Tras lo sucedido el día de Brujas, pasamos las siguientes semanas, casi como Luna de Miel… cogiendo como conejos cada que podíamos, en mí casa, cuando mis padres estaban fuera y de cuando en cuando en algún discreto hotel.
Ya antes habíamos tentado la suerte, sofocando nuestra calentura en algún baño o lugar vacío, pero esta vez procuramos ser más cautos, sobre todo en la universidad, considerando que estábamos casi por terminar la carrera y no queríamos ser expulsados.
Ni pensar en tener sexo en casa de Mili, su madre pasaba la mayor parte del tiempo ahí y su viejo rondaba de cuando en cuando por sorpresa, para ver cómo iba. A veces llegue a pensar que su viejo tuviera alguna cámara en el cuarto de ella.
Tampoco se había dado la oportunidad de estar en su cuarto, generalmente cuando la visitaba, me atendía en la puerta porque salíamos rápido. Cuando sus padres estaban pasaba a la sala, por ahí quizás a la cocina para repasar algo… pero nunca a su cuarto… hasta ese entonces…
Si bien no habíamos hablado del estado de nuestra relación, en la práctica era evidente que éramos pareja de nuevo… creo ambos no queríamos tocar el tema, para evitar caer en malos recuerdos de porque terminamos… simplemente dejábamos las cosas fluir.
Solo de cuando en cuando, notaba que Mili se abstraía... varias veces le pregunte el motivo… temiendo que volvieran el fantasma de Vane y los recuerdos de mi traspié con ella, pero Mili se excusaba diciendo que era por su madre y no me daba pie a indagar más… sin embargo, sabía que había algo que no me quería contar aún.
Respecto a Vane, nos odiaba con el alma, lanzando furiosas miradas, pero evito hacer comentarios, al menos no nos enteramos que contara nada. Parecía que cada vez que nos veía juntos, recordaba las veces que nos encontró en pleno acto… hacia una mini rabieta y se alejaba.
Había dejado de llamarme o dejarme mensajes, o de intentar acercarse a coquetearme si me veía solo en la facu. Parecía que al fin Vane se había rendido a fastidiarnos la vida, pero quien sabe, quizás se tomaba un descanso hasta encontrar la manera de incomodarnos… pero no nos importaba.
Por el lado de Guille más bien las cosas iban bien, desde aquella vez que se fue con Marcela del hospital, poco a poco se fueron haciendo cercanos. Aunque no lo decían, parecía que tenían algo mas que una amistad. A veces molestaba un poco a Marce con eso a, pero no me quería confirmar nada.
Me imagino que, estaban viviendo una etapa de salir y conocerse, quizás algo más, pero no querían que los demás sepan para no entorpecer eso que vivían. Me alegre por ellos, y porque Marce lo mantuviera cerca de Mili. Aparte la cercanía con Marcela hizo que dé a pocos Guille fuera limando asperezas conmigo.
Sobre Javier… bueno, prácticamente desapareció de nuestras vidas, andaba llevando cursos de otros ciclos, no se graduaría con nosotros ese ciclo. Un par de veces lo vi, coqueteando con chicas más jóvenes de otros ciclos con las que compartía cursos…
Una que otra vez, lo veía pasearse por la facu con una chica voluptuosa (similar a su famosa tetona), que traía de su barrio para presumir con sus amigos. La chica tenía unos modales un tanto toscos, incluso se atrevió a darme unas miradas provocativas al verme pasar, a pesar de tener a Javier al lado.
Digamos que las aguas se habían calmado… cada historia había tomado su curso… entendí que más que mi poder de convencimiento o mi destreza amatoria, había tenido suerte con Mili para que me perdone o al menos haya guardado bajo la alfombra de sus recuerdos mi infidelidad con Vane.
La seguidilla de eventos, había confabulado a mi favor… la penosa enfermedad de su madre, su necesidad de apoyo anímico y en los estudios … incluso los celos, como los que le dieron aquellas chicas en la biblioteca, o cuando vio a Vane que me tentaba en la disco.
Mas bien, de esta última etapa que pase con Mili, quizás uno de los mejores recuerdos que tengo, fue cuando un fin de semana antes de los exámenes finales, sus padres fueron al club. Su madre aun andaba decaída y su papa pensó que un día de sol, alejados de la ciudad, podía reanimarla.
Dejaron a Mili sola en casa, entendiendo que debía estudiar para sus exámenes… y claro, bajo la advertencia de nada de visitas… sin embargo, lo que Mili entendió fue… que nada de visitas a su cuarto… pero era un día para romper reglas, entre otras cosas.
Antes de mediodía, me invito a su casa a estudiar, teníamos hasta el anochecer en que seguramente regresaban sus padres. Pensaba sacarle el máximo provecho… sin embargo Mili, tenia otro concepto, aprovechar en estudiar… estaba asustada por los exámenes finales.
Me tuvo a raya todo el tiempo, a pesar que se puso un buzo suelto para evitar provocarme, igual le tenía ganas por la forma en que se le abultaba la ropa. Después de almuerzo, una vez que las cosas parecían controladas a nivel educativo, recién pudimos conversar más relajados.
Ahí me percate que Mili traía unas cuantas manchas en la ropa, por la comida. Tras burlarme de ella por comer como cerdita, ella se avergonzó al punto de querer ir a cambiarse.
- Espérame un rato que regreso… me dijo.
Por un rato pensé en dejarla ir, quizá Mili volvería con alguna ropa sexy y así al fin darle algo de acción a ese día de estudios… pero luego… recordé algo y me entro la curiosidad...
- Oye… a todo esto… nunca he estado en tu cuarto… le dije.
- Ni lo estarás… me dijo bromeando.
- No es justo… tú conoces cada rincón de mi casa… le objete como niño.
