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Los caprichos de Melina (parte 1)

Por cuestiones obvias voy a cambiar los nombres que aparezcan en el relato y también los nombres de algunas ciudades. Pero sacando eso, el relato va a ser 100% real. Necesitaba sacarlo, contárselo a alguien, porque me está matando por dentro.


Mi nombre es Arleco, y la historia que voy a contar ahora le pasó a una amiga; de algunas cosas fui testigo y de otras fui oído. Entre ella y yo nunca hubo secretos, así que sin más preámbulos los dejo con el relato.

Melina es una joven muchacha de Buenos Aires, de familia bien acomodada. Nunca le faltó nada, siempre le dieron con todos los gustos, tuvo lo mejor de lo mejor, y quizás por ese motivo es bastante caprichosa. Actualmente estudia en la UCA, no voy a revelar qué carrera para no escracharla; pero por si estudiás en la UCA, Melina es de esas minas que hacen que te quedes como un bobo mirándola, que aunque no quieras te des vuelta y la sigas con la mirada una vez que ya pasó. Con su metro sesenta y cinco no tiene nada que envidiarle a ninguna, tiene un cuerpo de película. Unas piernas bien trabajadas por el deporte, una cinturita de avispa con una pancita chatita y un rostro muy bonito, con labios carnosos y unos ojos azules penetrantes. Pero son sus atributos lo que más llaman la atención. Tiene un culo de lujo, bien levantado por esas piernas firmes, redondito, gomozo. Y sus gomas son el paraíso. No se de medidas la verdad (perdón), pero son enormes, y naturales. Tienen ese bamboleo que te deja hipnotizado.  

Claramente Melina es una chica bastante difícil de complacer, ya que es demasiado perfeccionista e interesada. No solo se fija en la personalidad de su eventual pareja, sino también en lo físico y por sobre todo en su billetera. Si no tenés auto y casa propia, ni figurás para ella. Así consiguió a su actual novio, Gastón. El es un joven que cumple todos los requisitos que ella busca. Viene de una familia de guita y tiene un buen laburo, así que puede darle todos los gustos que a ella se le ocurran. Sus familias son amigas así que ahí sacó otro punto a favor. No es muy fachero de cara pero lo compensa haciendo ejercicio, con una mina como Melina no te podés dejar estar nunca.

Pero así y todo con Melina no te podés descuidar. Ella es una mina que sabe bien lo que causa en los hombres, y le gusta provocar. Le gusta manejarlos y hacer que ellos hagan lo que ella quiera. Es muy extrovertida y charla con cualquiera, pero no todos se animan a encararla porque la verdad que intimida con su presencia.

