En mi habitación estuve estudiando varias horas, era consciente de que mis estudios se resentían de mis aventuras sexuales, procuré aislarme y clavando los codos en mi mesa intente concentrarme en los libros, la verdad lo conseguí durante un rato, aunque físicamente estaba bastante agotado, la mente estaba ávida de cambiar de costumbres y ponerme a estudiar en serio, lo cierto es que encontraba los temas más fáciles y se me quedaban mejor en la memoria, cuando estaba en clase parecía que el profesor solo me hablaba a mí, Asun desde su asiento adelantado se volvía y me sonreía cada vez que contestaba con acierto al profesor.
Cuando estaba más concentrado oí como un coche se detenía en la calle, llegaban voces de dos hombres hablando algo airados, me picó la curiosidad y me asomé a la ventana procurando que no se me viera, bajo en la acera de enfrente había un taxi, de él extraía una maleta un hombre, mientras el taxista sacaba otra del maletero, parecía que discutían por el precio, el hombre se quejaba de que lo había paseado por la ciudad sin necesidad, creyendo que no conocía el camino.
Al pasar bajo la luz de una farola, distinguí el traje del hombre que entraba en la casa de Emi, vestía uniforme de piloto de aviación, no me cupo duda de quién se trataba, era el marido de Emi.
Cuando se encendieron las luces del salón me senté en mi silla, pero volví otra vez, ya había luz en la habitación de Emi, tras un silencio se oyeron las voces de Emi y su marido, no parecía que hubiese ningún problema, por lo que volví a sentarme, estuve un rato intentando volver a los libros pero no podía concentrarme, habría dado algo importante por haber estado al lado de Emi, no habían pasado 45 minutos cuando una voces del marido me hicieron saltar de la silla e ir a la ventana, saqué la cabeza y pude oír los sollozos apagados de Emi, luego un portazo y encenderse la luz del salón, para luego apagarse.
Dado de que a partir de ese momento no se oyó nada me volví a sentar aunque ya no pude estudiar, me preocupaba que hubiera pasado en la casa de enfrente.
Cuando salí por la mañana en dirección de la universidad di un rodeo y cruzando la calle pasé por la puerta del chalet de enfrente, el marido estaba sacando las maletas a la calle, parecía que se marchaba otra vez, me alegré mucho, aunque me preocupaba como estaría Emi.
En clase apenas hable con nadie, estaba ausente, incluso no le devolví la mirada a Asun cuando se volvió hacia mí, cuando salíamos me dijo que le gustaría que fuera a su casa a repasar algún tema, lo que otro día cualquiera me habría hecho saltar de alegría, este no me apetecía nada y menos que Asun no se merecía que estuviese pensando en otra cosa y menos en otra mujer.
Casi era de noche cuando llegué a mi casa, estuve en la biblioteca estudiando, o mejor dicho haciendo tiempo para volver a casa, por eso cuando llegué frente a mi casa, crucé la calle y estuve atisbando por las ventanas, apenas se veía un resplandor en la habitación de Emi, supuse que estaría descansando y me volví hacia mi casa.
En la cocina me encontré a mi tía, una mirada suya me puso en guardia, algo no funcionaba bien, con la mirada me señaló la puerta, intuí que se refería a Emi, hice mención de salir a la calle pero mi tía me cogió del brazo y me dijo que no lo hiciera.
No quise insistir, me fui a mi habitación sin cenar, se me había quitado el hambre, ni estudié, en la cama estuve despierto hasta muy tarde pensando en lo que estaría pasando allí abajo.
Cuando bajé por la mañana estaba hambriento, en la cocina mi tía estaba desayunando para irse a la tienda, ella sabía mi desasosiego y me puso al corriente.
--- Cuando llegó el marido venía del aeropuerto, desde que bajó del avión estuvo bebiendo junto a alguien de la tripulación, en principio solo era bebida, luego alguien sacó algún tipo de droga, al final estaba como loco, el personal de la compañía le ayudaron y le dejaron en una habitación hasta que estuvo presentable, todo esto se lo contó a Emi una antigua compañera, cuando llegó a casa aún estaba demasiado eufórico, y quiso que Emi le hiciera algo de sexo que no estaba dispuesta a hacer y menos a él.
El resultado fue que se enfadó, le cogió por el cuello y estuvo a punto de pegarle, por suerte estaba demasiado colocado y se fue a dormir al sofá del salón, por la mañana sin decir nada se marchó otra vez, Emi llamó a la compañía y le confirmaron que había embarcado como tripulación de reserva en un viaje transoceánico.
--- Desde entonces se ha encerrado en su habitación, anoche estuvo casi toda la noche llorando, te aconsejo que esta tarde vayas a consolarla, ahora es demasiado pronto.
Me fui a la universidad más tranquilo al saber lejos al marido de Emi, cuando llegué vi a Asun, estaba triste, me acerqué a ella y le prometí que al día siguiente iría a su casa a estudiar, me miró ilusionada y añadí…
--- Como ya hace demasiado que no estudiamos juntos, me quedará a dormir, si te apetece.
--- Me encantará, tengo mucho que recuperar.
Al volver a casa directamente fui a casa de Emi, tardó bastante en abrir, estaba demacrada, sus ojeras eran evidentes del día que había pasado.
--- Hola Emi, solo quería saber cómo estás.
--- Pasa.
Estaba seria, o más bien triste, yo no me atrevía a sacar el tema de su marido, así que me senté en el sofá a su lado, me quedé mirando al suelo, cuando apoyó su cabeza en mi hombro le pasé el brazo por la espalda, unos sollozos desolados mojaron mi hombro, le dejé desahogarse, el hipo le llegó cuando más lloraba, la recosté en el respaldo y le besé en los ojos empapados de lagrimas, para ella fue como un bálsamo, poco a poco fue tranquilizándose, su respiración se calmó y se quedó dormida en mis brazos, estuve un buen rato contemplando como respiraba calmadamente, era todo un espectáculo ver como el pecho se hinchaba y deshinchaba suavemente.
Como iba vestida con una bata cruzada y larga hasta los pies le pasé el brazo bajo las piernas y el cuerpo y no sin esfuerzo le llevé a su habitación, la cama estaba desordenada todavía pero la deposité con cuidado, al ir a cubrirla le desate el cinturón para que estuviera cómoda, descalza y con el pelo suelto alborotado sobre la almohada estaba bellísima.
No pude resistir la tentación de separar un poco la bata, realmente solo quería admirar la blancura de sus muslos, pero al abrir la prenda dejó al descubierto la mitad de su cuerpo escultural de arriba abajo, no me esperaba que no llevara nada bajo de la bata, pero me hizo la sensación de que no la hubiera visto nunca, desde sus pies hacia arriba era una escultura, las rodillas o los muslos, el monte de Venus, la depresión de su vientre y estomago terminaba donde nacían sus pechos, turgentes, altivos, coronados por dos pezones suaves y rugosos a la vez, cuando descendían, su cuello limpio se ocultaba bajo el cabello brillante hasta que las orejas daban comienzo a su rostro bello, suave de mejillas y los labios prometedores, los ojos aunque cerrados estaban adornados por unas pestañas largas coronadas por las cejas bien cuidadas.
Quise admirar la otra mitad cubierta y la descubrí, era una belleza completa, le saqué las mangas y cuando estuvo completamente desnuda la cubrí con la sabana, su silueta se marcaba bajo ella como una segunda piel, me senté a su lado estuve admirándola un rato, al fin me acerqué a la ventana para entornarla, en la otra acera vi a mi tía en su ventana del salón, me saludó con la mano, solo le contesté indicándole que me quedaba a acompañar a Emi, a mi tía le pareció bien.
Cuando volví a la habitación de Emi seguía en la misma postura que la había dejado, apenas se oía respirar, me senté bajo la tenue luz de una lamparita y saqué mis libros, aunque no tenía ganas de estudiar, estuve repasando los últimos temas, de vez en cuando me levantaba y me acercaba a Emi, seguía durmiendo plácidamente.
Ya era muy tarde cuando sentí unos ruidos en mi estomago, no había tomado nada, Salí a la cocina y en la nevera encontré lo necesario para hacerme unos sándwiches, con un zumo de naranja me los comí y volví junto a Emi.
No sé el tiempo que pasó pero me desperté cuando noté caer mi libro de las manos, me había dormido estudiando, me había quedado aterido por lo que me acosté al lado de Emi, estaba más cómodo pero poco a poco me fui8 desnudando y me colé bajo la sabana.
Note el alivio del calor que desprendía Emi a mi lado, no se había movido desde que la acosté, tendido a su lado estuve pensando la vida tan desgraciada que tenía la chica, al rato empezó a moverse, se agitaba y daba vueltas en la cama, cuando empezó a hablar palabras incomprensibles me di cuenta que estaba soñando, por lo visto tenía una pesadilla, en algunos momentos gritaba, yo no sabía qué hacer, pero me giré hacia ella y le cogí la mano, ella se soltó bruscamente y casi me araña, después pasó la mano por mi pelo, perece que notó que no era su marido y se calmo un poco, sin llegar a despertar puso la mano en mi cara, instintivamente me reconoció y volviéndose hacia mí me abrazó, me rodeó con sus brazos, se acurrucó contra mi pecho y volvió a quedarse profundamente dormida.
Yo notaba su cuerpo pegado a mí, perfectamente sentía sus tetas contra mi pecho, sus labios respirando al lado de mi cuello, su pierna subida sobre mi muslo enredada en las mías, yo estaba en el cielo, mi polla demostró tener más sentido que yo y no hizo ninguna reacción, estaba caída sobre mi muslo, pegado al de Emi y no se movió.
Ya entraba la luz del día por la ventana cuando oí que mi móvil recibía un mensaje, me levanté y lo miré, era de mi tía, me preguntaba cómo había pasado la noche la chica, le contesté que durmiendo tranquila, me volvió a contestar que quería venir a verla un rato, le contesté que cuando quisiera.
Al momento un leve golpecito en la puerta me avisó de que mi tía estaba allí, me lié una toalla al cuerpo y salí a abrirle.
Mi tía se sorprendió al verme desnudo, solo con la toalla, le hice pasar porque hacía la mañana fresca y la guié hasta el dormitorio, me quité la toalla y me metí otra vez en la cama junto a Emi.
Mi tía se sentó en la cama a mi lado inclinada sobre mí, le estuve contando en voz baja lo que había ocurrido esta noche, se admiró de que no hubiese intentado hacer nada con la chica, pero ante mi mirada ofendida, me pidió disculpas.
Estábamos hablando sobre estos temas cuando Emi abrió los ojos, tardó un poco en asimilar donde estaba y quienes estábamos con ella, cuando lo comprendió nos dedicó una sonrisa de agradecimiento.
Me cogió de las manos, me dijo que había dormido muy bien y que había descansado mucho, me dio un beso en la mejilla y se incorporó sentándose apoyada en la almohada.
Mi tía le contó lo que yo le había referido y ella me miraba dulcemente, quiso abrazarme y al hacerlo la sabana que tenía por debajo de los brazos se cayó sobre sus piernas, sus dos pechos quedaron al aire altivos, sin dar importancia se inclinó sobre mí y me dio in beso suave en los labios, mi tía sonreía contenta y cuando Emi me volvió a dar otro beso esta vez más sensual, mi polla sí que reaccionó y empezó a levantar la sabana.
Mi tía sentada como estaba a mi lado de la cama, acercó la mano y atrapo la polla desde abajo, se presentaba tal cual estaba forrada por la tela de la sabana…
--- Emi, el chico parece que no ha dormido mucho esta noche, mira como se está despertando.
Emi puso la mano sobre mi falo a continuación de la mano de mi tía, entre las dos tenían cogida mi polla.
--- Nunca le agradeceré bastante esta noche, se ha portado como un verdadero caballero, estoy muy feliz, sois mis mejores amigos, bueno… y mis únicos amigos.
--- Nosotros te queremos igual.
--- Me encanta vuestra compañía, tenéis algo urgente que hacer esta mañana?, Ana por qué no te pones más cómoda y me acompañáis?
Dicho esto se deslizó hasta la orilla de la cama y tirando de mí le dejó el otro lado libre a mi tía Ana.
A Ana le pareció genial la idea y empezó a quitarse la chaqueta que llevaba, lo hizo lentamente, como si estuviera haciendo un striptease, con solo dos espectadores, la dejó caer sobre un sillón, luego se quitó la camisa, los botones fueron abriéndose lentamente, uno a uno, cuando iba apareciendo el canalillo mi corazón empezó a latir fuertemente, Emi lo notó y me apretó la mano, al tirar la camisa al sillón volvió los hombros hacia atrás, sus tetas pugnaban por salirse del lindo sujetador que las oprimía, al bajar la falda después de soltarse la cremallera detrás por sus caderas resbaló y unas braguitas negras tipo bikini, con unas altas sisas, hacían las piernas mucho más largas, cuando vi las medias que llevaba tragué saliva, se sujetaban a los muslos con firmeza, enfundaban y torneaban las piernas siguiendo la línea por detrás.
