Hola a todos!! Este es mi primer aporte a esta gran comunidad...!!
La que sigue, es una historia MUY real!!
Cuando envié aquel mensaje era tarde. Miré la respuesta, vi que era lo que esperaba y consulté el reloj. Era tarde, la verdad. Pero no me importó. Otras urgencias me ocupaban el pensamiento. El deseo de conocerla, de tenerla en mis brazos, en mi cama, era sobrecogedor. Sentí un rumor en mi miembro cuando me contestó que sí, que nos viésemos esa misma noche.
Entré a la ducha pensando en ella. Tenía que bañarme rápido y salir corriendo, el tiempo nos apresuraba. Mientras caía el agua sobre mi cuerpo, me acordaba del suyo. Esas curvas, esos pechos hermosos. Me imaginaba saboreándolos, acariciando su espalda, besando su cuello desnudo. Me sentí duro, muy excitado. Lentamente empecé a tocarme, soñando que mi mano era su mano, y esas caricias, las de su boca. Pensé en su pelo, en los laberintos de sus roces mientras se lo sujetaba fuerte y ella, de rodillas, me hacia llegar al orgasmo. Acabé en unos instantes, y pude terminar la ducha, con el agua estimulándome la piel; de a poco fue bajando mi erección.
Salí y me cambié, había dejado todo listo. Guarde las cosas, comprobé la plata. Perfecto. Me sentí liviano y con ganas de conocerla. Muchas ganas, pero estaba tranquilo ya.
Caminé rápido en la noche, por la ciudad apenas transitada. El frío me erizaba la piel, pero me sentía hervir por dentro. Cuando arranque la moto, le mandé el mensaje. Estoy en camino. Me dijo que estaba terminando de cambiarse, que estaba nerviosa. Me mordí el labio. Noté que no había bajado mi excitación. Iba a ser mía.
Llegué temprano y guardé la moto en un estacionamiento. Mientras la aguardaba en una esquina, imaginaba tantas cosas… Esos minutos, esa espera me apasionaba, me intrigaba más. Cuando la vi llegar, sabía que iba a ser una noche impresionante.
-Hola, ¿cómo estas? ¿Esperaste mucho?- me dijo ella, después de un beso largo y dulce.
-No, no hermosa, está todo bien. ¿Vos bien? ¿Nerviosa?
Se rió y se movió apenas. Supe que sí, que estaba nerviosa.
-¿Vamos a tomar algo?- le dije, para que calme esos nervios.
-Bueno dale.
Mientras caminábamos, la veía, y estaba inquieta. Creo que no estaba acostumbrada a ser mirada así, a ser deseada como yo la deseaba. Quise más. Quería tocarla, besarla. Entramos al primer bar que se nos cruzó en el camino.
Nos sentamos en una mesa, los dos del mismo lado, en un sillón. En la luz tenue, hablamos de muchas cosas. Mi mano siempre estuvo sobre su pierna, acariciándola. La miré mucho a los ojos. Hasta que la besé muy profundo.
-Mmmmmmm hermosa, que rica que sos
-No no, nada que ver. Soy normal.
-No, no; estas buenísima y me encantas.
-Gracias bb
-¿Te puedo decir algo?
-Mmmm a ver.
Y delicadamente, firmemente, le agarré una mano y se la llevé al bulto de mi pantalón, bien duro ya. Soltó un hondo suspiro y supe que le encantaba. Me la frotaba, mientras yo le besaba el cuello. Con seguridad, me bajo el cierre y encontró la manera de sacarla, a pesar de la erección completa.
Me dijo al oído:
-Mmmmmmmm que buena pija que tenes, pa…
-¿Te gusta hermosa?
-Me encanta…¿es tan rica como se siente…?
-Sólo tenes una forma de averiguarlo, diosa…- le dije, mirándola a los ojos.
Ella sonrío, adivinando mi intención. No se lo tuve que decir dos veces. Miró apenas a los costados, como para asegurarse que no había nadie cerca, y se agachó, metiendo la cabeza debajo de la mesa. No pude evitar cerrar los ojos y soltar un suspiro, cuando sentí su lengua acariciarme, apenas saborearme.
-Shhhh bonito, que se van a dar cuenta.
-¡Quiero más!
-Acá no se puede pa…
-¡Nos vamos ya hermosa!
