Hola! Mi nombre es Marcelo y les digo que una vez que Andrea, luego de mis insistencias e idas y vueltas sobre el mismo tema, me había confesado que le gustaría estar con otro hombre, todo había cambiado y mi objetivo era decididamente transformarme en un gran cornudo, y en eso estaba trabajando.
De coger todos los días, y más de una vez por día, habíamos pasado a tener sexo diariamente pero de otra forma: ella se sentaba al lado mío en el sofá, y comenzábamos a hablarnos al oído, yo le preguntaba acerca de sus fantasías, de los hombres que veía por la calle o por la tele, de las cosas que le gustaría hacer con ellos. Mi mano iba a su vagina y comenzaba a masturbarla mientras ella hablaba, deliraba, decía un montón de barbaridades que me ponían como loco, pero más loca la ponían a ella. Muchas veces bajaba su manito para acompañar mis movimientos, luego se pellizcaba los pezones, llevaba su mano mojada a su boquita y saboreaba sus propios flujos, mientras me contaba las cosas que le gustaría hacer con otro hombre en mi presencia.
Las sesiones se fueron repitiendo con distintas variantes, y cada vez subían más y más de tono, sentía que íbamos por el buen camino, y un par de cuernos permanente era mi inevitable destino.
Pasamos una semana entera sin que la penetre, ella me lo reclamó a lo que yo solo le contesté con una sonrisa; la noté preocupada y me preguntó si yo no tenía alguna amante, a lo que enseguida le aseguré que no, que solamente estaba…
- …preparando el camino -le dije.
- El camino para qué? -preguntó ella con duda, como adivinando de antemano mi respuesta.
- El camino para que estés caliente todo el tiempo, y te decidas de una buena vez a cogerte a otro tipo, mi amor -fueron mis palabras.
Una sonrisa pícara y degenerada se dibujó en su rostro, esa sonrisa llena de lujuria que le conocía cuando comenzábamos a tener relaciones sexuales y que hacía tiempo no veía.
- Tan convencido estás? –preguntó- Mirá si me gusta mucho y no quiero largar… Te la vas a aguantar?, Vas a soportar ser cornudo?
- Sí!!! Eso quiero mi amor, quiero que empieces a coger con otros de una buena vez, por favor -le supliqué.
- Ummmmm, qué suerte que tengo, que mi maridito me pida que coja con otros -dijo sin dejar de sonreír, mirándome fijamente.
Noté que sus pezones se habían erectado, yo estaba al palo. Ella al verme, dijo:
- Me parece que estoy toda mojada, el solo pensar en que otro me coja, me hace humedecerme toda. -y llevó su mano bajo su minifalda tableada, metiéndose los deditos- Vení, mi amor, sentate al lado mío, vamos a charlar del tema.
Obedecí inmediatamente.
- Así que estás decidido a ser cornudo?, Querés que te meta los cuernos, no?
- Sí, sí, no doy más, pienso en ello todo el día, me imagino que cuando no estás conmigo seguramente estás cogiendo con otro, con un compañero de trabajo, o con alguien que te levanta por la calle, no sé, cualquiera…, pienso todo el tiempo en lo mucho que me gustaría ser cornudo -le dije.
- Ummm, muy bien, muy bien, pero vos no pensarás que si algún día llego a acostarme con algún macho, eso te va a dar derecho a vos a acostarte con otra mujer, no???
- No, no, mi amor, no, no quiero acostarme con otra mina, quiero que vos, solamente vos puedas acostarte con quien quieras, yo no me voy a acostar con nadie más, solamente con vos.
- Conmigo? Y si consigo a alguien que me coja mejor que vos, pensás que me van a dar ganas de coger con vos también?, No seas boludo -me reprochó-. Mirá si después no quiero acostarme con mi marido, que vas a hacer?, Te vas a tener que hacer la paja todo el tiempo, nada más. Una vez que te hayas transformado en mi cornudo…otra no te va a quedar, entendés?
No me imaginé que mi amorcito pudiera ser tan perversa; totalmente al palo y entregado le respondí:
-Sí, sí, mi amor, voy a hacer lo que vos me digas….
- Muy bien -sus deditos iban y venían jugando con su concha, se los veía brillantes, sus pezones iban a estallar debajo de esa remerita hermosa que tenía puesta-. Vamos a tener que pensar cuándo y con quién…
- Sííí -mi alegría era total, por fin se me iba a concretar, tanto a mí como a ella.
- Voy a tener que buscar un lindo macho, con un cuerpazo y una buena poronga, más grande que la tuya, y que sepa coger como los dioses, no te parece? -sus palabras me calentaron demasiado, no daba más y me quedé mudo, mi respiración se aceleraba, estaba verdaderamente hirviendo de calentura.
- Uyyyy, todavía no sos cornudo y mirá cómo te ponés, que lindo carnudito pajero tengo por marido!!! -dijo mientras se sacaba la minifalda y la remerita.
- Se sentó totalmente desnuda al lado mío con una mano en la concha y los ojos cerrados, mientras gemía.
- En qué pensás en este momento? -le solté.
- En otro macho cogiéndome, un macho grandote, con una pija gigante, haciéndome feliz -dijo sin ningún tipo de vergüenza.
No aguanté más, saqué mi verga del pantalón y empecé a pajearme, ella abrió los ojos y sonrió burlonamente, diciendo:
- Muy bien, muy bien, andá practicando, hagámonos la paja juntos, vos mirándome y yo imaginando a otro…
- A quién imaginas, mi amor?
- A Lucho, cómo me calienta ese chico -soltó sin ningún reparo.