Al salir de la falda subió una pierna sobre la cama a mi lado y enrollando la media por el muslo la fue bajando lentamente mirándome a los ojos, cuando la tenía enrollada en el tobillo me la acercó para que yo le quitara el zapato de tacón alto y luego la media.
Cuando tuve el pie desnudo entre mis manos lo acerque a mi boca, cogido por el talón, fui chupando cada dedo despacio, mi lengua recorría cada falange y le daba mordiscos suaves, cuando llegué al meñique le pasé la lengua por la planta del pié, noté como en principio daba una encogida, pero aguantó las cosquillas por que el placer era mayor.
Por el rabillo del ojo vi a Emi como tenía las manos en sus pezones, los cogía suavemente con dos dedos y los estiraba para luego soltarlos de golpe.
Con la otra pierna Ana siguió el mismo ritual pero al revés.
Se subió de pié a la cama junto a mí y me insinuó que le fuera bajando la media, yo con cierta torpeza empecé poniendo mis dedos entre la media y el muslo, pero mi tía me cogió de las manos y me las puso rodeando todo el muslo, presionando fuerte la media se fue enrollando y bajando, cuando llegué al tobillo, le di un beso en la corva de la rodilla y con la lengua le fui lamiendo hasta donde antes tenía la media sujeta.
Luego se sentó a mi lado, de espalda esperó a que yo le soltara el sujetador, cuando lo hice, presionó los brazos para que no se cayera y dándose la vuelta se puso a gatas sobre mí para que se lo quitara.
A mí, después de tantas posturas difíciles, como estaba sentado igual que Emi, la ropa se me había bajado hasta media pierna, mi polla casi mirando al techo estaba palpitante cuando mi tía estaba sobre ella, su cara muy cerca de la mía, sentía su respiración también agitada.
Le solté un tirante primero, ella se sujetaba la copa para que no cayera, luego el otro tirante, la prenda de color negro de encaje se quedó fláccida entre sus manso, yo le separé las manos y dejé caer sus pechos brillantes, hinchados y con los pezones salidos, en esta posición parecían más grandes de lo que eran, sin decirme nada se volvió como estaba a gatas y se quedó con el culo hacia mí, la redondez de sus nalgas apenas dejaban ver a la braguita que se escondía entre sus nalgas.
Con las manos en la cintura tiré de la escueta prenda hacia abajo, una vez salvada la curva de sus caderas se fue aflojando hasta que quedó colgando apresada por sus muslos, tiré de ella y descubrí a continuación de la raja de su culo como los labios cerrados del coño estaban húmedos ya, entre ellos se notaba el color rosado de su vagina y unos centímetro más arriba el agujero marrón, arrugado y áspero del ano.
Fue haciéndose hacia atrás, cuando llegó frente a mi cara, solo seguí mi instinto y sacando la lengua la pasé de arriba abajo entre los labios del coño.
Emi con su mano me estaba acariciando entre mis muslos, había retirado la sabana del todo, estaba a mi lado viendo como mi tía me ponía loco de ganas, incluso a ella le estaba excitando a tope.
Cuando se dio la vuelta otra vez mi tía me dio un beso en los labios, fue eterno, suave pero intenso, me mordía el labio inferior mientras ponía una rodilla entre mis muslos, Emi me cogió la polla con una mano y la teta de Ana con la otra y las juntó acariciándose, mi tía soltó mi boca y acercándose a Emi le dio otro beso igual a ella, esta estaba esperándola con los labios abiertos y la lengua asomándose, el beso que se dieron a diez centímetro de mi cara me puso más cachondo si cabe.
Con mis manos cogí una teta de mi tía y otra de Emi, las estuve estrujando sacándoles los pezones, no sabía cual me gustaba más, las dos mujeres tan distintas y tan parecidas, una teta era dura, tersa, con un gran pezón mientras que la otra un poco más grande y con un pezón que raspaba la palma de la mano de tan salido.
Besándose como estaban bajaron sus cabezas hasta donde mi polla les apuntaba desde abajo, parecía que estaban de acuerdo desde un principio, una se apoderó del tronco, lo lamía en toda su extensión, mientras la otra rodeaba al perímetro del glande con la lengua y se detenía en el frenilla hasta que se metía todo en la boca, sus labios presionaban igual que cuando entraba en el coño y el paladar semejaba el interior de la vagina.
La que estaba dedicada al tronco pronto se extendió hasta los huevos, yo con las piernas separadas y mirando al techo estaba como en el cielo, con las manos llenas de teta.
Cuando ya creí que no podía gozar más, mi tía se levantó, era la que tenía la polla dentro de la boca, se puso de pie delante de mí con las piernas a mis costados y separándose los labios del coño dejó al descubierto su clítoris erecto, estaba rosado y cubierto por su piel, me lo acercó a la boca, no me negué, lo atrapé con los labios, lo sujeté con los dientes y con la lengua lo lamí hasta que salió del todo descubierto y duro, parecía al tacto como un pene pequeñín, con la lengua lo acariciaba por debajo, palpitaba y se levantaba como mi polla.
Emi ahora dueña total de mi miembro, se lo había tragado literalmente, sus labios rozaban mi pubis, yo tenía a mi tía cogida por sus muslos y ella cogida al cabezal de la cama se apretaba contra mí, con una mano pasada por detrás de sus nalgas me aventuraba entre ellas, un dedo se dirigía al agujero marrón y la otra mano separaba sus labios para adentrarse en su vagina, ella arqueaba sus piernas como si montara en un caballo para facilitarme el paso mientras se agitaba apretándose contra mi cara, sus suspiros eran cada vez más exaltados.
Emi se había levantado y de espaldas a mí se sentaba sobre mis piernas, con una mano había sujetado la polla hasta guiarla a su coño, se dejó caer despacio hasta hacerlo desaparecer, cuando notó que estaba llena de carne volvió a subir lentamente, su vagina pronto se adaptó al diámetro de mi pene, el flujo de la vagina hizo su papel y unas manchas espumosas blancas embadurnaron por completo mi polla, a su lado pude ver un tarro de crema como el que me había regalado.
Cada vez iba acelerando la galopada sobre mí, mi tía se dio la vuelta también, ahora agachada de espaldas a mi me ofrecía el culo para que lo lamiera, con sus manos le acariciaba a Emi las tetas mientras ella me cabalgaba, se las sujetaba para que no saltaran tanto, mientras yo con la lengua iba desde el clítoris hasta su ano, ya mojado y distendido, había metido un dedo, luego dos, y hasta tres, con la lengua le acompañaba y le recogía los jugos que salían de la vagina para pasarlos al ano, ella apretaba cadenciosamente su culo sobre mi cara, se diría que estaba follándose mi lengua con el culo.
Yo notaba como cada vez Emi se metía con más ansia mi polla y mi tía me apretaba más su culo a mi cara, empezaron a suspirar las dos a la vez, sus gemidos se fueron mezclando con palabras apenas comprensibles, hasta que explotaron al unísono, sus orgasmos les producían unos espasmos que sacudían mi cuerpo, Emi echó la cabeza hacia atrás bajo la de Ana, en el éxtasis sus bocas se encontraron y estuvieron pegadas hasta que sus latigazos terminaron.
Se derrumbaron a mi lado, cada una en una postura diferente, desmadejadas, mi tía con las piernas abiertas su culo sobre el cuerpo de Emi que estaba en cruz, cuando me incorporé sobre mi tía aún estaba con los ojos cerrados, con las manos apoyadas a los lados de su pecho me dejé caer vertical entre sus piernas, mi polla no rozó ni siquiera en sus labios, estaban tan abiertos que se le veía casi el útero, entró despacio pero sin parar hasta el fondo, Ana quiso abrir los ojos pero los volvió a cerrarlos mordiéndose el labio inferior, mi polla casi se salía cada vez que la sacaba pero volví a hundirse hasta el fondo, cada metida Ana suspiraba complacida.
Emi aún estando debajo de Ana la sostenía pasándole las manos bajo sus brazos y cogiéndole las dos tetas, las levantaba y las apretaba hasta llegar a los pezones que los estiraba hasta hacerlos enrojecer.
Ana subió las piernas sobre su cuerpo, las sujetaba con las manos ofreciéndome una vista especial, en un mismo plano su culo y su coño, al verlo brillar tanto como su vagina me ladeé lo suficiente para enfrentarlo en el agujero ya dilatado, simplemente me dejé caer para que mi glande presionara lo suficiente, ella a su vez levantó su culo con energía y se introdujo el resto, mi polla entera desapareció enterrada entre sus redondas nalgas, mis huevos se pegaron a sus labios húmedos.
Emi al notar como levantaba el culo para poder recibir mejor mi polla, una de sus manos abandonó una teta para pasar a su clítoris, con dos dedos separó los labios y con otro estuvo excitando el botón hasta que mi tía empezó a gritar, nos dedicaba sus gemidos tanto a mí como a Emi, nos animaba a seguir haciéndola correr, hasta que lo conseguimos.
Ana saltaba sobre el mullido cuerpo de Emi, esta lo sostenía para que no cayera descontrolado como estaba, cada vez agitaba más rápidamente el clítoris y yo le clavaba más profundamente la polla en el culo sin fondo.
Cuando salí de Ana mi polla estaba roja y brillante, los huevos pegajosos de flujo del coño, estaba cansado de sostenerme solo con los brazos, pero Ana no me dio tregua, me estiró para que le llevara mi polla a su boca, cuando la tuvo a su alcance se la trago, la aspiro tanto que se atragantó y empezó a toser, pero no hizo caso, siguió lamiendo y chupando con desenfreno aunque la tenía en el máximo de grosor y longitud.
Desesperada me apretaba los huevos, los estiraba y los estrujaba, incluso me metía un dedo en mi culo, con el hurgaba queriéndome hacer correr con desesperación.
Al fin se dio por vencida, tosiendo y llorándole los ojos, se sacó la polla de la boca, los labios los tenía rojos, con los ojos irritados, se tumbó de lado, Emi salió toda sudada, y se puso a mi lado, mi tía me miró a la cara y me dijo…
--- Nunca había visto nada igual, he hecho cuanto sabía para hacerte correr, no sé cómo lo haces.
Emi se inclinó sobre mí y me dio un beso en la polla, luego me guiño un ojo y sonrió.
Sin decir nada se puso a cuatro patas, el coño todavía dilatado estaba más que rosado, arqueó la cintura y bajó la cabeza, me puse detrás de ella y se la hundí hasta los huevos, cogiéndola de la cintura nos encontrábamos a media camino los dos, cuando la atraía hacia mí ella ya venía a mi encuentro al chocar hacíamos un ruido de chapoteo, mi tía a nuestro lado miraba hechizada como polla se hundía con facilidad en Emi, la chica me presionaba con sus músculos vaginales y parecía que me estaba haciendo una mamada a la vez, mi resistencia estaba llegando a su fin, se me escaparon unos gruñidos, suspiros y gemidos, Ana no se dio por vencida, se agachó entre las piernas de Emi, ésta abrió las rodillas para dejarle entrar, con la lengua Ana le lamia el clítoris mientras recibía los golpes de mis huevos en la frente, cuando me hundí en Emi, el primer chorro de leche le inundo el útero, los demás tuvieron que buscar espacio, pero al no encontrarlo salieron de la vagina, la boca de Ana estaba esperando y no dejó caer nada en las sabanas, hasta cuando saqué la polla medio blanda se la metió en la boca la limpió y siguió esperando hasta que poco a poco un reguero espumoso de semen iba saliendo del coño de Emi y caía dentro de la boca de Ana.
Ahora sí que estaba yo agotado, había aguantado lo indecible con dos maravillas como estas, en varias ocasiones había estado a punto de eyacular, pero combinando las posturas y con la ayuda inestimable de la crema de Emi lo había conseguido, o eso me aseguró Ana.
Cuando miré el reloj era media mañana, me acordé de Asun, cuando salí de la habitación hacia la ducha me volví, me gustó ver a las dos chicas abrazadas besándose sobre las sabanas revueltas, les dije…
--- Hoy no volveré a dormir.
A medio día llegué a la universidad, me excusé al entrar en clase era la segunda que me perdía, Asun cambió de expresión cuando me vio, al salir le invité a comer, estaba desfallecido, fuimos a un restaurante italiano, devoré la comida como si no hubiera un mañana, Asun estaba extrañada, le dije que no había desayunado, era verdad.
Cuando llegamos a su casa su cándida pregunta me hizo reaccionar…
--- Estudiamos antes o después…?
No dudé la respuesta.
--- Después, claro.
Asun me dedicó una amplia sonrisa y corrió hacia mí, de un salto me rodeo con sus piernas la cintura y me abrazó besándome, apenas la pude sujetar porque caime en la cama, ella sobre mí me imposibilitaba el movimiento, a horcajadas me sujetaba mientras se quitaba a estirones la ropa, en un momento tenía sus tetas encima de mi cara, mientas se las besaba ella levanto el culo lo suficiente para quitarse los pantalones, no llevaba bragas, se las había quitado en el restaurante por si no llegábamos a casa y follábamos en el coche, me estiró de la camisa hasta quitármela sin desabrochar, los pantalones costaron más pero cuando salió mi polla ya la tenía lo bastante dura para que sonriera golosa y se la metiera en la boca después de dos lametadas.
