nos fuimos en el taxi, si bien al principio Mili estuvo cariñosa, luego se puso pensativa otra vez, como en los últimos tiempos... y ya empezaba a preocuparme eso, su viejo la presionaba para que me dijera algo, era la segunda vez que lo escuchaba, tras esa vez que escape de la cochera.
- ¿Qué tenias que decirme?... me pareció que tu padre te dijo eso… le comenté a Mili.
- Ah no… bueno eso de… dijo nerviosa.
- ¿De qué?... insistí.
- Ah pues… de llegar temprano… si… es un fastidio que aun me ponga horarios… agrego aliviada, pero sentía que ocultaba algo más.
Supuse que cuando tuviera mas confianza, Mili me develaría el secreto que tanto me guardaba. No quería abrumarla tampoco con preguntas, íbamos bien en las últimas semanas, cumpliendo nuestras fantasías eróticas y logrando objetivos educativos… no había que malograr el momento.
Deje a Mili elegir la película, una comedia romántica que estuvo divertida… sin embargo seguía -notando que por momentos divagaba. Bueno quizás tras la película, seria momento de irle sacando por cucharadas aquello que tanto la abrumaba y no se animaba a decirme…
Bueno total, ya éramos pareja, debía haber comunicación y bla, bla, bla… quizás en el tiempo que estuvimos solos salió con alguien más, Javier, Guille o que se yo (esa seguía siendo mi gran duda)… seguro ella no quería contarme y su padre le aconsejo que lo hiciera para evitar problemas… pensaba tomar la iniciativa de manera discreta, sin embargo, ocurrió al revés…
Salíamos del cine conversando de la película, pensaba que camino a casa podia conversarle con paciencia del otro tema… sin embargo, nos topamos en los pasillos con ella… hacía mucho que no nos veíamos… y también estaba acompañada… era Viviana…
Fue una rara coincidencia que mientras nosotros salíamos de una sala de cine, ellos salían de la sala del frente, las películas habían terminado casi al mismo tiempo… mierd… habían pasado meses desde la última vez que la vi, mejor dicho, que terminé con ella para estar con Mili.
Fue un momento bastante incomodo, como se imaginarán, de esos en que no sabes que hacer y solo te quedas mirando… no sabes si saludar, si hacer un gesto o sonrisa cordial, decirle algo o solo irte huyendo haciéndote el desentendido…
Mi suerte fue que en esta ocasión yo no tuve que tomar esta decisión… Viviana opto por lo último, por irse como si no me hubiera visto, jalando a su pareja de manera presurosa.
No tuve que decirle nada a Mili, mejor dicho, confirmarle quien era ella, porque ya lo intuía.
- ¿Era Viviana?... me pregunto.
- Ehhh… si… si… era ella… respondí tratando de reaccionar y no darle importancia.
- Vaya… parece que no te olvido del todo… repuso con cierta intuición femenina.
- ¿Por qué lo dices?... replique intrigado.
- Se busco un chico parecido a ti: alto, piel clara, cabello castaño, tu contextura… dijo Mili medio en serio, medio en burla.
No me había percatado de esos detalles, yo más bien me fije en Viviana, que estaba linda como siempre. Mas bien, me sorprendía que Mili me comentara esos detalles, seguro intentaba mostrarse relajada respecto a lo sucedido, aunque eso iría cambiando con el transcurrir de los minutos.
- Debo reconocer que es una chica muy guapa… dijo Mili.
- Si… lo es… dije reflexivamente, quizás no debí decirlo, Mili me sacaba las cosas por cucharadas.
- Tienes buen gusto… dijo Mili, luego intentando bromear, agrego sonriendo: quizás por eso me elegiste a mí también…
Hizo énfasis en esto último, como quien dice: Estoy aquí, soy tu enamorada, si yo, ahora, aquí, mírame, hazme caso… hace minutos que Viviana se fue… si tu ex… vuelve acá, a la tierra, conmigo… sal de tu mundo y recuerdos con ella.
Sabía que Mili hacia todo de buena fe, intentar distraerme o darme confianza para hablar del tema y desahogarme un poco… pero a pesar de eso, yo seguía distraído. Se notaba que Viviana me había movido el piso, cosa que ya no le estaba haciendo gracia a Mili, pero ¿cómo evitarlo?
