Un amigo se coge a mi mujer

Hace tiempo que nuestra vida sexual empezó  a cambiar ,siempre juegos diferentes y si bien con estos juegos ya era una mujer infiel, cosa que para mí no lo es, comenzó un nuevo juego por demás erótico y excitante, encontró un amante fijo, mi mejor amigo.
Con Ana hace tiempo veníamos hablando mientras hacíamos el amor, yo le decía que era tiempo que tenga su propio macho, pero es difícil dado el lugar donde vivimos, entonces entre fantasías en las que ella coge con alguien más, salió el nombre de Héctor, un amigo muy cercano y que nos visita seguido.
Las charlas en la cama se siguieron dando, pero nunca pensé que llegarían a concretarse.
Las vacaciones de verano siempre son buenísimas porque uno se junta más con amigos y pasamos horas hablando, escuchando música y tomando algo.
Un día después de cenar entre música y fernet se fue haciendo tarde, yo tenía que ordenar unas cosas en la habitación y me colgué un rato, cuando volví sentí en el aire que algo pasaba y los vi sentados muy juntos y a mi mujer con cara de pícara, charlamos un poco y me ausenté de nuevo, el silencio que se generó cuando me fui hizo todo bastante obvio, y cuando volví Ana estaba apoyada en su hombro. Fue entonces cuando Héctor se paró para irse, nos saludamos , mi mujer lo acompañó a la puerta y sin importarles si los veían se besaron afuera de mi casa y se fue.
Ana entró derecho a besarme y me agarra la pija, me mira con cara de deseo, de puta, me pregunta si los vi, le digo que no, pero que era obvio q algo había pasado, y me dice ¿Qué querés que haga, voy a su casa? La calentura que teníamos era tremenda, mi mujer preguntando si puede ir a coger con mi amigo, mi respuesta fue, si vos querés andá. Me pidió que la acompañe a la puerta y así lo hice, fui yo quien abrió para que ella salga en busca de su premio.
Cuando la vi alejarse el cuerpo se me llenó de emociones y una excitación que solo puede experimentar quien comparte a su mujer.
Pasó más de una hora cuando escuché la puerta abrirse y Ana volvía de su aventura, se quitó la ropa y se acostó, su respiración agitada dejaba notar su excitación y calentura. Nos besamos y me contó que ni bien llegó, golpeó la puerta y la sorpresa se la llevó Héctor al verla en su casa y la invitó a pasar, empezaron a besarse y él le decía en forma de pregunta ¿Cómo te vas a escapar de tu casa? A lo que Ana respondía, tu amigo me dejó, no me escapé. Los besos y caricias los llevaron a su habitación, a quitarse la ropa para meterse en la cama y empezar con el sexo oral, él le comía la conchita y le pasaba la lengua en la cola, se puso arriba de Ana y comenzó a penetrarla con ganas y no dejaba de besarla, la situación lo calentaba pero saber que se estaba cogiendo a la mujer de su amigo no le permitía disfrutar del todo, por eso de a ratos frenaba y le decía que no estaba bien, que yo era su amigo, aunque el remordimiento no le impedía meter sus dedos en la concha de mi mujer y su lengua seguía comiendo la boca de mi esposa hasta calentarse de nuevo y subirse separando sus piernas y metiéndosela hasta el fondo mientras se besaban y le decía “abrime la conchita”. Ana respondió a sus deseos hasta que Héctor derramó su semen dentro de mi mujer, ella se vistió, se besaron y volvió a casa.
Ya en la cama los dos volábamos de calentura, toqué su vagina totalmente húmeda y con restos de leche, pocas veces tuve la suerte de penetrar a mi mujer con la concha sucia de leche, es realmente lo más rico que me pudo pasar, mientras hacíamos el amor ella repasaba de nuevo lo más erótico de su noche  mientras me decía “sos un cornudo, recién me cogió tu amigo, tiene una pija muy rica” en ese momento no aguanté más y bajé a su conchita que estaba muy sucia y con mi boca se la limpié un poco, es trabajo de todo cornudo limpiar la concha de su esposa, después me acomodé y empecé acogerla de nuevo mientras la besaba y ella me recordaba como Héctor le pedía que le abra la conchita hasta que no pudimos más y acabamos abrazados y a los gritos, completamente agitados por el tremendo momento que habíamos vivido.
Una nueva aventura había comenzado.
Y no seríala única.