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Mis primas de la capital 12

Por la mañana no madrugué nada, estaba contento y más al saber que las notas eran altas, la verdad es que no estaba muy seguro de conseguirlo, pero le esfuerzo valió la pena.
Me levanté y después de ducharme desayuné muy bien, la casa estaba sola, mis tíos en sus obligaciones y mis primas las suponían enterándose de las notas, me asomé por la ventana, vi como Emi estaba en casa y quise informarle de las notas.
Cuando llamé a su puerta tardó un poco en salir, cuando lo hizo estaba arreglada, se disponía a salir, me dijo que iba a hablar con el abogado que llevaba el tema del divorcio, me ofrecí a acompañarla, pero no quiso, pero ante mi insistencia me dejó acompañarla hasta la parada del bus.
Por el camino le fui informando de las notas, se alegró mucho y me dijo que esto habría que celebrarlo, me pregunto…
--- Voy a pensar en algo para celebrarlo, déjame pensar… ah! Te suena de algo la palabra “nuru”?
--- Pues… la verdad no, porqué?
--- No, por nada, déjame que lo piense. Bueno me voy, hasta luego Juan, gracias por acompañarme.
Nos dimos dos besos y se perdió dentro del bus.
Volví a casa aburrido, no tenía nada que hacer, así que me dediqué a ordenar mis libros, después del maratón de estudios estaba mi habitación hecha un desastre.
Cuando terminé me puse a husmear en el ordenador, eliminé los apuntes que no me servían, hasta que pensé con la palabra que me había dicho Emi, ya no me acordaba, pero hice varias combinaciones hasta que la encontré y terminé informándome más gráficamente, me quedé sorprendido aunque me encantó la idea.
Pasaron varios días hasta que Emi mi llamó al móvil, me preguntaba si podría disponer de una tarde la semana próxima, inmediatamente le dije que sí, mi agenda estaba blanca como la nieve, estuve impaciente por saber que preparaba la chica, pero me contuve, me encantaba ver la ilusión que ponía para festejarme, procuré no inmiscuirme hasta que me mandó un escueto mensaje al teléfono – Mañana por la tarde a las 6 p.m.-
Estuve nervioso todo el día, pensé en regalarle algo, pero no sabía si sería adecuado, pues era ella la que me agasajaba, además no tenía ni idea que comprarle además de las clásicas flores o algún perfume, en el último momento me decidí y le compre una rosa natural, por lo menos no iría con las manos vacías.
Aunque solo que tenía que cruzar la calle, estuve dudando un rato como vestirme, la horario no era para ir a cenar, ni de fiesta, pero tampoco a hacer deporte, al fin me decidí por ponerme ropa de sport y el agua de colonia que me había regalado mi tía y pasé a la acera de enfrente.
Eran las 6 y poco, no quería llegar tarde pero tampoco parecer impaciente, cuando me abrió la puerta Emi estaba radiante, vestía una túnica larga hasta los pies, parecía una vestal griega, hasta el pelo recogido en un moño alto la hacían más alta y más bella, tenía con sus treinta y tantos años una sensualidad serena y a la vez salvaje, sus ojos miraban a veces con una dulzura irresistible o con una llamarada de fuego.
Cuando me acerqué para saludarle me sumergí en una nube de perfume suave pero a la vez penetrante, parecía que su piel era la que olía así.
Cuando quise darle dos besos en las mejillas ella me estrecho entre sus brazos, se apretó contra mí en una postura que parecía una segunda piel, me dijo al oído…
--- Bienvenido a tu fiesta, creo que te va a gustar.
--- Si me la ofreces tú seguro que me encantará.
Me hizo pasar y cuando estuve en el salón me pidió que me pusiera un antifaz, yo accedí gustoso, no tenía ni idea que me había preparado, pero estaba seguro que se estaba poniendo interesante.
Me cogió de la mano después de asegurarse de que no veía nada, noté que entrabamos en una habitación espaciosa, no recordaba haber estado allí, aunque lo cierto es que solo conocía de la casa el salón y la alcoba de Emi.
Noté el olor a esencias orientales, que daban un ambiente de paz, Emi se puso a mi espalda y me soltó el antifaz, lo que vi me impresionó de momento, era una estancia grande, más que el salón entero, reinaba una luz tenue de unas lámparas de papel que junto al aroma daba una sensación relajante, las paredes estaban cubiertas con biombos con dibujos japoneses, en el centro un colchón de aire, en el suelo, sobre él una toalla larga en lo que debía ser la cabecera, en un lado una mesita de bambú con unas botellas de lo que parecían ser esencias o geles y en otra varias toallas más pequeñas,
En una esquina, un sillón de bambú con una percha disimilados por una cortina.
Emi me cogió de la mano, me llevó hasta el sillón y me dijo que me desnudara y me pusiera una bata que había colgada, lo hice y cuando salí ella estaba vestida igual que yo, me acompañó al cuarto de baño que estaba al lado, estaba iluminado por velas aromáticas de colores, en el centro un jacuzzi, cuando puso un pié en el agua dejó caer su bata y se quedó desnuda, alargo su mano invitándome a seguirla, la imité y cuando entraba se percató de que estaba completamente depilado, se mordió el labio inferior.
Cuando se metió en el agua la espuma de las sales cubrieron su cuerpo hasta el cuello, a mi me pasó lo mismo, pero por debajo de la superficie opaca mis manos encontraron a las suyas, me cogió de las palmas y las atrajo hacia sí poniéndolas sobre sus tetas, yo me acerque a ella resbalando por el fondo de la bañera, nuestras piernas se enredaron pero las suyas quedaron sobre las mías rodeando mi cintura, nuestras cabezas se unieron en un beso lento, apasionado buscado el máximo placer, la escena parecía ralentizada, la abracé y nuestros pechos se juntaron, yo sentía el latir de su corazón pegado al mío, la redondez de sus tetas no lo impedían, el calor del agua contribuía a que nuestra piel estuviera más sensible, las sales suavizaban el contacto físico, hasta hacerlo mágico.
Cuando intenté pasar la mano entre mis piernas camino de su sexo ella me detuvo sutilmente, comprendí que quería hacer el amor de una manera casi espiritual, cuando la abrace y la fui rodeando para que se quedara con la espalda pegada a mi pecho los hizo casi flotando en el agua, pasé mis manos bajo sus brazos y las crucé sobre su pecho, ya no buscaba simplemente acariciarle las tetas sino sentir su piel pegada a mí, ser un solo ser.
Ella apoyó su cabeza hacia atrás sobre mi cuello, mi mejilla rozó la suya y nuestras bocas se buscaron hasta rozarse en un beso que solo con el contacto de las comisuras de los labios nos hizo sentir un calambre en todo el cuerpo.
Mi polla estaba pegada detrás de su culo, aplastada contra mi vientre, pero no me pedía follar, solo palpitaba a cada roce con la chica.
