Es difícil de explicar cómo terminé tragando el pedorréo lechoso de mi mami, pero pasó y no estoy arrepentida de haberlo hecho.
Mi papi Juan Pablo había muerto hace 2 semanas, habían sido días de tristeza y pesar en mi casa, bueno, eso hasta que llegó Carlos —mejor amigo de papi— a “cuidarnos”. Fue natural, la casa era grande y habían muchas cosas para las cuales necesitábamos un hombre en casa, no podiamos nosotras 2 solas: había que cuidar la casa, había que levantar la mierda del perro y mi mami necesitaba verga y esperma caliente cada noche.
Yo también.
Empezó así una competencia entre nosotras dos por cuál de las 2 tenía más verga de nuestro Carlos, cada día.
Yo esperaba a papi, lo llamé así enseguida, jiji, todas las mañanas arrodillada en el baño, para que me culée la boquita y el ojete. Mami había tenido esa verga más juguetona cada noche y en la tarde. Algo de celo me daba, por eso me esforzaba cada mañana.
Carlos se daba cuenta de esto, mami, medio que ni se enteraba, y tampoco le importaba mucho, pues llevaba pastillas para que los 2 jugaran mejor.
Un día Carlos me convidó de las pastillas que le daba a mami y me invitó a ”dormir” con ellos.
Papi nuevo nos hizo arrodillar a las 2, mamá e hijita, y nos hacía mamar su tiesa verga de a turnos mientras nos acariciaba el pelo o los labios, las tetas. Lo mismo hizo con nuestros ortos, al ponernos a las 2 en 4 sobre la cama para darnos pija por la colita de a turnos, mientras en la colita desocupada nos metía sus gruesos dedos.
Nosotras, bastante alegres y calientes con la pastillita y la verga gruesa que nos recorría, gemiamos y reíamos con gran felicidad. Mami hasta llegó a decir mientras la verga de Carlos le bombeaba la colita: “menos mal que te moriste, juampi, jajaja”. Yo también me reí. Pobre papi muerto, jiji.
Fue así que esa noche quedé viendo bien de cerquita como papi le rompía el orto a mi mami, por indicación de él, así acostadita, hasta que Carlos sacó la verga de la cola de mami, y de ese ojete brotó semen en abundancia que fluyó a mi boca y por fortuna tragué.
Carlos rió fuerte y me felicitó. Se le paró enseguida la pija y esta vez me hizo el orto con fuerza a mí. Mami durmió feliz ya, mientras tanto.
Mi papi Juan Pablo había muerto hace 2 semanas, habían sido días de tristeza y pesar en mi casa, bueno, eso hasta que llegó Carlos —mejor amigo de papi— a “cuidarnos”. Fue natural, la casa era grande y habían muchas cosas para las cuales necesitábamos un hombre en casa, no podiamos nosotras 2 solas: había que cuidar la casa, había que levantar la mierda del perro y mi mami necesitaba verga y esperma caliente cada noche.
Yo también.
Empezó así una competencia entre nosotras dos por cuál de las 2 tenía más verga de nuestro Carlos, cada día.
Yo esperaba a papi, lo llamé así enseguida, jiji, todas las mañanas arrodillada en el baño, para que me culée la boquita y el ojete. Mami había tenido esa verga más juguetona cada noche y en la tarde. Algo de celo me daba, por eso me esforzaba cada mañana.
Carlos se daba cuenta de esto, mami, medio que ni se enteraba, y tampoco le importaba mucho, pues llevaba pastillas para que los 2 jugaran mejor.
Un día Carlos me convidó de las pastillas que le daba a mami y me invitó a ”dormir” con ellos.
Papi nuevo nos hizo arrodillar a las 2, mamá e hijita, y nos hacía mamar su tiesa verga de a turnos mientras nos acariciaba el pelo o los labios, las tetas. Lo mismo hizo con nuestros ortos, al ponernos a las 2 en 4 sobre la cama para darnos pija por la colita de a turnos, mientras en la colita desocupada nos metía sus gruesos dedos.
Nosotras, bastante alegres y calientes con la pastillita y la verga gruesa que nos recorría, gemiamos y reíamos con gran felicidad. Mami hasta llegó a decir mientras la verga de Carlos le bombeaba la colita: “menos mal que te moriste, juampi, jajaja”. Yo también me reí. Pobre papi muerto, jiji.
Fue así que esa noche quedé viendo bien de cerquita como papi le rompía el orto a mi mami, por indicación de él, así acostadita, hasta que Carlos sacó la verga de la cola de mami, y de ese ojete brotó semen en abundancia que fluyó a mi boca y por fortuna tragué.
Carlos rió fuerte y me felicitó. Se le paró enseguida la pija y esta vez me hizo el orto con fuerza a mí. Mami durmió feliz ya, mientras tanto.
4 comentarios - Padre muerto, papi nuevo