Un viernes por la noche Melina tenía ganas de salir, como hacía siempre. Producirse de la manera más ardiente posible, invitar a su grupo de amigos a hacer una previa y luego ir a un boliche muy top a romper la noche. Esa noche Gastón había puesto su casa para hacer la previa así que todos nos juntamos ahí. Eramos un grupo de ocho personas. Melina y Gastón, cuatro amigas de ella, un amigo de él, y yo.
Nos la pasamos tomando y escuchando música, todos menos Gastón y su amigo, que eran los que iban a manejar los autos. Al llegar al boliche nos esperaba en la puerta el hermano mayor de Gastón, que conocía al dueño del lugar y nos preparó un VIP. 
Al entrar todas las miradas se posaban en las chicas, la verdad que las cinco estaban terribles, pero la que nos importa hoy es Melina. Esa noche levaba un vestido negro bien ajustado al cuerpo, parecía haber crecido con el vestido puesto. El vestido le llegaba justo hasta sus  nalgas apenas tapándolas, y el escote era de no creer; cualquier movimiento brusco iba a dejar libre esos pechos que pedían a gritos una buena apretujada.
Nos metimos al VIP y seguimos la fiesta que habíamos empezado. Las chicas no paraban de tomar. El hermano de Gastón traía a cada rato tragos y botellas de espumante. En un momento el tipo cae al VIP con dos amigos, y reconocí en momento a uno de ellos. No recuerdo su nombre, pero se que había estado un tiempito con Melina. Del grupo solo yo sabía que ella había estado con el tipo ese, así que el clima siguió festivo. La muy zorra de Melina me tiraba miradas cómplices, y hacía señas para que yo no dijera nada. En un momento se me acerca y me dice al oído... 
Melina: No le vas a decir nada a Gastón verdad?. 
Su perfume no me dejaba pensar, y sentir sus pechos pegados en mi hacía que mi cerebro no reaccionara a su velocidad normal. 
 Melina: Dale bobo, no te quedes callado.  
Se notaba que estaba copeteada ya. 
Yo: No Meli, pero me debés una.
Me miró con la cara de puta que tantas veces le vi, me guiñó un ojo y se alejó.
La noche ya estaba muriendo y el hermano de Gastón tiró la idea de ir a su departamento a seguir la joda ahí. Al llegar pusimos música y luego de un rato escucho a Melina pidiéndole a Gastón que le traiga frutillas y crema; él la sujetaba y le trataba de hacer entender que era imposible conseguir eso a esa hora de la madrugada. Pero ella estaba muy alcoholizada, no se podía entrar en razón. Estaba tan encaprichada que ya empezaba a hacer un berrinche, entonces Gastón accedió y salió del departamento. Para ese momento ya todos estaban muy borrachos y algunos bajo el efecto de alguna que otra droga. En un instante de lucidés me percaté que Melina había desaparecido de la sala, y tampoco estaba el amigo del hermano de Gastón. Empecé a recorrer el departamento hasta que la encontré. Los encontré. 
Yo estaba en el balcón cuando miré para adentro. Estaban en un cuarto, parados contra la pared besándose apasionadamente. El tipo le había sacado los enormes pechos de la pequeña jaula que era el escote de su vestido, y con una mano le agarraba uno de ellos con fuerza, aunque no alcanzaba su mano para agarrarlo por completo. Melina estaba como en perra en celo, tenía su mano en el miembro del tipo ese y lo pajeaba con un ritmo frenético. Ambos gemían como desenfrenados.
Tipo: No aguanto más! Te voy manchar toda!
Melina: No imbécil! Ni se te ocurra!
Acto seguido la muy perra se agacho y se mandó de una todo el pedazo hasta el fondo de su garganta. El tipo no mentía, no aguantaba más. Dos segundos después acabó. Melina se puso de pie, agarró la mano del tipo y le escupió todo el semen.
Melina: Pensabas que me la iba a tragar? Tengo novio nene.
El tipo no sabía cómo reaccionar, sonrió, se cambió y salió de la habitación. Ella empezó a arreglarse el vestido y el pelo, y le golpeé la ventana del balcón. Por un segundo se quedó paralizada, hasta que se dió cuenta que era yo. Se acercó y me abrió la puerta corrediza.
Melina: Boludo me re asustaste!
Yo: Menos mal que era yo.
Melina: Mal...qué viste?
Yo: Todo.
Melina: Bueno, vos calladito. Olvidate lo que viste.
Yo: Esa imagen no me la voy a a poder quitar más de la cabeza.
Se me acercó hasta quedar a milímetros de mi boca pero rápidamente se fue hasta mi oído y me susurro
Melina: Está bien, guardate esa imagen para cuando estés solito. Ahora te debo dos.
Dio media vuelta y se fue. Me quedé ahí parado como un tarado y al rato volví a la sala.





Este es mi primer post, así que por favor sean piadosos jaja. Espero que les haya interesado, si es así seguiré contando más caprichos de mi goloza amiga.

4 comentarios - Los caprichos de Melina (parte 1)

DanielAngelDosSa +1
Jajajaja toda una putita !!! Muy bueno amigo éxitos para la proxima
CjC12 +1
Tiene potencial! Me gustó
morochodavid +1
Aunque preferiria que seas un adorador del Dios de las putas y el vino que es Tyrion Lannister... Apruebo tu post y espero la continuación del relato...
c10z +1
Ufff. Genial el relato!!!!
+10