Cuando Emi se levantó me pareció como una ninfa de un cuadro clásico, salió del agua y cogió un gel de la orilla y se unto con él, su piel húmeda aún por el agua, cambió a un brillo que realzó el moreno natural de su piel.
Cuando salí yo me repartió el gel a mi también y salimos hacia la habitación.
La temperatura era bastante elevada, quizá por alguna fuente de calor, pero se notaba la diferencia respecto al resto de la casa, subió a la colchoneta y me invitó a seguirle, estaba bastante hinchada de aire y el tamaño sería de dos por dos metros, me dijo que me tumbara con la cabeza sobre la almohada larga, miré a mi polla y me extrañe que con aquella visión del monumento de mujer que tenía delante estuviese tranquila.
Emi de pie junto a mi cogió un cuenco que había en una mesita de bambú y lo fue vertiendo sobre mi piel, me iba rociando con un chorro de gel abundante, me cubrió del todo, a mi lado y bajo de mí se iba formando un charco líquido, luego hizo lo mismo con su cuerpo, desde el cuello iba dejando caer el liquido que se repartía por sus pechos y resbalaba por su vientre plano hasta juntarse los dos regueros entre sus muslos, las piernas brillaban según iban recibiendo la capa resbaladiza.
Cuando se arrodilló junto a mí yo estaba expectante, me beso suavemente en los labios y me recorrió con sus manos todo el cuerpo, repartió todavía más el líquido resbaladizo hasta cubrir toda mi piel.
Se puso de rodillas a mis pies y fue subiendo sobre mí, resbalando suavemente, yo notaba cada rincón de su anatomía, sus tetas en mis rodillas, en mis muslos, rodeando mi polla, se quedó un momento oscilando sobre ella que con los huevos pegados iba aumentando de tamaño, el glande asomaba entre los dos globos cuando sus pezones siguieron arañando mi vientre, el glande desapareció entre ellos y su pubis se colocó sobre el mío, se complementaron uno con otro, lo abultado del mío contra lo acogedor del de ella, al estar depilados las pieles sentían toda la sensualidad de nuestros sexos.
Cuando por fin llegó a mi altura empezó a resbalar sobre mí, todo su cuerpo hacía que sintiera su ardor, sus piernas se enredaban con las mías, mis muslos entraban entre los suyos hasta rozar los labios de su sexo, ella abría las piernas lo suficiente para rozarse contra mi pierna, seguía cabalgando sus labios hasta que llegaba a mi rodilla, el gel permitía que el roce pusiera su clítoris en la máxima erección, cuando bajaba por mi cuerpo, mi polla resbalaba por su estomago hasta pasar entre sus tetas duras, quise colaborar activamente y con suavidad le di la vuelta, la deposité a mi lado mientras yo me subía sobre ella, hice las mismas caricias, ella abría las piernas lo suficiente para que mi polla quedara enganchada entre sus labios hasta que bruscamente se soltaba y seguía su camino ascendente, me cogí de la almohada al lado de su cabeza, con este apoyo seguí reptando sobre ella que con los brazos extendidos se dejaba hacer.
Cuando le vi sonreír, pensé que estaba a gusto, pero cuando unas manos pasaron por mis tobillos hacia arriba masajeando mis gemelos intenté volverme, Emi me hizo un gesto para que no lo hiciera.
Me relajé acostado sobre el cuerpo de Emi, no hacía mención de que le molestara mi peso, por eso mi cabeza se pegó a la suya, mientras notaba como me rozaban los muslos unas manos suaves, mis labios buscaban los de Emi, no me costó nada encontrarlos, los besé suavemente pero ellos se fueron abriendo y su lengua salió buscando la mía, su saliva se mezcló en mi boca y saboreé la calidez de su aliento, quizá por esto no aprecié las manos que seguían subiendo entre mis muslos, que abiertos a los lados de los de Emi, dejaba a mi polla bastante dura ya apoyada entre los labios de la chica, las mismas manos, se repartían al acercarse a mis huevos y los rodeaban para pasar entre mis nalgas acariciando mi agujero hasta ahora cerrado, pero que poco a poco se relajaba lo suficiente para que agradeciera y esperara las caricias que me regalaba.
A Emi también estaban dedicadas otras caricias, las mismas manos, cuando rodeaban mis huevos y el tronco de mi polla, bajaban hasta incrustarse en la ingle de la chica y rodear sus labios hasta perderse entre sus muslos.
De vez en cuando recibía una dosis de gel en las partes masajeadas haciendo que las próximas caricias fueran más suaves.
Las mismas manos, separaban mis nalgas y recorrían el canal entre ellas hasta que me cogía la polla desde el tronco y estiraba la piel para luego estirarla hasta que el glande quedaba tirante, brillando de color rojo oscuro, varias veces abrían esos dedos expertos los labios de Emi y presionando el clítoris hacía que separara las piernas para seguidamente guiarme la polla a través de ellos y rozar el bultito de placer hasta quedar a la puerta de la vagina de Emi.
Ella levantaba inconscientemente las caderas deseando que esta vez fuera la definitiva para que mi polla entrara dentro de ella, pero sin duda no era la intención de las manos expertas, aún quería darnos más placer, a las caricias sobre mi polla siguió el roce de unas tetas sobre mis piernas, fueron subiendo por mi cuerpo mientras unos brazos quedaban apoyados en la colchoneta a mi lado, con lo mullido del colchón se hundían y no podían evitar que la cabeza de la masajista se apoyara en mi espalda, el pelo se repartía por mi espalda, su boca quedaba a la altura de mi culo, una lengua cálida y suave, me recorría la raja sin rehuir el roce por mi ano ahora relajado, cuando siguió subiendo sobre mí fueron sus tetas las que se apoyaron en mi espalda y por el efecto del gel tan resbaladizo se desplazaron a mis flancos, el peso de la chica se dejó sentir sobre mí, la aguanté con los brazos para evitar que Emi soportara a los dos, las manos de la chica cogieron las tetas de la masajista a mi lado, le rodeaba sus curvas con suavidad, presionando lo suficiente para que los pezones salieran de su escondite y se endurecieran inmediatamente, la masajista respondía a estas caricias buscando desde arriba los pechos de Emi, que descansaban también sobresaliendo bajo mi pecho, le estiraba los pezones, las areolas hinchadas llenaban las palmas de las manos.
Cuando noté como la boca de la masajista pasaba por mi lado y buscaba la boca de Emi, me di cuenta de que la masajista no era otra que África, o sea Pilar para mí.
Me alegré de la elección de Emi, por una parte África me gustaba y como Pilar me caía muy bien.
Mientras le estampaba un beso suave, Emi, buscó bajo la colchoneta, y disimuladamente sacó el frasco de crema que guardaba para mí en casos especiales, con este gesto me quería poner en antecedentes de lo que podría necesitar a partir de entonces.
