Hola, bienvenidos a mi nuevo post, hoy despues de tanto tiempo. Traigo segundo capítulo de esta historia que he creado. Espero que les guste.
Me levanté de la siesta que tomé en mi cama luego de mi sesión sexual con mi novio, y lo primero que hago es dirigirme al living para ir con él, pero no se encontraba. Revisé intensamente por toda la casa, pero indudablemente no se encontraba aquí.
Suspiro un poco pensando que va a volver y tomo mi celular para llamar a mi amiga, ella me contesta en seguida y con mucha alegría.
—Hola, Jessica. ¿Cómo estas? —le dije a mi amgia mientras estaba de camino al cuarto para ponerme ropa y no seguir aun desnuda.
—Amiga, estoy muy bien. ¿Y tu?
—Yo muy bien tambien —me detuve un segundo para colocarme la braga. —¿Te encuentras en tu casa ahora?
—Si, estoy aquí, sola. Mi hermana se fué a un recital y no volverá hasta muy tarde. ¿Quieres venir? —al realizarme esa pregunta me ahorró muchas palabras.
—Por supuesto, tambien estoy sola aquí. Mi novio se fué y no se a donde —hice otra pequeña pausa para terminar de colocarme el sostén. —Justo te iba a preguntas si podía ir para allá y no aburrirme.
—Siempre eres bienvenida a mi casa, amiga.
—Y tu a la mia, termino de arreglarme y salgo para allá. —luego de despedirnos y cortar, termino de vestirme.
Al estar parada frente al espejo, pude admirar mi vestimenta para a la casa de mi amiga Jessica, una remera blanca acompañada de una chaqueta de cuero negra, falda negra corta ajustada, y sandalias tambien negras. Adicionalmente, tambien tomé un paraguas, a pesar de que había cesado la lluvia mientras dormía, el cielo aun estaba nublado y podría volver a llover en cualquier momento.
Luego de salir de mi casa, caminé dos cuadras hasta llegar a la casa de mi amiga, toqué la puerta y me abrió a los pocos segundos. Nos saludamos abrazandonos mientras realizabamos pequeños saltitos, ingresé a la casa y ella cerró la puerta.
En la sala de estar nos sentamos a tomar un té mientras conversabamos sobre el día que tuvimos ambas. Luego me invita a su cuarto para que vea si me quedaba un vestido que había comprado para ella, pero no le quedaba porque era pequeño en la parte del pecho, y Jessica tiene senos grandes, mientras que yo soy una tabla.
Dejó el vestido sobre su cama, y comencé a quitarme la ropa de a poco hasta quedar con solamente la ropa interior puesta. Cuando tomo el vestido para ponermelo, ella se me acerca de atras y me abraza, tomandome por la cintura.
—Te ves tan sensual desnuda —al escuchar esas palabras quedé anonadada, pero tampoco podía soltame, era como si algo me mantuviera junto a ella, tal vez haya sido que me estaba gustando. —Déjame tocarte un poco mas.
Luego de que tocara todo mi cuerpo, suelto el vestido dejandolo caer al suelo y me recuesto en la cama. Ella me quita la braga que llevaba puesta y comienza a besarme suavemente el clítoris. Separa un poco mas mis piernas y sigue con sus lamidas mientras acaricia esa zona cada tanto, y cada vez que lo hacía sus dedos salía totalmente mojados, los cuales llevaba a mi boca para que los lamiera.
Ella echó su cuerpo suavemente sobre el mio y comenzamos a besarnos apasionadamente mientras yo le quitaba con delicadeza su leggin negro y posteriormente, su tanga. Mi amiga se sacó por cuenta propia su remera y su sosten, asi que hice lo mismo con el mío. Las dos estabamos llenas de lujuria en esa cama y desnudas.
Tomo uno de sus senos y me lo llevo a la boca, lamiendo enteramente su pezón, al mismo tiempo que una de sus manos acariciaban mis nalgas cacheteandolas cada tanto.