Esto me puso a 20.000 revoluciones, ya sabía quién iba a ser mi corneador, aceleré mis movimientos apretando más mi pito y acabé con varios chorros que impactaron en la mesa ratona de la sala y enchastraron mi mano. Ella al verlos se echó a reír.
- Jajaja, Marcelo te voy a hacer cornudo con Lucho cualquier día de estos. Te hice acabar cornudo con solo decirte que me calentaba, no me quiero pensar cómo te vas a poner cuando te cuente que me lo haya cogido!!!!!
Lucho era un compañero suyo del trabajo, alto, musculoso y según ella me había comentado, en el trabajo se decía que calzaba una verga digna de exhibición, y que era un maestro del sexo anal, que se rumoreaba que se había volteado a varias, y mi esposa, sería la próxima.
- Por favor, decime en que pensás exactamente -le supliqué-.
- Mmm, en Lucho arriba mio y mis piernas abiertas rodeando su cintura, su poronga entrando y saliendo, uuuffff, su pecho a la altura de mi cara y mi lengua recorriéndolo, ahhh, ahhhhh, qué macho, por favor, qué macho, ahhhh, ahhhhh -y acabó sin más trámite.
Al levantarse, me miró sonriente, secó sus dedos en mí y me tiró un besito mientras se dirigía al baño a higienizarse, volvió, se sentó a mi lado y me abrazó muy dulcemente, esperando que yo hablara, pero la situación me tenía tan tenso que no me animé, así que ella tomó la iniciativa final.
- Mirá Marcelo, la verdad que con estos jueguitos me caliento demasiado, y me hiciste brotar las ganas de estar con otro hombre, eso sumado a que no me la metés… te digo que sí, estoy totalmente decidida, voy a entregarle mi concha a otro, voy a coger con Lucho -dijo todo de una y sin parar por miedo a callarse algo.
Yo no lo podía creer, mi felicidad era total, por fin iba a ser cornudo. En ese momento le dí carta blanca para acostarse con él, aunque antes le pregunté:
- Pero te parece bien con un compañero de trabajo, no es preferible un extraño?
- Encima no me vas a dejar elegir?!… A mí me la van a meter, no a vos… Lucho me recalienta desde hace mucho, si me contuve fue para no tener oportunidades de meterte los cuernos todos los días, además el siempre me mirá las tetas, el culo, me hace insinuaciones, que siempre me ha costado mucho rechazar, me parece lo mejor hacerlo con él esta primera vez, no te parece? -me lo dijo tan seria y decidida que no pude negármele.
- Sí, sí, mi amor, si a vos te parece, por mí está bien. Entonces cómo vamos a hacer? -pregunté ingenuo.
- Cómo "vamos"?, Cómo "van" a hacer, querrás decir, no, mi amor?
- Ehhh…, pero yo digo, porque… esteee…me gustaría….verlos…
- Vernos?! La primera vez? Imposible!, Eso lo vamos a dejar para más adelante, primero dejame solita con mi macho, sino puede salir todo mal; solo él y yo… -repitió al final.
Como me gustó que haya dicho "mi macho", con eso ya estaba definiendo que yo dejaría de serlo en breve.
Me quedé callado, mi mujer tenía razón, así que acepté sin más, y le dije:
- Bueno, mi amor, a partir de ahora, tenés mi aprobación para coger con Lucho o con quien te plazca, ok? Pero quiero que me cuentes todo, con lujo de detalles, por favor, a partir de hoy voy a ser tu cornudo fiel, ok?
- Sí, carnudito mio, sí. Te prometo que te voy a contar todo.
- Y por favor cuidate de las enfermedades, no quiero que te contagies nada.
- Ok mi amor, quedate tranquilo -respondió con toda naturalidad.
- Y cuándo crees que pueda garcharte Lucho? -pregunté tímidamente, para disimular la excitación que me había invadido nuevamente.
- Umm, esperá cornudo, no seas desesperado, no sé bien qué día será, pero tené en cuenta que lo veo todos los días, puede ser cualquiera de estos, si fuese por mí, sería mañana mismo, pero vos sabés cómo son esas cosas -contestó alegremente.
Me fui a dormir nervioso y muy excitado, mi mujer se puso un body transparente que dejaba ver sus pezones coronados con areolas grandes y la tira tipo hilo dental que se perdía en su redondo culo. La abracé desde atrás con una erección prominente, ella rápidamente rechazó mi cuerpo con una patada, diciendo que me vaya acostumbrando a no ponerla hasta que ella quisiera.
Al despertarme ya había salido hacia su trabajo, estuve todo el día rogando que llegase cuatro o cinco horas más tarde de lo habitual con la buena noticia, pero grande fue mi decepción al verla llegar en horario normal.
Haciéndome el desentendido, le pregunté:
- Qué tal todo hoy en el trabajo, mi cielo?
- Ufff, mal, Lucho no fue a trabajar, no lo ví en todo el día, me depilé las piernas para nada... -y en su cara noté decepción. Esta respuesta me deprimió.
- Bueno, mi amor, será otra vez, quizás mañana puede ser el día de mi cornamenta -agregué.
- Eso espero, mi amor, eso espero -me dijo con fastidio.
Cocinamos algo, ella se puso ropitas livianas, y nos sentamos a ver TV en el sofá, muy juntitos.
Era otra mujer, no la misma con la que me había casado y con la cual hasta no hace mucho tiempo, soñaba con tener un hijo; los comentarios que hacía sobre los actores que aparecían, wow, me ponían a mil. Eran qué bueno que está fulano, qué cuerpazo que tiene mengano, mirá como se le nota el paquete a zutano, cuando aparecía alguna chica en pantalla cambiaba de canal para que yo no la mirase.
- Qué caliente que estás, mi amor!!! -le comenté- Desde que nos sentamos que no parás de elogiar a los tipos que aparecen en pantalla, antes no estabas tan “quenchi”.