Me escurrí entre las dos chicas, no me fue difícil dado lo suaves que estábamos todos, las chicas quedaron una frente a la otra, teta contra teta, y coño contra coño, con sumo cuidado me unté la polla y los huevos con la crema de Emi, un suave calor me recorrió desde el culo hasta el ombligo y la polla pareció como si se fuera hinchando por momentos, las venas me palpitaban al compas del corazón.
Las chicas esperaban mi reacción pacientemente amasando sus tetas, cuando le abrí las piernas a África, Emi la imitó, me deslice entre ellas, no me decidí hasta el último momento, me incorporé lo suficiente para llegar hasta el coño de Emi, no pude meterla toda, pero lo suficiente para hacerla suspirar, la masajista intensificó las caricias sobre sus tetas, Emi estaba con los brazos tan abiertos como las piernas, saboreando el placer que le dábamos los dos, pero aún gozó más cuando África se hizo a un lado para que pudiera penetrar del todo a mi vecina, saqué la polla un poco, con lo lubricada que estaba me costó un poco volver a la vagina de Emi, por lo que África con una mano me cogió del tronco y con la otra abrió los labios del coño de Emi, y los juntó, entre los dedos de la masajista se fue deslizando mi falo hasta que se acabó y pegó los huevos al pubis de Emi.
Cuando lo hubo hecho su dedo pasó entre mis nalgas, sabía dónde estaba lo que buscaba, después de un breve rodeo, apretó lo suficiente para hundir la primera falange, una leve encogida y relajación, un segundo intento y dentro hasta la segunda falange, mi polla iba en aumento, su grosor lo agradecía Emi presionándome con su vagina, me hundía ya el dedo hasta lo máximo cuando quiso meter el otro dedo también, con mi mano busqué la entrepierna de África, al encontrarla sus piernas se abrieron como un abanico, pero no le metí el dedo en el coño como creía sino que seguí hasta alcanzar al ano de la masajista, ella sacó su dedo del mío y se preparó a recibir al mío, cuando ya pude meter uno no lo enterré hasta el fondo sino que mojé la mano en el gel que encharcaba el colchón, lo volví a intentar, esta vez no se enteró de la diferencia entre un dedo grueso o dos finos, estos dilataron más su culo, se estaba quieta suspirando, Emi seguía recibiendo mi polla lentamente sin dejar de bombear, de reojo vio como mi mano se perdía en el redondo culo de África, esta con las piernas levantadas sobre ella esperaba que acabara con Emi, pero quise hacerle esperar, los movimientos de su culo me hicieron pensar que estaba a punto de correrse con las caricias de mis dedos, para que se aclimatara a mi polla metí tres dedos, al principio se movía incómoda, pero cuando se acostumbró al diámetro separó las rodillas sujetas con las manos.
Emi no perdía detalle, quiso recompensar a África por las caricias recibidas y cogiendo mi polla cuando estaba saliendo de su coño lo guió hacia África, esta giró en la superficie del colchón como la aguja de una brújula hasta ponerse a mi alcance, se escurrió lo suficiente para llegar hasta mí, no notó la diferencia de mi glande hasta comprobar la longitud de mi polla dentro de ella, un gemido ahogado salió de su boca pero no se quejó, todo lo contrario, le dedicó a Emi una mirada de agradecimiento.
Emi puso a mi alcance sus tetas, con sus manos acercando una o la gemela a mis labios, las apretaba para que entraran en mi boca, los pezones duros entraban bien, pero intentaba también la areolas, al final cuando aspiraba lo podía conseguir, mi lengua excitaba los pezones contra mi paladar, ella se pegaba contra mí, era difícil mantener la postura pues el gel nos hacía resbalar, cuando pude coger a África de las caderas me puse tumbado detrás de ella, mi polla entraba en su culo sin resistencia hasta pegar mis huevos haciendo un ruido de chapoteo, entre la pierna levantada de África la mano de Emi pulsaba el clítoris de la masajista, ella se estiraba desesperada sus pezones, con la boca quería gritar de gusto pero no podía, apenas le entraba el aire que necesitaba, solo cuando un explosivo orgasmo le fulminó pudo gritar, lo hizo como un lamento y se convulsionó entre mis brazos y los de Emi, estuvimos acunándola mientras se sacudía todo su cuerpo, cuando se relajó fue retirándose a un rincón, Emi me buscó, estaba tumbado cuando se subió sobre mí, pasó sobre mis piernas como una exhalación hasta que su coño se acoplo sobre mi polla, con una maestría propia de ella hizo un movimiento hacia delante seguido por otro hacía atrás y se quedó clavada en mi polla, empezó a cabalgarme poniendo sus manos en mis tobillos, yo veía mi polla desaparecer entre los labios depilados de Emi, al pegarse a mi pubis el monte de Venus de la chica parecía la propietaria de mi polla, cuando se levantó para darse la vuelta y darme la espalda nos dimos cuenta de que África no estaba, discretamente se había marchado después de recibir su gran orgasmo, nos miramos y se lo agradecimos.
Era una sensación nueva y de lo más excitante, pero a la vez divertida, apenas podíamos controlar los movimientos al resbalarnos en el gel, cuando quería meterle la polla más fuerte se me escapaba entre mis manos, estuvimos jugando hasta que Emi se levantó y desapareció hacia el cuarto de baño, la alcance cuando se metía en el jacuzzi, salté dentro salpicando todo el suelo, las piernas de la chica estaban abiertas cuando me senté en el fondo, de un salto subió sobre mí abrazándome, me besó mordiéndome el labio y levantando un poco su culo se dejó caer sobre mí, la polla desapareció en su coño, ya el agua dejaba moverse más controladamente, las tetas las podía retener a mi gusto, Emi saltaba sobre mí con las piernas plegadas, yo cada vez me tendía más alargado en el fondo, solo asomaba la cabeza, no veía nada de lo que pasaba bajo la espuma de las sales de baño, cuando Emi se levantó un poco la sujeté de los brazos hasta que se dejó caer de nuevo, no noté la diferencia solo el tacto de su clítoris sobre mi pubis depilado rozándose en mis incipientes pelillos, me hicieron intuir que no era lo habitual, mis dedos me confirmaron mi suposición, Emi me estaba cabalgando con su culo, sin duda se había dilatado mientras le acariciaba a la masajista y quiso recibir el mismo trato, me sonrió cuando vio mi cara de sorpresa y siguió saltando con más fuerza.
Su cara se transformó cuando clavó sus uñas en mi pecho, su respiración se agitaba cuando las fosas nasales se abrían buscando más aire, los temblores que le sacudieron lo hicieron también a mí, vibrando mi polla como una batidora, me abrazó para no gozar sola de su orgasmo y quiso que la acompañara con mi eyaculación, no la defraudé.
Cuando por fin se pudo levantar de mí, estábamos abrazados dentro del agua, por detrás de ella unos hilillos de semen subían a la superficie.