Viviana había sido importante en una época reciente de mi vida... había tenido enamoramientos antes, sentido cariño por mis otras parejas… pero lo de Viviana quizás había sido mi primera relación seria con la que alguna vez vislumbré un futuro… fue la primera chica a la que le dije que la amaba, de manera sincera… aparte fue la única que genero consenso positivo en mis padres… la adoraban…
- ¿Nos vamos?… me dijo Mili comenzando a incomodarse por mi desvarió.
- Ah cierto… tu papa pidió que vuelvas temprano.
Recién me percaté que, en el tiempo que estuve solo (peleado con Mili), no se me paso por la cabeza llamar o buscar a Viviana. Creo que la respetaba demasiado como para jugar con ella en un momento así, para llenar el vacío que Mili me dejo. Por otro lado, pensé que también debía querer a Mili, para que no se me haya ocurrido buscar a Viviana, Vane o alguien más.
Debo reconocer que me percate que Viviana actuó algo celosa, miro de pies a cabeza a Mili, como hacen las mujeres cuando quieren buscarse defecto para destrozar a la chica que anda con su ex, para luego contarlo en su grupo de amigas. Me hizo gracia, nunca había visto reaccionar a Viviana así.
Evidentemente eran diferentes, claro que Viviana era bella (como Mili reconoció) y cuerpo atlético, pero más que nada en la manera de vestir era mas recatada y bueno en personalidad también más reservada, pero amorosa. Mientras Mili era un torbellino en todo sentido, su personalidad, su vestimenta, su cuerpo, la intimidad…
Era tragicómico… le había dado a Mili muchas opciones para hacer ese día de descanso (disco, el club, su casa, la mía) y justo ella elige el cine… Justo el mismo que elige Viviana… me debatía en estos pensamientos hasta que…
- Ella debió significar mucho para ti… agrego Mili algo celosa.
- No… es solo que… nada… repuse mordiéndome la lengua para no empeorar las cosas.
- ¿Nada? ¿Mira como te tiene?... prácticamente me reclamo Mili.
Luego volteo el rostro, mirando la ventana del taxi, se sentía ofendida por mi distracción, entendiendo que mi mente seguía con Viviana y no con la chica que tenía al lado, mi pareja actual… así que intente calmarla, procurando medir mis palabras para no meter más la pata.
- Es que si… ella fue especial… es todo… no se quizás a tuviste un novio con el que te costó terminar… le explique para que me entienda con algún caso de su experiencia.
- Si… hubo alguien con el que me costó terminar… reconoció Mili.
- ¿Ves? ¿algún enamorado de colegio o de barrio?… repuse devolviendo las preguntas.
- Fuiste tu… tonto… me costó terminar contigo… dijo melancólica.
- Wow… y antes no… ¿con Javier?... pregunte sorprendido.
Me explico que terminar con Javier fue relativamente fácil… que empezó con él en una etapa que quería tener alguien, que era divertido y le hacía olvidar los problemas de su madre… pero intuía que le era infiel… más bien pensó que fue cobarde por no terminar antes con el…
- Me da un poco de celos ¿sabes?... me dijo.
- ¿Por qué? Eso ya paso… le dije.
- Es que tu al menos amaste a alguien más… y yo… yo solo a ti… me confeso.
El que viera a Viviana para Mili era como una alerta… la sombra de la ex… habíamos estado tan bien, hasta lo de Vane… luego volvíamos a estar bien y ahora aparecía Viviana, eso la hacía sentirse insegura respecto a nosotros nuevamente.
- Hey… Ven aquí… sabes que también te amo… le dije, abrazándola y forzando mis sentimientos para confortarla.
Luego nos besamos tiernamente. Nos miramos con cariño… ella aun veía algo de penumbra y congoja en mis ojos, abrumados por los recuerdos de Viviana… pero no dejaría que ella ganase... no esa noche…
- Señor… nos bajamos acá… dijo repentinamente Mili.
Ay, se me viene la noche, pensé… va comenzar con la discusión, en esa desolada calle, o en un arrebato se tomará otro taxi y se ira sola… me dije. Mili, me tomo del brazo, casi jaloneándome.
- Ven… vamos… me dijo.
No sabía a donde me llevaba Mili, porque estábamos en una calle vacía, en medio de la noche, quizás eran las 11… estábamos cerca del toque de queda establecido por su padre, cosa que parecía no importarle a Mili… ella sabia y estaba segura de a donde quería ir.