- Lo que pasa es que hoy estuve todo el día con ganas de que me la ponga Matías, cuando salí del trabajo hasta pensé en ir a dar una vuelta por el shopping a ver si conseguía alguna verga -dijo con total naturalidad- La verdad que estaba, y estoy con la argolla chorreando -agregó.
- Uff, mi amor, por favor -le contesté y llevé su mano a mi entrepierna- No me cuentes esas cosas, por favor, cómo me hacés poner… mirá como estoy!!!
- Mmm, sí, la tenés muy paradita cornudo, poné el canal porno y nos hacemos una paja -ordenó.
En el porno había un negro con el apodo de Blackzilla, que poseía una pija bestial, poniéndosela a una chica por la colita, era más grande el miembro viril del negro que la señorita, mi mujer quedó obnubilada:
- Uy, mirá, cómo se la pone, que poronga que tiene ese negrazo, qué macho por favor!!! -sus dedos iban y venían dentro de su cotorrita, totalmente mojada- Como me gustaría un negro como ese, que me rompa toda, que me acabe adentro, esa pija es como tres veces la tuya…mmm ahhhhhhh ahhhhhhh -y acabó con gritos estridentes y temblores en el cuerpo.
Sujeté su mano que estaba a esta altura empapada y me la llevé a la boca, saboreando sus jugos. Que excitante fue chupar los flujos de Andrea provocados por sus calenturientos pensamientos en otros tipos, que sensación hermosa.
- Dale cornudo, acabá que me quiero ir a dormir, y ojito con ensuciar algo que te mato, mirá que está todo limpio, hacelo sobre un pañuelo… -ordenó y lo hice al instante sobre la revista del cable, luego recibí sus felicitaciones:
- Muy bien Marcelo, obedezca a su mujer, a la puta que está buscando otros machos para que se la monten, ya que sos un impotente de mierda.
Nos fuimos a dormir, y al otro día, la espera a que regrese del trabajo de mi esposa fue exasperante, pasaban las horas y no llegaba nunca. Se habría dado? Este pensamiento me puso la verga dura como un garrote, me provocaba dolor de tan erecta que estaba, no me quedó otra que pajearme para aliviarme, lo raro es que eyaculaba y no se me bajaba, recién a la cuarta o quinta paja pude solucionar el problema.
A eso de las dos de la madrugada, apareció Andrea, radiante, con una sonrisa de perversa felicidad, acercándose a mí sin decir palabra me estampó un beso húmedo inmenso, su lengua iba y venía dentro de mi boca, eso era una confirmación que ya había cogido con su compañerito, eso además del gusto a poronga que tenía en la boca, claro esta…
Que satisfacción sentí, aunque estaba algo confundido, era seguro que ya era cornudo de acá a la China.
- Y qué tal mi amor? Cómo te fue?
- Ummm, impresionante, la mejor cogida de toda mi vida, no sabés… -fue su respuesta.
Me dejó algo atontado, no pensé que fuera a contestarme de esa manera, dado que creía yo haber sido su mejor amante, pero enterarme que había pasado a un segundo lugar, al principio me chocó un poco.
- En serio? -pregunté tímidamente.
- Sí, mi amor, sííí… nunca había gozado tanto, ni con vos ni con mis otros amantes. Lucho es de lo mejor, su pija es descomunal, no sabés… hermosa, cabezona y oscura como una ciruela, con las venas a flor de piel, apenas la ví me la metí como puede en la boca y no quería soltarla, viste que eso en mí es muy raro, a vos te hice esperar como un año para chupártela por primera vez, te acordás? Bueno, qué más…? Ah, su poronga en mi concha fue fabuloso, metérmela fue como un parto, me la dejó abierta, no sé cuántos orgasmos me hizo tener, uno tras otro, fue algo interminable, el acabó dos veces adentro de mi concha… - soltó la hembra infiel.
Yo estaba al palo, no obstante le reproché:
- Pero cómo? No usaron forro?
- NO!, mirá… yo había comprado pero el me dijo que no le gusta usarlos porque le aprietan, que nos conocemos de hace tiempo, y bueno, me dio a pelo, igual vos sabés que no es lo mismo con forro que sin, no te preocupes que Lucho no tiene nada, pero dejame que te siga contando cornudo, después seguimos hablando de eso…
- Sí, mi amor, si, contame como te le insinuaste –pensando en el riesgo de embarazo.
- Bueno, él salía, le pregunté si podía acercarme en su auto un par de cuadras, con la mejor de mis caras y unos botones de la blusa un tanto desprendidos, como una verdadera zorra, el por supuesto no se negó….
- Y después??? -le preguntaba mientras me apretaba la pija por arriba del pantalón y cerraba los ojos para una mayor concentración.
- Bueno, después empezamos a hablar de nuestras parejas, y le comenté que vos hacía mucho tiempo que no me atendías como se debe, a lo que él no dudó en ofrecerse diciéndome lo tonto que eras por no cogerme como me merezco, y ya sabés, nos besamos de una forma esplendorosa, ¡Que bien que besa ese hijo de puta, no sabés!, llamó a la esposa inventando una reunión y terminamos en un hotel.
Cuando abrí los ojos ví a Andrea con las piernas abiertas arriba del sillón, con una tanga muy pequeña de color celeste toda manchada que yo no le conocía, entonces le pregunté:
- Y esa tanguita, mi amor, es nueva?
- Sí, me la compré ayer para estrenarla con él, y mirá también lo que me hice en la depiladora… -se corrió la tanga dejándome ver una conchita lampiña - también la colita esta así, me depilé todo el culo para mi nuevo hombre, yo sé que vos siempre me lo pedías y por una u otra razón no podía, pero bueno, ayer para él pude y a Lucho le gustó mucho…
- Uyy… que cornudo que soy ahora -le dije.