Asun tenía la virtud de ponerme caliente enseguida, era una chica tan delicada y cariñosa que hacía todo lo posible para hacerme feliz, yo naturalmente hacía lo propio, cuando me puso la polla dura solo le di un toque en la pierna para que se diera la vuelta, siguió chupando mi polla pero yo le correspondía con mi cabeza entre sus piernas, olía a perfume de adolescente, y eso enervaba mis sentidos, aunque me acababa de follar a dos mujeres en la mejor edad para follar, Asun era otra cosa, su ternura, delicadeza y fragilidad eran su mayor atractivo, su madre era otra cosa diferente pero ésta chica me tenía absorbida la mente, mi boca lamia el coño delicado y can cada lamida era un temblor de sus carnes, no tardo en mojarme la boca con su flujo, era una fuente cuando se calentaba y hoy lo estaba mucho, tenía muchas ganas de follar y yo también, aunque había tenido una buena sesión por la mañana, ahora quería disfrutar con aquella mujercita, la polla no podía estar más dura cuando me pidió por favor que se la metiera, me lo dijo con tal suavidad que me conmovió, entré en ella como si la fuera a romper, suavemente, ella parecía que huía, pero cuando ya por fin se adaptó a mi era ella la que me buscaba con su coño, sus finos labios dejaban ver a un clítoris duro que me rozaba en el tronco ce mi polla y le hacía frotarse contra mí. Lo hacía despacio, centímetro a centímetro notaba como temblaba todo su cuerpo, al saltar por mis venas, el primer orgasmo le vino enseguida, explotó de pronto, fue una sorpresa para los dos, tan concentrada estaba en sentir mi polla dentro de ella que no lo vio venir, le explotó como un globo de agua dentro de la vagina un relámpago y un calambre recorrió su espalda hasta la nuca, yo seguí metiéndola y sacándola frenéticamente, ella no parecía calmarse de su éxtasis, quizá fueron varios los orgasmos seguidos, pero sin parar de gemir volvía a sacudirse en otro estertor, yo como estaba bastante escurrido de por la mañana seguía follándola sin descanso, ella gritaba cada vez más, me clavaba las uñas en la espalda y me pedía que me corriera dentro de ella y en ese momento que estaba al máximo, no pude resistirme a tal petición, aún saltaba con sus espasmos cuando mi polla vomitó varios chorros de leche, ella al notar el calor dentro de su cuerpo, se apretó a mí se enredó en mis piernas y con su vagina me escurrió la polla hasta aprisionarla, no dejándome salir hasta que parecía un pimiento frito.
El sudor de nuestros cuerpos mojaban las sabanas, me sugirió un momento de descanso, estaba agotada y yo más.
Estuvimos casi una hora desnudos abrazados, riendo y hablando de cosas triviales, éramos como dos niños, cuando nos levantamos ya había anochecido, estuvimos abriendo los libros, comentamos los temas que no sabíamos y uno al otro fuimos resolviendo nuestras dudas.
Cuando salimos a cenar nos cruzamos con la chica que tenía la otra habitación contigua, nos sonrió y le dijo…
--- Enhorabuena Asun, esta tarde he oído que habéis estudiado mucho y con ganas, eh?
La chica en otro tiempo tímida hasta la saciedad, le devolvió la sonrisa i le contestó…
--- Tienes razón, hemos follado toda la tarde, Ah! Perdona si hacemos mucho ruido, esta noche seremos más silenciosos.
A la chica le divirtió la respuesta, Asun había cambiado mucho.
Fuimos a cenar a una cervecería, había un montón de tapas diferentes en la barra, cuando vino el camarero pedimos unas cervezas y varios platos para ir picando, el bar estaba lleno de gente, todos hablaban animadamente y había un barullo tremendo, cuando ya casi habíamos terminado Asun pasó la mano bajo la mesa y me cogió la polla, preguntó…
--- Seguimos estudiando?
Ni respondí, le sonreí y le di un beso cariñoso, pagué y salimos al fresco de la noche, cuando llegamos a su casa fuimos directos a su habitación, mientras Asun arreglaba un poco la estancia cogí una toalla y fui al cuarto de baño, estaba ocupado pero una voz femenina me dijo que estaba terminando.
Efectivamente a los dos minutos la puerta se abría y salía la compañera de piso de Asun, envuelta en una sabana de baño, me sonrió al verme y me dijo…
--- Lo siento, está todo empañado, me acabo de duchar y por favor, hacer todo el ruido que queráis, a mí me encanta.
A la vez que me decía esto, se bajaba la toalla coquetamente lo suficiente para enseñarme una teta, fue un segundo pero las tenía preciosas, yo le hice mención de que se la iba a morder y se fue riendo.
Era cierto, en el cuarto de baño no se veía nada, era una bruma total, tuve que esperar unos minutos para poder entrar en la ducha, fui rápido, cuando salí en la habitación estaba esperándome Asun con una toalla liada a su cuerpo, le di una palmada en el culo y salió rauda hacia la ducha.
Cuando me quedé solo empecé a oír a la compañera como gemía, estaba follando a todo tren, con los nudillos toque tres veces en la pared, de momento cesó el ruido, luego se oyó la risa de chica y volvieron a follar como antes.
Cuando volvió Asun yo estaba acostado en la cama con la luz apagada, ella me siguió el juego y dejando la toalla en el suelo se coló en la cama sin decir nada, lo que no sabía era que yo estaba acostado con la cabeza a los pies, cuando fue a abrazarme no me encontró en cambio yo sí, metí la cabeza entre sus piernas y le puse la boca en su pubis húmedo de la ducha.
Dio un salto de sorpresa, pero en seguida se repuso y buscó mi polla justo donde estaba, se escurrió entre las sabanas hasta que se la metió en la boca, todavía estaba en reposo por lo que la metió toda, hasta rozar mi pubis, empezó a acariciar mis huevos y fue notando como mi miembro se agrandaba dentro de su boca, era una sensación desde estar holgadamente con la boca cerrada hasta ir teniéndola que abrir forzosamente según se llenaba de carne dura, al final tuvo que abrir la boca, junto un mar de saliva salió media polla, la otra media se quedó en su poder.
Con toda la noche por delante estuvimos mucho rato en esta posición, hablábamos de vez en cuando, con caricias y manoseos manteníamos la libido arriba, mi polla estaba erecta y los labios de Asun hinchados, pero no forzábamos la máquina, de vez en cuando la chica entre broma y broma me lamía el glande y lo ponía a cien, cuando empezaba a palpitar peligrosamente bajaba el ritmo, yo a la vez, con sus piernas abiertas frente a mi separaba sus labios con mi lengua y buscaba el clítoris que no dejaba que se escondiera, lo tenía siempre alerta, cuando Asun empezaba a jadear pasaba a la ingle o al muslo donde también lo agradecía pero no llegaba a la zona roja, estuvimos cambiando de postura tranquilamente, cuando Asun se cansaba de tener la boca llena descansaba las mandíbulas subiéndose sobre mí, se paseaba sobre mi polla sin metérsela, las venas hinchadas de la polla tañían el clítoris de la chica, de vez en cuando se la metía para lubricarla, luego seguía el juego, yo también me ponía desde detrás de la chica y pasando el miembro entre sus muslos le salía por delante rozando el botón entre sus labios, le encantaba esta posición, era descansada y mantenía el ardor, aunque yo prefería estar tumbado haciendo la tijera, ella boca arriba y yo de lado entre sus muslos con la polla dentro que movía lentamente, los dos descansábamos mientras yo le estaba acariciando las tetas, cuando nos dormimos estábamos así, yo no me moví y ella tampoco, cuando Asun se despertó aún tenía mi polla casi dentro, solo tuvo que moverla un poco para con un poco de erección volvérsela a meter, yo me desperté y me puse entre sus piernas, paseé mi glande por sus labios hasta que me rogó que la metiera, fue un ruego innecesario, ya estaba en la entrada cuando lo dijo, la metí sin prisa pero sin pausa, me abrazó y me dijo al oído…
--- Córrete dentro, tengo ganas de ti,
Yo también las tenía, mis huevos estaban llenos a rebosar, y pedían que los vaciase.
Cuando Asun notaba como le regaba por dentro, se apretó contra mí, cada chorro que recibía le provocaba un estremecimiento, yo presionaba para que me sintiera más mientras que ella separaba las piernas para que entrara hasta el fondo, nuestros pubis estaban pegados literalmente, mirándolos no se podía adivinar cuál era el de ella o el mío, no se veían trazas de mi polla ni de sus labios, yo notaba como me escurría dentro apretando con su vagina, estuve un rato dentro, me habría gustado volverme a correr en este instante para revivir el goce de Asun, al salir la polla resbaló entre semen y flujos.
Cuando amaneció, la cama parecía un campo de batalla, nuestros cuerpos olían a sexo y sudor, cuando salí a la ducha coincidí con la compañera de piso, iba con una bata y la cara cabizbaja, le pregunté que le pasaba, me dijo abriéndose la bata…
--- Tengo mala suerte, se corrió en seguida y me dejó a medias, luego se marchó.
--- Lo siento, es una pena tienes un cuerpo divino y eres encantadora, seguro que encontrarás el que te llene.
--- Eso espero, pero parece que esto no es bastante.
--- Igual es demasiado – le dije riendo mientras miraba la bata que había abierto para que le viera el cuerpazo que tenía.
--- Os envidio, habéis estado follando casi toda la noche, he estado pegada a la pared escuchándoos.
--- Es una pena no haberte conocido antes.
--- Pues sí, lástima.
Cuando se iba por el pasillo se volvió hacia mí y abriendo la bata como si fuesen alas me enseño todo su cuerpo.
Después de ducharnos fuimos juntos a la universidad, entramos en la cafetería y desayunamos, a lo lejos vi a la madre de Asun, estaba con otra profesora, la saludé desde lejos, ella me hizo una seña, luego entramos en clase.
Cuando llegué a casa por la noche mi tía estaba en la terraza tendiendo unas prendas íntimas, pasé por su lado y me siseó.
--- Ssiit, como has tenido el día? Y la noche?
--- Pues bastante bien, he estudiado mucho… anatomía femenina, claro.
Se lo dije despacito, arrastrando las silabas y señalando el conjunto de lencería que estaba tendiendo y que reconocí en seguida, el día anterior se lo había quitado yo, a la vez la abracé por detrás y al cogerle las tetas me apreté contra su culo, ella lo sacó para tener más contacto, luego entré en casa.
En él salón estaba mi tío, acababa de llegar también y estaba poniendo la tele, se sentó en el sillón para ver el partido de futbol que ya había empezado, yo sin pensar, le llevé una cerveza fría, él al verme me agradeció el detalle y me invitó a sentarme a su lado y comentar las jugadas, me excusé y subí a mi habitación, al pasar por la de mis primas, le toque con los nudillos y desde fuera les dije…
--- Ya está el primo Juan en casa…
Ellas asomaron la cabeza por la puerta, y cogiéndome de las manos tiraron de mí, me sentaron en la cama y me rodearon…
--- Cuéntanos Juan, que ha pasado con Emi?, mi madre nos ha contado algo, pero queremos todos los detalles.
--- Pues nada del otro mundo, estaba mal, muy mal después de la visita de su marido, afortunadamente se fue enseguida, pero estaba muy tocada.
--- Y que pasó? Mi madre nos dijo que estuviste toda la noche con ella.
--- Es verdad, fui a interesarme por su estado y me invitó a entrar, estuvo llorando un buen rato hasta que se durmió, la acosté y estuve a su lado toda la noche.
--- Eso es todo?, toda la noche con una súper mujer y no cuentas nada más?
--- Es que no pasó nada más, solo la velé, estuvo durmiendo toda la noche, luego tuvo una pesadilla y me acosté junto a ella, dormimos abrazados hasta la mañana, no pasó nada en toda la noche.
--- Eso es lo que nos contó mamá, eres un señor, así lo dijo mamá de ti.
Me dieron un beso las dos en los labios cuando me levanté y me fui a mi habitación, cuando bajé a cenar mi tío aún estaba frente al televisor, su equipo había perdido por culpa del árbitro, estaba enfadado y me contó todas las jugadas, yo asentía pero la verdad, no me interesa mucho o nada el futbol, así que por cortesía le escuché, cuando me dejó ir ayudé a mis primas a poner la mesa, noté que me miraban con una mezcla de admiración y complicidad, cuando su madre entró en la cocina se me acercaron las dos y me dijeron…
--- Nos gustaría pasar una noche entera contigo sin hacer nada, o por lo menos intentarlo.
Cuando terminaron la frase María me apretó la polla por encima del pantalón, al encogerme Maite por apretó el culo por detrás.