Tras insistir unos minutos accedió a dejarme ir con ella a su habitación… pero solo por un rato, no quería trasgredir la sagrada regla de su padre, nada de chicos en su cuarto. Me había generado expectativa, aquel lugar prohibido.
En teoría aun teníamos varias horas hasta que sus viejos regresen, quizás eso también le dio confianza como para acceder a mi pedido. Seguí sus caderas, hasta su habitación… antes de entrar, Mili lo pensó de nuevo, pero insistí, no me iría sin ver su cuarto… me hizo toda clase de advertencias nuevamente.
Bueno…ingrese a su cuarto y no era nada del otro mundo. Algo similar en forma y distribución al mío, pero obviamente con el decorado propio de una señorita: colores rosados y lilas o pastel por doquier, peluches por amontonados a un lado, algunas fotos familiares, etc.
Mili tomo otra muda de ropa de su closet y se fue al baño de su cuarto a cambiarse. Objete que se cambiara frente a mí, total ya la había visto desnuda, pero no quiso porque sabía cómo terminaría eso, aunque fue mejor… porque me permitió hacer un descubrimiento que me resulto bien.
Mientras ella se cambiaba, yo la esperaba recostado en su cama, hasta que vi en su closet algo que me llamo, la atención. Me pare curioso y revolví su ropa hasta dar con la prenda que me cautivo… vaya…
- Danny… nooo… ¿Qué haces?... nooo… protesto Mili a mis espaldas.
- Tú también rebuscaste mi closet una vez… le recordé.
- Pero no… que vergüenza… ponlo de nuevo en su sitio… dijo apenada.
- Vamosss… póntelo… le insistí.
- Estás loco… aparte ya no me queda… repuso sonrojada.
Pues bien, se preguntarán que era… creo que es parte de la fantasía de todo hombre, cogerse a su chica (acompañante de turno) enfundada en este traje particular… en su uniforme escolar… es parte del morbo que también refuerzan las paginas pornográficas…
No dejaría pasar esa oportunidad… le insistí de todas las maneras posibles. Ella se oponía con eso de que no le quedaba, me dijo que en su época escolar ella era más delgada que ahora, en realidad, tenía contextura atlética. Digamos que tuvo un desarrollo tardío… más bien una explosión de sus formas en el estado voluptuoso de ahora, empezó en los primeros ciclos de universidad.
Ante tanta insistencia, termino cediendo… pero solo un ratito, dijo. Nuevamente se fue a cambiar al baño, mientras yo ansioso esperaba su salida. La graciosa, saco medio cuerpo enfundado en su uniforme desde la puerta y se metió de nuevo… se moría de vergüenza.
Prácticamente la jale para que saliera. Una vez afuera, se tapaba el rostro enrojecido…
- Bueno… ya viste… me cambio… repuso.
- Nada… una vueltita… modela para mi… le ordene.
- Que terrible eresss… dijo sonriendo, sabía que no la dejaría ir.
Hasta el momento solo había visto su blanca blusa, sobre la que resaltaban el color de su negro brasier y obviamente sus redondos senos. La falda escocesa azul, la traía muy encima a las rodillas, casi como mini. De lo que ella recordaba le quedaba más abajo, quizás había crecido unos centímetros, pero luego, al darse la vuelta, quedo claro que sus gordas nalgas también contribuían a levantarle la falda.
- Mierd… dije al saborear esa imagen de Mili, con una gota de leche saliendo de mi verga.
- Ya… fue todo… dijo halagada por como la comía con la vista, pero nerviosa.
- No, no, espera… tuviste tu baila o algo de promoción… le dije.
Me dijo que no pudo ir por lo de su madre, entonces me ofrecí a bailar con ella. Quería mantenerla con esa ropa el mayor tiempo posible. Mili accedió y bailamos pegados cual vals. Mi mano bajo a su estrecha cintura que aun conservaba la delgadez de su época escolar.
Tras unos segundos, Mili poso sus brazos en mis hombros mientras colocaba su cabeza en mi pecho, como recordando aquellas épocas. Yo no podía mas con la ansiedad, y fui bajando mis manos a su trasero, ni bien lo tuve, apretujé sus nalgas a través de la tela y luego por debajo de la falda.
- Danny… esa no es mi cintura… dije en graciosa recriminación.
- Lo se… respondí mientras mi mente volaba acariciando sus gordos glúteos.
- Vamos… prometiste portarte bien… me reclamo risueña.
A pesar de lo que decía, Mili no hacía nada por alejarme, me dejaba hacer… de mi experiencia con ella, sabia que su cuello era su punto débil, digamos formalmente. Sin embargo, me había percatado que tenía otro punto débil, que le daba vergüenza admitir…
Le encantaba que le acariciara las nalgas, que se las apretujara cual pelotita anti estrés. Esta acción no tenía un efecto inmediato como un beso en el cuello… pero el masajeo continuo en sus glúteos la adormecían, la iban llevando gradualmente a un punto de excitación.
- Ningún enamorado mío estuvo aquí… me dijo mirándome con amor.
Si bien sabía que no había sido su primer beso o su primera vez, había sido primero en otras cosas, la había desvirgado analmente, me hizo su primera mamada, me dejo entrar en su cuarto y en su vida…
La bese tiernamente sin dejar de acariciar sus nalgas desnudas y jalonear su pequeña tanga, como para que apriete e incentive su ya seguramente húmeda vagina… ella se empinaba para besarme, en este caso fue ella la que, al alejarse un poco, me beso el cuello… quizás a manera de provocación, o dándome el impulso como para que terminara debilitar su defensa.
Así lo hice, le devolví el gesto, besándola en su punto débil… haciéndola estremecer, me apretó fuertemente contra su cuerpo, sobándome todos sus inflados senos con pasión… para luego buscar desesperadamente mis labios y ahogar sus jadeos en mi boca y lengua.
- Soy tuyaaa… hazme lo que quierasss… exclamo alucinada de placer.