Al salir del agua teníamos la piel arrugada, con las toallas nos secamos mutuamente, con un mismo batín nos cobijamos hasta salir de la habitación y llegar a la suya, su cama nos esperaba, el frescor de las sabanas hizo que nos abrazáramos buscando el calor del otro, con la consecuencia lógica de que los pezones de endurecieron y al notarlos mi polla también, a partir de ese momento su boca busco mi polla y la mía su coño, el sabor del gel apenas se notaba, solo el de los jugos de mujer ardiente deseando de follar con el chico que le gustaba.
Estábamos lo suficientemente excitados cuando nos abrazamos, en nuestros labios guardábamos los respectivos sabores de nuestros sexos, abrazados como estábamos le di un beso largo y cálido, con él quería expresarle mi agradecimiento por la fiesta, ella así lo comprendió cuando se cobijó entre mis brazos…
--- De verdad te ha gustado?
--- Me ha encantado, ha sido una tarde perfecta, me ha sorprendido totalmente.
--- Y que piensas de la colaboración que hemos tenido?
--- Confieso que ha sido una verdadera revelación, te puedo preguntar cómo ha sido su participación?
--- Ahora te lo puedo contar todo, se me ocurrió darte una sesión de masaje y Spa privados, pero cuando hablé con África me dijo de la posibilidad de hacer un masaje muy erótico y en casa, desde el principio me gustó la idea pero cuando le comenté que tenía mucho interés de agradarte, la intuición femenina de África hizo que adivinara que eras el objetivo de la fiesta, entonces ya me sugirió la idea de decorar el espacio con ambiente japonés, con todo tipo de detalle, pero cuando me insinuó que le gustaría colaborar noté que de verdad le habías gustado también cuando estuviste en el Spa, le puse como condición de que estaría de modo simplemente presencial, que podría participar si tú consentías y que no hablaría para no distraernos ni perder protagonismo, ella aceptó encantada y se encargó de todo, incluso ha tenido la gentileza de hacerlo de forma totalmente altruista, además cumplió con lo acordado y se retiró discretamente cuando tuvo su orgasmo, es una buena chica.
La cabeza de Emi se apoyaba en mi hombro, mientras mi mano se paseaba sobre su teta presionado el pezón ella amasaba mi polla, desde apretarme los huevos hasta recorrer el falo desde el glande hasta la base lentamente.
Me miró cuando me preguntó…
--- Tu tía te ha comentado lo de la cena de mi divorcio?
--- Me preguntó que me parecía el juntarnos las dos parejas, sobre todo después de cenar, le dije que por mí no había problema, dependía de mi tío entonces, me dijo que iría sondeándolo.
--- El otro día estuvimos hablando sobre eso, de paso me contó que te había visto como te follabas a sus dos hijas a la vez.
--- Es cierto, se asomó cuando estaban de rodillas en el suelo apoyadas en la cama y yo les iba metiendo la polla alternativamente, estuvo mirando varios minutos.
--- Si también me lo contó con detalle, se puso muy cachonda, cuando se metió en su cama, despertó a Antonio y se desfogó con él.
--- Jajaja, me asomé y la vi empalada por mi tío y por Carlitos el consolador, me vio y me lanzó un beso.
--- Todo me lo contó, se corrió varias veces, me dijo, cuando estaba en lo mejor Antonio le propuso un intercambio con nosotros incluidos, no le pareció mal, sospecho que ya le gusto también.
--- Y a quien no, tú enamoras a cualquiera.
--- Menos a mi marido, te quería pedir un favor, el otro día mi abogado me dijo que mi marido quería recoger sus pertenencias, no le puse objeción pero me dio la posibilidad de que podría guardárselas en una maleta o caja, ya había hecho una lista con lo que quería llevarse y pasaría a recogerlas de algún sitio cuando viniera a la ciudad en alguna escala. Tú me ayudarías a guardarlo todo? Es un poco triste para mí todos estos recuerdos.
--- Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras, cuando lo quieres hacer?
--- Qué te parece mañana cuando nos levantemos?
--- Perfecto, le voy a mandar un mensaje a mi tía diciéndole que estoy contigo y que te voy a ayudar.
Al momento recibí la contestación, le pareció muy bien, lo acompañaba con unos emoticonos relamiéndose y dando besos.
Cuando alargué el brazo para dejar el teléfono Emi estiró de mí y me puso sobre ella, guió mis caderas sobre las suyas hasta que mi polla estuvo entre sus piernas, estaba flácida pero al encoger las rodillas sobre su pecho me dejó claro lo que le apetecía, la besé mordiéndole los labios, las orejas y el cuello con los hombros, ella se contorneaba buscando mi polla que tal se endurecía, cuando la notó lo suficientemente dura para que entrara con sus tobillos me empujo mi culo hasta meterse ella misma la polla, cuando llegó al fondo de su vagina ya estaba totalmente erecta, aún levantó más su culo hacia mí con lo que entraba directamente hasta dentro.
Fue la única postura, no dejé de meter y sacar el miembro hasta que Emi me avisó de que no parara, su rostro lo decía todo, se estaba corriendo silenciosamente pero concentrada en las vibraciones de su coño, yo no lo quise alargar y me hundí dejando chorros de leche a cada embestida dentro de su coño hasta hacerlo rebosar y salir hasta empapar mis huevos, ella bajó las piernas y abrazados nos dormimos, mi polla aún tardó un poco en salirse.
Por la mañana cuando desperté un aroma de café recién hecho llegaba desde la cocina, me lié una toalla a la cintura y salí, Emi llevaba mi camisa abrochada solo con un botón, se lo solté y metí mis manos bajo sus brazos atrapando sus tetas desde abajo, ella pasando las manos detrás me soltó la toalla que cayó al suelo, se volvió y me abrazó besándome mientras abría las piernas para atrapar entre ellas mi polla, ese fue su manera de darme los buenos días, quise seguir, pero el salto del tostador de pan nos interrumpió y lo dejamos para un mejor momento, aún jugamos un rato, yo le untaba sus pezones con la mermelada y ella mojaba mi polla en el café, entre risas nos metimos bajo la ducha, cuando salimos todavía tenía la polla dura pero acordamos empezar con las cosas de su marido.
Fue fácil la tarea, nos había pasado una lista, su ropa, unos cuadros que se estimaba y unos diplomas de los cursos de pilotaje que había realizado, era un buen profesional, lástima que tuviera un carácter tan violento.
Emi todavía lo apreciaba, pero no podía seguir así por más tiempo, el divorcio se tramitó sin contratiempos, de mutuo acuerdo, los dos estaban a miles de kilómetros de distancia en todo, fue lo mejor para los dos.
Cuando a los pocos días el abogado le citó para firmar los documentos, Emi le entregó la llave del trastero donde habíamos depositado sus cosas, éste le devolvió la llave de su casa.