Salí como pude de la emboscada de mis primas y me fui a la cocina a buscar las bebidas de la nevera, mi tía me notó alterado y me dijo sonriente…
--- Me parece que tus primas te atacan a la vez.
--- Uf, casi no lo cuento – le dije riendo.
Ella se ladeó hacia mí y abriendo el delantal que llevaba me enseño una teta hasta el donde el sujetador le dejaba, salí corriendo como si huyera, detrás de mí oí la carcajada de Ana.
Pasaron tres días sin ocurrir nada de extraordinario, apenas coincidíamos todos, mis tíos salían pronto y yo tenía horarios alternos y no coincidía con mis primas.
Una mañana estaba estudiando, la clase era a última hora cuando la puerta se abrió y asomó la cabeza de Maite, sin decir nada se coló y me tapó los ojos por detrás, con gesto de resignación le dije…
--- Quien será? Por el olor a princesa parece Maite.
Ella se rió detrás de mí…
--- Si, soy una reina no una princesa.
Me volví y estaba frente a mí con un conjunto de lencería lila que se había comprado.
--- Te gusta? Eres el primero en verlo, ni María lo ha visto.
--- Estás preciosa, y el conjunto te sienta de maravilla, dan ganas de comerte entera.
Al decir esto la cogí y la senté en mis rodillas, con la mano izquierda le solté el cierre del sujetador y con la derecha se lo saqué, sus tetas juveniles saltaron como muelles, me lancé a morderlas, ella sacando pecho esperó a que mi boca se llenada de carne suave, luego me acarició la cabeza atrayéndome contra ella.
--- Me tienes olvidada, no sabes las ganas que tengo de estar contigo, me lo he comprado para ti.
--- Gracias, y que haces en casa a estas horas?
--- Le he dicho a mi madre que iría más tarde, para estar contigo a solas, parece que no te alegras! Bueno tu no pero tu amigo sí, me está dando golpes en el culo.
Miré entre mis piernas y efectivamente bajo el pantalón corto que llevaba asomaba por el camal la cabeza de mi polla y le golpeaba en los muslos a Maite, ella se sentó bien sobre mí, de frente, ahora los golpes los recibía entre las piernas justo en el coño, bajando la mano sacó el miembro por la bragueta y ladeó un poco la braguita que acababa de estrenar y se fue acomodando hasta que se fue metiendo la polla, después se sentó cómodamente hasta pegarse en mi regazo y clavarse toda mi polla, suspiró y me dijo…
--- Ahora he estrenado de verdad el conjunto, solo falta que lo riegues para lavarlo por primera vez.
Empezó a saltar sobre mí, solo se metía algunos centímetros para rozarse el punto G, sus tetas llegaban a mi cara para bajar luego, de vez en cuando se quedaba de pie para que se las chupara o se sentaba y me besaba buscando mi lengua, cuando me abrazó ya sabía lo que iba a pasar, sus uñas se clavaron en mi espalda, se apretó contra mí y se dejó caer clavándose toda la polla, un estremecimiento la sacudió varias veces, me mordía los lóbulos de mis orejas, sin abrir los dientes me susurró…
--- Córrete, me hace falta tu polla escupiendo leche.
Le abracé, sentí sus tetas pegadas a mi pecho y me corrí, fue una corrida lenta pero profunda, varios empellones la llenaron de semen, cuando se levantó me enseñó las braguitas, estaban empapadas de semen y jugos, recogió el sujetador del suelo, me besó y dijo al salir…
--- Tendré que lavarlas antes de enseñárselas a las demás.
Al rato oí la puerta cerrarse al salir.
Cuando llegué por la noche, mi tía estaba contenta, para demostrarlo cocinó una cena más extraordinaria de lo normal, puso una excusa pueril a mi tío cuando lo comentó, pero cuando nos retiramos a nuestra habitación mi tía y mis primas siguieron detrás de mí, mi tío ya se había acostado.
--- Tengo que contarte algo, a mis hijas también les gustará.
Maite fue la más rápida en entrar, se sentó en la silla donde un rato antes había estado cabalgándome, María en la cama junto a mí y Ana en otra silla más cómoda, estábamos expectantes esperando.
--- Es una bomba, la noticia es…
Estábamos con la boca abierta esperando, Ana le daba suspense al tema.
--- Lo digo ya, Emi ha recibido un buro fax por el que su marido le pide el divorcio, que os parece?
Saltamos de alegría los tres, era una buena noticia, Emi se merecía lo mejor, podría cambiar su vida.
---Sssit, que os va a oí vuestro padre, Emi me ha dicho que nos va a invitar una noche a cenar para celebrarlo. Yo le he dicho que cuando firme, pero no sé si podrá esperar.
Nos abrazamos todos, era ideal, tendríamos una fiesta y celebraríamos el divorcio de nuestra amiga.
Las tres chicas salieron en silencio, yo me acosté y apagué la luz, pero al rato se abrió sigilosamente la puerta, apenas para pasar una persona, no la reconocí hasta estar dentro de mi cama y percibir su olor.
--- María que haces aquí?, Te van a ver.
--- Calla, quiero estar contigo, si no quieres no hacemos nada, pero abrázame.
Me corrí a un lado y le dejé espacio, llevaba un pijama largo, en cuanto estuvo tapada se quitó el pantalón, sus piernas se enredaron con las mías y se abrazo contra mi pecho, pasé el brazo bajo su cabeza y quedamos mirando al cielo.
Queriendo complacerla estuvimos hablando de lo humano y lo divino, nuestras manos estaban unidas salvo algún momento que tanto ella como yo nos dedicábamos alguna caricia inocente, ya era tarde cuando nos dormimos cuando ya clareaba el alba me desperté, tenía el brazo dormido con la cabeza de María, como pude lo saqué y me levante al baño, cuando volví estaba de lado durmiendo plácidamente, roncaba levemente con la boca abierta, me gustó verla reposando plácidamente, la destapé, la chaqueta del pijama la tenía subida sobre su estomago, tuve la tentación de comerle el coño tan suave que se veía, pero me contuve, aunque mi polla no lo entendió, por lo que sin querer me asomó por debajo del pantalón corto del pijama, se me encendió una luz, quizá no era buena idea, pero lo intenté, me bajé el pantalón y dejé libre la polla, la acerqué a la cara de María, al calor del aliento de mi prima aumentó mi erección, apoye mi glande en sus labios, no hizo ningún movimiento, lo volví a intentar y nada, seguía con los labios cerrados, me agache y con mi lengua le roce sus labios, ella los abrió un momento y se relamió, vi la solución, me moje con saliva el glande y se lo acerque otra vez a la boca, al notar la humedad, la fue abriendo, poco a poco yo iba empujando sin forzarla mi glande iba ganando terreno, sus labios iban abriéndose al notar el contacto de mi polla, cuando pude meter el glande entero dejé de insistir, no quería que se despertara, era una sensación nueva para mí, me arrepentí un poco pues arecía que era como una mini violación, pero me gustó la sensación.
Cuando me volví a tumbar junto a ella, me abrace a ella estaba literalmente pegado por detrás, su respiración era pausada, cuando pase las mano por debajo de su brazo no se inmutó, fui despasando cada botón del pijama, cuando estuvo abierto, busqué sus tetas, no me fue difícil encontrarlas, estaban duras pero una caía sobre la otra, con una mano abarqué las dos, los pezones juntos, los acariciaba con los dedos hasta hacerlos como garbanzos, no sé si sería consciente, pero cuando le pegué mi polla a su culo, instintivamente levanto la pierna, seguía durmiendo plácidamente, pero su culo se pegó a mi polla, busque entre sus nalgas hasta encontrar la entrada de la vagina, estaba tibia y húmeda, me mojé con saliva el capullo y empujé suavemente, la piel sedosa de María facilitó mi entrada, la metí hasta la mitad, ella seguía durmiendo, yo me conformé teniéndola dentro, no me moví, estaba feliz, quizá por eso me dormí.
Me desperté al notar frio, sobre todo en el pene, palpé a mi lado, estaba solo, cuando entreabrí los ojos no vi a María, pero al bajar la vista vi su cabeza entre mis piernas, entre su pelo caído sobre mi vientre vi el nacimiento de mi polla, el resto estaba dentro de su boca, la estaba degustando, no la metía y sacaba simplemente, la tenía dentro, atrapada entre sus labios, solo la lamía con la lengua y la presionaba contra su paladar, reconozco que la dejé hacer, me quedé con las piernas abiertas en cruz, mientras mi prima se recreaba con cada rincón entre mis piernas, ella de vez en cuando levantaba la vista pero yo tenía los ojos cerrados.
María debió de notarlo, cuando empezaron las palpitaciones en la polla las venas se hincharon al máximo, dentro de su boca debió notar los cambios, pero ella siguió a su ritmo, su lengua atacaba mi frenillo y recorría el anillo del glande, solamente cuando levanté las caderas ante la llegada inminente de mi eyaculación se aferró con las dos manos para no dejarla escapar, fue tragando a medida que los chorros iban llegando, en algún momento se atragantó pero siguió adelante, cuando ya no me quedaba nada que darle, me repasó todo el tronco y volvió a acostarse a mi lado, me abrazo y volvimos a dormirnos.
Una hora después noté como se levantaba, sin hacer ruido se puso el pijama y de puntillas salió de mi habitación.
Al día siguiente al bajar a la cocina mi tía me miró curiosa…
--- Parece que no has dormido bien, te preparo algo?
--- No gracias, he dormido como un bebé.
--- Me lo imagino.
No sé si era el sexto sentido femenino, pero siempre me lo notaba que había estado follando, cuando pasé por detrás de ella, se hizo hacia atrás para rozarme la polla con el culo, yo no la evité y la abracé por detrás cogiéndole las tetas, puso su cabeza en mi hombro y me dijo al oído…
--- Emi está preparando una buena… me ha preguntado si mi marido puede venir y cenamos los cuatro, a mi no me parece mal, y a ti?, si te parece bien se lo digo a Antonio.
--- Y tus hijas, la cena era para todos, no?
--- Bueno la cena sí, pero el fin de fiesta sería más restringido.
--- No quisiera que mis primas se sintieran ninguneadas.
--- No te preocupes, ellas sabrán excusarse, ya las compensaremos después.
--- Y al tío, no le parecerá mal?
--- No creo, ya hace días que lo estoy preparando, le estoy insinuando de meter otra persona en el grupo y al sugerir una mujer le ha encantado, cuando sepa que es Emi ya no tendrá dudas, le cae muy bien.
--- Me gustó mucho estar contigo la otra mañana, hacíais una pareja perfecta Emi y tú, folláis como los ángeles.
--- A mi también, no lo esperaba, a veces lo improvisado es lo que sale mejor.
--- Pues para no haberlo previsto estabas encantadora, me gustó mucho que me dejaras desnudarte.
--- Ah sí?, no lo había notado – me dijo coqueta.
--- Sabes muy bien que sí, me pones muy caliente, te follaría a cada momento.
--- Eso se lo dirás a todas, a una vieja como yo ya no la quiera nadie.
--- Ana, no te hagas la tonta, sabes muy bien lo buena y deseable que estas, mi tío te adora y te folla cuanto quieres, me tienes colado por ti siempre a tu disposición, además a Emi también le gustas, eres la diosa de la familia.
--- Adulador, simplemente que me gusta estar apetecible, me gusta verme guapa aunque sea por dentro, y si las personas que quiero me quieren también, les doy todo.
--- Pues para mí eres mi musa, me gustaría demostrártelo aquí y ahora.
--- Jajaja, Juan eres incorregible, llevas unos días a tope, conmigo, Emi, tu chica, mis hijas… y quien sabe cuantas más, llegará un día que no podrás atendernos a todas.
--- Con mi edad todavía me queda cuerda, cuando no pueda siempre me quedará la lengua, dicen que mientras hay lengua hay amor.
--- Jajaja, me encantas, con tu juventud arrolladora, eres un encanto, a mí también me gustaría que me follaras ahora, pero no puede ser, ya buscaremos un lugar y una hora más tranquila.
--- Me voy a la universidad, aunque estoy dudando si podré llegar sin hacerme una paja.
--- En eso te puedo ayudar yo, acércate.
Me puse a su lado, ella me acerco a la pila de la cocina y me abrió la bragueta, con suma maestría buscó, halló y sacó la polla, con dos meneos descubrió el glande y le escupió, su mano bajaba y subía a lo largo del tronco suavemente, según iba adquiriendo grosor se le iba abriendo la mano adaptándose al tamaño, cuando el glande tomo el color rojo intenso fue acercando la mano hacia delante, mientras mis manos, estaban dentro de su escote, acariciando uno de sus pezones, cuando se secó la saliva que le había echado se agacho y metiéndosela en la boca la volvió a lubricar, se oía el ruido de chapoteo al agitar la mano, al llegar el glande al color morado, no pude aguantar más, su mano solo me acariciaba el capullo, las palpitaciones le indicaron que me iba a correr, me acercó al banco y un chorro pasó de largo de la pila, el segundo ya cayó dentro con los demás, el resto se escurrió entre los dedos de Ana, cuando me soltó se lamió los dedos.