Hasta que al final de la calle… vi el letrero de neón hacia el cual parecía apuntar Mili…
- ¿Es en serio? ¿a esta hora? ¿en ese lugar?... pregunte absorto, no es que fuera snob, soy hombre y me meto a cualquier lugar, lo decía más por ella.
- Si… ahí… y ahora… me dijo de manera imperativa y mandona.
Ya se imaginarán… era un hotel, mejor dicho, un hostal… de poca calaña, pero fue lo mas cercano que Mili vio mientras pasábamos en el taxi. Ella estaba dispuesta a exorcizarme esa noche del recuerdo de Viviana como sea y donde sea.
- Oye… no es necesario… le dije un poco cansado, mejor dicho, de poco ánimo.
- Ohhh… si… sí que lo es… me dijo de manera decisiva, lo había tomado como un reto.
A pesar que ambos estábamos cansados por la semana larga de exámenes, Mili estaba dispuesta a sacrificar su ano en aquel simple hostal, ofrecer su trasero como tributo para que viera cuanto me amaba… incluso rebelándose a la hora límite impuesta por su padre.
Mili entro sin avergonzarse, pidió una habitación e incluso la pago, dejando su documento de identificación… yo parecía más bien el puto al que le habían pagado para acompañarla y satisfacerla... y parecía que se las cobraría en especias, con el sudor de mi ingle.
Me tomo de la mano y me llevo a la habitación… Mili parecía una policía llevando a su celda a un preso…yo la seguía aturdido y sorprendido, en todo este tiempo nunca la había visto tomando tanta iniciativa respecto a estas cosas… menos aun a mi ex Viviana… quizás la única que fue así era Vane, que estaba loca y me amarro…
Entramos a una habitación ataviada para el acto, con algunas imágenes de mujeres desnudas, un espejo a un lado de la cama y otro en el techo… algo me decía que detrás de uno de esos espejos podía haber una cámara, de esas que luego uno ve los videos de sexo amateur por la red.
Mientras apreciaba la habitación y sentía el olor típico de esos hostales (a sexo, algunos sabrán a que me refiero), recordaba que había tenido encuentros casuales en sitios así, pero con chicas que uno conoce al vuelo en discos o fiestas… pero hasta me daba pena llevar a Mili u otra pareja formal ahí.
Sin embargo, a Mili poco le importaba eso, ella tenía una misión y la iba a cumplir. Sin darme cuenta, mientras me perdía en abstracciones y observaciones del lugar, ella ya se había apoderado de mi verga, baje la vista y Mili ya estaba de rodillas, mamándomela… buscando ponérmela dura.
Una vez que estuvo dura como deseaba, sonrió coquetamente complacida… se levantó, me tomo de la mano, llevándome a la cama…
- Ven amor… reviéntame el culo… dijo con morbosa expresión.
Mili estaba motivada, dispuesta a borrar cualquier recuerdo de Viviana esa noche. Ella quería ser el único recuerdo que me llevara a mi almohada esa noche… yo la seguía embobado, apenas recordando que con Viviana no vivía ese tipo de lujuria, claro que había pasión y algo de morbo, pero también ternura… se acercaba más lo que podía decirse, hacer el amor…
Camino a la cama, Mili se había soltado las tiras del vestido en su cuello, dejando caer la parte superior del vestido, liberando sus redondos senos. Mili se levantó la falda y se recostó en la cama, de lado, levanto una pierna y la otra sobre la cama, un brazo también apoyado sobre la cama y el otro libre.
En esa posición, me percate que sus piernas enfundadas en pantimedias negras, terminaban en unas ligas en sus muslos, unidas a su vez por unas tiras a su pequeña ropa interior que ella se encargo de hacer a un lado. Esa imagen era excitante, parecía que, a pesar del cansancio, Mili había ido esa noche a darme una sorpresa, por si se daba la ocasión, con esa sexy lencería negra.
Viendo que no reaccionaba embobado mirándola, Mili con la mano libre comenzó a hacerme señas para que me acercara, mientras me miraba excitada. Ya me había dejado el espacio necesario para entrar de costado a su ansioso esfínter, que me esperaba palpitante.
- No seas tímido tontito… me decía ansiosa de que la poseyera.