Cuando volvió vino directamente a casa de mis tíos, abrazó a mi tía y le enseñó a mi tío la carpeta con todos los papeles firmados, ya era libre, la felicitamos todos, entonces se volvió hacia nosotros levantando los brazos con los papeles y lo anunció oficialmente…
--- Tenemos que celebrarlo, os invito a cenar en mi casa a todos, haremos una fiesta.
A partir de ese día mi tía acudía muchas tardes a casa de Emi, imagino para organizar la cena, se respiraba en mi familia un ambiente de fiesta, todos apreciábamos a Emi, mis primas me llevaron aparte y me dijeron…
--- Creemos que se está organizando una buena fiesta, y no decimos solo por la cena, se nota en el ambiente, nosotras hemos decidido despistarnos después de cenar y seguir en alguna discoteca la noche, pero para mis padres y para ti la noche seguirá enfrente, creemos que vais a experimentar opciones nuevas, mi madre está desatada, y mi padre hará lo que ella diga, te tendrás que emplear a fondo, son dos mujeres de bandera y las dos muy ardientes, te deseamos lo mejor, te lo mereces.
--- Pero no renunciamos a nuestra ración!
Dijo Maite abrazándome y riéndose, mientras me cogía el paquete bajo mi bragueta, María por su cuenta se pegaba a mí contorneándose.
Mi tío en ésta ocasión consultó conmigo, estaba conforme al 100% con la fiesta pero no confiaba en estar a la altura, había quedado muy contento cuando estuvimos follando con su mujer, ella le había dicho que había disfrutado mucho y que debíamos repetir, pero incorporar a una mujer más, aunque fuera Emi, lo descolocaba un poco, no sabía si su mujer llegado el momento estaría molesta, yo intenté tranquilizarlo desde mi “humilde conocimiento”, e incluso le dije que también estaba dudando de dar la talla con dos mujeres tan bellas, él pareció dejar de lado su condición de marido y me confesó sus ganas de follar a Emi, le confirmé las mías y con mi complicidad se animó mucho, ya me consideraba un amante más, frente a las dos mujeres haríamos un equipo.
Cuando llegó el día mi tío se puso el traje como si fuéramos a salir a un restaurante de lujo, yo tuve que cambiarme para no desentonar, lo acerté pues cuando vi a mi tía bajar de su habitación quede boquiabierto, estrenaba un vestido verde esmeralda, con un gran escote de barco delante pero por detrás le llegaba a la cintura, por supuesto no llevaba sujetador y las tetas se movían bastante sueltas debajo.
Mis primas tampoco se quedaron detrás, María iba con un vestido azul, con escote “palabra de honor” y la falda ancha de tablas, iba muy vaporosa, sus tetas sobresalían un poco por encima del escote, mis ojos quedaron clavados en ellas durante unos instantes, hasta mi tía se dio cuenta y carraspeó.
Maite iba más juvenil, una falda pantalón holgada y una blusa sin mangas estampada y ancha, por supuesto también sin sujetador, por la sisa de la manga se le veía el nacimiento de la teta, mis manos me hormigueaban de ganas de meterlas y acariciarlas, por delante los pezones marcaban su situación inequívocamente.
A la hora acordada salimos de casa, cruzamos la calle, en la puerta nos esperaba Emi, estaba deslumbrante, vestía un mono de una pieza blanco con detalles dorados, el pantalón cubría los zapatos a juego, pero con unos tacones de aguja literal, el escote era de pico, nacía casi desde los hombros hasta casi tres centímetros de la cintura dejaba al descubierto tres cuartas partes de cada teta, de una forma incomprensible para mí, se pegaba al cuerpo de forma que no podía descubrirle los pezones por mucho que lo intentaba, esta vez fue María la que carraspeó al verme.
Mi tío disimulaba como podía su mirada, tenía que reconocer que hasta sus hijas estaban deseables al máximo, él se pegaba a mí con miradas cómplices disimulando la atracción que le causaban las cuatro mujeres, especialmente las dos mayores, yo le confirmaba sus gustos.
Tras los saludos pertinentes y los halagos merecidos entramos al salón, nos sentamos repartidos en los sofás, mis primas juntas, yo me apresuré a acompañarlas, mientras mi tía se sentó en el sofá grande al lado de mi tío, Emi a su lado nos ofreció una bebidas heladas, la conversación era muy amena, el tema del divorcio se obvió naturalmente y se centró primero en los vestidos de cada una, mi tía tuvo que levantarse y dar una vuelta en redondo para que la admiráramos, luego me enteré que habían ido juntas a elegir sus vestidos, mis primas también fueron objeto de admiración por parte de las mayores, yo hacía como que me eran casi indiferentes pero mi tía y Emi descubrieron el bulto que marcaba mi pantalón.
Cuando nos sentamos a la mesa me colocaron frente a Emi que estaba en la presidencia, a mi izquierda se sentó mi tía y Antonio al lado de la anfitriona, a mi izquierda mis primas Maite y María.
El ambiente era muy distendido, todo eran bromas, en el transcurso de la cena las botellas de vino se iban escanciando sin parar, mis primas tenían las mejillas como amapolas, se reían por todo, bromeaban con todo y hablaban de todo, en algún momento temí que dijeran algo inconveniente, sobre todo por mi tío, al fin y al cabo las chicas mayores estaban al tanto de todo, por lo menos extraoficialmente.
María era la que más parlanchina estaba, incluso llegó a preguntarme en voz alta cual de las mayores me gustaba más, su madre o Emi, yo miré espantado a Ana, ella por si acaso cambió de conversación derivándola a los estudios, pero María insistió preguntándome sobre que vestido le gustaba más, luego insistió cual de todos era más sexi, incluso quien de todas tenía más bonitas las tetas, al decir esto intentó predicar con el ejemplo y casi llegó a bajarse el escote del vestido, la detuvo Maite cuando ya asomaban los pezones, pero con una excusa se la llevó al servicio, mientras nosotros reíamos la ocurrencia, al volver Maite le había lavado la cara con agua fría a María y se excusó diciendo que le había sentado mal la bebida, con eso se despidieron, nosotros las acompañamos hasta la puerta, su padre estaba un poco preocupado, luego me enteré que había sido una treta para despedirse y tomar una pequeña venganza por no estar en la fiesta que se preparaba.
Ya más tranquilos volvimos a la mesa, pronto el ambiente volvió a ser tan alegre como antes, mi tía no perdía ocasión para hacer insinuaciones sobre mi tío, yo me hacía el tímido para cubrir a mi tío, cuando decidieron sentarse en el sofá para tomar el café mi tía lo sirvió, cuando se agachaba para llenar las tazas, procuraba encoger los hombros para enseñarme especialmente a mi por el escote caído los dos pechos que colgaban, mi tío que lógicamente estaba acostumbrado a vérselos y disfrutarlos, también sentía morbo de mirarle las magnificas tetas a su mujer, ella aprovecho la ocasión y se hizo la ofendida acusándonos de mirones y nos recomendó que mirásemos los de Emi que era más joven y los tenía más turgentes, tras un momento de desconcierto los dos nos volcamos a alabar la belleza de las tetas de mi tía, incluso yo hacía gala de hablar con conocimiento de causa, lo cual me extrañó a mi mismo luego.