Respiré hondo, estaba más calmado, mi tía se alisó el delantal y me dijo…
--- Me debes una.
Le di un beso rápido y me fui a la universidad
Cuando estaba más concentrado oí como un coche se detenía en la calle, llegaban voces de dos hombres hablando algo airados, me picó la curiosidad y me asomé a la ventana procurando que no se me viera, bajo en la acera de enfrente había un taxi, de él extraía una maleta un hombre, mientras el taxista sacaba otra del maletero, parecía que discutían por el precio, el hombre se quejaba de que lo había paseado por la ciudad sin necesidad, creyendo que no conocía el camino.
Al pasar bajo la luz de una farola, distinguí el traje del hombre que entraba en la casa de Emi, vestía uniforme de piloto de aviación, no me cupo duda de quién se trataba, era el marido de Emi.
Cuando se encendieron las luces del salón me senté en mi silla, pero volví otra vez, ya había luz en la habitación de Emi, tras un silencio se oyeron las voces de Emi y su marido, no parecía que hubiese ningún problema, por lo que volví a sentarme, estuve un rato intentando volver a los libros pero no podía concentrarme, habría dado algo importante por haber estado al lado de Emi, no habían pasado 45 minutos cuando una voces del marido me hicieron saltar de la silla e ir a la ventana, saqué la cabeza y pude oír los sollozos apagados de Emi, luego un portazo y encenderse la luz del salón, para luego apagarse.
Dado de que a partir de ese momento no se oyó nada me volví a sentar aunque ya no pude estudiar, me preocupaba que hubiera pasado en la casa de enfrente.
Cuando salí por la mañana en dirección de la universidad di un rodeo y cruzando la calle pasé por la puerta del chalet de enfrente, el marido estaba sacando las maletas a la calle, parecía que se marchaba otra vez, me alegré mucho, aunque me preocupaba como estaría Emi.
En clase apenas hable con nadie, estaba ausente, incluso no le devolví la mirada a Asun cuando se volvió hacia mí, cuando salíamos me dijo que le gustaría que fuera a su casa a repasar algún tema, lo que otro día cualquiera me habría hecho saltar de alegría, este no me apetecía nada y menos que Asun no se merecía que estuviese pensando en otra cosa y menos en otra mujer.
Casi era de noche cuando llegué a mi casa, estuve en la biblioteca estudiando, o mejor dicho haciendo tiempo para volver a casa, por eso cuando llegué frente a mi casa, crucé la calle y estuve atisbando por las ventanas, apenas se veía un resplandor en la habitación de Emi, supuse que estaría descansando y me volví hacia mi casa.
En la cocina me encontré a mi tía, una mirada suya me puso en guardia, algo no funcionaba bien, con la mirada me señaló la puerta, intuí que se refería a Emi, hice mención de salir a la calle pero mi tía me cogió del brazo y me dijo que no lo hiciera.
No quise insistir, me fui a mi habitación sin cenar, se me había quitado el hambre, ni estudié, en la cama estuve despierto hasta muy tarde pensando en lo que estaría pasando allí abajo.
Cuando bajé por la mañana estaba hambriento, en la cocina mi tía estaba desayunando para irse a la tienda, ella sabía mi desasosiego y me puso al corriente.
--- Cuando llegó el marido venía del aeropuerto, desde que bajó del avión estuvo bebiendo junto a alguien de la tripulación, en principio solo era bebida, luego alguien sacó algún tipo de droga, al final estaba como loco, el personal de la compañía le ayudaron y le dejaron en una habitación hasta que estuvo presentable, todo esto se lo contó a Emi una antigua compañera, cuando llegó a casa aún estaba demasiado eufórico, y quiso que Emi le hiciera algo de sexo que no estaba dispuesta a hacer y menos a él.
El resultado fue que se enfadó, le cogió por el cuello y estuvo a punto de pegarle, por suerte estaba demasiado colocado y se fue a dormir al sofá del salón, por la mañana sin decir nada se marchó otra vez, Emi llamó a la compañía y le confirmaron que había embarcado como tripulación de reserva en un viaje transoceánico.
--- Desde entonces se ha encerrado en su habitación, anoche estuvo casi toda la noche llorando, te aconsejo que esta tarde vayas a consolarla, ahora es demasiado pronto.
Me fui a la universidad más tranquilo al saber lejos al marido de Emi, cuando llegué vi a Asun, estaba triste, me acerqué a ella y le prometí que al día siguiente iría a su casa a estudiar, me miró ilusionada y añadí…
--- Como ya hace demasiado que no estudiamos juntos, me quedará a dormir, si te apetece.
--- Me encantará, tengo mucho que recuperar.
Al volver a casa directamente fui a casa de Emi, tardó bastante en abrir, estaba demacrada, sus ojeras eran evidentes del día que había pasado.
--- Hola Emi, solo quería saber cómo estás.
--- Pasa.
Estaba seria, o más bien triste, yo no me atrevía a sacar el tema de su marido, así que me senté en el sofá a su lado, me quedé mirando al suelo, cuando apoyó su cabeza en mi hombro le pasé el brazo por la espalda, unos sollozos desolados mojaron mi hombro, le dejé desahogarse, el hipo le llegó cuando más lloraba, la recosté en el respaldo y le besé en los ojos empapados de lagrimas, para ella fue como un bálsamo, poco a poco fue tranquilizándose, su respiración se calmó y se quedó dormida en mis brazos, estuve un buen rato contemplando como respiraba calmadamente, era todo un espectáculo ver como el pecho se hinchaba y deshinchaba suavemente.
Como iba vestida con una bata cruzada y larga hasta los pies le pasé el brazo bajo las piernas y el cuerpo y no sin esfuerzo le llevé a su habitación, la cama estaba desordenada todavía pero la deposité con cuidado, al ir a cubrirla le desate el cinturón para que estuviera cómoda, descalza y con el pelo suelto alborotado sobre la almohada estaba bellísima.
No pude resistir la tentación de separar un poco la bata, realmente solo quería admirar la blancura de sus muslos, pero al abrir la prenda dejó al descubierto la mitad de su cuerpo escultural de arriba abajo, no me esperaba que no llevara nada bajo de la bata, pero me hizo la sensación de que no la hubiera visto nunca, desde sus pies hacia arriba era una escultura, las rodillas o los muslos, el monte de Venus, la depresión de su vientre y estomago terminaba donde nacían sus pechos, turgentes, altivos, coronados por dos pezones suaves y rugosos a la vez, cuando descendían, su cuello limpio se ocultaba bajo el cabello brillante hasta que las orejas daban comienzo a su rostro bello, suave de mejillas y los labios prometedores, los ojos aunque cerrados estaban adornados por unas pestañas largas coronadas por las cejas bien cuidadas.
Quise admirar la otra mitad cubierta y la descubrí, era una belleza completa, le saqué las mangas y cuando estuvo completamente desnuda la cubrí con la sabana, su silueta se marcaba bajo ella como una segunda piel, me senté a su lado estuve admirándola un rato, al fin me acerqué a la ventana para entornarla, en la otra acera vi a mi tía en su ventana del salón, me saludó con la mano, solo le contesté indicándole que me quedaba a acompañar a Emi, a mi tía le pareció bien.
Cuando volví a la habitación de Emi seguía en la misma postura que la había dejado, apenas se oía respirar, me senté bajo la tenue luz de una lamparita y saqué mis libros, aunque no tenía ganas de estudiar, estuve repasando los últimos temas, de vez en cuando me levantaba y me acercaba a Emi, seguía durmiendo plácidamente.
Ya era muy tarde cuando sentí unos ruidos en mi estomago, no había tomado nada, Salí a la cocina y en la nevera encontré lo necesario para hacerme unos sándwiches, con un zumo de naranja me los comí y volví junto a Emi.
No sé el tiempo que pasó pero me desperté cuando noté caer mi libro de las manos, me había dormido estudiando, me había quedado aterido por lo que me acosté al lado de Emi, estaba más cómodo pero poco a poco me fui8 desnudando y me colé bajo la sabana.
Note el alivio del calor que desprendía Emi a mi lado, no se había movido desde que la acosté, tendido a su lado estuve pensando la vida tan desgraciada que tenía la chica, al rato empezó a moverse, se agitaba y daba vueltas en la cama, cuando empezó a hablar palabras incomprensibles me di cuenta que estaba soñando, por lo visto tenía una pesadilla, en algunos momentos gritaba, yo no sabía qué hacer, pero me giré hacia ella y le cogí la mano, ella se soltó bruscamente y casi me araña, después pasó la mano por mi pelo, perece que notó que no era su marido y se calmo un poco, sin llegar a despertar puso la mano en mi cara, instintivamente me reconoció y volviéndose hacia mí me abrazó, me rodeó con sus brazos, se acurrucó contra mi pecho y volvió a quedarse profundamente dormida.
Yo notaba su cuerpo pegado a mí, perfectamente sentía sus tetas contra mi pecho, sus labios respirando al lado de mi cuello, su pierna subida sobre mi muslo enredada en las mías, yo estaba en el cielo, mi polla demostró tener más sentido que yo y no hizo ninguna reacción, estaba caída sobre mi muslo, pegado al de Emi y no se movió.
Ya entraba la luz del día por la ventana cuando oí que mi móvil recibía un mensaje, me levanté y lo miré, era de mi tía, me preguntaba cómo había pasado la noche la chica, le contesté que durmiendo tranquila, me volvió a contestar que quería venir a verla un rato, le contesté que cuando quisiera.
Al momento un leve golpecito en la puerta me avisó de que mi tía estaba allí, me lié una toalla al cuerpo y salí a abrirle.
Mi tía se sorprendió al verme desnudo, solo con la toalla, le hice pasar porque hacía la mañana fresca y la guié hasta el dormitorio, me quité la toalla y me metí otra vez en la cama junto a Emi.
Mi tía se sentó en la cama a mi lado inclinada sobre mí, le estuve contando en voz baja lo que había ocurrido esta noche, se admiró de que no hubiese intentado hacer nada con la chica, pero ante mi mirada ofendida, me pidió disculpas.
Estábamos hablando sobre estos temas cuando Emi abrió los ojos, tardó un poco en asimilar donde estaba y quienes estábamos con ella, cuando lo comprendió nos dedicó una sonrisa de agradecimiento.
Me cogió de las manos, me dijo que había dormido muy bien y que había descansado mucho, me dio un beso en la mejilla y se incorporó sentándose apoyada en la almohada.
Mi tía le contó lo que yo le había referido y ella me miraba dulcemente, quiso abrazarme y al hacerlo la sabana que tenía por debajo de los brazos se cayó sobre sus piernas, sus dos pechos quedaron al aire altivos, sin dar importancia se inclinó sobre mí y me dio in beso suave en los labios, mi tía sonreía contenta y cuando Emi me volvió a dar otro beso esta vez más sensual, mi polla sí que reaccionó y empezó a levantar la sabana.
Mi tía sentada como estaba a mi lado de la cama, acercó la mano y atrapo la polla desde abajo, se presentaba tal cual estaba forrada por la tela de la sabana…
--- Emi, el chico parece que no ha dormido mucho esta noche, mira como se está despertando.
Emi puso la mano sobre mi falo a continuación de la mano de mi tía, entre las dos tenían cogida mi polla.
--- Nunca le agradeceré bastante esta noche, se ha portado como un verdadero caballero, estoy muy feliz, sois mis mejores amigos, bueno… y mis únicos amigos.
--- Nosotros te queremos igual.
--- Me encanta vuestra compañía, tenéis algo urgente que hacer esta mañana?, Ana por qué no te pones más cómoda y me acompañáis?
Dicho esto se deslizó hasta la orilla de la cama y tirando de mí le dejó el otro lado libre a mi tía Ana.
A Ana le pareció genial la idea y empezó a quitarse la chaqueta que llevaba, lo hizo lentamente, como si estuviera haciendo un striptease, con solo dos espectadores, la dejó caer sobre un sillón, luego se quitó la camisa, los botones fueron abriéndose lentamente, uno a uno, cuando iba apareciendo el canalillo mi corazón empezó a latir fuertemente, Emi lo notó y me apretó la mano, al tirar la camisa al sillón volvió los hombros hacia atrás, sus tetas pugnaban por salirse del lindo sujetador que las oprimía, al bajar la falda después de soltarse la cremallera detrás por sus caderas resbaló y unas braguitas negras tipo bikini, con unas altas sisas, hacían las piernas mucho más largas, cuando vi las medias que llevaba tragué saliva, se sujetaban a los muslos con firmeza, enfundaban y torneaban las piernas siguiendo la línea por detrás.
Al salir de la falda subió una pierna sobre la cama a mi lado y enrollando la media por el muslo la fue bajando lentamente mirándome a los ojos, cuando la tenía enrollada en el tobillo me la acercó para que yo le quitara el zapato de tacón alto y luego la media.