- Sí mi amor, y se ve que te gusta, además esto es solo el comienzo, como te imaginarás…
- Sabés que me quiso hacer la cola el muy chanchito? –me expresó la muy putita.
- Y qué le dijiste? A mí nunca me la entregaste -contesté.
- Bueno, bueno, pero lo de Lucho es especial, lo cierto es que… me culeo como quizo y me acabó adentro, creo que hasta me desgarró el ojete….
Yo no podía creer lo que estaba escuchando, nunca mi mujer me había entregado la cola, y ahora se la entregaba a su nuevo macho en la primera encamada, pero bueno, enterarme de esto no hizo sino excitarme más y más, ella se dio cuenta y no paró un minuto de hablarme de la culeada, de lo mucho que le había gustado, a pesar del dolor que sintió al principio, y que de aquí en más se la iba a entregar a todos los machos con los que estuviese.
- Mirá, notás más grande mi agujerito? -me dijo; y dándose vuelta se corrió la tanga, mostrándome su ano coloradito al máximo aun con un poco de guasca amarronada saliendo del mismo, no dí más ante semejante espectáculo, me agaché y hundí mi lengua en ese agujerito agrandado por una poronga ajena.
- Ummm, muy bien cornudo, en esto venía pensando, chupe, chupe bien este culito que termina de ser roto y llenado de leche, le gusta el sabor de la leche de mi hombre, cornudo, le gusta chupar el culo de la puta de su mujercita?????
- Sííí!!! mmmmmm
- Ahora espere que me doy la vuelta así me chupa la conchita también, l agujero bien irritado gracias a un verdadero hombre que ha dejado a tu esposa más que satisfecha, que la hizo gozar como nunca antes nadie lo hizo, así vamos, vamos, chúpele la concha a su mujer -demás esta decir que yo como buen cornudo cumplía con todas las indicaciones que Andrea me daba en su delirio.
La hice llegar a un orgasmo y enseguida acabé yo, cuando ella comentaba algo sobre la cantidad de leche que largaba mi corneador, mucho mayor a la mía.
Agregando:
- Sabés que el semen dura 48hs dentro del cuerpo de la mujer, de aquí al jueves, pensá que como mínimo… dado que seguramente mañana nos echemos algún otro polvo con Lucho, voy a tener la leche de mi macho dentro de mi pancita… qué hermoso, no, cornudo? Tenélo en cuenta todo el tiempo, el semen de otro hombre estará dentro mío todo el tiempo!
- Si, mi amor, sí, qué cornudo soy, qué cornudo.
Acariciando y besando su pancita la miré a los ojos y le dije:
- Acá, acá adentro está el semen de tu nuevo Hombre.
En eso sonó el celular de mi mujer, ellá me apartó bruscamente y corrió a atender, diciendo:
- Es él!, es él! -su felicidad era total- Hola pijudo, como te va?
- …
- Sí, no te preocupes por eso, el cornudo se creyó todo lo que dije, es un pelotudo, le dije que había estado haciendo horas extras, pero no le dije que con tu pija mi amor!!!! JAJAJAJA
- …
- Mmmmmm, papito, cuándo quieras, mañana aunque sea uno rapidito, me encantó lo de hoy, sos un macho formidable, me dejaste temblando la argolla y no voy a poder sentarme como hasta dentro de una semana.
- ...
- Sí, también mis tetas te extrañan, extrañan tus mordiscos, tus pellizcos a mis pezones…sos tremendo… me voy a dormir con tu lechita adentro, papi, no veo la hora de que me montes de vuelta… Que loco, a lo mejor mañana de verdad sos “papi”.
- …
- Sí, papito, también por el ojete, me encantó!!!
- …
- Bueno, la verdad que ya estoy celosa de tu mujer, que suerte que tiene la guacha de tener tu verga todos los días a su entera disposición….
- …
- Cuando quieras, papi, yo le invento algo a mi marido y nos vamos unos días por ahí, así me hacés de todo, sabés que soy toda tuya…
- …
- Si, soy tu mujer, tu puta, tu hembra, siempre bien dispuesta y a tu servicio. Mi concha, mi culo, mi boca y mis tetas te pertenecen, soy toda tuya mi amor, me marcaste a fuego con ese vergón hermoso que tenés entre las piernas….
- …
- Buenos, besitos mi vida, voy a soñar con vos, y para calmarme, voy a meterme los deditos jajajaja.
- …
- Besotes.
Al cortar tenía una cara de felicidad que hacía muchísimo tiempo no
le veía, me miró y me preguntó:
- Celoso?
- Sí, mi amor, la verdad que sí.
- Bueno, mi amor, es natural, ya te vas a acostumbrar, sabés que todavía no le dije nada a Lucho que vos sabés todo? Vas a tener que esperar, a que se entere, para vernos a nosotros en acción, es mejor así, no vaya a ser cosa que a él no le guste y se termine enojando conmigo, no te parece, mi amor?
- Sí, sí -contesté resignado.
Fuimos a dormir, ambos contentos y felices, ella me agradeció por haberle sugerido que sea infiel, y me aseguró que esto no iba a parar, que de aquí en más me prepare para ser el más cornudo, que lo iba a seguir haciendo con Lucho, que ya la llamaba "mi putita" y no sé cuantos más calificativos soeces, y que su próximo objetivo era ser cogida por un negro "como el de la película". Le tuve que pedir disculpas por haberme erectado nuevamente con sus palabras.