Pedí la cuenta y en esos minutos interminables, guarde mi pija. Seguía tan dura como cuando me la chupó. Nos levantamos y nos fuimos.
En la calle nos cuidamos, porque era de noche y no había un alma. El viento frío no nos enfrió. Algunas cuadras y diez minutos después, ya estábamos dentro del telo.
Apenas cruzamos la puerta de la habitación, la empujé a la cama, boca abajo, y me dediqué a admirar ese culo que tanto me había calentado en estos días previos, antes de conocerla en persona.
-Mmmmmmm como te voy a coger mi amor…-le dije, sucio.
-Dame duro bb…
En un instante le baje la calza y descubrí una tanguita de encaje, que mostraba a la perfección esa zona que tanto me gustaba. Corriéndosela apenas, me puse de rodillas y hundí mi lengua en esa concha húmeda, jugosa, arrancándole suspiros de placer. Poco a poco fue recorriéndole cada lugar, cada rincón, en un movimiento ascendente desde la concha hasta el culo. La tanga impedía un trabajo completo, así que la sostenía con una mano. Quise sacársela, y no me dejó.
-Arráncamela, papi…-me suplicó con vos entre cortada.
Le arranqué la tanga y ahí, le di una buena chupada de concha y de culo, estando en cuatro.
-Basta, ay basta por favor…ayyy- y soltó un gemido espectacular…
Intensifiqué mis movimientos, con mis manos y mi lengua, hasta dejarla muy, muy caliente. Entonces me paré, viendo esa imagen impresionante: ella en cuatro, la calza hasta la rodilla, la tanga rota colgándole. Esa fue la señal. Se dio vuelta y me vio: parado al lado de la cama, el pantalón todavía puesto, el bulto delatador.
-Mmmmmm, quiero más de lo que saboreé en el bar…
-Ahora te la vas a comer toda, bb…
-Obvio, papi, no te voy a dejar nada…
Y bajándome el cierre, y el bóxer, sin dejar de mirarme a los ojos, se metió mi pija en la boca. Y entró…y entró toda. Yo no lo podía creer, nunca se habían comido mi pija gruesa así.
Unos minutos después se la tuve que sacar, porque esa boca viciosa me iba a exprimir cada gota, y yo todavía quería mucho más. La levanté y la tiré de espaldas sobre la cama, abriéndole las piernas hasta levantarlas y apoyarlas en mis hombros, y fui metiéndosela muy despacio en esa concha húmeda, rebosante de néctar. Despacio, muy despacio. Se la metía toda hasta el fondo y ella tiraba la cabeza hacia atrás entrecerrando los ojos, dejando ver sólo una franja blanca en su mirada. Cuánto placer le estaba dando. Y al instante, se la sacaba toda, y ella gemía y temblaba, y me miraba agonizante de placer. Estaba ardiendo, empapada en sudor. Aún tenía el corpiño puesto, y las tetas turgentes me desafiaban a seguir.
-Ay hijo de puta, ¡qué pedazo de pija, me estás volviendo loca!
-Así te quiero putita, así te quiero-le contesté, con vos ronca, mientras poco a poco intensificaba el ritmo, más rápido, más rápido, más rápido, hasta sacarle otro orgasmo. Una acabada tremenda que me empapó la pija.
-Vení bebota, te toca cabalgarme- le ordené, mientras me acostaba, transpirado, en la cama. Y se subió claro, previó degustar su propio sabor directo desde mi miembro. Una buena chupada para endurecerlo al máximo y ahí sí, arriba.
-Subí, dale, que te quiero chupar esas tetas- y cuando ella hizo el ademán para sacarse el corpiño, le agarré las manos, prohibiéndoselo; la sujeté fuerte de las muñecas, mientras con la otra mano le baja la cabeza hasta la altura de la mía y la tironeaba del pelo. Entonces comencé un bombeo fuerte que la hizo gritar de placer. Y mientras, le chupaba esas tetas por arriba del corpiño de encaje, mordiéndole los pezones, que estaban bien erectos.
-Ayyyyy pa…qué delicia!!
-Todo para vos, bb hermosa, mmmmm-dije como pude, con sus tetas en mi cara.
La levanté de arriba mío y la puse en cuatro. Ahora sí, a disfrutar de ese culo hermoso que tanto me puso al palo, me dije. Me agaché a darle un par de chupadas. Después se la metí por la concha, mientras con el pulgar le trabajaba el culo.