Cuando tuve el pie desnudo entre mis manos lo acerque a mi boca, cogido por el talón, fui chupando cada dedo despacio, mi lengua recorría cada falange y le daba mordiscos suaves, cuando llegué al meñique le pasé la lengua por la planta del pié, noté como en principio daba una encogida, pero aguantó las cosquillas por que el placer era mayor.
Por el rabillo del ojo vi a Emi como tenía las manos en sus pezones, los cogía suavemente con dos dedos y los estiraba para luego soltarlos de golpe.
Con la otra pierna Ana siguió el mismo ritual pero al revés.
Se subió de pié a la cama junto a mí y me insinuó que le fuera bajando la media, yo con cierta torpeza empecé poniendo mis dedos entre la media y el muslo, pero mi tía me cogió de las manos y me las puso rodeando todo el muslo, presionando fuerte la media se fue enrollando y bajando, cuando llegué al tobillo, le di un beso en la corva de la rodilla y con la lengua le fui lamiendo hasta donde antes tenía la media sujeta.
Luego se sentó a mi lado, de espalda esperó a que yo le soltara el sujetador, cuando lo hice, presionó los brazos para que no se cayera y dándose la vuelta se puso a gatas sobre mí para que se lo quitara.
A mí, después de tantas posturas difíciles, como estaba sentado igual que Emi, la ropa se me había bajado hasta media pierna, mi polla casi mirando al techo estaba palpitante cuando mi tía estaba sobre ella, su cara muy cerca de la mía, sentía su respiración también agitada.
Le solté un tirante primero, ella se sujetaba la copa para que no cayera, luego el otro tirante, la prenda de color negro de encaje se quedó fláccida entre sus manso, yo le separé las manos y dejé caer sus pechos brillantes, hinchados y con los pezones salidos, en esta posición parecían más grandes de lo que eran, sin decirme nada se volvió como estaba a gatas y se quedó con el culo hacia mí, la redondez de sus nalgas apenas dejaban ver a la braguita que se escondía entre sus nalgas.
Con las manos en la cintura tiré de la escueta prenda hacia abajo, una vez salvada la curva de sus caderas se fue aflojando hasta que quedó colgando apresada por sus muslos, tiré de ella y descubrí a continuación de la raja de su culo como los labios cerrados del coño estaban húmedos ya, entre ellos se notaba el color rosado de su vagina y unos centímetro más arriba el agujero marrón, arrugado y áspero del ano.
Fue haciéndose hacia atrás, cuando llegó frente a mi cara, solo seguí mi instinto y sacando la lengua la pasé de arriba abajo entre los labios del coño.
Emi con su mano me estaba acariciando entre mis muslos, había retirado la sabana del todo, estaba a mi lado viendo como mi tía me ponía loco de ganas, incluso a ella le estaba excitando a tope.
Cuando se dio la vuelta otra vez mi tía me dio un beso en los labios, fue eterno, suave pero intenso, me mordía el labio inferior mientras ponía una rodilla entre mis muslos, Emi me cogió la polla con una mano y la teta de Ana con la otra y las juntó acariciándose, mi tía soltó mi boca y acercándose a Emi le dio otro beso igual a ella, esta estaba esperándola con los labios abiertos y la lengua asomándose, el beso que se dieron a diez centímetro de mi cara me puso más cachondo si cabe.
Con mis manos cogí una teta de mi tía y otra de Emi, las estuve estrujando sacándoles los pezones, no sabía cual me gustaba más, las dos mujeres tan distintas y tan parecidas, una teta era dura, tersa, con un gran pezón mientras que la otra un poco más grande y con un pezón que raspaba la palma de la mano de tan salido.
Besándose como estaban bajaron sus cabezas hasta donde mi polla les apuntaba desde abajo, parecía que estaban de acuerdo desde un principio, una se apoderó del tronco, lo lamía en toda su extensión, mientras la otra rodeaba al perímetro del glande con la lengua y se detenía en el frenilla hasta que se metía todo en la boca, sus labios presionaban igual que cuando entraba en el coño y el paladar semejaba el interior de la vagina.
La que estaba dedicada al tronco pronto se extendió hasta los huevos, yo con las piernas separadas y mirando al techo estaba como en el cielo, con las manos llenas de teta.
Cuando ya creí que no podía gozar más, mi tía se levantó, era la que tenía la polla dentro de la boca, se puso de pie delante de mí con las piernas a mis costados y separándose los labios del coño dejó al descubierto su clítoris erecto, estaba rosado y cubierto por su piel, me lo acercó a la boca, no me negué, lo atrapé con los labios, lo sujeté con los dientes y con la lengua lo lamí hasta que salió del todo descubierto y duro, parecía al tacto como un pene pequeñín, con la lengua lo acariciaba por debajo, palpitaba y se levantaba como mi polla.
Emi ahora dueña total de mi miembro, se lo había tragado literalmente, sus labios rozaban mi pubis, yo tenía a mi tía cogida por sus muslos y ella cogida al cabezal de la cama se apretaba contra mí, con una mano pasada por detrás de sus nalgas me aventuraba entre ellas, un dedo se dirigía al agujero marrón y la otra mano separaba sus labios para adentrarse en su vagina, ella arqueaba sus piernas como si montara en un caballo para facilitarme el paso mientras se agitaba apretándose contra mi cara, sus suspiros eran cada vez más exaltados.
Emi se había levantado y de espaldas a mí se sentaba sobre mis piernas, con una mano había sujetado la polla hasta guiarla a su coño, se dejó caer despacio hasta hacerlo desaparecer, cuando notó que estaba llena de carne volvió a subir lentamente, su vagina pronto se adaptó al diámetro de mi pene, el flujo de la vagina hizo su papel y unas manchas espumosas blancas embadurnaron por completo mi polla, a su lado pude ver un tarro de crema como el que me había regalado.
Cada vez iba acelerando la galopada sobre mí, mi tía se dio la vuelta también, ahora agachada de espaldas a mi me ofrecía el culo para que lo lamiera, con sus manos le acariciaba a Emi las tetas mientras ella me cabalgaba, se las sujetaba para que no saltaran tanto, mientras yo con la lengua iba desde el clítoris hasta su ano, ya mojado y distendido, había metido un dedo, luego dos, y hasta tres, con la lengua le acompañaba y le recogía los jugos que salían de la vagina para pasarlos al ano, ella apretaba cadenciosamente su culo sobre mi cara, se diría que estaba follándose mi lengua con el culo.
Yo notaba como cada vez Emi se metía con más ansia mi polla y mi tía me apretaba más su culo a mi cara, empezaron a suspirar las dos a la vez, sus gemidos se fueron mezclando con palabras apenas comprensibles, hasta que explotaron al unísono, sus orgasmos les producían unos espasmos que sacudían mi cuerpo, Emi echó la cabeza hacia atrás bajo la de Ana, en el éxtasis sus bocas se encontraron y estuvieron pegadas hasta que sus latigazos terminaron.
Se derrumbaron a mi lado, cada una en una postura diferente, desmadejadas, mi tía con las piernas abiertas su culo sobre el cuerpo de Emi que estaba en cruz, cuando me incorporé sobre mi tía aún estaba con los ojos cerrados, con las manos apoyadas a los lados de su pecho me dejé caer vertical entre sus piernas, mi polla no rozó ni siquiera en sus labios, estaban tan abiertos que se le veía casi el útero, entró despacio pero sin parar hasta el fondo, Ana quiso abrir los ojos pero los volvió a cerrarlos mordiéndose el labio inferior, mi polla casi se salía cada vez que la sacaba pero volví a hundirse hasta el fondo, cada metida Ana suspiraba complacida.
Emi aún estando debajo de Ana la sostenía pasándole las manos bajo sus brazos y cogiéndole las dos tetas, las levantaba y las apretaba hasta llegar a los pezones que los estiraba hasta hacerlos enrojecer.
Ana subió las piernas sobre su cuerpo, las sujetaba con las manos ofreciéndome una vista especial, en un mismo plano su culo y su coño, al verlo brillar tanto como su vagina me ladeé lo suficiente para enfrentarlo en el agujero ya dilatado, simplemente me dejé caer para que mi glande presionara lo suficiente, ella a su vez levantó su culo con energía y se introdujo el resto, mi polla entera desapareció enterrada entre sus redondas nalgas, mis huevos se pegaron a sus labios húmedos.
Emi al notar como levantaba el culo para poder recibir mejor mi polla, una de sus manos abandonó una teta para pasar a su clítoris, con dos dedos separó los labios y con otro estuvo excitando el botón hasta que mi tía empezó a gritar, nos dedicaba sus gemidos tanto a mí como a Emi, nos animaba a seguir haciéndola correr, hasta que lo conseguimos.
Ana saltaba sobre el mullido cuerpo de Emi, esta lo sostenía para que no cayera descontrolado como estaba, cada vez agitaba más rápidamente el clítoris y yo le clavaba más profundamente la polla en el culo sin fondo.
Cuando salí de Ana mi polla estaba roja y brillante, los huevos pegajosos de flujo del coño, estaba cansado de sostenerme solo con los brazos, pero Ana no me dio tregua, me estiró para que le llevara mi polla a su boca, cuando la tuvo a su alcance se la trago, la aspiro tanto que se atragantó y empezó a toser, pero no hizo caso, siguió lamiendo y chupando con desenfreno aunque la tenía en el máximo de grosor y longitud.
Desesperada me apretaba los huevos, los estiraba y los estrujaba, incluso me metía un dedo en mi culo, con el hurgaba queriéndome hacer correr con desesperación.
Al fin se dio por vencida, tosiendo y llorándole los ojos, se sacó la polla de la boca, los labios los tenía rojos, con los ojos irritados, se tumbó de lado, Emi salió toda sudada, y se puso a mi lado, mi tía me miró a la cara y me dijo…
--- Nunca había visto nada igual, he hecho cuanto sabía para hacerte correr, no sé cómo lo haces.
Emi se inclinó sobre mí y me dio un beso en la polla, luego me guiño un ojo y sonrió.
Sin decir nada se puso a cuatro patas, el coño todavía dilatado estaba más que rosado, arqueó la cintura y bajó la cabeza, me puse detrás de ella y se la hundí hasta los huevos, cogiéndola de la cintura nos encontrábamos a media camino los dos, cuando la atraía hacia mí ella ya venía a mi encuentro al chocar hacíamos un ruido de chapoteo, mi tía a nuestro lado miraba hechizada como polla se hundía con facilidad en Emi, la chica me presionaba con sus músculos vaginales y parecía que me estaba haciendo una mamada a la vez, mi resistencia estaba llegando a su fin, se me escaparon unos gruñidos, suspiros y gemidos, Ana no se dio por vencida, se agachó entre las piernas de Emi, ésta abrió las rodillas para dejarle entrar, con la lengua Ana le lamia el clítoris mientras recibía los golpes de mis huevos en la frente, cuando me hundí en Emi, el primer chorro de leche le inundo el útero, los demás tuvieron que buscar espacio, pero al no encontrarlo salieron de la vagina, la boca de Ana estaba esperando y no dejó caer nada en las sabanas, hasta cuando saqué la polla medio blanda se la metió en la boca la limpió y siguió esperando hasta que poco a poco un reguero espumoso de semen iba saliendo del coño de Emi y caía dentro de la boca de Ana.
Ahora sí que estaba yo agotado, había aguantado lo indecible con dos maravillas como estas, en varias ocasiones había estado a punto de eyacular, pero combinando las posturas y con la ayuda inestimable de la crema de Emi lo había conseguido, o eso me aseguró Ana.
Cuando miré el reloj era media mañana, me acordé de Asun, cuando salí de la habitación hacia la ducha me volví, me gustó ver a las dos chicas abrazadas besándose sobre las sabanas revueltas, les dije…
--- Hoy no volveré a dormir.
A medio día llegué a la universidad, me excusé al entrar en clase era la segunda que me perdía, Asun cambió de expresión cuando me vio, al salir le invité a comer, estaba desfallecido, fuimos a un restaurante italiano, devoré la comida como si no hubiera un mañana, Asun estaba extrañada, le dije que no había desayunado, era verdad.
Cuando llegamos a su casa su cándida pregunta me hizo reaccionar…
--- Estudiamos antes o después…?
No dudé la respuesta.
--- Después, claro.
Asun me dedicó una amplia sonrisa y corrió hacia mí, de un salto me rodeo con sus piernas la cintura y me abrazó besándome, apenas la pude sujetar porque caime en la cama, ella sobre mí me imposibilitaba el movimiento, a horcajadas me sujetaba mientras se quitaba a estirones la ropa, en un momento tenía sus tetas encima de mi cara, mientas se las besaba ella levanto el culo lo suficiente para quitarse los pantalones, no llevaba bragas, se las había quitado en el restaurante por si no llegábamos a casa y follábamos en el coche, me estiró de la camisa hasta quitármela sin desabrochar, los pantalones costaron más pero cuando salió mi polla ya la tenía lo bastante dura para que sonriera golosa y se la metiera en la boca después de dos lametadas.