Mi mujer había cambiado para siempre, para felicidad de ambos, de aquí en más sería yo un cornudo hecho y derecho, y ella una verdadera hembra corneadora.
www.relatosgusbecker.blogspot.com
De coger todos los días, y más de una vez por día, habíamos pasado a tener sexo diariamente pero de otra forma: ella se sentaba al lado mío en el sofá, y comenzábamos a hablarnos al oído, yo le preguntaba acerca de sus fantasías, de los hombres que veía por la calle o por la tele, de las cosas que le gustaría hacer con ellos. Mi mano iba a su vagina y comenzaba a masturbarla mientras ella hablaba, deliraba, decía un montón de barbaridades que me ponían como loco, pero más loca la ponían a ella. Muchas veces bajaba su manito para acompañar mis movimientos, luego se pellizcaba los pezones, llevaba su mano mojada a su boquita y saboreaba sus propios flujos, mientras me contaba las cosas que le gustaría hacer con otro hombre en mi presencia.
Las sesiones se fueron repitiendo con distintas variantes, y cada vez subían más y más de tono, sentía que íbamos por el buen camino, y un par de cuernos permanente era mi inevitable destino.
Pasamos una semana entera sin que la penetre, ella me lo reclamó a lo que yo solo le contesté con una sonrisa; la noté preocupada y me preguntó si yo no tenía alguna amante, a lo que enseguida le aseguré que no, que solamente estaba…
- …preparando el camino -le dije.
- El camino para qué? -preguntó ella con duda, como adivinando de antemano mi respuesta.
- El camino para que estés caliente todo el tiempo, y te decidas de una buena vez a cogerte a otro tipo, mi amor -fueron mis palabras.
Una sonrisa pícara y degenerada se dibujó en su rostro, esa sonrisa llena de lujuria que le conocía cuando comenzábamos a tener relaciones sexuales y que hacía tiempo no veía.
- Tan convencido estás? –preguntó- Mirá si me gusta mucho y no quiero largar… Te la vas a aguantar?, Vas a soportar ser cornudo?
- Sí!!! Eso quiero mi amor, quiero que empieces a coger con otros de una buena vez, por favor -le supliqué.
- Ummmmm, qué suerte que tengo, que mi maridito me pida que coja con otros -dijo sin dejar de sonreír, mirándome fijamente.
Noté que sus pezones se habían erectado, yo estaba al palo. Ella al verme, dijo:
- Me parece que estoy toda mojada, el solo pensar en que otro me coja, me hace humedecerme toda. -y llevó su mano bajo su minifalda tableada, metiéndose los deditos- Vení, mi amor, sentate al lado mío, vamos a charlar del tema.
Obedecí inmediatamente.
- Así que estás decidido a ser cornudo?, Querés que te meta los cuernos, no?
- Sí, sí, no doy más, pienso en ello todo el día, me imagino que cuando no estás conmigo seguramente estás cogiendo con otro, con un compañero de trabajo, o con alguien que te levanta por la calle, no sé, cualquiera…, pienso todo el tiempo en lo mucho que me gustaría ser cornudo -le dije.
- Ummm, muy bien, muy bien, pero vos no pensarás que si algún día llego a acostarme con algún macho, eso te va a dar derecho a vos a acostarte con otra mujer, no???
- No, no, mi amor, no, no quiero acostarme con otra mina, quiero que vos, solamente vos puedas acostarte con quien quieras, yo no me voy a acostar con nadie más, solamente con vos.
- Conmigo? Y si consigo a alguien que me coja mejor que vos, pensás que me van a dar ganas de coger con vos también?, No seas boludo -me reprochó-. Mirá si después no quiero acostarme con mi marido, que vas a hacer?, Te vas a tener que hacer la paja todo el tiempo, nada más. Una vez que te hayas transformado en mi cornudo…otra no te va a quedar, entendés?
No me imaginé que mi amorcito pudiera ser tan perversa; totalmente al palo y entregado le respondí:
-Sí, sí, mi amor, voy a hacer lo que vos me digas….
- Muy bien -sus deditos iban y venían jugando con su concha, se los veía brillantes, sus pezones iban a estallar debajo de esa remerita hermosa que tenía puesta-. Vamos a tener que pensar cuándo y con quién…
- Sííí -mi alegría era total, por fin se me iba a concretar, tanto a mí como a ella.
- Voy a tener que buscar un lindo macho, con un cuerpazo y una buena poronga, más grande que la tuya, y que sepa coger como los dioses, no te parece? -sus palabras me calentaron demasiado, no daba más y me quedé mudo, mi respiración se aceleraba, estaba verdaderamente hirviendo de calentura.
- Uyyyy, todavía no sos cornudo y mirá cómo te ponés, que lindo carnudito pajero tengo por marido!!! -dijo mientras se sacaba la minifalda y la remerita.
- Se sentó totalmente desnuda al lado mío con una mano en la concha y los ojos cerrados, mientras gemía.
- En qué pensás en este momento? -le solté.
- En otro macho cogiéndome, un macho grandote, con una pija gigante, haciéndome feliz -dijo sin ningún tipo de vergüenza.
No aguanté más, saqué mi verga del pantalón y empecé a pajearme, ella abrió los ojos y sonrió burlonamente, diciendo:
- Muy bien, muy bien, andá practicando, hagámonos la paja juntos, vos mirándome y yo imaginando a otro…
- A quién imaginas, mi amor?
- A Lucho, cómo me calienta ese chico -soltó sin ningún reparo.
Esto me puso a 20.000 revoluciones, ya sabía quién iba a ser mi corneador, aceleré mis movimientos apretando más mi pito y acabé con varios chorros que impactaron en la mesa ratona de la sala y enchastraron mi mano. Ella al verlos se echó a reír.