Me fui acomodando, con un pie en el suelo y una rodilla en la cama, un brazo frente a ella y otro detrás, pero Mili no quería esperar demasiado. Cogió mi verga con confianza y la jalo apuntándola su ano, luego me tomo de la camisa como para que mi cuerpo se acercara y mi verga se le fuera incrustando entre sus gordas nalgas…
Me di cuenta que aquella posición tenía su razón de ser… Mili quería observarme mientras la complacía, quería observar como yo también me deleitaba con su jugoso trasero, sus redondos senos y su estrecho ano… quería que mi mirada no estuviera perdida en recuerdos como desde que sali del cine, tras ver a Viviana… Mili solo quería ver la lujuria que me provocaba someterla.
Fue así que empecé a taladrar su ano, mientras Mili me observaba deseosa, para incentivar mi ritmo, me jalo de la camisa y me beso con pasión, mientras su lengua incentivaba la mía, dándome algunas miradas de angustia y placer... sus jadeos iban en aumento, hasta que no pudo besarme más, porque los gemidos contenidos en su garganta la estaban ahogando.
- Uhmmm… siii amorrr… asiii… pártele el culo a tu novia… uhmmm… me decía como recordándome de quien era mi dueña actual.
Por momentos, sentía que actuaba mecánicamente, si bien cumplía con mi función, mi cabeza tenía flashes de otros momentos vividos con Viviana… maldita sea, concéntrate, me decía… me costo tanto volver con Mili, como para perder la cabeza una noche por mi ex…
- ¿Soy tu mujer amor?… ¿soy tu mujer?… insistía Mili excitada y buscando aunarme a su juego.
En ese momento no tenía en claro nada, pero Mili no tenia que saberlo, debía hacer mi mejor actuación para salir de ese contratiempo que me genero Viviana. Si las mujeres pueden fingir orgasmos, quizás yo podría fingir más pasión de lo normal… y en el camino quizás ya no tendría que fingir…
- No… no eres mi mujer… dije en un momento de estúpida sinceridad.
- ¿Qué?... ¿no soy tu mujer?... repuso absorta, decepcionada.
- No… esta noche… esta noche eres mi puta… repuse salvando la situación.
- ¿Tu puta?... repuso perpleja Mili, no era la respuesta gentil que esperaba, pero algo de morbo le genero la respuesta dentro de todo, lo pude ver en su rostro perplejo.
Para no dar pie a otras preguntas, comencé a bombearla con mayor fuerza, su pierna en alto apenas me podía contener mientras castigaba su ano y la besaba con pasión, devolviéndole mi lengua y ahogándola nuevamente entre jadeos y gemidos. Mi mano comenzó a estrujar sus henchidos senos, volviéndola loca de placer.
- Siii… amorrr… soy tu puta… soy tu puta… uhmmm… repetía frenéticamente, satisfecha.
Como esperaba, poco a poco fui asumiendo mi papel y dejándome llevar por el morbo, Mili contribuía con sus ricos gemidos y las expresiones en su rostro, entre placer, dolor, momentos de sonrisa, o caras como de niña castigada, haciendo pucheros o mordiéndose los labios.
- Amorrr… me estas reventando mi culitooo… auuu… decía caprichosa, sabía que eso me incentivaba más y que la bombearía más fuertemente.
En esa posición, estirando el cuello podía ver como mi dura verga le dilataba el ano violentamente, mientras me miraba sorprendida. Por ratos cerraba los ojos y con la cabeza hacia arriba disfrutaba esas sensaciones… hasta que abrió los ojos y comenzó a darle buen uso al espejo en el techo... mirando embobada como su cuerpo se retorcía de placer, sus senos bailaban y la expresión en su rostro.
- Uhmmm… Me convertiste en tu puta amor… uhmmm… exclamo completamente sometida.
Las imágenes no la engañaban, aquello que empezó con ella llevándome ahí y diciéndome casi que hacer… ahora se había revertido con Mili soportando un salvaje castigo anal… tanto duro, que ya le estaba acalambrando su pierna en alto.
Si bien Mili, soportaba porque quería más, o más bien sacarme a Viviana de la cabeza, decidí cambiar de posición… adoptando mi nuevo rol machista, y habiéndole dado el papel de una puta sometida. La tomé del cabello y la hice voltear hacia la cama…
- ¿Qué?... ohhh… exclamo sorprendida y excitada por mi rudeza.