Asun tenía la virtud de ponerme caliente enseguida, era una chica tan delicada y cariñosa que hacía todo lo posible para hacerme feliz, yo naturalmente hacía lo propio, cuando me puso la polla dura solo le di un toque en la pierna para que se diera la vuelta, siguió chupando mi polla pero yo le correspondía con mi cabeza entre sus piernas, olía a perfume de adolescente, y eso enervaba mis sentidos, aunque me acababa de follar a dos mujeres en la mejor edad para follar, Asun era otra cosa, su ternura, delicadeza y fragilidad eran su mayor atractivo, su madre era otra cosa diferente pero ésta chica me tenía absorbida la mente, mi boca lamia el coño delicado y can cada lamida era un temblor de sus carnes, no tardo en mojarme la boca con su flujo, era una fuente cuando se calentaba y hoy lo estaba mucho, tenía muchas ganas de follar y yo también, aunque había tenido una buena sesión por la mañana, ahora quería disfrutar con aquella mujercita, la polla no podía estar más dura cuando me pidió por favor que se la metiera, me lo dijo con tal suavidad que me conmovió, entré en ella como si la fuera a romper, suavemente, ella parecía que huía, pero cuando ya por fin se adaptó a mi era ella la que me buscaba con su coño, sus finos labios dejaban ver a un clítoris duro que me rozaba en el tronco ce mi polla y le hacía frotarse contra mí. Lo hacía despacio, centímetro a centímetro notaba como temblaba todo su cuerpo, al saltar por mis venas, el primer orgasmo le vino enseguida, explotó de pronto, fue una sorpresa para los dos, tan concentrada estaba en sentir mi polla dentro de ella que no lo vio venir, le explotó como un globo de agua dentro de la vagina un relámpago y un calambre recorrió su espalda hasta la nuca, yo seguí metiéndola y sacándola frenéticamente, ella no parecía calmarse de su éxtasis, quizá fueron varios los orgasmos seguidos, pero sin parar de gemir volvía a sacudirse en otro estertor, yo como estaba bastante escurrido de por la mañana seguía follándola sin descanso, ella gritaba cada vez más, me clavaba las uñas en la espalda y me pedía que me corriera dentro de ella y en ese momento que estaba al máximo, no pude resistirme a tal petición, aún saltaba con sus espasmos cuando mi polla vomitó varios chorros de leche, ella al notar el calor dentro de su cuerpo, se apretó a mí se enredó en mis piernas y con su vagina me escurrió la polla hasta aprisionarla, no dejándome salir hasta que parecía un pimiento frito.
El sudor de nuestros cuerpos mojaban las sabanas, me sugirió un momento de descanso, estaba agotada y yo más.
Estuvimos casi una hora desnudos abrazados, riendo y hablando de cosas triviales, éramos como dos niños, cuando nos levantamos ya había anochecido, estuvimos abriendo los libros, comentamos los temas que no sabíamos y uno al otro fuimos resolviendo nuestras dudas.
Cuando salimos a cenar nos cruzamos con la chica que tenía la otra habitación contigua, nos sonrió y le dijo…
--- Enhorabuena Asun, esta tarde he oído que habéis estudiado mucho y con ganas, eh?
La chica en otro tiempo tímida hasta la saciedad, le devolvió la sonrisa i le contestó…
--- Tienes razón, hemos follado toda la tarde, Ah! Perdona si hacemos mucho ruido, esta noche seremos más silenciosos.
A la chica le divirtió la respuesta, Asun había cambiado mucho.
Fuimos a cenar a una cervecería, había un montón de tapas diferentes en la barra, cuando vino el camarero pedimos unas cervezas y varios platos para ir picando, el bar estaba lleno de gente, todos hablaban animadamente y había un barullo tremendo, cuando ya casi habíamos terminado Asun pasó la mano bajo la mesa y me cogió la polla, preguntó…
--- Seguimos estudiando?
Ni respondí, le sonreí y le di un beso cariñoso, pagué y salimos al fresco de la noche, cuando llegamos a su casa fuimos directos a su habitación, mientras Asun arreglaba un poco la estancia cogí una toalla y fui al cuarto de baño, estaba ocupado pero una voz femenina me dijo que estaba terminando.
Efectivamente a los dos minutos la puerta se abría y salía la compañera de piso de Asun, envuelta en una sabana de baño, me sonrió al verme y me dijo…
--- Lo siento, está todo empañado, me acabo de duchar y por favor, hacer todo el ruido que queráis, a mí me encanta.
A la vez que me decía esto, se bajaba la toalla coquetamente lo suficiente para enseñarme una teta, fue un segundo pero las tenía preciosas, yo le hice mención de que se la iba a morder y se fue riendo.
Era cierto, en el cuarto de baño no se veía nada, era una bruma total, tuve que esperar unos minutos para poder entrar en la ducha, fui rápido, cuando salí en la habitación estaba esperándome Asun con una toalla liada a su cuerpo, le di una palmada en el culo y salió rauda hacia la ducha.
Cuando me quedé solo empecé a oír a la compañera como gemía, estaba follando a todo tren, con los nudillos toque tres veces en la pared, de momento cesó el ruido, luego se oyó la risa de chica y volvieron a follar como antes.
Cuando volvió Asun yo estaba acostado en la cama con la luz apagada, ella me siguió el juego y dejando la toalla en el suelo se coló en la cama sin decir nada, lo que no sabía era que yo estaba acostado con la cabeza a los pies, cuando fue a abrazarme no me encontró en cambio yo sí, metí la cabeza entre sus piernas y le puse la boca en su pubis húmedo de la ducha.
Dio un salto de sorpresa, pero en seguida se repuso y buscó mi polla justo donde estaba, se escurrió entre las sabanas hasta que se la metió en la boca, todavía estaba en reposo por lo que la metió toda, hasta rozar mi pubis, empezó a acariciar mis huevos y fue notando como mi miembro se agrandaba dentro de su boca, era una sensación desde estar holgadamente con la boca cerrada hasta ir teniéndola que abrir forzosamente según se llenaba de carne dura, al final tuvo que abrir la boca, junto un mar de saliva salió media polla, la otra media se quedó en su poder.
Con toda la noche por delante estuvimos mucho rato en esta posición, hablábamos de vez en cuando, con caricias y manoseos manteníamos la libido arriba, mi polla estaba erecta y los labios de Asun hinchados, pero no forzábamos la máquina, de vez en cuando la chica entre broma y broma me lamía el glande y lo ponía a cien, cuando empezaba a palpitar peligrosamente bajaba el ritmo, yo a la vez, con sus piernas abiertas frente a mi separaba sus labios con mi lengua y buscaba el clítoris que no dejaba que se escondiera, lo tenía siempre alerta, cuando Asun empezaba a jadear pasaba a la ingle o al muslo donde también lo agradecía pero no llegaba a la zona roja, estuvimos cambiando de postura tranquilamente, cuando Asun se cansaba de tener la boca llena descansaba las mandíbulas subiéndose sobre mí, se paseaba sobre mi polla sin metérsela, las venas hinchadas de la polla tañían el clítoris de la chica, de vez en cuando se la metía para lubricarla, luego seguía el juego, yo también me ponía desde detrás de la chica y pasando el miembro entre sus muslos le salía por delante rozando el botón entre sus labios, le encantaba esta posición, era descansada y mantenía el ardor, aunque yo prefería estar tumbado haciendo la tijera, ella boca arriba y yo de lado entre sus muslos con la polla dentro que movía lentamente, los dos descansábamos mientras yo le estaba acariciando las tetas, cuando nos dormimos estábamos así, yo no me moví y ella tampoco, cuando Asun se despertó aún tenía mi polla casi dentro, solo tuvo que moverla un poco para con un poco de erección volvérsela a meter, yo me desperté y me puse entre sus piernas, paseé mi glande por sus labios hasta que me rogó que la metiera, fue un ruego innecesario, ya estaba en la entrada cuando lo dijo, la metí sin prisa pero sin pausa, me abrazó y me dijo al oído…
--- Córrete dentro, tengo ganas de ti,
Yo también las tenía, mis huevos estaban llenos a rebosar, y pedían que los vaciase.
Cuando Asun notaba como le regaba por dentro, se apretó contra mí, cada chorro que recibía le provocaba un estremecimiento, yo presionaba para que me sintiera más mientras que ella separaba las piernas para que entrara hasta el fondo, nuestros pubis estaban pegados literalmente, mirándolos no se podía adivinar cuál era el de ella o el mío, no se veían trazas de mi polla ni de sus labios, yo notaba como me escurría dentro apretando con su vagina, estuve un rato dentro, me habría gustado volverme a correr en este instante para revivir el goce de Asun, al salir la polla resbaló entre semen y flujos.
Cuando amaneció, la cama parecía un campo de batalla, nuestros cuerpos olían a sexo y sudor, cuando salí a la ducha coincidí con la compañera de piso, iba con una bata y la cara cabizbaja, le pregunté que le pasaba, me dijo abriéndose la bata…
--- Tengo mala suerte, se corrió en seguida y me dejó a medias, luego se marchó.
--- Lo siento, es una pena tienes un cuerpo divino y eres encantadora, seguro que encontrarás el que te llene.
--- Eso espero, pero parece que esto no es bastante.
--- Igual es demasiado – le dije riendo mientras miraba la bata que había abierto para que le viera el cuerpazo que tenía.
--- Os envidio, habéis estado follando casi toda la noche, he estado pegada a la pared escuchándoos.
--- Es una pena no haberte conocido antes.
--- Pues sí, lástima.
Cuando se iba por el pasillo se volvió hacia mí y abriendo la bata como si fuesen alas me enseño todo su cuerpo.
Después de ducharnos fuimos juntos a la universidad, entramos en la cafetería y desayunamos, a lo lejos vi a la madre de Asun, estaba con otra profesora, la saludé desde lejos, ella me hizo una seña, luego entramos en clase.
Cuando llegué a casa por la noche mi tía estaba en la terraza tendiendo unas prendas íntimas, pasé por su lado y me siseó.
--- Ssiit, como has tenido el día? Y la noche?
--- Pues bastante bien, he estudiado mucho… anatomía femenina, claro.
Se lo dije despacito, arrastrando las silabas y señalando el conjunto de lencería que estaba tendiendo y que reconocí en seguida, el día anterior se lo había quitado yo, a la vez la abracé por detrás y al cogerle las tetas me apreté contra su culo, ella lo sacó para tener más contacto, luego entré en casa.
En él salón estaba mi tío, acababa de llegar también y estaba poniendo la tele, se sentó en el sillón para ver el partido de futbol que ya había empezado, yo sin pensar, le llevé una cerveza fría, él al verme me agradeció el detalle y me invitó a sentarme a su lado y comentar las jugadas, me excusé y subí a mi habitación, al pasar por la de mis primas, le toque con los nudillos y desde fuera les dije…
--- Ya está el primo Juan en casa…
Ellas asomaron la cabeza por la puerta, y cogiéndome de las manos tiraron de mí, me sentaron en la cama y me rodearon…
--- Cuéntanos Juan, que ha pasado con Emi?, mi madre nos ha contado algo, pero queremos todos los detalles.
--- Pues nada del otro mundo, estaba mal, muy mal después de la visita de su marido, afortunadamente se fue enseguida, pero estaba muy tocada.
--- Y que pasó? Mi madre nos dijo que estuviste toda la noche con ella.
--- Es verdad, fui a interesarme por su estado y me invitó a entrar, estuvo llorando un buen rato hasta que se durmió, la acosté y estuve a su lado toda la noche.
--- Eso es todo?, toda la noche con una súper mujer y no cuentas nada más?
--- Es que no pasó nada más, solo la velé, estuvo durmiendo toda la noche, luego tuvo una pesadilla y me acosté junto a ella, dormimos abrazados hasta la mañana, no pasó nada en toda la noche.
--- Eso es lo que nos contó mamá, eres un señor, así lo dijo mamá de ti.
Me dieron un beso las dos en los labios cuando me levanté y me fui a mi habitación, cuando bajé a cenar mi tío aún estaba frente al televisor, su equipo había perdido por culpa del árbitro, estaba enfadado y me contó todas las jugadas, yo asentía pero la verdad, no me interesa mucho o nada el futbol, así que por cortesía le escuché, cuando me dejó ir ayudé a mis primas a poner la mesa, noté que me miraban con una mezcla de admiración y complicidad, cuando su madre entró en la cocina se me acercaron las dos y me dijeron…
--- Nos gustaría pasar una noche entera contigo sin hacer nada, o por lo menos intentarlo.
Cuando terminaron la frase María me apretó la polla por encima del pantalón, al encogerme Maite por apretó el culo por detrás.
Salí como pude de la emboscada de mis primas y me fui a la cocina a buscar las bebidas de la nevera, mi tía me notó alterado y me dijo sonriente…
--- Me parece que tus primas te atacan a la vez.
--- Uf, casi no lo cuento – le dije riendo.