No me hice de rogar, una de mis fantasías estaba finalmente por hacerse realidad… sin dejar de besarla, le fui dando la vuelta lentamente, y empujándola contra su escritorio, que también fungía como tocador. Mili solo me dejaba guiarla, poco a poco también se estaba volviendo parte de su fantasía, a su manera… Mili deseaba ser abusada sexualmente en su cuarto, frente a sus peluches.
No tuve que levantarle mucho la falda escolar, sus gordas nalgas habían hecho el trabajo, solo tuve que hacer a un lado su pequeña ropa interior negra. Mili levanto una de sus piernas y la coloco sobre el escritorio, para abrir mas sus muslos y dejarme entrar.
Me dejo hurgar entre sus nalgas mientras se estremecía, y sus manos desabotonaban su blusa, para permitirle a sus senos liberarse. Yo la veía actuar presurosa, a través del espejo en la pared frente a su escritorio, como les dije… aquella zona funcionaba como también como tocador, para que Mili se maquillaje y se dé una mirada antes de salir.
Ahora Mili miraba en ese espejo como abusaban de ella en su cuarto, con ella misma desnudándose los senos. Arañe prácticamente sus gordos glúteos para hacerme espacio mientras la iba penetrando lentamente y veía como iba cambiando la expresión en su rostro… primero de sorpresa, luego de leve dolor, soportándolo, hasta pasar a disfrutarlo con los ojos cerrados mientras se retorcía de placer.
- Uhmmmm… siii… al fin…. Como me gusta… exclamo satisfecha.
- Sigue… sigue… por favor… ya casi… uhmm… me suplicaba Mili desfalleciente.
Apurado por la adrenalina, sabiendo que Mili no me soltaría hasta que le sacara un gratificante orgasmo y me exprimiera toda mi leche, procedí a bombearla con más fuerza.
- Si… siii… asiii amorrr… asiii… uhmmm… gemía como loca.
Le di un palmazo en sus gordas nalgas, mientras la cabalgaba, para que tuviera más cuidado y no hiciera tanto ruido, sus viejos estarían por subir dentro de poco. Algo absurdo, porque no le prestaba atención al ruido que hacia su cama, que parecía que se iba a romper, por los chirridos que hacía, con el ir y venir de nuestros movimientos.
No había mucho tiempo… tenia que cabalgarla salvajemente, castigarla con furia para obligarle a llegar a su ansiado orgasmo. Eso hice, la tomé nuevamente del borde de la falda con una mano y de los cabellos con la otra, arqueándola al máximo, mientras ella abría mas las piernas para recibir el brutal castigo que tanto le gustaba.
Fueron apenas unos segundos, al menos eso me pareció… cuando ella comenzó a temblar, de pies a cabeza, pareció contenerse lo más que pudo, quería disfrutarlo más, hasta que no aguanto…
- Ayyyy siiii… ohmmm… uhmmm… ahhhh… exclamo extasiada.
Mi verga tampoco resistió esa agradable vibración en su interior y exploto dentro de su estrecha cavidad… estaba agotado, no tenía fuerzas para sacarle la verga y ofrecérsela para que me la mame, le había soltado el cabello para dejarla disfrutar y yo apenas si me mantenía en posición, ahora con mis manos arañando su inflado trasero.
A los segundos Mili se dejó caer en la cama, boca abajo, mientras mi verga deshinchada seguía goteando leche sobre sus amplios muslos. El ano de Mili comenzaba a parecer una piscina, con mis melosos líquidos aflorando.
Fue entonces que oímos el ruido de la puerta de abajo, debía ser la sala o la cocina. Sus viejos ya habían entrado a la casa. Mili reacciono rápidamente, salió casi volando al baño a limpiarse, mientras yo casi acalambrado me deje caer sobre su cama, con mi verga semi erecta y aun empapada, apuntando al techo de su cuarto.
Escuchaba ruido en su baño, Mili limpiándose y echándose perfume, mientras yo yacía exhausto y satisfecho en su cama, resoplando buscando aire… wow… había estado genial… todo el morbo que genera un informe escolar…
- ¿Qué esperas? ¡escóndete!... me recrimino Mili, sacando la cabeza del baño.
Mierd… cierto, comenzó a buscar lugares donde esconderme: debajo del escritorio, en la ducha, en el closet, debajo de la pila de peluches, detrás de las cortinas… Ay, que idiota, estaba sentado sobre mi escondite… el clásico lugar, la cama…
Escuché un par de golpes en la puerta, mientras me metía rápida y sigilosamente debajo de la cama, al poco rato oí abrirse la puerta y vi los enormes pies de su viejo entrando a la habitación, mientras yo sudaba como puerco y apenas si respiraba… no pensé que así sería el día de mi muerte.
- ¿Qué haces vestida así?... le recrimino el viejo.
- Ay papi… que susto… exclamo Mili, que aún estaba agitada por la cogida, pero que ya debía haberse acicalado, luego agrego como niña buena: no sé, sentí nostalgia, estaba recordando viejos tiempos a ver si aún me quedaba…
- Bueno… ve a ver a tu madre, no se sintió bien y tuvimos que regresar, quizás la anime ver a su niña así… dijo su papa benévolo, que tenía intenciones de quedarse.
Creo que el viejo no se había comido el cuento, esperaba que Mili saliera, para empezar la revisión del cuarto… vi moverse a Mili, pero no a su viejo… mierd… Mili no te vayasss… rogaba para mis adentros.
- Vamos papi… le dijo cariñosa.
- Aquí huele raro… dijo el viejo.
- Cierto… es que… estoy en esos días… voy a abrir las ventanas… dijo excusándose Mili, creo que eso incomodo a su viejo, luego ella agrego: ve avanzando… ahorita te alcanzo.
