Gracias a todos por leerme y por seguir este relato, a pesar de que pensé que sería un solo post y corto no he podido dejar de escribir en cada uno y se extiende más de lo que quisiera, sepan comprender y espero que disfruten esta historia aunque sea un poco de lo que yo pude disfrutar.
Después de despegar los labios de mi ex de mi dura verga, tuve que contener un poco la respiración para recuperar un poco las fuerzas, su increíble mamada fue lo mejor que me había pasado hasta el momento, pero sobre todo por lo que implicaba, ella no lo había querido hacer antes y ahora ni lo había tenido que pedir y me la dio con tanto deseo que casi le lleno la boca de semen pero no podía dejarla así nada más, ella estaba desesperada por tener mi pene en su cuerpo y yo sin poder encontrar el condon para cuidarnos cuando ella se levantó y desabotono su pantalón dejándome ver su lencería, rosa pastel y de encaje, se veía divina, su piel blanca resaltaba su zona sur, coronada por su pelito rubio, no muy largo ni tan corto pero bien delineado, siempre me encanto verla así, termine de desnudarla y me apresure a quitarme lo poco que aun me quedaba de ropa, la bese y la cargue tomándola por su delicioso trasero, ella hacía fuerza con sus piernas para acomodarse en mi verga, pero yo quería devolverle el favor y además sabía como le gustaba tener mi lengua entre sus piernas, la recoste mientras me suplicaba por sentirme dentro de ella, me negué con el pretexto de humedeserla bien para facilitar la entrada de mi pene que seguía completamente erguido y palpitante de la emoción que su lengua me había causado, abrí sus piernas y pude ver su deliciosa vagina, con esos labios rosados y pequeños, me dedique a besar los lentamente mientras me pedía desesperada por más, mis dedos los separaron para darme mejor acceso a su clitoris, ensanchado pero aún así pequeño, lo devore completamente, lo la mía, besaba y succionaba a placer y me aventuraba a sostenerlo cuidadosamente entre mis dientes, seguí succionandolo ritmicamente como había aprendido hacerlo durante el tiempo que estuvimos juntos y ella, arqueando su cuerpo tuvo el primer orgasmo de la noche, me pedía entre gemidos que me detuviera pero no podía hacerlo, el sabor dulzón de su vagina me obligaba a ir por más, sus fluidos tenían ya mi boca inundada de su sabor y esencia, pero debía continuar con la faena aunque deseaba seguir dándole placer con mi lengua decidí o más bien dicho me obligue a dejarla lentamente, mientras poco a poco iba permitiendo a sus labios rosas esconder su pequeño tesoro entre ellos, completamente mojados de sus jugos y mi saliva, el terreno era perfecto para que pudiera dar acceso a mi verga sin dolor, fui besando la lentamente mientras recorría el camino de vuelta a sus hermosos senos, que bese y lami con lentitud, disfrutando cada instante y dejándola reponerse de la fiesta que le había dado mi lengua entre sus piernas, poco a poco subí hasta llegar a su boca, la bese con pasión y la intencidad fue creciendo nuevamente, sus manos recorrieron mi espalda hasta casi llegar a mis glúteos, mientras sus piernas me rodearon por las caderas, sus extremidades hacían presión de mi cuerpo contra el suyo, aun no la pene traba y literalmente ella me lo pedía, "metemela, metemela ya!!!" decía, "dámela toda y llenarme de leche!!!" sin más por hacerme del rogar y olvidándonos del condon, coloque mi glande completamente duro y ensanchado por la excitacion en su pequeña y rosada vagina, lentamente la fui metiendo mientras ella se retorcía y gema o más bien gritaba de placer, metí solo el glande lentamente, disfrutamos cada milímetro de nuestra piel rozando entre ellas y de pronto, se la metí completa, dando ella un grito y terminando lo con un gélido largo y sonoro, me detuve un momento estando completamente dentro de ella, el calor de su estrecha vagina quemaba mi pene de la forma más placentera que he conocido, "dámela duro mi amor, metemela toda como me gusta" a las ordenes claras no me podía negar. CONTINUARA