Ana insistía en menospreciar sus tetas en comparación de las de Emi, ella le quitaba importancia y nos daba la razón a nosotros, mi tía se hacía de rogar, le gustaba oír las alabanzas que le prodigábamos, mi tío se iba desatando y comentaba lo altas y duras las tenía a sus años, yo me hacía el tímido, mientras Emi nos seguía el juego divertida, Antonio cada vez entraba más al trapo y se empeñaba en convencer a su mujer y a nosotros de paso que las tetas de Ana eran muy sensibles y que sus pezones se ponían duros a la mínima caricia, incluso decía que con solo hablar de ellos, ella lo desmentía todo, pero él se levantó y le presionó el vestido para que notásemos los bultitos que se marcaban claramente en la tela verde brillante, mi tía se defendió diciendo que no eran nada comparados con los que tendría la otra chica, yo me puse de parte de mi tío y le apoyé diciendo que no esperaba que hubieran otros pezones como los de mi tía, el estaba desesperado por poderlos comparar, mi tía se acercó a Emi y metiendo la mano por el impresionante escote pegado a la piel hizo como que le tocaba el pezón que estaba casi asomando, cuando se volvió hacia nosotros hacía cara de resignación, diciendo que reconocía su fracaso, los de Emi eran mucho mejor.
Mi tío no quiso dar su brazo a torcer a estas alturas, Ana haciéndose la derrotada dijo…
--- No hay comparación, como vas a comparar estas con las de Emi?
Diciendo esto se bajó los tirantes y dejó el vestido sobre su estómago, debí abrir los ojos como platos, pues tanto Emi como mi tío se me quedaron mirando, el motivo era que Ana se había maquillado los pezones mucho más morenos de los que tenía, eran de color chocolate, hasta mi tío se sorprendió cuando se fijó.
Mi tía viendo que la situación no progresaba me comprometió a mí, me calificó como mano inocente imparcial para juzgar, yo seguí como temeroso mientras mi tío me animaba muy interesado también, la sonrisa de la chica era de oreja a oreja viendo la argucia de Ana, mi tío insistía y me acusaba de poco valiente de no atreverme, al fin eran los dos a coro los que me urgían mientras Emi esperaba la solución.
Por fin me decidí, aunque puse mis condiciones, por lo menos tenía que asegurarme bien antes de dar un veredicto, la condición fue aprobada a coro.
Me levante y me puse frente a mi tía, me puse a mirarle las tetas a cierta distancia, mi tío me dijo…
--- Vamos acércate más.
Lo hice y las miraba como examinándolas, Antonio se impacientaba.
--- No tengas miedo, tócalas, comprueba su dureza, fíjate sobre todo en los pezones, ya están salidos.
--- Estás seguro?
--- Si hombre no tengas reparos, a ella le gusta mucho que se las toquen.
Mi tía esperaba con el par de preciosas tetas a escasos centímetros de mi cara, me cogió las manos y me las puso en sus tetas, yo empecé a presionarlas, a subirlas y a estrujarlas juntándolas haciendo un canalillo impresionante, luego miré a mi tío y pregunté…
--- Puedo?
--- Claro hombre, chúpaselas.
No tuvo que insistir, apreté una haciendo resaltar el pezón que me metí en la boca, ella suspiró aliviada por fin, cambié de una a la otra, estaban igual de buenas, no encontraba el momento de dejarlas de chupar, ahora sí que notaba los pezones duros en mi boca, cuando se enfriaba mi saliva sobre ellos se ponían rugosos, me di cuenta que por mucho que chupaba no perdían el maquillaje, ella despacio me dijo…
--- Es tatuaje.
Volví a chuparlas con avidez, era lo más erótico que podía haber hecho con sus tetas.
Cuando las solté cayeron a su posición original, un poco caídas, solo le hacían un leve pliegue debajo.
Me volví hacia Emi, mi tío esta vez se puso a mi lado, parecía que era él el que las iba a probar, quería ver de primera mano el resultado del juicio.
Tenía curiosidad de saber cómo sabiendo el tamaño de las tetas de Emi las podía dominar bajo aquel escote tan abierto y no se le salían los pezones, por lo que quise primero levantar un poco la tela y mirar dentro, pero Emi se me adelantó y me esquivó, cuando mi tía se puso detrás de ella y le soltó el cierre que llevaba detrás del cuello, el delantero del escote quedó pando sujeto por las manos de la chica, mi tío ya jadeaba esperando el momento crucial, ella se lo hizo esperar, al fin bajo el vestido dejándolo caer, la sorpresa fue general, la de mi tía fingida, claro, Emi tenía pegadas unas pezoneras muy sexis que apenas podían ocultar las galletas maría de las areolas, yo no esperé a ver más, cogí las tetas desde debajo y las subí notando la tersura y dureza, eran un poco mejores que las de mi tía claro, mi tío esperaba babeando mi comentario, le pregunté a la chica si podía quitárselas, me dijo…
--- Si, si lo haces con la boca.
Mi tío me dio una palmada en la espalda para que me acercara, estaba mirando fijo a las tetas de la chica mientras mi tía se apretaba las suyas, no les dejaba descansar a sus pezones, intenté abarcar toda la pezonera con la boca pero era más grande, después de varios intentos, ideé meter la lengua bajo de ella e irla levantando, con dificultad lo fui consiguiendo ayudado por el propio pezón que desde dentro me ayudaba, cuando cayó al suelo aparecía como medio dedo meñique, mi tío exclamó un oooh! que nos hizo reír a todos, el gemelo ya lo quité de un tirón y luego aspiré la zona oscura hasta que el bulto llenó casi mi boca, estaba cálido y se fue endureciendo con rapidez, cuando la solté se bajó quedando en su sitio vibrando como un muelle.
Después de limpiarme los labios de saliva, miré a mi tío, su mirada me penetraba, la mía no decía nada, solo le dije…
--- Antonio, esto no se puede juzgar, se tiene que probar por uno mismo.
Las chicas rieron mi ocurrencia, se pusieron una al lado de la otra, desnudas hasta la cintura los dos pares de tetas mejor hechas que había visto, no las mejoraban las de mis primas.