Con fuerza me postró en la cama y, poniendose en cuatro, se posicionó sobre mi. Su rostro se acercó a mi cuello y comenzó a besarlo intensamente, una de las manos de ella se acercó a mi vagina y masturbó mi clítoris con sus dedos. La sensación era increíble, nunca me había sentido igual. El placer era tan grande que no podía controlar los movimientos que hacía mi cintura.
«Esto me encanta, aunque no está bien. Ella es tan solo una amiga» Pensaba por dentro, pero todo pensamiento duraba poco en mi cabeza porque el momento podía mas conmigo que la razón.
Se apartó por unos segundos, y tomó una caja que escondía debajo de la cama, de adentro de esta, sacó un consolador de vidrio de veinte centímetros y se acercó nuevamente a mi.
—¿Lista para jugar, zorrita? —fué lo que me preguntó mientras me mostraba el dildo. A lo cual le respondí, simplemente, con una relamida.
Ella empezó a lamer el consolador y la abrazé al mismo tiempo que le acaribiaba su clítoris para que esté tan mojada como yo lo estaba en ese momento. Cuando el consolador ya estaba muy empapado, al igual que si vagina, me lo entregó para que se lo insertara en donde la estaba acariciando.
Recien metido, ella lanzó un grito de placer muy grande, al seguir ingresandolo, estos se volvían mas lujuriosos. Continué moviendolo para darle un placer constante, y que sus gemidos no se callaran.
Solté el consolador y lo dejé a un lado, nos besamos intensamente mientras estabamos abrazadas, y nos sentamos juntas con el cuerpo inclinado hacia atras y apoyado en el respaldo de la cama. Mi mano derecha jugueteaba con el clítoris de ella, y la mano izquierda de ella, se entretenía con el mio.
Así estuvimos algunos minutos hasta que dos fuertes chorros de líquido salieron de las dos vaginas al mismo tiempo, y todo mi cuerpo tuvo un temblor breve, pero hermoso. Finalmente las dos nos desplomamos en la cama jadeando fuertemente y mirandonos a los ojos.
Nuestro agradable momento se ve interrumpido cuando un hombre, aparece de adentro del baño de la habitación y con una cámara en su mano.
—Con esto podré hacerme un buen dinero. Je, Je, Je. —dijo aquel hombre de tez morena y cuerpo delgado, vestido al estilo hip hopero.
Continuará...
Suspiro un poco pensando que va a volver y tomo mi celular para llamar a mi amiga, ella me contesta en seguida y con mucha alegría.
—Hola, Jessica. ¿Cómo estas? —le dije a mi amgia mientras estaba de camino al cuarto para ponerme ropa y no seguir aun desnuda.
—Amiga, estoy muy bien. ¿Y tu?
—Yo muy bien tambien —me detuve un segundo para colocarme la braga. —¿Te encuentras en tu casa ahora?
—Si, estoy aquí, sola. Mi hermana se fué a un recital y no volverá hasta muy tarde. ¿Quieres venir? —al realizarme esa pregunta me ahorró muchas palabras.
—Por supuesto, tambien estoy sola aquí. Mi novio se fué y no se a donde —hice otra pequeña pausa para terminar de colocarme el sostén. —Justo te iba a preguntas si podía ir para allá y no aburrirme.
—Siempre eres bienvenida a mi casa, amiga.
—Y tu a la mia, termino de arreglarme y salgo para allá. —luego de despedirnos y cortar, termino de vestirme.
Al estar parada frente al espejo, pude admirar mi vestimenta para a la casa de mi amiga Jessica, una remera blanca acompañada de una chaqueta de cuero negra, falda negra corta ajustada, y sandalias tambien negras. Adicionalmente, tambien tomé un paraguas, a pesar de que había cesado la lluvia mientras dormía, el cielo aun estaba nublado y podría volver a llover en cualquier momento.
Luego de salir de mi casa, caminé dos cuadras hasta llegar a la casa de mi amiga, toqué la puerta y me abrió a los pocos segundos. Nos saludamos abrazandonos mientras realizabamos pequeños saltitos, ingresé a la casa y ella cerró la puerta.