- Jajaja, Marcelo te voy a hacer cornudo con Lucho cualquier día de estos. Te hice acabar cornudo con solo decirte que me calentaba, no me quiero pensar cómo te vas a poner cuando te cuente que me lo haya cogido!!!!!
Lucho era un compañero suyo del trabajo, alto, musculoso y según ella me había comentado, en el trabajo se decía que calzaba una verga digna de exhibición, y que era un maestro del sexo anal, que se rumoreaba que se había volteado a varias, y mi esposa, sería la próxima.
- Por favor, decime en que pensás exactamente -le supliqué-.
- Mmm, en Lucho arriba mio y mis piernas abiertas rodeando su cintura, su poronga entrando y saliendo, uuuffff, su pecho a la altura de mi cara y mi lengua recorriéndolo, ahhh, ahhhhh, qué macho, por favor, qué macho, ahhhh, ahhhhh -y acabó sin más trámite.
Al levantarse, me miró sonriente, secó sus dedos en mí y me tiró un besito mientras se dirigía al baño a higienizarse, volvió, se sentó a mi lado y me abrazó muy dulcemente, esperando que yo hablara, pero la situación me tenía tan tenso que no me animé, así que ella tomó la iniciativa final.
- Mirá Marcelo, la verdad que con estos jueguitos me caliento demasiado, y me hiciste brotar las ganas de estar con otro hombre, eso sumado a que no me la metés… te digo que sí, estoy totalmente decidida, voy a entregarle mi concha a otro, voy a coger con Lucho -dijo todo de una y sin parar por miedo a callarse algo.
Yo no lo podía creer, mi felicidad era total, por fin iba a ser cornudo. En ese momento le dí carta blanca para acostarse con él, aunque antes le pregunté:
- Pero te parece bien con un compañero de trabajo, no es preferible un extraño?
- Encima no me vas a dejar elegir?!… A mí me la van a meter, no a vos… Lucho me recalienta desde hace mucho, si me contuve fue para no tener oportunidades de meterte los cuernos todos los días, además el siempre me mirá las tetas, el culo, me hace insinuaciones, que siempre me ha costado mucho rechazar, me parece lo mejor hacerlo con él esta primera vez, no te parece? -me lo dijo tan seria y decidida que no pude negármele.
- Sí, sí, mi amor, si a vos te parece, por mí está bien. Entonces cómo vamos a hacer? -pregunté ingenuo.
- Cómo "vamos"?, Cómo "van" a hacer, querrás decir, no, mi amor?
- Ehhh…, pero yo digo, porque… esteee…me gustaría….verlos…
- Vernos?! La primera vez? Imposible!, Eso lo vamos a dejar para más adelante, primero dejame solita con mi macho, sino puede salir todo mal; solo él y yo… -repitió al final.
Como me gustó que haya dicho "mi macho", con eso ya estaba definiendo que yo dejaría de serlo en breve.
Me quedé callado, mi mujer tenía razón, así que acepté sin más, y le dije:
- Bueno, mi amor, a partir de ahora, tenés mi aprobación para coger con Lucho o con quien te plazca, ok? Pero quiero que me cuentes todo, con lujo de detalles, por favor, a partir de hoy voy a ser tu cornudo fiel, ok?
- Sí, carnudito mio, sí. Te prometo que te voy a contar todo.
- Y por favor cuidate de las enfermedades, no quiero que te contagies nada.
- Ok mi amor, quedate tranquilo -respondió con toda naturalidad.
- Y cuándo crees que pueda garcharte Lucho? -pregunté tímidamente, para disimular la excitación que me había invadido nuevamente.
- Umm, esperá cornudo, no seas desesperado, no sé bien qué día será, pero tené en cuenta que lo veo todos los días, puede ser cualquiera de estos, si fuese por mí, sería mañana mismo, pero vos sabés cómo son esas cosas -contestó alegremente.
Me fui a dormir nervioso y muy excitado, mi mujer se puso un body transparente que dejaba ver sus pezones coronados con areolas grandes y la tira tipo hilo dental que se perdía en su redondo culo. La abracé desde atrás con una erección prominente, ella rápidamente rechazó mi cuerpo con una patada, diciendo que me vaya acostumbrando a no ponerla hasta que ella quisiera.
Al despertarme ya había salido hacia su trabajo, estuve todo el día rogando que llegase cuatro o cinco horas más tarde de lo habitual con la buena noticia, pero grande fue mi decepción al verla llegar en horario normal.
Haciéndome el desentendido, le pregunté:
- Qué tal todo hoy en el trabajo, mi cielo?
- Ufff, mal, Lucho no fue a trabajar, no lo ví en todo el día, me depilé las piernas para nada... -y en su cara noté decepción. Esta respuesta me deprimió.
- Bueno, mi amor, será otra vez, quizás mañana puede ser el día de mi cornamenta -agregué.
- Eso espero, mi amor, eso espero -me dijo con fastidio.
Cocinamos algo, ella se puso ropitas livianas, y nos sentamos a ver TV en el sofá, muy juntitos.
Era otra mujer, no la misma con la que me había casado y con la cual hasta no hace mucho tiempo, soñaba con tener un hijo; los comentarios que hacía sobre los actores que aparecían, wow, me ponían a mil. Eran qué bueno que está fulano, qué cuerpazo que tiene mengano, mirá como se le nota el paquete a zutano, cuando aparecía alguna chica en pantalla cambiaba de canal para que yo no la mirase.
- Qué caliente que estás, mi amor!!! -le comenté- Desde que nos sentamos que no parás de elogiar a los tipos que aparecen en pantalla, antes no estabas tan “quenchi”.