Al fin, con gran alivio vi sus pesados pies salir, no sin antes pararse en la puerta y seguro dar una última mirada a aquella habitación. Escuche a Mili abrir su ventana luego se agacho y me aviso para que saliera de debajo de la cama:
- Mi mama está en el dormitorio de al lado… voy a entretenerlos en su cuarto… baja las escaleras hasta el sótano de la cochera y espera ahí… luego los llevare al jardín de atrás, ahí aprovechas y te vas… me dijo dándome un beso.
Había pensado saltar de su balcón, pero era absurdo, no era muy alto, pero el dormitorio de sus padres estaba al lado y me verían. Igual era escapar inmediatamente tras bajar a la cochera, del dormitorio me oirían y me verían… por eso debía esperar a que Mili se los lleve atrás… era un buen plan.
Mili salió y fue al cuarto de al lado… escuche las risas y mimos de su madre, las risas del papa, estaban felices por ver a su niña de nuevo de escolar, si supieran que su nenita bajo esa ropa tenía el ano reventado por cumplir nuestras fantasías…
Aproveche eso para bajar las escaleras despacio, sin hacer ruido, hasta la cochera. Al estar abajo, me puse al umbral de la escalera, para oír cuando se fueran al jardín. Escuche sus pasos bajando la escalera… luego se detuvieron en la sala…
- Olvide la cámara en el auto… dijo el viejo.
Mierd… este tío algo intuye, quizás lo que olfateo en el cuarto de su hija (olía a sexo, a semen)… yo estaba buscando donde esconderme… hasta que…
- Ay papi… yo lo busco después… vamos al jardín, esta bonito el día… dijo Mili empujándolo casi.
Pensé que su viejo me mataría a golpes, pero a este paso parecía que me iba a matar de un infarto… más aun con lo último que llegue a oír.
- ¿Ya le contaste a tu novio?… escuche decir arriba a su papa.
- Papa déjame encontrar el momento… solo atinó a decir Mili.
Mili llevaba tiempo un poco rara, sabía que algo me ocultaba… lo de su viejo me lo confirmaba… pero ¿qué seria?... mi instinto de supervivencia me hizo volver a ese momento, las dudas serian para después, me di cuenta que ya no había ruido arriba, era momento de huir. Abrí la puerta lentamente y salí despacio...
Luego de a poco me alejé cada vez más rápido, mientras de a poco venían las dudas por el secreto que Mili no me quería confesar… ¿Qué tan grave seria si hasta su viejo lo sabía?... venían los exámenes finales, así que no debía distraerme con esas cosas… ya me contara… pensaba…
En ese momento, no sabía que las cosas estaban por definirse pronto, antes de fin de año, en unas pocas semanas, todo se aclararía o acabaría… para bien o para mal…
Continuara…
Ya antes habíamos tentado la suerte, sofocando nuestra calentura en algún baño o lugar vacío, pero esta vez procuramos ser más cautos, sobre todo en la universidad, considerando que estábamos casi por terminar la carrera y no queríamos ser expulsados.
Ni pensar en tener sexo en casa de Mili, su madre pasaba la mayor parte del tiempo ahí y su viejo rondaba de cuando en cuando por sorpresa, para ver cómo iba. A veces llegue a pensar que su viejo tuviera alguna cámara en el cuarto de ella.
Tampoco se había dado la oportunidad de estar en su cuarto, generalmente cuando la visitaba, me atendía en la puerta porque salíamos rápido. Cuando sus padres estaban pasaba a la sala, por ahí quizás a la cocina para repasar algo… pero nunca a su cuarto… hasta ese entonces…
Si bien no habíamos hablado del estado de nuestra relación, en la práctica era evidente que éramos pareja de nuevo… creo ambos no queríamos tocar el tema, para evitar caer en malos recuerdos de porque terminamos… simplemente dejábamos las cosas fluir.
Solo de cuando en cuando, notaba que Mili se abstraía... varias veces le pregunte el motivo… temiendo que volvieran el fantasma de Vane y los recuerdos de mi traspié con ella, pero Mili se excusaba diciendo que era por su madre y no me daba pie a indagar más… sin embargo, sabía que había algo que no me quería contar aún.
Respecto a Vane, nos odiaba con el alma, lanzando furiosas miradas, pero evito hacer comentarios, al menos no nos enteramos que contara nada. Parecía que cada vez que nos veía juntos, recordaba las veces que nos encontró en pleno acto… hacia una mini rabieta y se alejaba.
Había dejado de llamarme o dejarme mensajes, o de intentar acercarse a coquetearme si me veía solo en la facu. Parecía que al fin Vane se había rendido a fastidiarnos la vida, pero quien sabe, quizás se tomaba un descanso hasta encontrar la manera de incomodarnos… pero no nos importaba.
Por el lado de Guille más bien las cosas iban bien, desde aquella vez que se fue con Marcela del hospital, poco a poco se fueron haciendo cercanos. Aunque no lo decían, parecía que tenían algo mas que una amistad. A veces molestaba un poco a Marce con eso a, pero no me quería confirmar nada.
Me imagino que, estaban viviendo una etapa de salir y conocerse, quizás algo más, pero no querían que los demás sepan para no entorpecer eso que vivían. Me alegre por ellos, y porque Marce lo mantuviera cerca de Mili. Aparte la cercanía con Marcela hizo que dé a pocos Guille fuera limando asperezas conmigo.
Sobre Javier… bueno, prácticamente desapareció de nuestras vidas, andaba llevando cursos de otros ciclos, no se graduaría con nosotros ese ciclo. Un par de veces lo vi, coqueteando con chicas más jóvenes de otros ciclos con las que compartía cursos…
Una que otra vez, lo veía pasearse por la facu con una chica voluptuosa (similar a su famosa tetona), que traía de su barrio para presumir con sus amigos. La chica tenía unos modales un tanto toscos, incluso se atrevió a darme unas miradas provocativas al verme pasar, a pesar de tener a Javier al lado.