-No no, pa, estás loco, no se te ocurra.
-Vos shhh nena, ahora vas a ver lo que es bueno-mientras con una mano la agarraba de la cintura, con la otra le bajaba la cabeza hasta hundírsela en el colchón. Entonces le apoyé la pija en la entrada y empecé a empujar.
-Mmmmm pa, me duele, pará…
-Callate bb y levanta el culo.
Y mientras se quejaba, mi pija, más dura que nunca, abría el camino, centímetro a centímetro. Hasta que la metí toda, bien hasta el fondo, y se la dejé adentro, y me acerqué a su oído, y le susurré.
-Mmmmmm ¿te gusta bb, putita, te gusta que te rompa el culo?
-Ay papi, mi papito sí, rompémelo todo…
-Obvio que sí bb, vos sos mía, ¿escuchaste? Toda mía.
-Toda tuya pa…ayyyy
Y le empecé a dar duro y parejo, hasta el fondo. La sacaba hasta la cabeza y volvía mandársela toda, sin piedad. Sus gritos de placer, de dolor, me excitaron hasta un extremo increíble.
Cuando ya no podía más, se la saqué y la di vuelta rápido, y ella ya sabía que hacer. Bajando de la cama en un instante, se arrodilló frente a mí y se la metió entera en la boca, acariciándome los huevos.
Eso fue todo. Le llené la boca y la garganta de leche, que tragó sin dejar de mirarme. Me había exprimido hacia un par de horas, en la ducha, pero no se notó, acabé muchísimo. Y después de ese tremendo orgamos, la fue limpiando muy despacio, hasta las bolas, dejándolas brillantes.
Lo demás, ¿qué importa lo demás? La acompañé hasta la casa, caminando, ya que vivía cerca. Después fui a buscar la moto. Quiso el destino y ella, que esa noche termine como empezó, con un mensaje de Whatsapp: Ay pa, sos increíble, gracias por cada centímetro de pija que metiste en mi cola, y gracias por cada gota de leche que me diste para tomar, estaba riquísima. ¿Cuándo nos vemos de nuevo?? 😍😍😍
La que sigue, es una historia MUY real!!
Cuando envié aquel mensaje era tarde. Miré la respuesta, vi que era lo que esperaba y consulté el reloj. Era tarde, la verdad. Pero no me importó. Otras urgencias me ocupaban el pensamiento. El deseo de conocerla, de tenerla en mis brazos, en mi cama, era sobrecogedor. Sentí un rumor en mi miembro cuando me contestó que sí, que nos viésemos esa misma noche.
Entré a la ducha pensando en ella. Tenía que bañarme rápido y salir corriendo, el tiempo nos apresuraba. Mientras caía el agua sobre mi cuerpo, me acordaba del suyo. Esas curvas, esos pechos hermosos. Me imaginaba saboreándolos, acariciando su espalda, besando su cuello desnudo. Me sentí duro, muy excitado. Lentamente empecé a tocarme, soñando que mi mano era su mano, y esas caricias, las de su boca. Pensé en su pelo, en los laberintos de sus roces mientras se lo sujetaba fuerte y ella, de rodillas, me hacia llegar al orgasmo. Acabé en unos instantes, y pude terminar la ducha, con el agua estimulándome la piel; de a poco fue bajando mi erección.
Salí y me cambié, había dejado todo listo. Guarde las cosas, comprobé la plata. Perfecto. Me sentí liviano y con ganas de conocerla. Muchas ganas, pero estaba tranquilo ya.
Caminé rápido en la noche, por la ciudad apenas transitada. El frío me erizaba la piel, pero me sentía hervir por dentro. Cuando arranque la moto, le mandé el mensaje. Estoy en camino. Me dijo que estaba terminando de cambiarse, que estaba nerviosa. Me mordí el labio. Noté que no había bajado mi excitación. Iba a ser mía.
Llegué temprano y guardé la moto en un estacionamiento. Mientras la aguardaba en una esquina, imaginaba tantas cosas… Esos minutos, esa espera me apasionaba, me intrigaba más. Cuando la vi llegar, sabía que iba a ser una noche impresionante.
-Hola, ¿cómo estas? ¿Esperaste mucho?- me dijo ella, después de un beso largo y dulce.