Después de despegar los labios de mi ex de mi dura verga, tuve que contener un poco la respiración para recuperar un poco las fuerzas, su increíble mamada fue lo mejor que me había pasado hasta el momento, pero sobre todo por lo que implicaba, ella no lo había querido hacer antes y ahora ni lo había tenido que pedir y me la dio con tanto deseo que casi le lleno la boca de semen pero no podía dejarla así nada más, ella estaba desesperada por tener mi pene en su cuerpo y yo sin poder encontrar el condon para cuidarnos cuando ella se levantó y desabotono su pantalón dejándome ver su lencería, rosa pastel y de encaje, se veía divina, su piel blanca resaltaba su zona sur, coronada por su pelito rubio, no muy largo ni tan corto pero bien delineado, siempre me encanto verla así, termine de desnudarla y me apresure a quitarme lo poco que aun me quedaba de ropa, la bese y la cargue tomándola por su delicioso trasero, ella hacía fuerza con sus piernas para acomodarse en mi verga, pero yo quería devolverle el favor y además sabía como le gustaba tener mi lengua entre sus piernas, la recoste mientras me suplicaba por sentirme dentro de ella, me negué con el pretexto de humedeserla bien para facilitar la entrada de mi pene que seguía completamente erguido y palpitante de la emoción que su lengua me había causado, abrí sus piernas y pude ver su deliciosa vagina, con esos labios rosados y pequeños, me dedique a besar los lentamente mientras me pedía desesperada por más, mis dedos los separaron para darme mejor acceso a su clitoris, ensanchado pero aún así pequeño, lo devore completamente, lo la mía, besaba y succionaba a placer y me aventuraba a sostenerlo cuidadosamente entre mis dientes, seguí succionandolo ritmicamente como había aprendido hacerlo durante el tiempo que estuvimos juntos y ella, arqueando su cuerpo tuvo el primer orgasmo de la noche, me pedía entre gemidos que me detuviera pero no podía hacerlo, el sabor dulzón de su vagina me obligaba a ir por más, sus fluidos tenían ya mi boca inundada de su sabor y esencia, pero debía continuar con la faena aunque deseaba seguir dándole placer con mi lengua decidí o más bien dicho me obligue a dejarla lentamente, mientras poco a poco iba permitiendo a sus labios rosas esconder su pequeño tesoro entre ellos, completamente mojados de sus jugos y mi saliva, el terreno era perfecto para que pudiera dar acceso a mi verga sin dolor, fui besando la lentamente mientras recorría el camino de vuelta a sus hermosos senos, que bese y lami con lentitud, disfrutando cada instante y dejándola reponerse de la fiesta que le había dado mi lengua entre sus piernas, poco a poco subí hasta llegar a su boca, la bese con pasión y la intencidad fue creciendo nuevamente, sus manos recorrieron mi espalda hasta casi llegar a mis glúteos, mientras sus piernas me rodearon por las caderas, sus extremidades hacían presión de mi cuerpo contra el suyo, aun no la pene traba y literalmente ella me lo pedía, "metemela, metemela ya!!!" decía, "dámela toda y llenarme de leche!!!" sin más por hacerme del rogar y olvidándonos del condon, coloque mi glande completamente duro y ensanchado por la excitacion en su pequeña y rosada vagina, lentamente la fui metiendo mientras ella se retorcía y gema o más bien gritaba de placer, metí solo el glande lentamente, disfrutamos cada milímetro de nuestra piel rozando entre ellas y de pronto, se la metí completa, dando ella un grito y terminando lo con un gélido largo y sonoro, me detuve un momento estando completamente dentro de ella, el calor de su estrecha vagina quemaba mi pene de la forma más placentera que he conocido, "dámela duro mi amor, metemela toda como me gusta" a las ordenes claras no me podía negar. CONTINUARA
2 comentarios - El reencuentro con mi ex. Parte 3