Digamos que las aguas se habían calmado… cada historia había tomado su curso… entendí que más que mi poder de convencimiento o mi destreza amatoria, había tenido suerte con Mili para que me perdone o al menos haya guardado bajo la alfombra de sus recuerdos mi infidelidad con Vane.
La seguidilla de eventos, había confabulado a mi favor… la penosa enfermedad de su madre, su necesidad de apoyo anímico y en los estudios … incluso los celos, como los que le dieron aquellas chicas en la biblioteca, o cuando vio a Vane que me tentaba en la disco.
Mas bien, de esta última etapa que pase con Mili, quizás uno de los mejores recuerdos que tengo, fue cuando un fin de semana antes de los exámenes finales, sus padres fueron al club. Su madre aun andaba decaída y su papa pensó que un día de sol, alejados de la ciudad, podía reanimarla.
Dejaron a Mili sola en casa, entendiendo que debía estudiar para sus exámenes… y claro, bajo la advertencia de nada de visitas… sin embargo, lo que Mili entendió fue… que nada de visitas a su cuarto… pero era un día para romper reglas, entre otras cosas.
Antes de mediodía, me invito a su casa a estudiar, teníamos hasta el anochecer en que seguramente regresaban sus padres. Pensaba sacarle el máximo provecho… sin embargo Mili, tenia otro concepto, aprovechar en estudiar… estaba asustada por los exámenes finales.
Me tuvo a raya todo el tiempo, a pesar que se puso un buzo suelto para evitar provocarme, igual le tenía ganas por la forma en que se le abultaba la ropa. Después de almuerzo, una vez que las cosas parecían controladas a nivel educativo, recién pudimos conversar más relajados.
Ahí me percate que Mili traía unas cuantas manchas en la ropa, por la comida. Tras burlarme de ella por comer como cerdita, ella se avergonzó al punto de querer ir a cambiarse.
- Espérame un rato que regreso… me dijo.
Por un rato pensé en dejarla ir, quizá Mili volvería con alguna ropa sexy y así al fin darle algo de acción a ese día de estudios… pero luego… recordé algo y me entro la curiosidad...
- Oye… a todo esto… nunca he estado en tu cuarto… le dije.
- Ni lo estarás… me dijo bromeando.
- No es justo… tú conoces cada rincón de mi casa… le objete como niño.
Tras insistir unos minutos accedió a dejarme ir con ella a su habitación… pero solo por un rato, no quería trasgredir la sagrada regla de su padre, nada de chicos en su cuarto. Me había generado expectativa, aquel lugar prohibido.
En teoría aun teníamos varias horas hasta que sus viejos regresen, quizás eso también le dio confianza como para acceder a mi pedido. Seguí sus caderas, hasta su habitación… antes de entrar, Mili lo pensó de nuevo, pero insistí, no me iría sin ver su cuarto… me hizo toda clase de advertencias nuevamente.
Bueno…ingrese a su cuarto y no era nada del otro mundo. Algo similar en forma y distribución al mío, pero obviamente con el decorado propio de una señorita: colores rosados y lilas o pastel por doquier, peluches por amontonados a un lado, algunas fotos familiares, etc.
Mili tomo otra muda de ropa de su closet y se fue al baño de su cuarto a cambiarse. Objete que se cambiara frente a mí, total ya la había visto desnuda, pero no quiso porque sabía cómo terminaría eso, aunque fue mejor… porque me permitió hacer un descubrimiento que me resulto bien.
Mientras ella se cambiaba, yo la esperaba recostado en su cama, hasta que vi en su closet algo que me llamo, la atención. Me pare curioso y revolví su ropa hasta dar con la prenda que me cautivo… vaya…
- Danny… nooo… ¿Qué haces?... nooo… protesto Mili a mis espaldas.
- Tú también rebuscaste mi closet una vez… le recordé.
- Pero no… que vergüenza… ponlo de nuevo en su sitio… dijo apenada.
- Vamosss… póntelo… le insistí.
- Estás loco… aparte ya no me queda… repuso sonrojada.
Pues bien, se preguntarán que era… creo que es parte de la fantasía de todo hombre, cogerse a su chica (acompañante de turno) enfundada en este traje particular… en su uniforme escolar… es parte del morbo que también refuerzan las paginas pornográficas…
No dejaría pasar esa oportunidad… le insistí de todas las maneras posibles. Ella se oponía con eso de que no le quedaba, me dijo que en su época escolar ella era más delgada que ahora, en realidad, tenía contextura atlética. Digamos que tuvo un desarrollo tardío… más bien una explosión de sus formas en el estado voluptuoso de ahora, empezó en los primeros ciclos de universidad.
Ante tanta insistencia, termino cediendo… pero solo un ratito, dijo. Nuevamente se fue a cambiar al baño, mientras yo ansioso esperaba su salida. La graciosa, saco medio cuerpo enfundado en su uniforme desde la puerta y se metió de nuevo… se moría de vergüenza.
Prácticamente la jale para que saliera. Una vez afuera, se tapaba el rostro enrojecido…
- Bueno… ya viste… me cambio… repuso.
- Nada… una vueltita… modela para mi… le ordene.
- Que terrible eresss… dijo sonriendo, sabía que no la dejaría ir.
Hasta el momento solo había visto su blanca blusa, sobre la que resaltaban el color de su negro brasier y obviamente sus redondos senos. La falda escocesa azul, la traía muy encima a las rodillas, casi como mini. De lo que ella recordaba le quedaba más abajo, quizás había crecido unos centímetros, pero luego, al darse la vuelta, quedo claro que sus gordas nalgas también contribuían a levantarle la falda.
- Mierd… dije al saborear esa imagen de Mili, con una gota de leche saliendo de mi verga.
- Ya… fue todo… dijo halagada por como la comía con la vista, pero nerviosa.