-No, no hermosa, está todo bien. ¿Vos bien? ¿Nerviosa?
Se rió y se movió apenas. Supe que sí, que estaba nerviosa.
-¿Vamos a tomar algo?- le dije, para que calme esos nervios.
-Bueno dale.
Mientras caminábamos, la veía, y estaba inquieta. Creo que no estaba acostumbrada a ser mirada así, a ser deseada como yo la deseaba. Quise más. Quería tocarla, besarla. Entramos al primer bar que se nos cruzó en el camino.
Nos sentamos en una mesa, los dos del mismo lado, en un sillón. En la luz tenue, hablamos de muchas cosas. Mi mano siempre estuvo sobre su pierna, acariciándola. La miré mucho a los ojos. Hasta que la besé muy profundo.
-Mmmmmmm hermosa, que rica que sos
-No no, nada que ver. Soy normal.
-No, no; estas buenísima y me encantas.
-Gracias bb
-¿Te puedo decir algo?
-Mmmm a ver.
Y delicadamente, firmemente, le agarré una mano y se la llevé al bulto de mi pantalón, bien duro ya. Soltó un hondo suspiro y supe que le encantaba. Me la frotaba, mientras yo le besaba el cuello. Con seguridad, me bajo el cierre y encontró la manera de sacarla, a pesar de la erección completa.
Me dijo al oído:
-Mmmmmmmm que buena pija que tenes, pa…
-¿Te gusta hermosa?
-Me encanta…¿es tan rica como se siente…?
-Sólo tenes una forma de averiguarlo, diosa…- le dije, mirándola a los ojos.
Ella sonrío, adivinando mi intención. No se lo tuve que decir dos veces. Miró apenas a los costados, como para asegurarse que no había nadie cerca, y se agachó, metiendo la cabeza debajo de la mesa. No pude evitar cerrar los ojos y soltar un suspiro, cuando sentí su lengua acariciarme, apenas saborearme.
-Shhhh bonito, que se van a dar cuenta.
-¡Quiero más!
-Acá no se puede pa…
-¡Nos vamos ya hermosa!
Pedí la cuenta y en esos minutos interminables, guarde mi pija. Seguía tan dura como cuando me la chupó. Nos levantamos y nos fuimos.
En la calle nos cuidamos, porque era de noche y no había un alma. El viento frío no nos enfrió. Algunas cuadras y diez minutos después, ya estábamos dentro del telo.
Apenas cruzamos la puerta de la habitación, la empujé a la cama, boca abajo, y me dediqué a admirar ese culo que tanto me había calentado en estos días previos, antes de conocerla en persona.
-Mmmmmmm como te voy a coger mi amor…-le dije, sucio.
-Dame duro bb…
En un instante le baje la calza y descubrí una tanguita de encaje, que mostraba a la perfección esa zona que tanto me gustaba. Corriéndosela apenas, me puse de rodillas y hundí mi lengua en esa concha húmeda, jugosa, arrancándole suspiros de placer. Poco a poco fue recorriéndole cada lugar, cada rincón, en un movimiento ascendente desde la concha hasta el culo. La tanga impedía un trabajo completo, así que la sostenía con una mano. Quise sacársela, y no me dejó.
-Arráncamela, papi…-me suplicó con vos entre cortada.
Le arranqué la tanga y ahí, le di una buena chupada de concha y de culo, estando en cuatro.
-Basta, ay basta por favor…ayyy- y soltó un gemido espectacular…
Intensifiqué mis movimientos, con mis manos y mi lengua, hasta dejarla muy, muy caliente. Entonces me paré, viendo esa imagen impresionante: ella en cuatro, la calza hasta la rodilla, la tanga rota colgándole. Esa fue la señal. Se dio vuelta y me vio: parado al lado de la cama, el pantalón todavía puesto, el bulto delatador.
-Mmmmmm, quiero más de lo que saboreé en el bar…
-Ahora te la vas a comer toda, bb…
-Obvio, papi, no te voy a dejar nada…
Y bajándome el cierre, y el bóxer, sin dejar de mirarme a los ojos, se metió mi pija en la boca. Y entró…y entró toda. Yo no lo podía creer, nunca se habían comido mi pija gruesa así.