Después de todo ella quería eso, me trajo a ese sucio hostal a que le parta el culo, para sentirse segura que era la única, que no había nadie mas afuera que le hiciera sombra… ni Vane, ni Viviana, ni cualquier otra… solo ella… solo su gran culo…
- ¿Qué haces amor?... uhmmm… gimió algo asustada.
Con el estómago contra el borde de la cama y las piernas colgando, casi como arrodillada y apresada a la vez entre mi ingle y la cama, así en cuatro, como le gustaba, comencé a clavarla, de arriba hacia abajo, haciendo presión con mi cuerpo hacia abajo y rebotando contra sus abultados glúteos.
- Ouuu… uhmmm… ayyyyy Dannyyy… uhmmm… se quejaba Mili de aquel empalamiento.
Mili soportaba mis embestidas contra la cama, arañando el viejo colchón, con el rostro de lado, mezcla de miedo y dolor… había despertado la bestia en mi… yo enloquecido, intentando bloquear los recuerdos de Viviana que me perseguían… castigaba con dureza el ano de Mili…
- Ábrete el culo… le ordene con un palmazo en sus nalgas.
Ella tras recibir ese sonoro golpe que le dejo las nalgas coloradas, solo atino a pasar sus manos por detrás y separar sus gordos glúteos, para soportar mi castigo…
- Asiii nooo amorrr… asiii nooo… dijo algo sollozante.
Me di cuenta que estaba siendo demasiado vehemente, la excitación de Mili se iba transformando en susto… y bueno, no era justo… ella no tenia la culpa del enredo que traía en la cabeza, solo intento encausarme hacia ella… recién lo entendí y procuré salvar la situación…
- Eres mi mujer y me vas a complacer… le reñí, para halagarla,
Intentaba cambiar el papel de Mili de chica abusada a mujer complaciente, que la idea de que era un castigo se tornase más amigable para ella, a pesar de la cruel violación que sufría su ano…
- Siiiii… siii amorrr… tu mujer te va complacerrr… uhmmm… repuso nuevamente excitada.
Otra vez animada, sintiendo que había cedido al pedido de reconocer que era mi mujer… Mili ahora con gusto se abría mas las abultadas nalgas, casi arañándoselas, mientras soportaba y empezaba a disfrutar de ese castigo nuevamente.
Es increíble pensar como unas palabras dichas en el tono y momento adecuado, pueden disponer a una fémina para que una salvaje cogida la asuma gustosamente, e incluso la lleve a un nivel de lujuria que la haga disfrutarlo al máximo.
- Ayyy amorrr… que ricooo… uhmmm… gemía gustosa Mili.
- ¿Qué amor? ¿Qué?... le preguntaba para incentivar su morbo.
- Tu verga atorando mi culo… uhmmm… exclamaba como poseída Mili.
Esta vez en su rostro de lado no veía temor, solo sus ojos entrecerrados de placer, disfrutando de todo eso… su morbo se multiplicaría al hacer nuevamente uso de los espejos, de uno al lado de la cama… veía absorta como mi ingle rebotaba en su rechoncho trasero… como sus uñas se le clavaban en sus propias nalgas y como le faltaban manos para agarrar todo su gordo trasero.
- Amorrr… mi culo es enorme… uhmmm… exclamo sorprendida de lo que veía.
Me vio a mí también prácticamente saltando encima de ella, con expresión de enfermiza morbosidad… cosa que la hizo sonreír gustosa… que su hombre la mirase con lujuria y placer, mientras se satisfacía de su enorme culo, mientras le incrustaba la verga hasta las tripas…
Creo también le generaba morbo, verse como una perra sometida en un camastro de un inmundo hostal… eso termino por llevarla la climax…
- Ayyy noo… noo… ouuuu… uhmmmm… exclamo temblorosa, casi acalambrada.
A pesar que intento resistirse, no pudo más y termino en un brutal orgasmo… nuevamente unos chorros de excitación inundaron su interior, mientras Mili se retorcía de placer…
- Ay amor… uggg… ufff… exclame, rindiéndome ante su enorme rabo.