Mi tío lógicamente empezó con las de Emi, hizo con los ojos como que le pedía permiso a la chica y se lanzó con la boca sobre un pezón y la mano a la otra teta, parecía que se la iba a acabar, lamía, mordía, chupaba y apretaba sin orden ni concierto, mi tía con los ojos también me ofreció las suyas, cuando las cogí las abarque desde el nacimiento bajo los brazo hasta los pezones, enterré la cara entre ellas y lamí el canalillo que sabía a gloria, el perfume que llevaba me embriagaba, pasé la mano por su espalda y comprobé que el escote llegaba mucho más abajo de la cintura, pasé la mano notando los hoyuelos de sus caderas, seguí hacia abajo, cuando esperé encontrar al menos su tanga solo encontré piel tibia y suave partida en dos mitades, mis dedos se internaron entre ellas hasta donde pude, mi tía al notar el interés que demostraba en avanzar, se soltó la cremallera que ajustaba el vestido desde el lateral hasta la cadera, con lo que me permitió llegar un poco más abajo, al estar comiéndole las tetas a Ana no podía ver los progresos de mi tío con Emi, estaba cegado con las tetas de la chica, cuando intentó dar un paso más se encontró con la dificultad del vestido que llevaba, él por su cuenta ya se había quitado la chaqueta incluso se había sacado la camisa.
Emi le ayudó a quitarse lo que le quedaba de camisa, mientras él buscaba por todos los medios bajarle el pantalón del mono de una pieza que lucía la chica, cuando ella le descubrió lo fácil que era, se le encendió la bombilla, sin mucha delicadeza le bajó de un tirón el pantalón, el descubrió la figura tan deliciosa que tenía la chica, unas caderas perfectas y unos muslos que al juntarse escondían un tesoro oculto por un minúsculo tanga.
Mi tía cuando le deslicé el vestido a lo largo de sus piernas, se lo sacó lentamente, yo me agache para que no se enredara en las agujas de los tacones, a la altura de mi cara me encontré el sexo perfectamente delineado de mi tía que al levantar una pierna se abrió a diez centímetros de mis ojos, el brillo que descubrí entre sus labios me invito a aproximar mi cara y oler el aroma que desprendía su sexo, ella viéndome extasiado pasó sus manos por mi cabeza y metiendo sus dedos entre mi pelo apretó mi cabeza sobre su monte de Venus, mi lengua recorrió el trayecto desde bajo hasta que nacía, estaba estrecho y suave pero cuando tropecé con el clítoris todavía sin descubrir Ana separó instintivamente su pierna, poniendo un pie en el asiento del sofá.
Mi tío ya tenía los dedos a los lados de las caderas de Emi, sujetando el hilo del tanga dispuesto a bajarlo, de pronto debió acordarse de que su mujer estaba a su lado, por lo que prefirió pedir su autorización, la miró rogándoselo, pero ella no le vio pues tenía los ojos cerrados sujetándome la cabeza, él olvidó la opinión de mi tía y terminó de bajar el tanga, se abrazó a los muslos de la chica, empujándola contra el sofá, al sentarse abrió las piernas lo suficiente para que mi tío entrara como una cuña entre ellas, él le pasó las manos por el culo y tiró de él hacia la orilla, a su alcance estaba posiblemente el mejor coño que había visto en su vida, no lo desaprovecho y hundió su boca en la ingle rubia de la joven, los labios perfectos se abrieron al paso de su lengua, ella le regaló la visión de abrir las piernas lentamente ante sus ojos, los labios se desplegaron como las alas de una mariposa rosada.
Mi tía lo vio de rodillas frente al sofá de Emi, me soltó y se acercó a él por detrás, él con las manos rodeando el culo de la chica no se inmutó cuando su mujer le soltó el cinturón del pantalón, dejó mansamente que se lo fuera quitando primero un camal y después el otro, yo aprovechando el momento libre hice lo mismo, quedé con la polla a 45º le camisa también me la quité mientras Emi me miraba mordiendo su labio inferior, le enseñé el estado de mi polla y sacó la lengua entre sus labios, me decidí y subí al asiento de Emi, con mis piernas a su lado acerque mi polla a su cara, tuvo que bajar un poco el glande a su altura para poder metérsela en la boca, me apoye en la pared que tenía detrás y fui follando la boca de la chica.
Mi tía había descubierto el falo de mi tío, colgaba a lo largo de sus piernas, perecía una más, ella se entretuvo en recorrerlo desde los huevos hasta el glande que casi rozaba el suelo, no le costó nada ponérselo en condiciones de penetrar cualquier coño, cuando lo notó palpitando casi no podía cerrar su mano ni abarcarlo, él seguía ciego comiéndole el clítoris de la chica que se removía en el sofá, mientras me daba una mamada espectacular.
Mi tía me dio unos toques en el culo, me volví y me dijo que bajara del sofá, con dolor de corazón la obedecí y ella arrastró a su marido cogido de la polla hasta obligarle a incorporarse y enfrentarse con Emi, le fue guiando hasta la entrada de su coño, ella cuando vio el tamaño del falo de mi tío se acercó hasta el mismo borde del asiento levantando las piernas separadas, Ana sosteniéndole la polla con las dos manos la fue guiando hacia delante, yo a su lado, abría con mis dedos los labios hinchados de la chica, los labios menores chorreaban de saliva y flujo vaginal, por eso el glande entró como tren en un túnel, vi como iba entrando seguido, sin descanso hasta el final, Emi suspiraba deseando por una parte que terminara de entrar y por otra todo lo contrario, cuando le faltaba unos centímetros, la chica levantó la mano en señal de pedir una tregua, mi tía pulsó el clítoris de Emi varias veces hasta que ella dijo…
--- Sigue, sigue, por favor mételo todo.
Ella se abrazó a mi tío, estaba deseando que sacara un poco de polla, pero cuando lo hizo sintió tal sensación de vacío dentro de ella que le urgió para que se le volviera a enterrar.
Mi tía cuando hubo cumplido su principal misión me cogió de los hombros y me sentó al lado de Emi, separé las piernas y mi tía me atrapo la polla con la boca su cabeza subía y bajaba a lo largo de ella hasta que la puso a su gusto, después se puso de rodilla rodeándome y se sentó sobre ella, al saltar movía el asiento haciendo que Emi lo hiciera también provocando que la polla que tenía dentro rozara todos los puntos erógenos de la vagina femenina, ella se lo agradecía acariciándole las tetas saltarinas, yo por bajo del brazo de Emi le cogí la suya, el pezón agradecido me reconoció enseguida y se mostró duro y áspero.
Mi tío estaba concentrado follando el coño, no apartaba la vista de su tronco viéndolo aparecer y desaparecer en la raja abierta adaptada a su falo.
Mi tía lo animaba…
--- Duro, dale duro Antonio, este coño no lo tienes todos los días, aprovéchalo.
Él obediente aceleraba el ritmo, pegando sus huevos en el culo de Emi, mi tía pronto quiso variar la postura y se dio la vuelta dándome la espalda, cuando se sentó de nuevo lo hizo lentamente, yo la sujetaba de la cintura creyendo que se iba a desequilibrar, pero cuando sujetó mi polla entre sus piernas y la encaró en su culo temí por mi glande, pero la gran experiencia en el sexo anal de mi tía solventó el problema, fue abriéndose paso en su bien lubricado agujero, entró y lo siguió el tronco sin dificultad hasta sentarse sobre mí, cuando llegó al fin suspiró y llamó la atención de su marido…
--- Cariño ya estoy preparada para ti, cuando quieras…
Mi tío regresó de su sueño, cuando nos miró se agacho para comprobar que efectivamente mi polla llenaba el culo de Ana, con toda calma fue sacando su falo impresionante hasta que se oyó un plop! Emi se relajó y mirándose el coño vio el agujero negro que había dejado vacante Antonio.