- Lo que pasa es que hoy estuve todo el día con ganas de que me la ponga Matías, cuando salí del trabajo hasta pensé en ir a dar una vuelta por el shopping a ver si conseguía alguna verga -dijo con total naturalidad- La verdad que estaba, y estoy con la argolla chorreando -agregó.
- Uff, mi amor, por favor -le contesté y llevé su mano a mi entrepierna- No me cuentes esas cosas, por favor, cómo me hacés poner… mirá como estoy!!!
- Mmm, sí, la tenés muy paradita cornudo, poné el canal porno y nos hacemos una paja -ordenó.
En el porno había un negro con el apodo de Blackzilla, que poseía una pija bestial, poniéndosela a una chica por la colita, era más grande el miembro viril del negro que la señorita, mi mujer quedó obnubilada:
- Uy, mirá, cómo se la pone, que poronga que tiene ese negrazo, qué macho por favor!!! -sus dedos iban y venían dentro de su cotorrita, totalmente mojada- Como me gustaría un negro como ese, que me rompa toda, que me acabe adentro, esa pija es como tres veces la tuya…mmm ahhhhhhh ahhhhhhh -y acabó con gritos estridentes y temblores en el cuerpo.
Sujeté su mano que estaba a esta altura empapada y me la llevé a la boca, saboreando sus jugos. Que excitante fue chupar los flujos de Andrea provocados por sus calenturientos pensamientos en otros tipos, que sensación hermosa.
- Dale cornudo, acabá que me quiero ir a dormir, y ojito con ensuciar algo que te mato, mirá que está todo limpio, hacelo sobre un pañuelo… -ordenó y lo hice al instante sobre la revista del cable, luego recibí sus felicitaciones:
- Muy bien Marcelo, obedezca a su mujer, a la puta que está buscando otros machos para que se la monten, ya que sos un impotente de mierda.
Nos fuimos a dormir, y al otro día, la espera a que regrese del trabajo de mi esposa fue exasperante, pasaban las horas y no llegaba nunca. Se habría dado? Este pensamiento me puso la verga dura como un garrote, me provocaba dolor de tan erecta que estaba, no me quedó otra que pajearme para aliviarme, lo raro es que eyaculaba y no se me bajaba, recién a la cuarta o quinta paja pude solucionar el problema.
A eso de las dos de la madrugada, apareció Andrea, radiante, con una sonrisa de perversa felicidad, acercándose a mí sin decir palabra me estampó un beso húmedo inmenso, su lengua iba y venía dentro de mi boca, eso era una confirmación que ya había cogido con su compañerito, eso además del gusto a poronga que tenía en la boca, claro esta…
Que satisfacción sentí, aunque estaba algo confundido, era seguro que ya era cornudo de acá a la China.
- Y qué tal mi amor? Cómo te fue?
- Ummm, impresionante, la mejor cogida de toda mi vida, no sabés… -fue su respuesta.
Me dejó algo atontado, no pensé que fuera a contestarme de esa manera, dado que creía yo haber sido su mejor amante, pero enterarme que había pasado a un segundo lugar, al principio me chocó un poco.
- En serio? -pregunté tímidamente.
- Sí, mi amor, sííí… nunca había gozado tanto, ni con vos ni con mis otros amantes. Lucho es de lo mejor, su pija es descomunal, no sabés… hermosa, cabezona y oscura como una ciruela, con las venas a flor de piel, apenas la ví me la metí como puede en la boca y no quería soltarla, viste que eso en mí es muy raro, a vos te hice esperar como un año para chupártela por primera vez, te acordás? Bueno, qué más…? Ah, su poronga en mi concha fue fabuloso, metérmela fue como un parto, me la dejó abierta, no sé cuántos orgasmos me hizo tener, uno tras otro, fue algo interminable, el acabó dos veces adentro de mi concha… - soltó la hembra infiel.
Yo estaba al palo, no obstante le reproché:
- Pero cómo? No usaron forro?
- NO!, mirá… yo había comprado pero el me dijo que no le gusta usarlos porque le aprietan, que nos conocemos de hace tiempo, y bueno, me dio a pelo, igual vos sabés que no es lo mismo con forro que sin, no te preocupes que Lucho no tiene nada, pero dejame que te siga contando cornudo, después seguimos hablando de eso…
- Sí, mi amor, si, contame como te le insinuaste –pensando en el riesgo de embarazo.
- Bueno, él salía, le pregunté si podía acercarme en su auto un par de cuadras, con la mejor de mis caras y unos botones de la blusa un tanto desprendidos, como una verdadera zorra, el por supuesto no se negó….
- Y después??? -le preguntaba mientras me apretaba la pija por arriba del pantalón y cerraba los ojos para una mayor concentración.
- Bueno, después empezamos a hablar de nuestras parejas, y le comenté que vos hacía mucho tiempo que no me atendías como se debe, a lo que él no dudó en ofrecerse diciéndome lo tonto que eras por no cogerme como me merezco, y ya sabés, nos besamos de una forma esplendorosa, ¡Que bien que besa ese hijo de puta, no sabés!, llamó a la esposa inventando una reunión y terminamos en un hotel.
Cuando abrí los ojos ví a Andrea con las piernas abiertas arriba del sillón, con una tanga muy pequeña de color celeste toda manchada que yo no le conocía, entonces le pregunté:
- Y esa tanguita, mi amor, es nueva?
- Sí, me la compré ayer para estrenarla con él, y mirá también lo que me hice en la depiladora… -se corrió la tanga dejándome ver una conchita lampiña - también la colita esta así, me depilé todo el culo para mi nuevo hombre, yo sé que vos siempre me lo pedías y por una u otra razón no podía, pero bueno, ayer para él pude y a Lucho le gustó mucho…
- Uyy… que cornudo que soy ahora -le dije.