En la sala de estar nos sentamos a tomar un té mientras conversabamos sobre el día que tuvimos ambas. Luego me invita a su cuarto para que vea si me quedaba un vestido que había comprado para ella, pero no le quedaba porque era pequeño en la parte del pecho, y Jessica tiene senos grandes, mientras que yo soy una tabla.
Dejó el vestido sobre su cama, y comencé a quitarme la ropa de a poco hasta quedar con solamente la ropa interior puesta. Cuando tomo el vestido para ponermelo, ella se me acerca de atras y me abraza, tomandome por la cintura.
—Te ves tan sensual desnuda —al escuchar esas palabras quedé anonadada, pero tampoco podía soltame, era como si algo me mantuviera junto a ella, tal vez haya sido que me estaba gustando. —Déjame tocarte un poco mas.
Luego de que tocara todo mi cuerpo, suelto el vestido dejandolo caer al suelo y me recuesto en la cama. Ella me quita la braga que llevaba puesta y comienza a besarme suavemente el clítoris. Separa un poco mas mis piernas y sigue con sus lamidas mientras acaricia esa zona cada tanto, y cada vez que lo hacía sus dedos salía totalmente mojados, los cuales llevaba a mi boca para que los lamiera.
Ella echó su cuerpo suavemente sobre el mio y comenzamos a besarnos apasionadamente mientras yo le quitaba con delicadeza su leggin negro y posteriormente, su tanga. Mi amiga se sacó por cuenta propia su remera y su sosten, asi que hice lo mismo con el mío. Las dos estabamos llenas de lujuria en esa cama y desnudas.
Tomo uno de sus senos y me lo llevo a la boca, lamiendo enteramente su pezón, al mismo tiempo que una de sus manos acariciaban mis nalgas cacheteandolas cada tanto.
Con fuerza me postró en la cama y, poniendose en cuatro, se posicionó sobre mi. Su rostro se acercó a mi cuello y comenzó a besarlo intensamente, una de las manos de ella se acercó a mi vagina y masturbó mi clítoris con sus dedos. La sensación era increíble, nunca me había sentido igual. El placer era tan grande que no podía controlar los movimientos que hacía mi cintura.
«Esto me encanta, aunque no está bien. Ella es tan solo una amiga» Pensaba por dentro, pero todo pensamiento duraba poco en mi cabeza porque el momento podía mas conmigo que la razón.
Se apartó por unos segundos, y tomó una caja que escondía debajo de la cama, de adentro de esta, sacó un consolador de vidrio de veinte centímetros y se acercó nuevamente a mi.
—¿Lista para jugar, zorrita? —fué lo que me preguntó mientras me mostraba el dildo. A lo cual le respondí, simplemente, con una relamida.
Ella empezó a lamer el consolador y la abrazé al mismo tiempo que le acaribiaba su clítoris para que esté tan mojada como yo lo estaba en ese momento. Cuando el consolador ya estaba muy empapado, al igual que si vagina, me lo entregó para que se lo insertara en donde la estaba acariciando.
Recien metido, ella lanzó un grito de placer muy grande, al seguir ingresandolo, estos se volvían mas lujuriosos. Continué moviendolo para darle un placer constante, y que sus gemidos no se callaran.
Solté el consolador y lo dejé a un lado, nos besamos intensamente mientras estabamos abrazadas, y nos sentamos juntas con el cuerpo inclinado hacia atras y apoyado en el respaldo de la cama. Mi mano derecha jugueteaba con el clítoris de ella, y la mano izquierda de ella, se entretenía con el mio.
Así estuvimos algunos minutos hasta que dos fuertes chorros de líquido salieron de las dos vaginas al mismo tiempo, y todo mi cuerpo tuvo un temblor breve, pero hermoso. Finalmente las dos nos desplomamos en la cama jadeando fuertemente y mirandonos a los ojos.
Nuestro agradable momento se ve interrumpido cuando un hombre, aparece de adentro del baño de la habitación y con una cámara en su mano.
—Con esto podré hacerme un buen dinero. Je, Je, Je. —dijo aquel hombre de tez morena y cuerpo delgado, vestido al estilo hip hopero.
Continuará...
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