- No, no, espera… tuviste tu baila o algo de promoción… le dije.
Me dijo que no pudo ir por lo de su madre, entonces me ofrecí a bailar con ella. Quería mantenerla con esa ropa el mayor tiempo posible. Mili accedió y bailamos pegados cual vals. Mi mano bajo a su estrecha cintura que aun conservaba la delgadez de su época escolar.
Tras unos segundos, Mili poso sus brazos en mis hombros mientras colocaba su cabeza en mi pecho, como recordando aquellas épocas. Yo no podía mas con la ansiedad, y fui bajando mis manos a su trasero, ni bien lo tuve, apretujé sus nalgas a través de la tela y luego por debajo de la falda.
- Danny… esa no es mi cintura… dije en graciosa recriminación.
- Lo se… respondí mientras mi mente volaba acariciando sus gordos glúteos.
- Vamos… prometiste portarte bien… me reclamo risueña.
A pesar de lo que decía, Mili no hacía nada por alejarme, me dejaba hacer… de mi experiencia con ella, sabia que su cuello era su punto débil, digamos formalmente. Sin embargo, me había percatado que tenía otro punto débil, que le daba vergüenza admitir…
Le encantaba que le acariciara las nalgas, que se las apretujara cual pelotita anti estrés. Esta acción no tenía un efecto inmediato como un beso en el cuello… pero el masajeo continuo en sus glúteos la adormecían, la iban llevando gradualmente a un punto de excitación.
- Ningún enamorado mío estuvo aquí… me dijo mirándome con amor.
Si bien sabía que no había sido su primer beso o su primera vez, había sido primero en otras cosas, la había desvirgado analmente, me hizo su primera mamada, me dejo entrar en su cuarto y en su vida…
La bese tiernamente sin dejar de acariciar sus nalgas desnudas y jalonear su pequeña tanga, como para que apriete e incentive su ya seguramente húmeda vagina… ella se empinaba para besarme, en este caso fue ella la que, al alejarse un poco, me beso el cuello… quizás a manera de provocación, o dándome el impulso como para que terminara debilitar su defensa.
Así lo hice, le devolví el gesto, besándola en su punto débil… haciéndola estremecer, me apretó fuertemente contra su cuerpo, sobándome todos sus inflados senos con pasión… para luego buscar desesperadamente mis labios y ahogar sus jadeos en mi boca y lengua.
- Soy tuyaaa… hazme lo que quierasss… exclamo alucinada de placer.
No me hice de rogar, una de mis fantasías estaba finalmente por hacerse realidad… sin dejar de besarla, le fui dando la vuelta lentamente, y empujándola contra su escritorio, que también fungía como tocador. Mili solo me dejaba guiarla, poco a poco también se estaba volviendo parte de su fantasía, a su manera… Mili deseaba ser abusada sexualmente en su cuarto, frente a sus peluches.
No tuve que levantarle mucho la falda escolar, sus gordas nalgas habían hecho el trabajo, solo tuve que hacer a un lado su pequeña ropa interior negra. Mili levanto una de sus piernas y la coloco sobre el escritorio, para abrir mas sus muslos y dejarme entrar.
Me dejo hurgar entre sus nalgas mientras se estremecía, y sus manos desabotonaban su blusa, para permitirle a sus senos liberarse. Yo la veía actuar presurosa, a través del espejo en la pared frente a su escritorio, como les dije… aquella zona funcionaba como también como tocador, para que Mili se maquillaje y se dé una mirada antes de salir.
Ahora Mili miraba en ese espejo como abusaban de ella en su cuarto, con ella misma desnudándose los senos. Arañe prácticamente sus gordos glúteos para hacerme espacio mientras la iba penetrando lentamente y veía como iba cambiando la expresión en su rostro… primero de sorpresa, luego de leve dolor, soportándolo, hasta pasar a disfrutarlo con los ojos cerrados mientras se retorcía de placer.
- Uhmmmm… siii… al fin…. Como me gusta… exclamo satisfecha.
Comencé a bombear su gran trasero que hacía rebotar sonoramente mi ingle. Mili miraba en el espejo embobada como sus senos a medio desnudar se iban liberando solos, saltando de su brasier, mientras ella se sostenía de los bordes del escritorio para soportar mis embestidas.
Por momentos sonreía, por momentos se mordía los labios, mientras su rostro se iba poniendo colorado y su cabello bailaba en el aire, con cada incursión. Parecía que estábamos destrozando el mueble, que iba y venía contra la pared. Sus útiles de estudios se tambaleaban, así como sus accesorios de maquillaje… pero a Mili ni a mi nos importaba.
Era una delicia, tenerla enganchada así, dejándome llevar, la tome del borde de la falda y la blusa y comencé a estamparla con mas fuerza. Luego tome con otra mano de su cabello y la cabalgue salvajemente sin mayor objeción de su parte, solo una mórbida sonrisa a través del espejo.
- Ahhh amorrr… destrozame el culo… uhmmm… me pedía.
Me emocione por su pedido y castigue su ano con mayor vehemencia… a estas alturas no era solo mi fantasía… pero lleve al extremo las cosas… Mili perdió el equilibrio y quiso apoyarse en la pared, pero termino contra el vidrio… casi rompiéndolo… lo que me asusto un poco y la hizo reaccionar…
- Ven, ven, aquí… quiero que me hagas tu perra… me dijo jalándome.
A través del espejo había visto su cama… quería profanar también aquel santuario donde hasta entonces había dormido sola… quería exorcizar también aquel lugar donde solo era una niña buena… esa tarde quería ser tratada como una perra… ¿Cómo negarme?...