- Sí mi amor, y se ve que te gusta, además esto es solo el comienzo, como te imaginarás…
- Sabés que me quiso hacer la cola el muy chanchito? –me expresó la muy putita.
- Y qué le dijiste? A mí nunca me la entregaste -contesté.
- Bueno, bueno, pero lo de Lucho es especial, lo cierto es que… me culeo como quizo y me acabó adentro, creo que hasta me desgarró el ojete….
Yo no podía creer lo que estaba escuchando, nunca mi mujer me había entregado la cola, y ahora se la entregaba a su nuevo macho en la primera encamada, pero bueno, enterarme de esto no hizo sino excitarme más y más, ella se dio cuenta y no paró un minuto de hablarme de la culeada, de lo mucho que le había gustado, a pesar del dolor que sintió al principio, y que de aquí en más se la iba a entregar a todos los machos con los que estuviese.
- Mirá, notás más grande mi agujerito? -me dijo; y dándose vuelta se corrió la tanga, mostrándome su ano coloradito al máximo aun con un poco de guasca amarronada saliendo del mismo, no dí más ante semejante espectáculo, me agaché y hundí mi lengua en ese agujerito agrandado por una poronga ajena.
- Ummm, muy bien cornudo, en esto venía pensando, chupe, chupe bien este culito que termina de ser roto y llenado de leche, le gusta el sabor de la leche de mi hombre, cornudo, le gusta chupar el culo de la puta de su mujercita?????
- Sííí!!! mmmmmm
- Ahora espere que me doy la vuelta así me chupa la conchita también, l agujero bien irritado gracias a un verdadero hombre que ha dejado a tu esposa más que satisfecha, que la hizo gozar como nunca antes nadie lo hizo, así vamos, vamos, chúpele la concha a su mujer -demás esta decir que yo como buen cornudo cumplía con todas las indicaciones que Andrea me daba en su delirio.
La hice llegar a un orgasmo y enseguida acabé yo, cuando ella comentaba algo sobre la cantidad de leche que largaba mi corneador, mucho mayor a la mía.
Agregando:
- Sabés que el semen dura 48hs dentro del cuerpo de la mujer, de aquí al jueves, pensá que como mínimo… dado que seguramente mañana nos echemos algún otro polvo con Lucho, voy a tener la leche de mi macho dentro de mi pancita… qué hermoso, no, cornudo? Tenélo en cuenta todo el tiempo, el semen de otro hombre estará dentro mío todo el tiempo!
- Si, mi amor, sí, qué cornudo soy, qué cornudo.
Acariciando y besando su pancita la miré a los ojos y le dije:
- Acá, acá adentro está el semen de tu nuevo Hombre.
En eso sonó el celular de mi mujer, ellá me apartó bruscamente y corrió a atender, diciendo:
- Es él!, es él! -su felicidad era total- Hola pijudo, como te va?
- …
- Sí, no te preocupes por eso, el cornudo se creyó todo lo que dije, es un pelotudo, le dije que había estado haciendo horas extras, pero no le dije que con tu pija mi amor!!!! JAJAJAJA
- …
- Mmmmmm, papito, cuándo quieras, mañana aunque sea uno rapidito, me encantó lo de hoy, sos un macho formidable, me dejaste temblando la argolla y no voy a poder sentarme como hasta dentro de una semana.
- ...
- Sí, también mis tetas te extrañan, extrañan tus mordiscos, tus pellizcos a mis pezones…sos tremendo… me voy a dormir con tu lechita adentro, papi, no veo la hora de que me montes de vuelta… Que loco, a lo mejor mañana de verdad sos “papi”.
- …
- Sí, papito, también por el ojete, me encantó!!!
- …
- Bueno, la verdad que ya estoy celosa de tu mujer, que suerte que tiene la guacha de tener tu verga todos los días a su entera disposición….
- …
- Cuando quieras, papi, yo le invento algo a mi marido y nos vamos unos días por ahí, así me hacés de todo, sabés que soy toda tuya…
- …
- Si, soy tu mujer, tu puta, tu hembra, siempre bien dispuesta y a tu servicio. Mi concha, mi culo, mi boca y mis tetas te pertenecen, soy toda tuya mi amor, me marcaste a fuego con ese vergón hermoso que tenés entre las piernas….
- …
- Buenos, besitos mi vida, voy a soñar con vos, y para calmarme, voy a meterme los deditos jajajaja.
- …
- Besotes.
Al cortar tenía una cara de felicidad que hacía muchísimo tiempo no
le veía, me miró y me preguntó:
- Celoso?
- Sí, mi amor, la verdad que sí.
- Bueno, mi amor, es natural, ya te vas a acostumbrar, sabés que todavía no le dije nada a Lucho que vos sabés todo? Vas a tener que esperar, a que se entere, para vernos a nosotros en acción, es mejor así, no vaya a ser cosa que a él no le guste y se termine enojando conmigo, no te parece, mi amor?
- Sí, sí -contesté resignado.
Fuimos a dormir, ambos contentos y felices, ella me agradeció por haberle sugerido que sea infiel, y me aseguró que esto no iba a parar, que de aquí en más me prepare para ser el más cornudo, que lo iba a seguir haciendo con Lucho, que ya la llamaba "mi putita" y no sé cuantos más calificativos soeces, y que su próximo objetivo era ser cogida por un negro "como el de la película". Le tuve que pedir disculpas por haberme erectado nuevamente con sus palabras.
Mi mujer había cambiado para siempre, para felicidad de ambos, de aquí en más sería yo un cornudo hecho y derecho, y ella una verdadera hembra corneadora.
www.relatosgusbecker.blogspot.com
4 comentarios - Sin Retorno
Ya estoy leyendo tu historia.