Le descargue un galón de leche, parecía como un auto cargando gasolina… no dejaba de salir los borbotones de semen, inundándole las tripas de mis líquidos. Hubiera querido terminar en su boca, salpicarle la cara… pero ufff… con ese culo a veces no se puede… no siempre se gana…
Me despegué y me hice a un lado, sentado en el suelo al lado de ella, que seguía en la misma posición contra la cama… intentando reponerse… mientras respiraba agitada y me veía con una amorosa sonrisa a pesar del maltrato que le di a su enrojecido culo y casi reventado ano.
- ¿Soy tu única mujer?... pregunto embobada.
Mili esperaba con esa demostración haber ganado la batalla a mis recuerdos de Viviana, sacrificando su culo, su ano que casi había terminado destrozado.
- Si mi amor… tu eres la única… le dije para terminar de calmarla.
Creo que Mili quería seguir en esa absurda conversación, de sublimes halagos… como hacen las chicas cuando se ponen pegajosas tras hacer el amor… sin embargo… un ruido nos sacó de nuestra placentera recuperación… su celular comenzó a retumbar…
- Uyyyy… mi papa… ayyy… son las doce… dijo Mili mirando la hora.
Eran las doce en punto y su viejo la llamaba para recriminarle por su ausencia en la hora pactada…
- Lo siento papi… la película empezó un poco mas tarde y duro más de la cuenta… dijo Mili con vocecita de niña buena.
El oírla así, me excitaba… Mili se dio cuenta, y me hizo señas para que me arregle para irnos, pero ni bien colgó, se aferro a mi verga, limpiándola con unos certeros lengüetazos. No me quiso succionar porque sabía que si seguíamos no saldríamos.
Mili se limpió lo mejor que pudo y salimos volando del hostal, tan apurados estábamos que Mili casi se olvida sus documentos. Al llegar a su casa, a pesar de la explicación, igual su viejo nos espero con cara de pocos amigos, tras una severa llamada de atención, nos dio un breve sermón.
Me despedí de Mili, que parecía mas enamorada que nunca, yo estaba satisfecho también… pero bueno, con el transcurrir de los minutos empezaron a asaltarme de nuevo los recuerdos de Viviana, tendría tiempo ahora mas liberado para torturarme con esas imágenes del pasado.
Al llegar a mi casa, antes de dormir, recibí un mensaje en el celular… me pareció raro porque ya le había avisado a Mili que llegué bien a mi casa.
- Te extraño… no dejo de pensar en ti… decía.
Esta Mili, se ha puesto más romántica y cariñosa de lo usual, pensé, pero no era su número…
- Ha sido bonito recordar algunas cosas… no sé qué más decirte… respondí abrumado.
Quizás no debí responder, al menos no en ese momento, a esas horas que indicaban que también estaba pensando en ella, cuando no correspondía hacerlo.
- Disculpa, fui una tonta, no estás solo… no debí escribirte… descansa… finalizo ella en el siguiente mensaje despidiéndose.
- Está bien… Descansa Viviana… respondí con un nudo en la garganta y corazón.
Mierd… recordé lo difícil que fue dejar una chica así, linda, noble, inteligente, amorosa y se me ocurrían otra serie de virtudes, desde sus modales, su manera elegante de vestir sin dejar de sensual, una chica que podías presumir en familia o en reuniones amicales o de trabajo, sin temor a que todos la acosen como lobos adolescentes.
De cuerpo, por lo que vi, Viviana seguía siendo atlética, tenía sus bien formadas y gráciles curvas como modelo, no como las voluptuosas o saltantes curvas de Mili… sacando conclusiones eran muy diferentes en casi todo.
Mas bien, con Mili en estos meses todo había estado lejos de ser calmado, todo había sido un huracán de momentos extremos de pasión, peleas, venganzas, entre otras cosas… bueno lo que algunos podrían decir que esas cosas le dan sazón a la vida…
Pero en cambio, en el tiempo que estuve con Viviana todo funciono en paz y armonía… no recordaba peleas serias, celos, interferencia de terceros (como si nos paso a Mili y a mi con Vane, Javier, Guille)… con Viviana todo fluyo fácil… como en un sueño, así me fui quedando dormido.
Quizás ese encuentro con Viviana, nos daría el puntillazo final a Mili y a mí… el destino pone a las personas en tu camino por diversos motivos y esos reencuentros quizás tenían una razón de ser… ante lo que se nos venía pronto…
Al fin me enteraría lo que Mili me había ocultado por semanas… en el momento menos pensado y de una manera un tanto cruel… y eso terminaría de inclinar la balanza…
Continuara…
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