Prácticamente me arrastro a su cama, loca de placer, no quería perder tiempo… se subió rápidamente y adopto la posición tan ansiada… en 4 patas… como perra… así como la había iniciado analmente en mi casa y cama, deseaba ser sometida en su cama…
Abrió las piernas y se subió la falda, mientras me mostraba su arrugado y ansioso esfínter, que deseaba ser violentado. Así lo hice, invadí su culo abruptamente, en una rápida incursión en le que pareció que le desgarré el ano…
- Ouuu… uhmmm… exclamo un poco adolorida arañando las sabanas, para soportar el dolor.
A los pocos segundos ella misma empezó a empujarme su gordo trasero, chocando contra mi ingle, el dolor se estaba transformando en placer nuevamente. La deje hacer unos instantes para que el morbo se fuera incrementando, que ella misma se fuera castigando a su ritmo.
Luego decidí tomar el control, hundiendo mejor mis rodillas en su cama, ella sabia lo que venia y se aferro al colchón, tome sus esponjosos y suaves nalgas como asas y los use para jalarla y alejarla de mí. Clavándola cada vez con mas fuerza mientras ella se estremecía.
- Soy tu perra amor… soy tu perra… repetía Mili orgullosa entre jadeos y gemidos.
- Si eres mi perra… le respondía para excitarla más.
Por ratos al escucharme, volteaba satisfecha sonriendo agradecida… por ratos enterraba el rostro en la almohada profiriendo gritos de placer (para evitar que los vecinos la oyeran), en otros momentos la vi mirando al rincón de los peluches, como si fuera su público, mudos espectadores de aquel encuentro salvaje y contra natura… hasta que…
Escuchamos frenar un vehículo y el ruido de la cochera abriéndose, mientras yo le seguía abriendo el culo a Mili… ¡eran sus viejos!... habían regresado antes de tiempo… mierd…Por momentos sonreía, por momentos se mordía los labios, mientras su rostro se iba poniendo colorado y su cabello bailaba en el aire, con cada incursión. Parecía que estábamos destrozando el mueble, que iba y venía contra la pared. Sus útiles de estudios se tambaleaban, así como sus accesorios de maquillaje… pero a Mili ni a mi nos importaba.
Era una delicia, tenerla enganchada así, dejándome llevar, la tome del borde de la falda y la blusa y comencé a estamparla con mas fuerza. Luego tome con otra mano de su cabello y la cabalgue salvajemente sin mayor objeción de su parte, solo una mórbida sonrisa a través del espejo.
- Ahhh amorrr… destrozame el culo… uhmmm… me pedía.
Me emocione por su pedido y castigue su ano con mayor vehemencia… a estas alturas no era solo mi fantasía… pero lleve al extremo las cosas… Mili perdió el equilibrio y quiso apoyarse en la pared, pero termino contra el vidrio… casi rompiéndolo… lo que me asusto un poco y la hizo reaccionar…
- Ven, ven, aquí… quiero que me hagas tu perra… me dijo jalándome.
A través del espejo había visto su cama… quería profanar también aquel santuario donde hasta entonces había dormido sola… quería exorcizar también aquel lugar donde solo era una niña buena… esa tarde quería ser tratada como una perra… ¿Cómo negarme?...
Prácticamente me arrastro a su cama, loca de placer, no quería perder tiempo… se subió rápidamente y adopto la posición tan ansiada… en 4 patas… como perra… así como la había iniciado analmente en mi casa y cama, deseaba ser sometida en su cama…
Abrió las piernas y se subió la falda, mientras me mostraba su arrugado y ansioso esfínter, que deseaba ser violentado. Así lo hice, invadí su culo abruptamente, en una rápida incursión en le que pareció que le desgarré el ano…
- Ouuu… uhmmm… exclamo un poco adolorida arañando las sabanas, para soportar el dolor.
A los pocos segundos ella misma empezó a empujarme su gordo trasero, chocando contra mi ingle, el dolor se estaba transformando en placer nuevamente. La deje hacer unos instantes para que el morbo se fuera incrementando, que ella misma se fuera castigando a su ritmo.
Luego decidí tomar el control, hundiendo mejor mis rodillas en su cama, ella sabia lo que venia y se aferro al colchón, tome sus esponjosos y suaves nalgas como asas y los use para jalarla y alejarla de mí. Clavándola cada vez con mas fuerza mientras ella se estremecía.
- Soy tu perra amor… soy tu perra… repetía Mili orgullosa entre jadeos y gemidos.
- Si eres mi perra… le respondía para excitarla más.
Por ratos al escucharme, volteaba satisfecha sonriendo agradecida… por ratos enterraba el rostro en la almohada profiriendo gritos de placer (para evitar que los vecinos la oyeran), en otros momentos la vi mirando al rincón de los peluches, como si fuera su público, mudos espectadores de aquel encuentro salvaje y contra natura… hasta que…
- Sigue… sigue… por favor… ya casi… uhmm… me suplicaba Mili desfalleciente.
Apurado por la adrenalina, sabiendo que Mili no me soltaría hasta que le sacara un gratificante orgasmo y me exprimiera toda mi leche, procedí a bombearla con más fuerza.
- Si… siii… asiii amorrr… asiii… uhmmm… gemía como loca.
Le di un palmazo en sus gordas nalgas, mientras la cabalgaba, para que tuviera más cuidado y no hiciera tanto ruido, sus viejos estarían por subir dentro de poco. Algo absurdo, porque no le prestaba atención al ruido que hacia su cama, que parecía que se iba a romper, por los chirridos que hacía, con el ir y venir de nuestros movimientos.
No había mucho tiempo… tenia que cabalgarla salvajemente, castigarla con furia para obligarle a llegar a su ansiado orgasmo. Eso hice, la tomé nuevamente del borde de la falda con una mano y de los cabellos con la otra, arqueándola al máximo, mientras ella abría mas las piernas para recibir el brutal castigo que tanto le gustaba.