Ella se ladeó hacia mí y abriendo el delantal que llevaba me enseño una teta hasta el donde el sujetador le dejaba, salí corriendo como si huyera, detrás de mí oí la carcajada de Ana.
Pasaron tres días sin ocurrir nada de extraordinario, apenas coincidíamos todos, mis tíos salían pronto y yo tenía horarios alternos y no coincidía con mis primas.
Una mañana estaba estudiando, la clase era a última hora cuando la puerta se abrió y asomó la cabeza de Maite, sin decir nada se coló y me tapó los ojos por detrás, con gesto de resignación le dije…
--- Quien será? Por el olor a princesa parece Maite.
Ella se rió detrás de mí…
--- Si, soy una reina no una princesa.
Me volví y estaba frente a mí con un conjunto de lencería lila que se había comprado.
--- Te gusta? Eres el primero en verlo, ni María lo ha visto.
--- Estás preciosa, y el conjunto te sienta de maravilla, dan ganas de comerte entera.
Al decir esto la cogí y la senté en mis rodillas, con la mano izquierda le solté el cierre del sujetador y con la derecha se lo saqué, sus tetas juveniles saltaron como muelles, me lancé a morderlas, ella sacando pecho esperó a que mi boca se llenada de carne suave, luego me acarició la cabeza atrayéndome contra ella.
--- Me tienes olvidada, no sabes las ganas que tengo de estar contigo, me lo he comprado para ti.
--- Gracias, y que haces en casa a estas horas?
--- Le he dicho a mi madre que iría más tarde, para estar contigo a solas, parece que no te alegras! Bueno tu no pero tu amigo sí, me está dando golpes en el culo.
Miré entre mis piernas y efectivamente bajo el pantalón corto que llevaba asomaba por el camal la cabeza de mi polla y le golpeaba en los muslos a Maite, ella se sentó bien sobre mí, de frente, ahora los golpes los recibía entre las piernas justo en el coño, bajando la mano sacó el miembro por la bragueta y ladeó un poco la braguita que acababa de estrenar y se fue acomodando hasta que se fue metiendo la polla, después se sentó cómodamente hasta pegarse en mi regazo y clavarse toda mi polla, suspiró y me dijo…
--- Ahora he estrenado de verdad el conjunto, solo falta que lo riegues para lavarlo por primera vez.
Empezó a saltar sobre mí, solo se metía algunos centímetros para rozarse el punto G, sus tetas llegaban a mi cara para bajar luego, de vez en cuando se quedaba de pie para que se las chupara o se sentaba y me besaba buscando mi lengua, cuando me abrazó ya sabía lo que iba a pasar, sus uñas se clavaron en mi espalda, se apretó contra mí y se dejó caer clavándose toda la polla, un estremecimiento la sacudió varias veces, me mordía los lóbulos de mis orejas, sin abrir los dientes me susurró…
--- Córrete, me hace falta tu polla escupiendo leche.
Le abracé, sentí sus tetas pegadas a mi pecho y me corrí, fue una corrida lenta pero profunda, varios empellones la llenaron de semen, cuando se levantó me enseñó las braguitas, estaban empapadas de semen y jugos, recogió el sujetador del suelo, me besó y dijo al salir…
--- Tendré que lavarlas antes de enseñárselas a las demás.
Al rato oí la puerta cerrarse al salir.
Cuando llegué por la noche, mi tía estaba contenta, para demostrarlo cocinó una cena más extraordinaria de lo normal, puso una excusa pueril a mi tío cuando lo comentó, pero cuando nos retiramos a nuestra habitación mi tía y mis primas siguieron detrás de mí, mi tío ya se había acostado.
--- Tengo que contarte algo, a mis hijas también les gustará.
Maite fue la más rápida en entrar, se sentó en la silla donde un rato antes había estado cabalgándome, María en la cama junto a mí y Ana en otra silla más cómoda, estábamos expectantes esperando.
--- Es una bomba, la noticia es…
Estábamos con la boca abierta esperando, Ana le daba suspense al tema.
--- Lo digo ya, Emi ha recibido un buro fax por el que su marido le pide el divorcio, que os parece?
Saltamos de alegría los tres, era una buena noticia, Emi se merecía lo mejor, podría cambiar su vida.
---Sssit, que os va a oí vuestro padre, Emi me ha dicho que nos va a invitar una noche a cenar para celebrarlo. Yo le he dicho que cuando firme, pero no sé si podrá esperar.
Nos abrazamos todos, era ideal, tendríamos una fiesta y celebraríamos el divorcio de nuestra amiga.
Las tres chicas salieron en silencio, yo me acosté y apagué la luz, pero al rato se abrió sigilosamente la puerta, apenas para pasar una persona, no la reconocí hasta estar dentro de mi cama y percibir su olor.
--- María que haces aquí?, Te van a ver.
--- Calla, quiero estar contigo, si no quieres no hacemos nada, pero abrázame.
Me corrí a un lado y le dejé espacio, llevaba un pijama largo, en cuanto estuvo tapada se quitó el pantalón, sus piernas se enredaron con las mías y se abrazo contra mi pecho, pasé el brazo bajo su cabeza y quedamos mirando al cielo.
Queriendo complacerla estuvimos hablando de lo humano y lo divino, nuestras manos estaban unidas salvo algún momento que tanto ella como yo nos dedicábamos alguna caricia inocente, ya era tarde cuando nos dormimos cuando ya clareaba el alba me desperté, tenía el brazo dormido con la cabeza de María, como pude lo saqué y me levante al baño, cuando volví estaba de lado durmiendo plácidamente, roncaba levemente con la boca abierta, me gustó verla reposando plácidamente, la destapé, la chaqueta del pijama la tenía subida sobre su estomago, tuve la tentación de comerle el coño tan suave que se veía, pero me contuve, aunque mi polla no lo entendió, por lo que sin querer me asomó por debajo del pantalón corto del pijama, se me encendió una luz, quizá no era buena idea, pero lo intenté, me bajé el pantalón y dejé libre la polla, la acerqué a la cara de María, al calor del aliento de mi prima aumentó mi erección, apoye mi glande en sus labios, no hizo ningún movimiento, lo volví a intentar y nada, seguía con los labios cerrados, me agache y con mi lengua le roce sus labios, ella los abrió un momento y se relamió, vi la solución, me moje con saliva el glande y se lo acerque otra vez a la boca, al notar la humedad, la fue abriendo, poco a poco yo iba empujando sin forzarla mi glande iba ganando terreno, sus labios iban abriéndose al notar el contacto de mi polla, cuando pude meter el glande entero dejé de insistir, no quería que se despertara, era una sensación nueva para mí, me arrepentí un poco pues arecía que era como una mini violación, pero me gustó la sensación.
Cuando me volví a tumbar junto a ella, me abrace a ella estaba literalmente pegado por detrás, su respiración era pausada, cuando pase las mano por debajo de su brazo no se inmutó, fui despasando cada botón del pijama, cuando estuvo abierto, busqué sus tetas, no me fue difícil encontrarlas, estaban duras pero una caía sobre la otra, con una mano abarqué las dos, los pezones juntos, los acariciaba con los dedos hasta hacerlos como garbanzos, no sé si sería consciente, pero cuando le pegué mi polla a su culo, instintivamente levanto la pierna, seguía durmiendo plácidamente, pero su culo se pegó a mi polla, busque entre sus nalgas hasta encontrar la entrada de la vagina, estaba tibia y húmeda, me mojé con saliva el capullo y empujé suavemente, la piel sedosa de María facilitó mi entrada, la metí hasta la mitad, ella seguía durmiendo, yo me conformé teniéndola dentro, no me moví, estaba feliz, quizá por eso me dormí.
Me desperté al notar frio, sobre todo en el pene, palpé a mi lado, estaba solo, cuando entreabrí los ojos no vi a María, pero al bajar la vista vi su cabeza entre mis piernas, entre su pelo caído sobre mi vientre vi el nacimiento de mi polla, el resto estaba dentro de su boca, la estaba degustando, no la metía y sacaba simplemente, la tenía dentro, atrapada entre sus labios, solo la lamía con la lengua y la presionaba contra su paladar, reconozco que la dejé hacer, me quedé con las piernas abiertas en cruz, mientras mi prima se recreaba con cada rincón entre mis piernas, ella de vez en cuando levantaba la vista pero yo tenía los ojos cerrados.
María debió de notarlo, cuando empezaron las palpitaciones en la polla las venas se hincharon al máximo, dentro de su boca debió notar los cambios, pero ella siguió a su ritmo, su lengua atacaba mi frenillo y recorría el anillo del glande, solamente cuando levanté las caderas ante la llegada inminente de mi eyaculación se aferró con las dos manos para no dejarla escapar, fue tragando a medida que los chorros iban llegando, en algún momento se atragantó pero siguió adelante, cuando ya no me quedaba nada que darle, me repasó todo el tronco y volvió a acostarse a mi lado, me abrazo y volvimos a dormirnos.
Una hora después noté como se levantaba, sin hacer ruido se puso el pijama y de puntillas salió de mi habitación.
Al día siguiente al bajar a la cocina mi tía me miró curiosa…
--- Parece que no has dormido bien, te preparo algo?
--- No gracias, he dormido como un bebé.
--- Me lo imagino.
No sé si era el sexto sentido femenino, pero siempre me lo notaba que había estado follando, cuando pasé por detrás de ella, se hizo hacia atrás para rozarme la polla con el culo, yo no la evité y la abracé por detrás cogiéndole las tetas, puso su cabeza en mi hombro y me dijo al oído…
--- Emi está preparando una buena… me ha preguntado si mi marido puede venir y cenamos los cuatro, a mi no me parece mal, y a ti?, si te parece bien se lo digo a Antonio.
--- Y tus hijas, la cena era para todos, no?
--- Bueno la cena sí, pero el fin de fiesta sería más restringido.
--- No quisiera que mis primas se sintieran ninguneadas.
--- No te preocupes, ellas sabrán excusarse, ya las compensaremos después.
--- Y al tío, no le parecerá mal?
--- No creo, ya hace días que lo estoy preparando, le estoy insinuando de meter otra persona en el grupo y al sugerir una mujer le ha encantado, cuando sepa que es Emi ya no tendrá dudas, le cae muy bien.
--- Me gustó mucho estar contigo la otra mañana, hacíais una pareja perfecta Emi y tú, folláis como los ángeles.
--- A mi también, no lo esperaba, a veces lo improvisado es lo que sale mejor.
--- Pues para no haberlo previsto estabas encantadora, me gustó mucho que me dejaras desnudarte.
--- Ah sí?, no lo había notado – me dijo coqueta.
--- Sabes muy bien que sí, me pones muy caliente, te follaría a cada momento.
--- Eso se lo dirás a todas, a una vieja como yo ya no la quiera nadie.
--- Ana, no te hagas la tonta, sabes muy bien lo buena y deseable que estas, mi tío te adora y te folla cuanto quieres, me tienes colado por ti siempre a tu disposición, además a Emi también le gustas, eres la diosa de la familia.
--- Adulador, simplemente que me gusta estar apetecible, me gusta verme guapa aunque sea por dentro, y si las personas que quiero me quieren también, les doy todo.
--- Pues para mí eres mi musa, me gustaría demostrártelo aquí y ahora.
--- Jajaja, Juan eres incorregible, llevas unos días a tope, conmigo, Emi, tu chica, mis hijas… y quien sabe cuantas más, llegará un día que no podrás atendernos a todas.
--- Con mi edad todavía me queda cuerda, cuando no pueda siempre me quedará la lengua, dicen que mientras hay lengua hay amor.
--- Jajaja, me encantas, con tu juventud arrolladora, eres un encanto, a mí también me gustaría que me follaras ahora, pero no puede ser, ya buscaremos un lugar y una hora más tranquila.
--- Me voy a la universidad, aunque estoy dudando si podré llegar sin hacerme una paja.
--- En eso te puedo ayudar yo, acércate.
Me puse a su lado, ella me acerco a la pila de la cocina y me abrió la bragueta, con suma maestría buscó, halló y sacó la polla, con dos meneos descubrió el glande y le escupió, su mano bajaba y subía a lo largo del tronco suavemente, según iba adquiriendo grosor se le iba abriendo la mano adaptándose al tamaño, cuando el glande tomo el color rojo intenso fue acercando la mano hacia delante, mientras mis manos, estaban dentro de su escote, acariciando uno de sus pezones, cuando se secó la saliva que le había echado se agacho y metiéndosela en la boca la volvió a lubricar, se oía el ruido de chapoteo al agitar la mano, al llegar el glande al color morado, no pude aguantar más, su mano solo me acariciaba el capullo, las palpitaciones le indicaron que me iba a correr, me acercó al banco y un chorro pasó de largo de la pila, el segundo ya cayó dentro con los demás, el resto se escurrió entre los dedos de Ana, cuando me soltó se lamió los dedos.
Respiré hondo, estaba más calmado, mi tía se alisó el delantal y me dijo…
--- Me debes una.
Le di un beso rápido y me fui a la universidad
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