La polla de mi tío vista recién sacada de un coño, era impresionante, roja, mojada y cubierta de flujos, todo eso entró en el coño de mi tía, la noté pasando interminable paralela a la mía.
Mi tía estaba en el cielo, llena de carne dura y húmeda, dejó que tanto mi tío como yo la folláramos a la vez, nos compenetramos en los movimientos, cuando uno entraba el otro salía, agradecí con la mirada a Emi el que me proporcionara la famosa crema para soportar esta follada tan salvaje, mi tío arremetía con ganas haciendo que mi polla se incrustara más dentro de su mujer, yo aguantaba sin posibilidad de escape, mi tía estaba en el cielo, abierta totalmente de piernas, con una súper polla en el coño y otra bastante más corta pero bastante gruesa abriéndole el culo.
Emi agachada a su lado colaboraba presionado con una mano el clítoris pelado de Ana y con la otra pellizcando sus pezones, de paso su coño iba volviendo a su tamaño normal.
Mi tía gritaba enardecida, nos jaleaba para que la folláramos más duro, estaba a punto de correrse, lo sentía en lo más profundo de su ser y cuando explotó no podíamos sujetarla entre los tres, se abrazó a su marido arañándole la espalda, restregaba su culo sobre mi polla con riesgo de rompérmela y mordía más que besaba los labios de Emi.
Cuando se calmó se desplomó desmadejada, entre todos la sentamos en el otro sofá, después Antonio se dejó caer en el otro sofá agotado, Emi me cogió de la mano y me sentó en la otra esquina, me cogió la polla y me la puso otra vez en forma, hasta entonces no había disfrutado con la chica, con sumo cuidado se sentó sobre mis piernas, se sentó metiéndose la polla dentro del coño, justo para que le rozase el punto G, no quería que se la metiera toda, ella me calmó y me dijo que la dejara hacer a ella, simplemente metía unos pocos centímetros, yo notaba vibrar sus piernas mientras sus músculos vaginales me masajeaban el glande, me trataba igual que si me estuviera mamando con su lengua, estaba concentrada contando los pliegues que le hacía oscilar cuando mi glande entraba.
Cuando sintió que sus tetas las cogían desde detrás se inclinó para recibir la caricia de mi tía, pero se equivocaba, era mi tío que repuesto ya estaba pegado a su espalda, a su lado mi tía estaba sujetándole la polla mientras se la lubricaba con crema suavizante, se acercó a su amiga y le dijo algo en el oído, Emi se volvió rápidamente no se lo creía, no podía ser, pero si, iba a ser.
Mi tía la tranquilizó o al menos lo intentó mientras le lubricaba también el ano, metió un dedo, luego dos, le pareció que era suficiente, la polla de Antonio era grande pero más delgada que lamía, al presionar el glande mi tía lo iba guiando para que no resbalara, se confió demasiado o quizá mi tío no tuvo la suficiente paciencia pero empujó sin avisar y la metió, Emi se encogió de dolor, no la esperaba, mi tía se extrañó no esperaba este resultado, pasó la mano por bajo de las piernas de Emi, no se lo creyó y se agachó, no le dijo nada a la chica, solo a nosotros que no nos moviéramos, comprobó los posibles daños, después dijo a Antonio que una vez allí presionara un poco más, Emi se quejaba pero ya no tanto, soplaba resignada pero aguantaba esperando que se acostumbrara al tamaño, yo apenas me atrevía a moverme, pero inicie el empuje, estaba estrecho pero iba entrando, una sensación de aspereza corrió rozando mis venas hinchadas, pronto adiviné lo que ocurría, mi tío se había equivocado de agujero, en vez de metérsela por el culo a Emi, la metió sí, pero en la vagina que ya estaba ocupada por mí, los dos cupimos, pero abriendo exageradamente la dilatada vagina de la chica, por los jugos y la excitación Emi lo aguantó y mi tía no quiso asustarla, pero intentamos metérsela más hasta que pudiéramos, controlados siempre por mi tía, cuando nos avisó, volvimos hacia atrás y salimos uno detrás del otro, cuando Emi se despatarró sobre la mesita auxiliar de cristal vio en el espejo como su vagina parecía que acababa de parir, mi tía solucionó el problemas besando el coño de Emi hasta que se calmó.
Cuando ya se recuperó lo comentamos como una anécdota, pero Emi nos rogó que le avisáramos antes.
Cuando mi tía comprobó de buena vista como la vagina de Emi volvía a estar en su tamaño, se arrodillo frente a mí, cogió mi polla semi erecta y la metió en la boca, mi tío se tumbó en el sofá para que Emi hiciera lo mismo con él, la chica no tardó en acudir a la cita de Antonio, se arrodillo junto al sofá y separándole las piernas le cogió los huevos con una mano y la polla con la otra, su boca recibió el tronco que fue endureciéndose entre sus labios, hasta no poder contenerlo, sus dedos masajeaban el frenillo del glande, las manos unidas en un paseo constante, hacían el efecto de una paja continua, cuando una llegaba al final la otra comenzaba por el glande, mi tío no tardó en removerse en el sofá, con una mano acariciaba el pelo de Emi con la otra apretaba sus tetas, cuando levanto el culo del sofá con un gruñido anunció la llegada de los chorros de leche, éstos cayeron sobre su pecho, por las manos de Emi manaban cascadas de semen que salía sin cesar de Antonio, cuando cesó la erupción la repartió por el pecho de mi tío.
Mi tía seguía conmigo, la abrazaba con las dos manos con los dedos cruzados, con los dos pulgares masajeaba el glande, cuando notó por mis pulsaciones y mis suspiros que iba a eyacular, presionó en la salida y aproximo la boca, debido a la estrechez de la salida, los chorros blancos fueron a mucha más presión de lo normal, pero los aprovecho todos en su boca, la llenó de espuma blanca espesa, se la enseñó a Emi a su lado, ella le ofreció sus labios y mi tía compartió con ella mi semen recién extraído, lo saborearon y a la vez se lo tragaron, luego me enseñaron la boca vacía.
Cuando recogimos nuestras ropas esparcidas por el suelo, Emi y Ana se abrazaron antes de volver a casa, se prometieron repetir la fiesta, yo estuve conforme y mi tío aunque no dijo nada supongo que también.
Estaba impaciente de comentar la cena con Ana y Emi.
Continuara.
Ruego sus comentarios.

2 comentarios - Mis primas de la capital 12

nicosexsex
Excelente seguí así....quedé re caliente