Fueron apenas unos segundos, al menos eso me pareció… cuando ella comenzó a temblar, de pies a cabeza, pareció contenerse lo más que pudo, quería disfrutarlo más, hasta que no aguanto…
- Ayyyy siiii… ohmmm… uhmmm… ahhhh… exclamo extasiada.
Mi verga tampoco resistió esa agradable vibración en su interior y exploto dentro de su estrecha cavidad… estaba agotado, no tenía fuerzas para sacarle la verga y ofrecérsela para que me la mame, le había soltado el cabello para dejarla disfrutar y yo apenas si me mantenía en posición, ahora con mis manos arañando su inflado trasero.
A los segundos Mili se dejó caer en la cama, boca abajo, mientras mi verga deshinchada seguía goteando leche sobre sus amplios muslos. El ano de Mili comenzaba a parecer una piscina, con mis melosos líquidos aflorando.
Fue entonces que oímos el ruido de la puerta de abajo, debía ser la sala o la cocina. Sus viejos ya habían entrado a la casa. Mili reacciono rápidamente, salió casi volando al baño a limpiarse, mientras yo casi acalambrado me deje caer sobre su cama, con mi verga semi erecta y aun empapada, apuntando al techo de su cuarto.
Escuchaba ruido en su baño, Mili limpiándose y echándose perfume, mientras yo yacía exhausto y satisfecho en su cama, resoplando buscando aire… wow… había estado genial… todo el morbo que genera un informe escolar…
- ¿Qué esperas? ¡escóndete!... me recrimino Mili, sacando la cabeza del baño.
Mierd… cierto, comenzó a buscar lugares donde esconderme: debajo del escritorio, en la ducha, en el closet, debajo de la pila de peluches, detrás de las cortinas… Ay, que idiota, estaba sentado sobre mi escondite… el clásico lugar, la cama…
Escuché un par de golpes en la puerta, mientras me metía rápida y sigilosamente debajo de la cama, al poco rato oí abrirse la puerta y vi los enormes pies de su viejo entrando a la habitación, mientras yo sudaba como puerco y apenas si respiraba… no pensé que así sería el día de mi muerte.
- ¿Qué haces vestida así?... le recrimino el viejo.
- Ay papi… que susto… exclamo Mili, que aún estaba agitada por la cogida, pero que ya debía haberse acicalado, luego agrego como niña buena: no sé, sentí nostalgia, estaba recordando viejos tiempos a ver si aún me quedaba…
- Bueno… ve a ver a tu madre, no se sintió bien y tuvimos que regresar, quizás la anime ver a su niña así… dijo su papa benévolo, que tenía intenciones de quedarse.
Creo que el viejo no se había comido el cuento, esperaba que Mili saliera, para empezar la revisión del cuarto… vi moverse a Mili, pero no a su viejo… mierd… Mili no te vayasss… rogaba para mis adentros.
- Vamos papi… le dijo cariñosa.
- Aquí huele raro… dijo el viejo.
- Cierto… es que… estoy en esos días… voy a abrir las ventanas… dijo excusándose Mili, creo que eso incomodo a su viejo, luego ella agrego: ve avanzando… ahorita te alcanzo.
Al fin, con gran alivio vi sus pesados pies salir, no sin antes pararse en la puerta y seguro dar una última mirada a aquella habitación. Escuche a Mili abrir su ventana luego se agacho y me aviso para que saliera de debajo de la cama:
- Mi mama está en el dormitorio de al lado… voy a entretenerlos en su cuarto… baja las escaleras hasta el sótano de la cochera y espera ahí… luego los llevare al jardín de atrás, ahí aprovechas y te vas… me dijo dándome un beso.
Había pensado saltar de su balcón, pero era absurdo, no era muy alto, pero el dormitorio de sus padres estaba al lado y me verían. Igual era escapar inmediatamente tras bajar a la cochera, del dormitorio me oirían y me verían… por eso debía esperar a que Mili se los lleve atrás… era un buen plan.
Mili salió y fue al cuarto de al lado… escuche las risas y mimos de su madre, las risas del papa, estaban felices por ver a su niña de nuevo de escolar, si supieran que su nenita bajo esa ropa tenía el ano reventado por cumplir nuestras fantasías…
Aproveche eso para bajar las escaleras despacio, sin hacer ruido, hasta la cochera. Al estar abajo, me puse al umbral de la escalera, para oír cuando se fueran al jardín. Escuche sus pasos bajando la escalera… luego se detuvieron en la sala…
- Olvide la cámara en el auto… dijo el viejo.
Mierd… este tío algo intuye, quizás lo que olfateo en el cuarto de su hija (olía a sexo, a semen)… yo estaba buscando donde esconderme… hasta que…
- Ay papi… yo lo busco después… vamos al jardín, esta bonito el día… dijo Mili empujándolo casi.
Pensé que su viejo me mataría a golpes, pero a este paso parecía que me iba a matar de un infarto… más aun con lo último que llegue a oír.
- ¿Ya le contaste a tu novio?… escuche decir arriba a su papa.
- Papa déjame encontrar el momento… solo atinó a decir Mili.
Mili llevaba tiempo un poco rara, sabía que algo me ocultaba… lo de su viejo me lo confirmaba… pero ¿qué seria?... mi instinto de supervivencia me hizo volver a ese momento, las dudas serian para después, me di cuenta que ya no había ruido arriba, era momento de huir. Abrí la puerta lentamente y salí despacio...
Luego de a poco me alejé cada vez más rápido, mientras de a poco venían las dudas por el secreto que Mili no me quería confesar… ¿Qué tan grave seria si hasta su viejo lo sabía?... venían los exámenes finales, así que no debía distraerme con esas cosas… ya me contara… pensaba…
En ese momento, no sabía que las cosas estaban por definirse pronto, antes de fin de año, en unas pocas semanas, todo se aclararía o acabaría… para bien o para mal…
Continuara…
2 comentarios - Rompiendole el culo a mili (40)