Estoy casado desde hace ocho años con una ex compañera del secundario, no con la de mi anterior relato sino con otra con la que cursamos juntos desde tercero hasta quinto año únicamente, ella había repetido y eso hizo que compartamos curso hasta el final. Era la mas linda del curso y una de las mas lindas del colegio ,una pendeja muy bonita de cara con una boquita petera que me mataba, en esos tres años que fuimos juntos no me llevo el apunte casi para nada porque era muy tímida e introvertida, habremos hablado cuatro o cinco veces en todo ese tiempo.
Como todo pajero a esa edad, yo fantaseaba con tenerla encima mío haciendome un pete con esa deliciosa boquita y al final pajearme con fuerza y salpicarle su hermoso rostro con mi lechita. Me hice muchas pero muchas pajas con esa fantasía también con otras compañeras pero especialmente con ella que era como dije antes, la mas linda de todas. Terminamos el colegio y si bien viviamos en la misma ciudad y a unas cuarenta cuadras de mi casa, no la vi mas ni en la calle salvo dos o tres veces que la encontré con su madre en el banco o haciendo compras, pasaron como cinco años así y un día me llamó a casa angustiada, necesitaba dadores de sangre para un familiar enfermo y otra ex compañera le había pasado mi número. Nos reencontramos por esa causa y nos pusimos a charlar, yo pensaba que ella estaba casada con hijos y ella pensaba que yo también, nada que ver ya que ambos estábamos solteros, yo sin novia y ella había cortado su noviazgo hacía unos meses.
Empezamos a visitarnos como amigos, salimos a comer algo un par de veces y como ninguno tenía compromisos, nos pusimos de novios casi sin darnos cuenta, como una cosa que lleva a la otra y cuando quisimos acordar ya estábamos a los besos. Ella todavía era muy tímida y criada a la antigua pese a haber crecido y tuvimos sexo recién como a los dos meses de habernos dado el primer beso, una vez que comenzamos a coger nos soltamos de una manera tremenda, sobre todo ella de verla tan tímida y vergonzoza, que se arrodille delante mío y me chupe la pija con ganas era algo que me volvía loco...Un día aguanté mi eyaculación mas de la cuenta y ella se cansó de chuparmela, se la sacó de la boca para tomar aire y yo empecé a pajearme para acabarla en la cara, me agarró la mano y me preguntó que estaba por hacer, -Dejame que te acabe en la carita mi amor- le dije y enseguida se negó, que era un puerco que ni sueñe que me iba a dejar que le haga eso, ella solo me dejaba que la acabe en las tetas o en cualquier parte de su cuerpo hasta ese momento pero jamás en su cara. Así seguimos nuestro noviazgo durante un año y medio y jamás me dejó que le haga un facial bajo ningún punto de vista.
Nos casamos a mediados de Agosto y nuestra vida sexual fué in crescendo, empezamos a hacer cosas que de novios no habíamos hecho todavía pero siguió sin dejarme que la acabe en su cara, eso me volvía loco, verla durmiendo al lado mío con esa carita preciosa, que sea mi mujer y tenerla tan cerca y no poder hacerlo, era una especie de tortura que me volvía loco. Un día encontré sin querer en el placard su uniforme del colegio, ni sabía que lo había guardado y como ella tiene prácticametne el mismo cuerpo de adolescente, le pedí que se lo ponga para ver como le quedaba. Se vistió delante mío lo que excacerbó mi calentura y quise cogerla ahí nomás, ella me dijo que no, que lo ibamos a hacer con el uniforme una semana después que quería darme una sorpresa para mi cumpleaños, me pidió por favor que durante esa semana no tengamos nada de sexo y que le de mi palabra de que ni siquiera me haría la paja porque quería que llegue bien cargadito para la sorpresa.
Los últimos dos días de mi "abstinencia" fueron de terror, arrastraba los huevos por el piso y no daba mas de la calentura, sentía que tenía los testículos a explotar de semen y llegó el día tan esperado... Ella se colocó el uniforme escolar delante mío y me pidió que quería que me pajee mientras la miraba, me pidió por favor que no vaya a acabar de ninguna manera que solo me masturbe mirandola. Para completar mi morbo, se ató el pelo de manera muy similar a cuando íbamos al colegio, yo no aguantaba mas, quería cogerla así vestida nomás y ella me repetia que no quería que la penetre, yo totalmente caliente por la manera en que me hacía desear le digo que no aguantaba mas las ganas de acabar, entonces ella se acercó gateando hacia mi, yo estaba sentado en un sillón y ella vino y se detuvo delante mío, empezó a hacerme un pete mirandome con la mejor cara de puta que podía poner.
Enseguida comenzé a implorarle que pare que iba a eyacular de un momento a otro y ella se la sacó de su boca y empezó a pajearme apuntando mi durísima verga hacia su cara, cuando me di cuenta de sus intenciones fué demasiado para mi, una electricidad orgásmica que me recorrió todo el cuerpo y una catarata de leche caliente y espesa que salió a chorros hacia su hermosa carita sonriente, vacié el contenido de mis testículos sobre ella. Calculo que en ese momento debo haber sido el tipo mas feliz del mundo ya que durante muchos años deseé con ansias ese momento y hasta el día de hoy que lo seguimos haciendo como parte de nuestros juegos sexuales.