Unos minutos después se la tuve que sacar, porque esa boca viciosa me iba a exprimir cada gota, y yo todavía quería mucho más. La levanté y la tiré de espaldas sobre la cama, abriéndole las piernas hasta levantarlas y apoyarlas en mis hombros, y fui metiéndosela muy despacio en esa concha húmeda, rebosante de néctar. Despacio, muy despacio. Se la metía toda hasta el fondo y ella tiraba la cabeza hacia atrás entrecerrando los ojos, dejando ver sólo una franja blanca en su mirada. Cuánto placer le estaba dando. Y al instante, se la sacaba toda, y ella gemía y temblaba, y me miraba agonizante de placer. Estaba ardiendo, empapada en sudor. Aún tenía el corpiño puesto, y las tetas turgentes me desafiaban a seguir.
-Ay hijo de puta, ¡qué pedazo de pija, me estás volviendo loca!
-Así te quiero putita, así te quiero-le contesté, con vos ronca, mientras poco a poco intensificaba el ritmo, más rápido, más rápido, más rápido, hasta sacarle otro orgasmo. Una acabada tremenda que me empapó la pija.
-Vení bebota, te toca cabalgarme- le ordené, mientras me acostaba, transpirado, en la cama. Y se subió claro, previó degustar su propio sabor directo desde mi miembro. Una buena chupada para endurecerlo al máximo y ahí sí, arriba.
-Subí, dale, que te quiero chupar esas tetas- y cuando ella hizo el ademán para sacarse el corpiño, le agarré las manos, prohibiéndoselo; la sujeté fuerte de las muñecas, mientras con la otra mano le baja la cabeza hasta la altura de la mía y la tironeaba del pelo. Entonces comencé un bombeo fuerte que la hizo gritar de placer. Y mientras, le chupaba esas tetas por arriba del corpiño de encaje, mordiéndole los pezones, que estaban bien erectos.
-Ayyyyy pa…qué delicia!!
-Todo para vos, bb hermosa, mmmmm-dije como pude, con sus tetas en mi cara.
La levanté de arriba mío y la puse en cuatro. Ahora sí, a disfrutar de ese culo hermoso que tanto me puso al palo, me dije. Me agaché a darle un par de chupadas. Después se la metí por la concha, mientras con el pulgar le trabajaba el culo.
-No no, pa, estás loco, no se te ocurra.
-Vos shhh nena, ahora vas a ver lo que es bueno-mientras con una mano la agarraba de la cintura, con la otra le bajaba la cabeza hasta hundírsela en el colchón. Entonces le apoyé la pija en la entrada y empecé a empujar.
-Mmmmm pa, me duele, pará…
-Callate bb y levanta el culo.
Y mientras se quejaba, mi pija, más dura que nunca, abría el camino, centímetro a centímetro. Hasta que la metí toda, bien hasta el fondo, y se la dejé adentro, y me acerqué a su oído, y le susurré.
-Mmmmmm ¿te gusta bb, putita, te gusta que te rompa el culo?
-Ay papi, mi papito sí, rompémelo todo…
-Obvio que sí bb, vos sos mía, ¿escuchaste? Toda mía.
-Toda tuya pa…ayyyy
Y le empecé a dar duro y parejo, hasta el fondo. La sacaba hasta la cabeza y volvía mandársela toda, sin piedad. Sus gritos de placer, de dolor, me excitaron hasta un extremo increíble.
Cuando ya no podía más, se la saqué y la di vuelta rápido, y ella ya sabía que hacer. Bajando de la cama en un instante, se arrodilló frente a mí y se la metió entera en la boca, acariciándome los huevos.
Eso fue todo. Le llené la boca y la garganta de leche, que tragó sin dejar de mirarme. Me había exprimido hacia un par de horas, en la ducha, pero no se notó, acabé muchísimo. Y después de ese tremendo orgamos, la fue limpiando muy despacio, hasta las bolas, dejándolas brillantes.
Lo demás, ¿qué importa lo demás? La acompañé hasta la casa, caminando, ya que vivía cerca. Después fui a buscar la moto. Quiso el destino y ella, que esa noche termine como empezó, con un mensaje de Whatsapp: Ay pa, sos increíble, gracias por cada centímetro de pija que metiste en mi cola, y gracias por cada gota de leche que me diste para tomar, estaba riquísima. ¿Cuándo nos vemos de nuevo?? 😍😍😍
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