Esa era la sorpresa que me tenía preparada para mi cumple, el mejor regalo que me han hecho hasta ahora.
Como todo pajero a esa edad, yo fantaseaba con tenerla encima mío haciendome un pete con esa deliciosa boquita y al final pajearme con fuerza y salpicarle su hermoso rostro con mi lechita. Me hice muchas pero muchas pajas con esa fantasía también con otras compañeras pero especialmente con ella que era como dije antes, la mas linda de todas. Terminamos el colegio y si bien viviamos en la misma ciudad y a unas cuarenta cuadras de mi casa, no la vi mas ni en la calle salvo dos o tres veces que la encontré con su madre en el banco o haciendo compras, pasaron como cinco años así y un día me llamó a casa angustiada, necesitaba dadores de sangre para un familiar enfermo y otra ex compañera le había pasado mi número. Nos reencontramos por esa causa y nos pusimos a charlar, yo pensaba que ella estaba casada con hijos y ella pensaba que yo también, nada que ver ya que ambos estábamos solteros, yo sin novia y ella había cortado su noviazgo hacía unos meses.
Empezamos a visitarnos como amigos, salimos a comer algo un par de veces y como ninguno tenía compromisos, nos pusimos de novios casi sin darnos cuenta, como una cosa que lleva a la otra y cuando quisimos acordar ya estábamos a los besos. Ella todavía era muy tímida y criada a la antigua pese a haber crecido y tuvimos sexo recién como a los dos meses de habernos dado el primer beso, una vez que comenzamos a coger nos soltamos de una manera tremenda, sobre todo ella de verla tan tímida y vergonzoza, que se arrodille delante mío y me chupe la pija con ganas era algo que me volvía loco...Un día aguanté mi eyaculación mas de la cuenta y ella se cansó de chuparmela, se la sacó de la boca para tomar aire y yo empecé a pajearme para acabarla en la cara, me agarró la mano y me preguntó que estaba por hacer, -Dejame que te acabe en la carita mi amor- le dije y enseguida se negó, que era un puerco que ni sueñe que me iba a dejar que le haga eso, ella solo me dejaba que la acabe en las tetas o en cualquier parte de su cuerpo hasta ese momento pero jamás en su cara. Así seguimos nuestro noviazgo durante un año y medio y jamás me dejó que le haga un facial bajo ningún punto de vista.
Nos casamos a mediados de Agosto y nuestra vida sexual fué in crescendo, empezamos a hacer cosas que de novios no habíamos hecho todavía pero siguió sin dejarme que la acabe en su cara, eso me volvía loco, verla durmiendo al lado mío con esa carita preciosa, que sea mi mujer y tenerla tan cerca y no poder hacerlo, era una especie de tortura que me volvía loco. Un día encontré sin querer en el placard su uniforme del colegio, ni sabía que lo había guardado y como ella tiene prácticametne el mismo cuerpo de adolescente, le pedí que se lo ponga para ver como le quedaba. Se vistió delante mío lo que excacerbó mi calentura y quise cogerla ahí nomás, ella me dijo que no, que lo ibamos a hacer con el uniforme una semana después que quería darme una sorpresa para mi cumpleaños, me pidió por favor que durante esa semana no tengamos nada de sexo y que le de mi palabra de que ni siquiera me haría la paja porque quería que llegue bien cargadito para la sorpresa.
Los últimos dos días de mi "abstinencia" fueron de terror, arrastraba los huevos por el piso y no daba mas de la calentura, sentía que tenía los testículos a explotar de semen y llegó el día tan esperado... Ella se colocó el uniforme escolar delante mío y me pidió que quería que me pajee mientras la miraba, me pidió por favor que no vaya a acabar de ninguna manera que solo me masturbe mirandola. Para completar mi morbo, se ató el pelo de manera muy similar a cuando íbamos al colegio, yo no aguantaba mas, quería cogerla así vestida nomás y ella me repetia que no quería que la penetre, yo totalmente caliente por la manera en que me hacía desear le digo que no aguantaba mas las ganas de acabar, entonces ella se acercó gateando hacia mi, yo estaba sentado en un sillón y ella vino y se detuvo delante mío, empezó a hacerme un pete mirandome con la mejor cara de puta que podía poner.
Enseguida comenzé a implorarle que pare que iba a eyacular de un momento a otro y ella se la sacó de su boca y empezó a pajearme apuntando mi durísima verga hacia su cara, cuando me di cuenta de sus intenciones fué demasiado para mi, una electricidad orgásmica que me recorrió todo el cuerpo y una catarata de leche caliente y espesa que salió a chorros hacia su hermosa carita sonriente, vacié el contenido de mis testículos sobre ella. Calculo que en ese momento debo haber sido el tipo mas feliz del mundo ya que durante muchos años deseé con ansias ese momento y hasta el día de hoy que lo seguimos haciendo como parte de nuestros juegos sexuales.
Esa era la sorpresa que me tenía preparada para mi cumple, el mejor regalo que me han hecho hasta ahora.
7 comentarios - La primera vez que acabé en la carita de mi esposa.